4 de noviembre, 2024. Osni Fernando Luiz se encontraba en una marea humana de color blanco en el Arena Corinthians. El calor de fin de año y la pasión lo habían enloquecido. Premeditadamente había comprado una cabeza de cerdo para burlarse de su clásico rival, el Palmeiras. Sin dudar, la tiró al césped. Las cámaras la enfocaron y él sonrió. Sin embargo, Luiz jamás se imaginó lo que iba a pasar: por sus actos dentro de un estadio de fútbol, fue condenado a un año de prisión semiabierta.

El Timao se enfrentaba contra el Verdao por la fecha 32 del Brasileirao. El duelo paulista, siempre caliente, tenía un condimento especial esta vez: el cierre del torneo estaba cerca y el Palmeiras peleaba por el campeonato. Por su parte, el cuadro local luchaba por entrar a la Copa Sudamericana, pero su gran objetivo era amargarle el título a su rival.

En Brasil las hinchadas siempre tuvieron fuertes cruces, pero los dos conjuntos de Sao Paulo tienen una relación más complicada de lo común. En los años sesenta, los fanáticos del Corinthians comenzaron a llamar despectivamente «cerdos» a los torcedores verdes. Ellos, sin vergüenza, adoptaron oficialmente el apodo con el paso del tiempo. Por esto, cada tanto, máscaras del animal pueden observarse en su cancha. No obstante, a veces la situación se descontrola. En el, ocasionalmente excedido, folklore del deporte, se lanzan cabezas de chanchos a modo de burla. Aquel día pasó lo mismo.

Después del incidente, el combinado blanco ganó 2-0, con tantos del argentino Rodrigo Garro y de Yuri Alberto, y le amargó las ilusiones a su clásico rival. Finalmente, el Corinthians quedó en el séptimo puesto de la tabla y el Palmeiras fue subcampeón, ya que quedó a seis puntos del Botafogo. Este año, ambos se cruzaron en la final del Campeonato Paulista y el Timao gritó campeón. ¿Cómo festejaron una parte de sus hinchas? De forma asquerosa: ¡comieron una cabeza de cerdo cruda!

Primero llegó una denuncia contra el club, que debió pagar una multa. Luego, las autoridades salieron en busca del responsable directo. Gracias a las cámaras lograron identificarlo y comenzó el proceso judicial. Osni, conocido como «Cicatriz«, reconoció haber comprado la cabeza en el Mercado de Lapa por 60 reales y haberla arrojado al césped dentro de una bolsa. Defendió su idea al señalar que quería fomentar una «rivalidad sana».

Pero, desde la Justicia no dudaron un segundo en condenar el acto. El juez Fabrício Reali Zia señaló que el acto no simbolizaba una rivalidad sana y exclamó que la actitud del hombre de 36 años incitaba a la violencia. Debido a esto, el hincha fue sentenciado a prisión; aunque con un régimen semiabierto (el sentenciado puede pasar parte de su tiempo fuera de la prisión para realizar actividades diarias, pero debe volver al centro penitenciario cuando se lo indique). Ojo, aún puede apelar.

Lo cierto es que Luiz no cuenta con un historial favorable. En febrero de 2025 la Justicia ya le había prohibido asistir a los partidos del Corinthians por malas conductas: otra vez había sido detenido por dejar una cabeza de chancho enfrente del Allianz Parque.