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Xi Jinping y Putin hablaron de vivir para siempre y el micrófono estaba abierto

En marzo de 2011, cuando tres reactores se fundieron en la central nuclear Fukushima Daiichi, a unos 64 kilómetros de su casa, en el norte de Japón, ella era una estudiante de secundaria. Como vivía fuera de la zona de evacuación, siguió su vida como siempre, salía de compras e iba a la escuela en bicicleta.
Cuatro años después, una prueba le detectó un tumor maligno en la tiroides, una glándula en el cuello que se sabe que es vulnerable a las partículas radiactivas que se liberan durante un accidente nuclear. Pero cuando recibió el diagnóstico, un médico le dijo inmediatamente que el tumor no estaba relacionado con la catástrofe.
Se preguntó cómo el médico podía juzgar eso sin hacer más revisiones. (La joven, que ahora tiene 20 años, pidió que no se utilizara su nombre porque se ha enfrentado a una intensa presión social para que no hable). Jabalíes radiactivos de Fukushima invaden la ciudad
Su pregunta sigue sin resolverse de forma concluyente 14 años después de que un gran terremoto y un tsunami destruyeran los sistemas de refrigeración de la central, lo que provocó explosiones en el edificio del reactor que bañaron de partículas radiactivas esta región del norte de Japón.
Hace unas semanas, el comité de pruebas de la prefectura de Fukushima reiteró su conclusión de que la triple fusión no había causado efectos a largo plazo sobre la salud. Muchos expertos médicos, incluidos los de organismos internacionales, han llegado a conclusiones similares. Pero existe escepticismo por parte de muchos residentes y de una minoría de expertos médicos, quienes afirman que las autoridades no han hecho lo suficiente para demostrar sus argumentos.
La joven de Fukushima se ha unido a otras seis personas con cáncer en una demanda para reclamar indemnizaciones a la empresa operadora de la central, Tokyo Electric Power Co. La empresa dice que no hay ninguna relación científicamente probada entre los cánceres y las partículas radiactivas liberadas por la catástrofe. La próxima audiencia se celebrará el 17 de septiembre, aunque probablemente falten años para que se dicte sentencia. Vista aérea de la planta nuclear. Foto: Reuters
Gran parte de la polémica se ha centrado en el programa de detección de cáncer de tiroides, que ha sido el único esfuerzo sistemático a gran escala para detectar un efecto importante de la catástrofe sobre la salud. El estudio detectó tasas de cáncer muchas veces superiores a las esperadas, pero el significado de ese resultado ha sido objeto de una feroz controversia. Los expertos médicos de ambos bandos coinciden en que la cuestión de si los cánceres están o no relacionados con el accidente nuclear podría resolverse si se realizan exámenes de detección a gran escala de manera similar en otro lugar para que sirva de comparación, pero las autoridades se han negado hasta ahora a hacerlo.
“Sin un estudio de referencia, no hay forma de concluir con seguridad si estos cánceres están o no relacionados con la radiación”, dijo Kazuo Shimizu, cirujano de tiroides que formó parte de un comité que supervisó el cribado, pero renunció en 2017.
Las lecciones de Chernóbil
El programa de Fukushima inició siete meses después de la fusión, y sigue en marcha. Ha llevado a cabo varias rondas de exámenes para revisar las tiroides de personas que eran niños en el momento del accidente. El enfoque era una lección del accidente nuclear de 1986 en la central soviética de Chernóbil, que provocó una proliferación de cánceres de tiroides en las actuales Ucrania y Bielorrusia.
Cuando se anunciaron los resultados de la primera ronda de exámenes a partir de 2015, mostraron un número inesperadamente elevado de estos cánceres, que se creían poco frecuentes en niños. La cifra ha seguido aumentando a medida que se han realizado otras cinco rondas de cribado. Según las cifras más recientes, publicadas el mes pasado, los tamizajes han detectado 357 casos de cáncer de tiroides en unas 300.000 personas, aunque posteriormente se determinó que uno de ellos era benigno.

Con otros 47 casos que fueron diagnosticados por separado, se ha detectado un total de 403 personas que han desarrollado cáncer de tiroides. Esto es unas 25 veces más de lo que los médicos esperaban basándose en otros estudios realizados en otros lugares.
Aunque los expertos médicos que dirigían el programa están de acuerdo en que estas cifras eran sorprendentemente altas, afirman que el gran número no refleja un brote de cánceres, sino más bien el descubrimiento, con modernos equipos de ultrasonidos, de cánceres que habrían estado ahí de todos modos.
“Lo que descubrimos es que los cánceres de tiroides son más frecuentes de lo que pensábamos”, dijo Gen Suzuki, excatedrático de radiopatología, quien actualmente dirige el comité de expertos que evalúa los resultados del cribado.
Suzuki dijo que la mayoría de los cánceres detectados eran de un tipo que no necesitaba tratamiento porque no ponían en peligro la salud. En consecuencia, antes simplemente pasaban desapercibidos.
La desconfianza en el gobierno
Esa conclusión del “exceso de cribado” ha sido respaldada por el gobierno nacional de Japón y por grupos sanitarios mundiales. Entre ellos, el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas, que en 2020 dijo que “el aparente exceso detectado de cánceres de tiroides probablemente no esté relacionado con la exposición a la radiación”.
Sin embargo, existe escepticismo en Japón, donde la desconfianza pública en la gestión oficial de la catástrofe de Fukushima está muy arraigada y se remonta a los primeros días, cuando las autoridades ocultaron la magnitud de las emisiones de radiación. Se ha criticado a los funcionarios de la prefectura por afirmar desde el principio que el objetivo de su programa de detección era “tranquilizar a la opinión pública” sobre los riesgos de la radiación para la salud, lo que sugería que sus conclusiones estaban predeterminadas.
Los críticos de la comunidad médica afirman que un examen más detallado de los resultados del cribado muestra una posible relación entre los cánceres y los niveles de radiación, ya que las personas que eran niños en las ciudades cercanas a la central Fukushima Daiichi han desarrollado cáncer en porcentajes tres veces superiores a los de quienes vivían más lejos.
Suzuki afirma que se trata simplemente de una variación aleatoria en las estadísticas. Pero la controversia señala un problema: es imposible determinar la causa exacta de un caso individual de cáncer. Lo mejor que pueden hacer los investigadores es decir que la radiación aumenta las probabilidades de desarrollar un tumor.
Los expertos médicos dicen que al observar las tasas de cáncer de tiroides en otra parte de Japón, o entre los residentes de Fukushima que no eran niños en el momento del accidente, sería posible determinar si el número detectado por el cribado actual era elevado o no.
Las autoridades médicas de otras tres prefecturas hicieron un esfuerzo por realizar un estudio de este tipo, pero fue suspendido después de que en las pruebas realizadas a unas 4400 personas se detectara que una tenía cáncer. El Ministerio de Medio Ambiente dijo que eso era suficiente para mostrar una tasa similar a la de los cánceres de Fukushima, pero los expertos médicos calificaron el número de personas examinadas de demasiado pequeño para servir de comparación estadísticamente válida.
“El cribado de Fukushima fue casi 100 veces mayor”, dijo Shimizu, cirujano de tiroides.
Antes de dimitir del comité, Shimizu tachó de prematura la conclusión de que no había relación entre los cánceres y el desastre nuclear. En una entrevista, dijo que la falta de un estudio comparativo era una de las principales razones de su opinión.
La presión social
Suzuki, cuyo mandato al frente del comité finalizó en julio, se mostró de acuerdo en que un estudio comparativo daría una respuesta definitiva. Sin embargo, dijo que, a pesar de ello, muchos médicos se oponen a un nuevo cribado a gran escala porque detectaría tumores y crecimientos que no tienen efectos para la salud, lo que llevaría a cirugías innecesarias para extirparlos.
Algunos expertos en salud afirman que se ha bloqueado un estudio comparativo por motivos políticos. Toshihide Tsuda, uno de los principales críticos de las conclusiones del comité de pruebas de Fukushima, afirma que la industria nuclear ha presionado al gobierno para que se niegue a financiar dicho estudio.
“No quieren saber la respuesta real”, dijo Tsuda, profesor de epidemiología medioambiental en la Universidad de Okayama.
Otros señalan el incidente de Chernóbil. Las agencias nucleares y sanitarias de la ONU dijeron durante años que no había relación entre el accidente en la antigua Unión Soviética y los cánceres de tiroides que se detectaron posteriormente en los niños que vivían en los alrededores. Una década más tarde, después de que estudios comparativos demostraran que los cánceres aparecidos en las repúblicas postsoviéticas eran inusuales, las agencias modificaron su postura.
Las personas diagnosticadas de cáncer en el estudio de Fukushima dicen que los residentes se oponen a cualquier estudio adicional porque haría notar el problema de la radiación, lo que puede perjudicar al turismo y a la agricultura.
La joven de Fukushima fue operada para extirparle la glándula tiroides cancerosa, pero desarrolló problemas de salud que incluían resfriados crónicos e hinchazón en las piernas. Un ataque de neumonía la llevó a dejar su trabajo en una agencia de publicidad de Tokio.
Pero su mayor fuente de sufrimiento ha sido su incapacidad para contar públicamente su historia por miedo a que ella y su familia sean atacados en las redes sociales. Los niños de Fukushima siguen sin poder decir que padecen cáncer, dijo.
Hisako Ueno colaboró con reportería desde Tokio.
Martin Fackler es el jefe en funciones del buró de Tokio del Times.
Hisako Ueno colaboró con reportería desde Tokio.
Fukushima Daiichi
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Trump suggests DOJ owes him money for past cases

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President Donald Trump suggested on Tuesday that the Department of Justice (DOJ) owes him money for past prosecutions against him.
In the Oval Office, a reporter asked Trump if he was seeking compensation from the DOJ over past federal investigations into him and, if so, how much he was seeking.
«Well, I guess they probably owe me a lot of money for that,» Trump said in response. «No, I get no salary. I gave up my salary. It’s a good salary. Not as much as these guys make, but that’s OK. It’s a lot of money, and I don’t, as you know, I didn’t take it in the first four years. I didn’t take it these four years either.»
«But as far as all of the litigation, everything that’s been involved, yeah, they probably owe me a lot of money,» the president added. «But if I get money from our country, I’ll do something nice with it. Like, give it to charity or give it to the White House while we restore the White House, and we’re doing a great job with the White House, as you know, the ballroom is under construction.»
TRUMP ADMIN AGENCIES COORDINATING TO EXPOSE BIDEN ADMIN’S ‘PROLIFIC AND DANGEROUS’ WEAPONIZATION OF GOVERNMENT
President Donald Trump gestures as he hosts a Rose Garden Club lunch at the White House in Washington, D.C., Oct. 21, 2025. (Kevin Lamarque/Reuters)
The New York Times reported sources as saying Trump is seeking approximately $230 million in compensation from the Justice Department for investigations into him.
Trump told reporters Tuesday that he was «not looking for money,» but that they «would have to ask the lawyers about that.»
«We’ll see what happens,» Trump said. «We have numerous cases having to do with the fraud of the election, the 2020 election, and because of everything that we found out, I guess they owe me a lot of money. But I’m not looking for money. I’m looking for — really, I think it’s got to be, it’s got to be handled in a proper way… We don’t want it to happen again. We can never let what happened in the 2020 election happen again. We just can’t let that happen.»
He was later pressed again about the exact dollar amount in the request and said, «I don’t know what the number is. I don’t even talk to them about it.»
Trump then remarked that the decision would have to come across his desk, saying that it would be «awfully strange to make a decision where I’m paying myself.»

Attorney General Pam Bondi speaks as President Donald Trump looks on during a press conference in the Oval Office of the White House on Oct. 15, 2025. (Kevin Dietsch/Getty Images)
However, the Times noted that the DOJ’s rules state that settlement claims against the department that exceed $4 million «must be approved by the Deputy Attorney General, or Associate Attorney General, as appropriate.»
It is unclear where the claims or negotiations with the DOJ stand. However, The Associated Press noted that the ties between Trump and those authorized to make a decision on the settlement could present problems.
Deputy Attorney General Todd Blanche served as one of Trump’s attorneys in the Mar-a-Lago case. Additionally, Associate Attorney General Stanley Woodward represented Trump’s co-defendant, Walt Nauta, in the Mar-a-Lago case.
«In any circumstance, all officials at the Department of Justice follow the guidance of career ethics officials,» DOJ spokesperson Chad Gilmartin said in a statement to Fox News Digital.
TRUMP CELEBRATES WHITE HOUSE DEMOLITION AS NEW BALLROOM RISES: ‘MUSIC TO MY EARS’
The investigations include the FBI’s 2022 raid of Mar-a-Lago as part of the classified documents case and another probe looking into possible ties between Russia and Trump’s 2016 presidential campaign. According to the Times, the first claim was filed in late 2023 and was in relation to the Russia probe, while the second — which focused on the Mar-a-Lago raid — was filed in the summer of 2024.
The Times reported Tuesday that Trump had submitted complaints through an administrative claim process, noting that it is something that often precedes lawsuits.

President Donald Trump during a bilateral meeting with Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu in the Oval Office of the White House on Monday, April 7, 2025. (Yuri Gripas/Abaca/Bloomberg via Getty Images)
Despite the president saying that he would donate the funds, some Democrats painted the report as an example of Trump trying to enrich himself.
Sen. Amy Klobuchar, D-Minn., said on Wednesday morning that the president was looking «to line his own pockets, or he says now to give to a charity of his choice.» The senator added to the accusation, saying Trump was «focusing on getting $230 million that he doesn’t deserve back into his pocket instead of helping the American people get healthcare.»
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Sen. Jeff Merkley, D-Ore., who was in the middle of an hours-long speech, slammed Trump for «suing the government, then instructing his Department of Justice to settle the suit, thereby translating money into the president’s pocket out of the government.»
Merkley then remarked that «there is no limit to the self-serving» and called for his colleagues, particularly Republicans, to speak out against the president.
Fox News Digital reached out to the White House for comment.
The Associated Press contributed to this report.
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INTERNACIONAL
Cuáles son las joyas que fueron robadas en el Louvre y qué puede pasar con ellas, según expertos

Fueron ocho minutos de un robo tan audaz como descarado: el reloj marcaba las 09:30 del domingo cuando, bajo las ventanas del museo del Louvre, cuatro ladrones instalaron un montacargas. A las 09:38, se marchaban de allí con las joyas “de la Corona”, un tesoro histórico “inestimable”, tras romper las vidrieras que las protegían con una amoladora.
Cuáles son las joyas de la Corona que se llevaron del Louvre
Ahora más de sesenta investigadores buscan a los autores de este robo que, con los rostros cubiertos, robaron nueve piezas del siglo XIX, entre ellas la corona de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que luego abandonaron durante su huida.
Leé también: El video del robo en el Louvre: un turista filmó a uno de los ladrones cuando rompía una vitrina con las joyas
La joya, que lleva ocho águilas de oro, 1354 diamantes, 1136 diamantes de talla rosa y 56 esmeraldas resultó “dañada”, según informó la fiscal de París, Laure Beccuau. La corona de la emperatriz Eugenia, que fue abandonada por los ladrones. (Foto: AFP/Stéphane de Sakutin).
Las otras piezas que fueron robadas atravesaron dos siglos de historia y fueron propiedad de importantes soberanas y emperatrices de Francia.
La tiara de perlas de Eugenia fue realizada por el famoso joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier poco después de la boda de la emperatriz de origen español con Napoleón III, en 1853, al igual que su corona. Lleva 2000 diamantes y más de 200 perlas. La tiara de la emperatriz Eugenia. (Foto: RMN-GP/S. Maréchalle)
“Esta diadema es la que llevaba casi todos los días en la corte y la que aparece en sus retratos oficiales. Le tenía mucho cariño”, explicó a la agencia de noticias AFP Pierre Branda, historiador y director científico de la Fundación Napoleón.

El broche de la emperatriz Eugenia que fue robado en el Louvre. (Foto: gentileza RMN-GP/S. Maréchalle).
También fueron robados un lazo decorativo de corset y un broche de la emperatriz conocido como “relicario”, que se compone de 94 diamantes, entre los que destaca una roseta de siete diamantes alrededor de un solitario central, con dos diamantes en forma de corazón legados por el cardenal Mazarin a Luis XIV. El Gran Lazo del Corsete de la Emperatriz Eugenia. (Foto: gentileza RMN-GP/S. Maréchalle).
Además, los delincuentes se llevaron un collar y pendientes de zafiros usados por la reina María Amelia (esposa de Luis Felipe I, rey de Francia de 1830 a 1848) y por la reina Hortensia (madre de Napoleón III). El collar y los pendientes del ajuar de zafiros de la reina María Amelia y la reina Hortensia (Foto: gentileza RMN-GP/S. Maréchalle).
Según Vincent Meylan, historiador especializado en joyería, la reina Hortensia heredó este conjunto de su madre, la emperatriz Josefina, primera esposa de Napoleón I. Algunos especialistas afirman también que podría proceder de la reina María Antonieta.
Leé también: Encontraron una de las joyas que robaron en el Louvre: el museo sigue cerrado y buscan a los sospechosos
“Realmente forma parte de la historia de Francia”, insiste Meylan.
Además, se llevaron un collar y pendientes de esmeraldas que fueron un regalo de boda de Napoleón I a su segunda esposa, la emperatriz María Luisa, realizados por su joyero oficial, François-Régnault Nitot.

El collar y los pendientes de esmeraldas de la reina Marie-Louise. (Foto: AFP/Stéphane de Sakutin).
Además de sus prestigiosos dueños, estas joyas tenían todo el derecho a estar en el museo, ya que son “obras artísticas excepcionales”, opinó Didier Rykner, director de la redacción de la página web La Tribune de l’Art.
Realizadas por los grandes joyeros de la época, como Nitot, Lemonnier o Paul-Alfred Bapst, estas joyas combinan diamantes, perlas y piedras preciosas para crear composiciones espectaculares. El collar de zafiros está compuesto por ocho piedras preciosas de color azul noche y 631 diamantes, y el collar de esmeraldas tiene 32 esmeraldas y 1138 diamantes, según indica el Louvre en su página web.
A pesar de su antigüedad, la mayoría de estas joyas llegaron al Louvre en las últimas décadas.

Collar de esmeraldas de la reina Marie-Louise (Foto: gentileza RMN-GP/J.-G. Berizzi).
De las ocho piezas robadas, siete se adquirieron desde 1985, incluidas dos que se vendieron en la subasta de las joyas de la corona de 1887.
El conjunto de esmeraldas se adquirió en 2004 gracias al fondo del Patrimonio y a la Sociedad de Amigos del Louvre.
El collar de zafiros de María Amelia se adquirió en 1985, y la diadema de la emperatriz Eugenia y su gran broche pasaron a ser propiedad del museo en 1992 y 2008.
Un tesoro “invendible” en su estado
Son joyas de un “valor patrimonial inestimable”, según el Ministerio de Cultura. “Son inestimables desde el punto de vista patrimonial. Sin embargo, su precio es perfectamente estimable”, advierte Rykner.
“El término adecuado es invendible”, precisó Meylan. De hecho, revender estas joyas catalogadas y perfectamente identificadas en su estado actual es imposible, precisó. Dos jóvenes se toman una selfie frente a la ventana por la que ingresaron los ladrones al Louvre. (Foto: REUTERS/Benoit Tessier).
En este contexto, los expertos alertan sobre el riesgo de despiece de estas obras históricas, cuyas piedras y perlas podrían ser desmontadas y reutilizadas para fabricar otras joyas.
“Si no se recuperan estas joyas muy pronto, desaparecerán, seguro”, insistió Meylan.
“La policía sabe que en las próximas 24 o 48 horas, si no atrapan a estos ladrones, esas piezas probablemente desaparecerán”, declaró a la BBC Chris Marinello, director ejecutivo de Art Recovery Internationalmedio. “Puede que atrapen a los delincuentes, pero no recuperarán las joyas”. El Louvre permanece cerrado tras el robo. (Foto: REUTERS/Benoit Tessier).
Marinello dijo que los ladrones probablemente romperán las piezas, fundirán cualquier metal valioso y tallarán de nuevo las piedras preciosas, ocultando así la evidencia del crimen. Señaló además que sería difícil vender las joyas si se conservan intactas
“Ahí es donde el tesoro se vuelve inestimable. Corremos el riesgo de perder fragmentos de la historia de Francia”, coincidió Pierre Branda.
Louvre, Francia, París, Robo, Joyas
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