INTERNACIONAL
Cumbre en Alaska: Trump y Putin se reúnen en una base militar para buscar una salida a la guerra en Ucrania

Donald Trump y Vladimir Putin se volverán a ver cara a cara este viernes durante una histórica cumbre bilateral en Alaska, que busca sentar las bases de un acuerdo de paz en Ucrania, a pesar de la creciente desconfianza de Kiev y de sus socios europeos.
El encuentro se celebrará en la base militar Elmendorf-Richardson en Anchorage, capital de ese territorio que Estados Unidos compró a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares (entre 150 y 200 millones a valor actual) y que fue clave durante la “Guerra Fría”.
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Será el primer encuentro presencial que sostendrán ambos durante el segundo gobierno del presidente estadounidense. En el primer mandato del gobernante republicano se reunieron seis veces.
Ambos líderes llegan con diferentes objetivos. “Para Trump será una cumbre de paz, pero Putin se centrará más en hacer las paces con EE.UU. Siente que está ganando la guerra y arriesga muy poco», dijo a TN el analista Lucien Kim, especialista en temas ucranianos del Crisis Group, una ONG dedicada a la resolución de conflictos.
La nueva cumbre se desarrollará sin la presencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que insiste en la necesidad de participar en las negociaciones que involucran el futuro de su país. Tampoco asistirán líderes europeos ni de la OTAN, involucrados en forma indirecta en la guerra. En Bruselas temen que Trump simplemente se adentre a redibujar el mapa de Ucrania sin la aprobación de Kiev.
La cumbre “prepara la segunda reunión, pero hay un 25% de probabilidad de que (…) no sea exitosa. La segunda reunión va a ser muy importante porque será un encuentro donde se alcanzará un acuerdo. Y no quiero usar la palabra ‘repartir las cosas’. Pero, ya saben, hasta cierto punto, no es un mal término” porque se hablará de “fronteras y territorios”, dijo Trump a Fox News Radio.
Qué se puede esperar de la cumbre Trump-Putin
Trump presiona a Putin con “consecuencias muy graves” si no se sienta a negociar el fin de la guerra. Pero el jefe del Kremlin exige que Kiev reconozca la anexión de los territorios ocupados por las tropas rusas, lo que Zelenski se niega a aceptar.
Putin quiere que Ucrania reconozca su soberanía en Crimea (anexada en 2014), Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, además de la garantía de que Kiev no se integrará jamás a la OTAN, entre otras exigencias.
El presidente estadounidense presiona a Ucrania para que acepte al menos la pérdida de parte de su territorio hoy en manos de Moscú. Lo dejó en evidencia en una rueda de prensa celebrada esta semana en la Casa Blanca.
“Vamos a cambiar las líneas de batalla. Rusia ha ocupado una gran parte de Ucrania. Han ocupado algunos territorios muy importantes. Vamos a intentar recuperar parte de ese territorio para Ucrania”, dijo Trump. El mensaje no cayó nada bien en Kiev porque significaría la pérdida de soberanía en todo el este del país, más allá de que fue presentado por el magnate republicano como una concesión rusa.
Souvenir de la cumbre vendidos en Moscú (Foto: REUTERS/Yulia Morozova)
“Rusia y Estados Unidos tienen ideas muy diferentes sobre cómo debería terminar la guerra en Ucrania. No creo que la visión de Trump de un intercambio de tierras funcione para Putin. Putin cree que está ganando la guerra y que está en una posición fuerte, y ciertamente no está pensando en compromisos dolorosos”, dijo a TN el analista Oleg Ignatov, experto en temas rusos del Crisis Group.
Para el analista, “a menos que ocurra un milagro, Putin podría aceptar algunos compromisos tácticos para mantener el control sobre la gestión de su conflicto con Occidente sin alienar a Trump. Puede aceptar reunirse con Zelenski bajo ciertas condiciones y algunos altos el fuego limitados o temporales, aunque no necesariamente”, indicó.
Trump viene insistiendo en sumar a Zelenski en otra cumbre tripartida que debería realizarse, según dijo, inmediatamente después que la reunión de Alaska. Pero Putin no se muestra dispuesto a ceder en ninguna de sus exigencias. Se siente claramente ganador en el conflicto. Donald Trump y Vladimir Putin, durante un encuentro en Helsinski en 2018 (Foto de archivo: AP)
Putin no piensa tanto en la paz, sino en hacer las paces con Trump
En su diálogo con TN, Lucien Kim, dijo que esta cumbre “es inusual porque normalmente este tipo de reuniones son preparadas con semanas de antelación por equipos de asesores que trabajan en temas claramente definidos”.
“Generalmente las cumbres son eventos formales para coronar algún tipo de proceso. Esta cumbre es exactamente lo contrario: Putin se la ofreció la semana pasada al enviado de Trump, Steve Witkoff, como una forma de posponer las amenazas de sanciones estadounidenses», dijo Kim.
Trump amenazó con aplicar aranceles del 100% a productos rusos si Moscú no negocia con Ucrania el fin de la guerra.
“Para Trump será una cumbre de paz en Ucrania. Encontrar una solución pacífica a la guerra es uno de sus mayores objetivos. Pero para Putin, esta cumbre se centrará más en hacer las paces con Estados Unidos que con Ucrania“, señaló el analista.
Según afirmó, “Putin la ve como una cumbre bilateral con Estados Unidos, que pondrá fin a más de tres años de aislamiento diplomático de Occidente y le dará la oportunidad de poner las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en un camino separado de Ucrania”.
“Putin arriesga muy poco, ya que cree que está ganando en el campo de batalla. Trump corre el riesgo de parecer ineficaz. Por ello, la Casa Blanca ya ha estado reduciendo las expectativas”, concluyó.
Donald Trump, Vladimir Putin, Rusia, Ucrania
INTERNACIONAL
“La Casa de los Horrores”: el caso británico que anticipó el crimen de Coghlan

En 1994, la calma del barrio de Gloucester, en el suroeste de Inglaterra, se rompió con el ruido seco de las palas golpeando contra algo que no era tierra. La policía británica excavaba el jardín de la casa número 25 de Cromwell Street siguiendo la pista de una joven desaparecida.
Lo que encontraron fue mucho más que un cuerpo: bajo ese pasto verde y prolijo, y tras esas paredes pintadas de blanco, Fred y Rose West habían ocultado durante años un cementerio privado en su propia casa. Una a una fueron apareciendo las víctimas; entre ellas la hija del matrimonio, Heather West.
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Adolescentes, jóvenes, algunas inquilinas, otras amigas de la familia. Todas atrapadas en una dinámica de abuso, tortura y muerte que se escondía detrás de la apariencia de un hogar corriente.
La historia de esta pareja fue reconstruida en detalle en Fred y Rose West: una historia de terror británica, un documental disponible en Netflix, que muestra entrevistas, archivos policiales y documentos de la investigación que reveló la magnitud de los crímenes.
“La casa de los horrores”: el caso británico que anticipó el crimen de Coghlan. (Foto: Netflix)
Casi 30 años después y a 11.000 kilómetros de distancia, otro barrio residencial —esta vez en Buenos Aires— empezó a vivir, aunque con obvias salvedades, una historia similar. En Coghlan, una zona de casas bajas y veredas arboladas, los obreros que trabajaban en la construcción de un edificio se estremecieron: entre la tierra removida encontraron restos humanos.
Se trataba de Diego Fernández Lima, desaparecido en 1984. Su hallazgo puso fin a más de cuatro décadas de búsqueda y conmocionó a la opinión pública, generando un revuelo mediático comparable al que en su momento provocaron los crímenes de los West en Gran Bretaña.
Los paralelismos entre ambos casos, el de Coghlan y aquel de Gloucester, son inquietantes. En primer lugar, los cuerpos estuvieron enterrados en el jardín de casas aparentemente normales. En las dos viviendas se colgaba ropa al sol, se compartían mate o tazas de té, y se intercambiaban saludos con los vecinos. En Coghlan, los vecinos pidieron justicia con carteles en la puerta de la casa del principal sospechoso del asesinato de Diego Fernández Lima. (Foto: TN)
Asimismo, los hechos permanecieron sin resolverse durante años —cuatro décadas en el caso de Coghlan y casi dos décadas en Gloucester— hasta que la investigación policial y las denuncias familiares obligaron a la Justicia a actuar.
Las similitudes son tan inquietantes como las diferencias. Fred y Rose West actuaron como una pareja criminal en serie, con un método repetido y un pacto de silencio que se extendió durante años.
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En Coghlan, hasta ahora, la investigación apunta a un único homicidio confirmado, aunque las autoridades no descartan que los hallazgos iniciales abran nuevas líneas. Lo que sí comparten ambos casos es el elemento más perturbador: la prolongada convivencia de un barrio entero con un crimen enterrado a centímetros de sus veredas.
Fred y Rose West habían construido un pacto oscuro que comenzó mucho antes de mudarse a Cromwell Street. Fred, con antecedentes de robo y abuso infantil, y Rose, una adolescente cuando quedó embarazada de su marido, unieron sus vidas y convirtieron su hogar en un espacio de terror y muerte.

Fred y Rose West se casaron en 1972, cuando ella tenía 16 años y estaba embarazada de su primogénita, Heather. (Foto: Cordon Press)
La investigación permitió desenterrar cuerpos en el sótano y el jardín, y demostró que la violencia había ocurrido durante casi veinte años. Desde ese momento, la vivienda de Gloucester se conoce popularmente como “La Casa de los Horrores”. Finalmente, Fred se suicidó en prisión en 1995 y Rose fue condenada a cadena perpetua.
En Coghlan, la historia de Diego Fernández Lima plantea preguntas similares: ¿cuántos años permaneció oculto su cuerpo? ¿Cómo pudo pasar inadvertido durante tanto tiempo?
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Aun con diferencias evidentes entre los dos casos, las coincidencias son escalofriantes: el horror que se esconde bajo la cotidianeidad, la demora en la investigación y la conmoción de la sociedad -y de la prensa- al descubrir lo que había ocurrido.
Gloucester quedó marcada para siempre por ese número 25 que fue demolido para evitar convertirse en lugar de peregrinaje macabro. En Coghlan, la casa aún está en pie y es parte de un proceso judicial en marcha.
Entre un punto y otro del mapa, las décadas y la geografía parecen disolverse cuando se piensa en esos jardines que esconden secretos, en esos suelos que guardan más de lo que muestran y en el silencio —voluntario o involuntario— que permitió que la verdad permaneciera bajo tierra tanto tiempo.
Crimen, Netflix, coghlan, Gran Bretaña
INTERNACIONAL
Trump slams mail-in ballots as corrupt, but may not have the power to derail them

NEWYou can now listen to Fox News articles!
President Trump told Brian Glenn of the conservative Real America’s Voice that he didn’t want to answer his question because it was «off-topic» as he stood there with Volodymyr Zelenskyy and European leaders.
Then he proceeded to answer it at great length.
The idea, it turns out, began with Vladimir Putin, who has a bit of experience at keeping himself in power, which isn’t all that hard if you’re a dictator.
My source? Donald Trump.
ZELENSKYY AGREES TO TRUMP-PUTIN MEETING WITHOUT CEASE-FIRE, BUT WILL KREMLIN DICTATOR GO ALONG?
President Trump’s Russian counterpart, Vladimir Putin, reportedly told him «it’s impossible to have mail-in voting and have honest elections.» (Photo by SERGEY BOBYLEV/POOL/AFP via Getty Images)
He said Putin told him that «it’s impossible to have mail-in voting and have honest elections,» in an interview with Fox’s Sean Hannity. He said Putin told him he won the 2020 election «by so much,» as Trump has long claimed, «and you lost it because of mail-in voting. It was a rigged election.»
Music to the president’s ears.
So Trump was ready when a friendly reporter asked the question.

Trump slammed mail-in ballots as «corrupt» when asked by a reporter, a position he’s maintained since his re-election defeat in 2020. (AP Photo/Seth Wenig, File)
«Mail-in ballots are corrupt,» he declared. «Mail-in ballots, you can never have a real democracy with mail-in ballots, and we as a Republican Party are going to do everything possible that we get rid of mail-in ballots. We’re going to start with an executive order that’s being written right now by the best lawyers in the country to end mail-in ballots because they’re corrupt.»
He was just warming up.
And, you know, that we’re the only country in the world, I believe I may be wrong, but just about the only country in the world that uses [mail-in ballots] because of what’s happened, massive fraud all over the place. The other thing we want, change of the machines. For all of the money they spend, it’s approximately 10 times more expensive than paper ballots. And paper ballots are very sophisticated with the watermark paper and everything else, we would get secure elections. We get much faster results, the machines, I mean, they say we’re going to have the results in two weeks with paper ballots. You have the results that night. Most people almost have, but most people in many countries use paper ballots. It’s the most secure form.»
A little fact-checking is in order.
As Axios points out, many countries around the world have some form of mail-in voting. And millions of Americans who live overseas, such as military families, are eligible for mailing in their ballots.
Trump actually doesn’t have the power to do this. While he says the states are an «agent» of the feds, the Constitution says the mechanics of holding elections «shall be prescribed in each State by the Legislature thereof.» But Congress can change those requirements. Could the president get this through the narrow majorities in both chambers?
«It’s a fraud,» Trump said, adding: «It’s time that the Republicans get tough and stop it because the Democrats want it, it’s the only way they can get elected.»
DONALD TRUMP AS STRONGMAN, RILING UP HIS BASE AND INVESTIGATING HIS ENEMIES
Trump even invoked Jimmy Carter. In 2004, a commission set up by the former president and ex-Reagan aide James Baker III concluded that «absentee ballots remain the largest source of potential voter fraud.»
In 2020, Trump went all-out in favor of mail-in ballots, arguing that they would help Republicans. Of course, he may just have been trying to make the best of the tools already in place. No party believes in unilateral disarmament.
But his enthusiasm for mail-in ballots in that election stands in stark contrast to his current stance that they are corrupt and should be banned.
Trump wound up telling Brian Glenn, who is dating Marjorie Taylor Greene, «I’m glad you asked that question.»

In 2020, Trump favored mail-in ballots under the impression they’d help Republicans – a far cry from his current stance. (Getty Images)
The president doesn’t let himself be tied down by the rules of consistency that most conventional politicians have to obey. Until last Friday, he was insisting on a cease-fire between Russia and Ukraine as a precondition for any peace agreement. After the Alaska summit, he dropped the cease-fire idea that Zelensky had been demanding, given that his country is being bombarded every day, with significant civilian casualties, and adopted the Putin stance of allowing the war to continue to further freeze his military gains in the crucial Donbas region.
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But that flexibility – what critics call flip-flopping – has put the president in the position where he has a shot at hammering out a peace agreement, though major obstacles remain.
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So I expect we’ll hear a lot more about how mail-in ballots are horrible and evil in the coming months, though whether he can get his Hill allies to go along is very much an open question.
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INTERNACIONAL
La asombrosa vida de las Haenyeo, las “sirenas” surcoreanas que bucean 20 metros hasta el fondo del mar sin asistencia de oxígeno

Las buceadoras tradicionales de Corea del Sur conocidas como Haenyeo pasan un asombroso 56 por ciento de su jornada laboral bajo el agua conteniendo la respiración, superando en tiempo subacuático a algunos mamíferos marinos como los castores e incluso rivalizando con nutrias y leones marinos. Por primera vez, un estudio científico ha logrado medir el comportamiento y la fisiología de estas extraordinarias mujeres mientras bucean hasta 20 metros de profundidad sin equipo respiratorio alguno.
La investigación, publicada en la revista Current Biology, monitoreó a siete Haenyeo de entre 62 y 80 años mientras recolectaban erizos de mar en las aguas que rodean la isla de Jeju. Los resultados revelan capacidades que desafían los límites humanos conocidos: estas buceadoras realizan hasta 100 inmersiones diarias y pueden mantener la respiración durante dos minutos consecutivos.
“Las Haenyeo son seres humanos increíbles», declaró Chris McKnight de la Universidad de St Andrews, autor principal del estudio. “Sus habilidades de buceo son reconocidamente excepcionales, pero poder medir tanto su comportamiento como su fisiología mientras realizan sus inmersiones diarias de rutina es realmente único.”

El equipo de investigación utilizó instrumentos diseñados originalmente para medir el comportamiento y la fisiología de mamíferos marinos salvajes para rastrear las actividades de buceo y natación de las mujeres. También midieron sus ritmos cardíacos y niveles de oxígeno en sangre a lo largo de toda su jornada laboral, que puede extenderse entre dos y diez horas diarias.
Los hallazgos científicos demuestran que estas mujeres pasan más tiempo bajo el agua que los célebres buceadores Bajau de Indonesia, un grupo de individuos mucho más jóvenes reconocidos mundialmente por sus capacidades de contención respiratoria. El estudio determinó que las Haenyeo dedican una mayor proporción de tiempo diario en el mar que los osos polares. Tras cada inmersión, las buceadoras se recuperan en promedio apenas nueve segundos en la superficie antes de sumergirse nuevamente.

De manera sorprendente, las mujeres no muestran la clásica “respuesta de buceo” mamífera, que consiste en una desaceleración del corazón y reducción del flujo sanguíneo a los músculos durante las inmersiones. En su lugar, exhiben ritmos cardíacos acelerados y solo reducciones leves de oxígeno en el cerebro y músculos. Esta respuesta fisiológica única sugiere que su estilo particular de inmersiones cortas, poco profundas y frecuentes puede activar adaptaciones diferentes a las de sus contrapartes mamíferas.

Las Haenyeo bucean únicamente con trajes de neopreno, aletas, gafas y chalecos o cinturones con peso para facilitar el descenso. Su equipo también incluye un dispositivo de flotación circular llamado tewak, del cual cuelga una red para capturar los alimentos recolectados, que incluyen caracolas, abulón y diversas criaturas marinas. Trabajan individualmente pero siempre permanecen al menos dos personas en el agua simultáneamente para cuidarse mutuamente.
Esta tradición excepcional tiene raíces que se remontan al siglo XVII, cuando los hombres de la isla fueron reclutados para el ejército o perdieron la vida en el mar, dejando a las mujeres como principales proveedoras de sus familias. La isla de Jeju, ubicada a 80 kilómetros de la costa coreana, es el hogar de este grupo exclusivamente femenino de buceadoras.
El término Haenyeo, o jawmnye en idioma de Jeju, significa literalmente «mujeres del mar“. Las buceadoras y el buceo en apnea son elementos integrales de la cultura de Jeju. La influencia de esta práctica es tan prominente que la característica abreviación del idioma de Jeju se atribuye coloquialmente a la necesidad de las buceadoras de comunicarse rápidamente en la superficie del agua.

Las Haenyeo están reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero representan un grupo en peligro de extinción. El 90 por ciento de estas buceadoras supera actualmente los 60 años de edad. Sus números han experimentado una caída dramática en décadas recientes, disminuyendo de 14.000 en los años setenta a apenas entre 3.000 y 4.000 en la actualidad.

“Creo que usar animales que consideramos como animales acuáticos para contextualizar y dar perspectiva sobre las buceadoras Haenyeo realmente ayuda a demostrar lo increíbles que son”, explicó McKnight al Daily Mail. La investigación confirma que estas mujeres aprenden la técnica desde adolescentes y continúan trabajando hasta los 90 años de edad.
Los expertos advierten que estas buceadoras podrían representar la última generación de Haenyeo, con la posibilidad de que el grupo desaparezca completamente en los próximos veinte años.
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