INTERNACIONAL
Pasó 18 años en el corredor de la muerte y fue ejecutada por haber matado a su marido y a sus dos hijos

El 7 de abril de 1987, Frances Newton llegó a su casa en un pueblo de Texas junto a su prima. Tenía 21 años, un matrimonio que se desmoronaba y dos hijos pequeños. Apenas abrió la puerta llamó a Adrian, su esposo, pero nadie respondió. Cuando ingresó a su dormitorio lo vio tirado en la cama, pensó que estaba haciendo una siesta tardía hasta que dio la vuelta y vio, del otro lado de la cama, la sangre espesa y oscura goteando hacia la alfombra.
Salió corriendo hacia la habitación de sus hijos y al entrar se encontró con el peor paisaje posible. Ambos, Alton de 7 años y Farrah de 22 meses, estaban muertos. Alguien les había disparado en la cabeza. Cuando la policía llegó al lugar unos minutos después, Frances Newton seguía gritando con desesperación.
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A las pocas horas, esta joven mujer desgarrada, que había perdido a sus dos hijos y a su marido, se convirtió en la principal sospechosa para los investigadores. Dos semanas después, Frances Newton fue detenida y acusada por los homicidios de su marido y sus dos hijos pequeños.
Frances lo negó con énfasis. Y reconstruyó las horas previas al hallazgo. Dijo que había habido una discusión con su pareja; ella había escuchado hablar a Adrian con su hermano (vivía en la misma casa) sobre una deuda que mantenían con un dealer de drogas. Ella exigió una explicación, pero ni su marido ni su cuñado se la dieron. Al ir al baño encontró, de casualidad, un arma que Adrian había escondido y ella la puso en una bolsa y salió de la casa para ir a buscar consuelo con su prima. Algunas horas después regresó a la casa para encontrar el hallazgo macabro. Cuando fue consultada por la policía sobre quién podía haber cometido los crímenes, Frances apuntó a Charlie, el dealer al que su marido le debía 1500 dólares.
La policía muy rápidamente descubrió varias situaciones que comprometieron a Frances, aun antes de las pruebas forenses. Ambos cónyuges tenían amantes y las peleas eran constantes. Una semana antes, Frances había sacado un seguro de vida de 100.000 dólares para su esposo y sus dos hijos, quedando ella como beneficiaria. Se comprobó que falsificó la firma de su marido. Ella justificó la falsificación sosteniendo que lo hizo para que su marido no se quejara por el dinero que ella había gastado en la póliza del seguro. También muy pronto descubrieron que ella sacó un arma de la casa y la tiró debajo de una casa vecina esa misma tarde. El arma era del mismo calibre de las balas que mataron a su familia. Ella dijo que lo hizo para evitar que Adrian la usara contra el dealer.
Las pericias forenses demostraron también que en la pollera de la mujer había restos de pólvora (aunque luego quisieron hacerlo pasar por vestigios de fertilizantes usados por el padre de ella).
Y Charlie, el dealer acusado por ella, nunca fue encontrado. No había en toda la ciudad ni un rastro de ese tal Charlie. Nadie conocía a alguien que se dedicara al tráfico de drogas con ese nombre o a ningún otro con los rasgos que aportó la mujer. Parecía tan solo una mala coartada.
La familia de Adrian, que al momento de la muerte tenía 23 años, señaló a Frances y afirmó que él nunca había consumido cocaína en su vida. Varios testigos desmintieron esas afirmaciones y aseguraron que tanto la mujer como Adrian eran consumidores habituales.
La fiscalía acusó a Frances de triple homicidio y el móvil que le adjudicó fue sacarse de encima a su marido y cobrar los 100.000 dólares del seguro de vida por sus familiares.
Muy rápido un jurado la encontró culpable y el juez la condenó a la pena de muerte que se había reinstaurado en Texas en 1982.
A pesar de todo, Frances seguía sosteniendo su inocencia. Frances Newton fue condenada en 1987 por haber matado a su marido y sus dos hijos. Fue ejecutada en Texas, dos años después de que el estado reinstaló la pena de muerte. (Foto: AFP)
Ingresó en el Corredor de la Muerte, ese limbo en el que los condenados a muerte esperaban su ejecución, mientras en el sistema judicial y en las oficinas de la gobernación se presentan y rechazan recursos, apelaciones, pedidos de clemencia. En la mayoría de los casos pueden pasar muchos años entre la condena y la ejecución. En el caso de Frances fueron casi 18.
Cuando cometió los crímenes tenía 21 años. A su muerte, 40 años. Pasó casi la mitad de su vida en el Corredor de la Muerte; es decir, con una condena a muerte sobre ella, con la incertidumbre de cuándo sería ejecutada. Todos sus días podían ser el último.
El 1 de diciembre de 2004 estuvo a punto de ser ejecutada por primera vez. Los jueces habían rechazado todos los recursos y solo restaba aplicarle la inyección letal. Pero dos horas antes de que se realizara la ejecución, mientras la preparaban para el final y la sala ya estaba alistada, llegó la orden del gobernador de Texas. Se suspendía la ejecución y se debían volver a repasar las pruebas disponibles y también profundizar nuevas investigaciones. El gobernador dijo que no veía señales de inocencia, pero que de todas maneras extendía el plazo para que se analizara un arma más encontrada y si había rastros de pólvora en la pollera que Frances usaba ese día. La causa se reabría por un plazo de 120 días. Frances tenía una nueva oportunidad. Cuando ya no tenía esperanza, su vida se prolongaba.
Human Rights Watch y Amnesty acompañaron las presentaciones judiciales y también iniciaron una campaña de prensa en su defensa.
Uno de los argumentos para intentar revocar la sentencia de muerte fue la ineptitud de Ron Mock, su abogado defensor. Se adujo que no investigó debidamente, que no interrogó a varios testigos que podrían haber favorecido la posición de Frances, que las coartadas que esgrimió eran débiles o que no puso en dudas algunas de las hipótesis de la fiscalía. Acaso lo peor del abogado hayan sido sus antecedentes. Sin importar su calidad profesional debía haber sido rechazado por una cuestión estadística o de superstición, según se prefiera: 16 de sus defendidos anteriores habían sido condenados a muerte y esperaban turno en el Corredor de la Muerte.
Con su defensor oficial ingresa el argumento racial y, al mismo tiempo, el de las diferencias entre pobres y ricos. Los que llegaron tardíamente a su defensa sostenían que Frances estaba en esa situación por ser pobre y negra; que la desidia del sistema en otorgarle un abogado competente era parte del problema, era la causante de su futura ejecución. Este argumento choca contra el dato de que Frances fue la tercera mujer ejecutada desde que Texas volvió a poner la pena de muerte en 1982 y la primera de color desde el final de la Guerra Civil.
Una evolución interesante se produce cuando se acerca el momento culminante. Apenas ocurridos los asesinatos, la mayoría de la prensa y la opinión pública estaban convencidos de la culpabilidad de la mujer. Las dudas respecto a las pruebas eran escasas, casi inexistentes. Pero desde el momento de la condena a muerte y muy en especial, cuando se agotaban las instancias de apelación, y la ejecución se acercaba inexorable, la proporción pareció invertirse. Eran muchísimos los que ponían bajo el manto de las dudas las hipótesis de la acusación. Las certezas se desvanecen ante el peso de enviar a alguien al patíbulo. Y aquello que al principio parecía terminante y no aceptaba doble interpretación, perdió ese carácter rotundo y comenzó a pintarse de gris, ingresaron los matices de la duda. Aun los de las dudas ridículas.
Ella iba a morir por sus crímenes, iba a ser ejecutada por ellos, justo en el momento en que la sociedad y, hasta el sistema judicial, menos convencido estaba de que fuera la autora.
A pesar de los casi 18 años de espera (y de gracia), Frances no asumió su muerte con docilidad ni resignación. Rechazó un menú especial para su comida final y se negó a decir sus últimas palabras antes de que el verdugo procediera. Cuando intentaron sentarla en la silla en la que le aplicarían la inyección letal, un postrero gesto de rebeldía. Forcejeó con fiereza con los guardiacárceles y a uno le rompió la nariz de un codazo. Ya atada y con el mecanismo en marcha, Frances no modificó nunca el gesto contrariado.
El 14 de septiembre de 2005 en la cárcel de Huntsville en Texas, Frances Newton fue ejecutada. Murió enojada.
Asesinato, Texas, pena de muerte
INTERNACIONAL
Tensión en Colombia: un tribunal dejó sin efecto la condena contra Álvaro Uribe por soborno y fraude procesal

El Tribunal Superior de Bogotá dejó sin efecto este martes la condena que pesaba contra el expresidente colombiano Álvaro Uribe. Lo absolvió de los delitos de soborno a testigos y fraude procesal por los que había sido condenado en primera instancia a 12 años de arresto domiciliario.
“He dicho la verdad a mis compatriotas a lo largo de esta extensa vida pública”, dijo Uribe a la prensa desde su natal Antioquia, en el noroeste del país. Fue una breve declaración en la que agradeció a Dios, a su familia y a los abogados. Además, aseguró que continuará trabajando por Colombia.
Leé también: Trump suspendió su cumbre con Putin y presiona a Zelenski para que le ceda una región de Ucrania a Rusia Álvaro Uribe, en una rueda de prensa posterior a conocerse la decisión que lo absolvió de una condena de 12 años de cárcel domiciliaria. (Foto: REUTERS/Juan David Duque).
La argumentación del tribunal a favor de Álvaro Uribe
Uribe, quien gobernó Colombia entre 2002 y 2010, defendió su inocencia en el primer juicio contra un expresidente en el país. Además de esto, tildó la condena de “persecución política”, asegurando que la jueza fue sesgada en su contra. Sus abogados apelaron cuestionando la validez de las pruebas.
“La motivación de la sentencia presenta deficiencias estructurales… uso de premisas vagas y sesgos retóricos y omisión de análisis integral”, indicó el tribunal en la audiencia virtual. La absolución del expresidente tuvo dos de los tres votos posibles. Una de las magistradas salvó su voto al considerar que la condena debía ser ratificada.
El nuevo fallo será elevado por las partes en un recurso adicional a la Corte Suprema de Justicia, que tendrá la última palabra, según dijo Iván Cepeda, senador de izquierda, a la prensa. Cepeda es considerado como una de las víctimas en el caso y no descartó acudir también al sistema interamericano de derechos humanos.
“La justicia ha prevalecido”: el comentario de Marco Rubio
El proceso penal contra Uribe, un político conservador de 73 años, generó un pulso político entre seguidores y detractores cuando el país está en plena campaña preelectoral para los comicios legislativos y presidenciales de 2026. Uribe se lanzaría de nuevo para ser senador si sus temas judiciales se lo permiten, según indicó su partido, el Centro Democrático.
El abogado penalista Fabio Humar indicó a The Associated Press que Uribe podrá aspirar al Senado mientras esté en libertad y la Corte Suprema define un eventual recurso adicional. Humar consideró que, aunque el recurso en la Corte suele demorarse años, la decisión sobre Uribe será mucho más rápida dada la importancia del caso en el país.
Paloma Valencia, senadora uribista, celebró el fallo e indicó que se sentía aliviada. “Siempre hemos confiado en su inocencia, siempre defendiendo su legado y su buen nombre”, indicó en X. La decisión también fue celebrada por el expresidente conservador Iván Duque, quien estuvo en el Poder entre 2018-2022).
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, consideró en X que la “justicia ha prevalecido” tras la absolución de Uribe. Para Rubio, el proceso fue parte de una “caza de brujas”.
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La reacción de Gustavo Petro
El presidente colombiano, Gustavo Petro, convocó a una concentración el viernes en la Plaza de Bolívar de Bogotá. La movilización tiene el objetivo de iniciar una recolección de firmas con el fin de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, tras la absolución del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010). La publicación de Gustavo Petro en la que convoca a una movilización. (Foto: X/@PetroGustavo).
El proceso contra el expresidente Uribe comenzó en 2012, cuando presentó una denuncia por difamación contra el senador de izquierda Iván Cepeda.
Uribe aseguró que buscaba en cárceles testigos como Juan Guillermo Monsalve para que lo vincularan con el paramilitarismo. Sin embargo, la Corte Suprema desestimó la denuncia contra Cepeda y, en un giro inesperado, abrió una causa contra Uribe. Sospechaba que era él quien intentaba cambiar la versión de testigos.
Uribe fue detenido en su domicilio brevemente por orden de la Corte en 2020 en medio de la investigación, pero salió libre tras renunciar a su curul en el Senado, lo que hizo que su proceso pasara a la fiscalía. Los fiscales pidieron varias veces que el proceso fuera cerrado, sin lograr convencer a jueces, hasta que decidieron llevar al expresidente al juicio por el que fue condenado a 12 años de prisión domiciliaria en primera instancia.
Colombia, Álvaro Uribe, Gustavo Petro
INTERNACIONAL
GOP senator predicts Trump’s next move in Venezuela amid Hezbollah’s influence: ‘Long past due’

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Hezbollah’s growing foothold in Latin America has found its epicenter in Venezuela, where U.S. lawmakers and former counterterror officials say the Maduro regime has turned the country into a safe haven for one of the world’s most dangerous terrorist groups, giving it access to drug trafficking routes, forged documents and a gateway to the Western Hemisphere.
At a Senate Caucus on International Counternarcotics Control hearing this week, both Republican and Democratic senators warned that Hezbollah’s integration into Latin America’s criminal underworld — once concentrated in Colombia and the tri-border region — has now taken root under Venezuela’s protection.
Witnesses described an illicit web of narcotics, money laundering and passport-for-terrorist schemes that have flourished with state sponsorship, turning Venezuela into what one expert called the «most important facilitator for Hezbollah in Latin America.»
«Venezuela is a willing safe haven for what remains the most lethal, dangerous foreign terrorist organization to the United States,» said Marshall Billingslea, a former senior Treasury official.
US BOLSTERS MILITARY PRESENCE IN CARIBBEAN NEAR VENEZUELA AMID TRUMP’S EFFORTS TO HALT DRUG TRAFFICKING
Hezbollah’s growing foothold in Latin America has found its epicenter in Venezuela, where U.S. lawmakers and former counterterror officials say the Maduro regime has turned the country into a safe haven for one of the world’s most dangerous terrorist groups. (AFP via Getty Images)
Sen. Sheldon Whitehouse, D-R.I., and Sen. John Cornyn, R-Texas, both warned that Hezbollah’s 50-year presence in Latin America now poses a hemispheric threat requiring coordinated U.S. action.
Ambassador Nathan Sales, the former counterterrorism coordinator at the State Department, urged more Latin American nations — especially Brazil and Mexico — to designate Hezbollah in its entirety as a terrorist organization.
The bipartisan tone, rare in today’s Congress, underscored what lawmakers called a clear and present danger — a sanctioned regime in America’s backyard providing cover to a global terror group.
«Venezuela has become a key enabler of Hezbollah’s malign activity in our region,» Sales testified.
«This is not just about the Middle East anymore,» Cornyn added. «It’s about a terrorist organization embedding itself in the Western Hemisphere under the protection of a hostile regime.»
Sen. Bernie Moreno, R-Ohio, went a step further, predicting that the United States will move to end Nicolás Maduro’s rule altogether.

Sen. Bernie Moreno, R-Ohio, went a step further, predicting that the United States will move to end Nicolás Maduro’s rule altogether. (Kayla Bartkowski/Getty Images)
«I think we’re going to free Venezuela,» Moreno said. «That will be one of President Trump’s many, many legacies. It’s long past due, and I think his days are numbered.» Moreno added that he «would be surprised if [Maduro is] still in Venezuela by the end of this year,» signaling growing confidence that Washington could soon pursue regime change in Caracas after seven strikes on alleged narco-traffickers on the seas.
SENATORS LOOK TO BLOCK TRUMP FROM ENGAGING IN ‘HOSTILITIES’ IN VENEZUELA
Billingslea and Cornyn pointed to evidence that Venezuelan officials issued passports to Hezbollah operatives, including accusations that former Vice President Tareck El Aissami helped militants travel freely across the region.
According to Billingslea, more than 10,000 passports were issued to individuals from Syria, Lebanon and Iran under the former Venezuelan vice president, some with known Hezbollah or Hamas ties.
The system, witnesses said, allowed operatives to disguise identities, launder funds and even move into the U.S. with false papers.
Sales detailed how Hezbollah’s operations have become embedded in the regional drug trade, including the trafficking of so-called «black cocaine» compressed into charcoal-like briquettes to avoid detection.
«Hezbollah traffics narcotics through criminal networks active in the tri-border area. … It’s particularly involved in the sale of black cocaine,» Sales said.

«I think we’re going to free Venezuela,» Moreno said. «That will be one of President Trump’s many, many legacies. It’s long past due, and I think his days are numbered.» (Carlos Becerra/Getty Images)
He and others warned that as sanctions squeeze Iran and Hezbollah’s financial channels in the Middle East, the group is relying more heavily on Latin American drug profits to sustain itself.
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Matthew Levitt of the Washington Institute said Venezuela has effectively joined what he called the «axis of evasion,» a global sanctions-defying network linking Russia, China, Iran and North Korea.
«Venezuela plays an important part in this illicit network as it reaches the Western Hemisphere,» Levitt said, describing its role in gold smuggling, oil-for-cash deals and financial cover for Iran and Hezbollah.
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INTERNACIONAL
El antecedente de la rebeldía de Colapinto: el recuerdo del polémico triunfo de Lole Reutemann en Brasil en 1981

Hay momentos en los que un deportista puede llegar a decir basta. Romper los límites. Ir más allá a pesar de las consecuencias. El 29 de marzo de 1981, Carlos Alberto Reutemann protagonizó un quiebre en su carrera, que fue desobedecer la orden del equipo Williams para que le cediera la victoria en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 a su compañero de equipo, Alan Jones. Fue algo similar a lo ocurrido este domingo con Franco Colapinto quien ignoró la orden de mantener posiciones con el otro piloto de Alpine, Pierre Gasly.
Aunque a diferencia del pilarense de 22 años que está comenzado su camino en la Máxima, en aquel entonces Lole dijo “no” porque supo que aquella era una de sus últimas chances de ser campeón en la F1. También fue consciente de que su decisión declaró la guerra interna en la escudería inglesa y que eso iba a ser clave en la búsqueda del título en el resto de la temporada…
Cerca de cumplir 39 años (nació el 12/04/1942) y en su décimo ejercicio en la Máxima, para ese campeonato Reutemann dio el ciento diez por ciento. En la previa se preparó como nunca e hizo un fuerte entrenamiento físico. Se lo veía estilizado y en excelente forma. “Hice un esfuerzo excepcional en ese aspecto, con un régimen muy estricto, como un boxeador”, contó años después, en sus épocas de senador por Santa Fe. Esto sumado a su gran profesionalismo que lo llevó a involucrarse como pocos pilotos en la preparación del auto. Por algo fue uno de los mejores de su época a la hora de poner a punto un coche.
Aunque la historia de aquel fin de semana en el extinto Autódromo de Jacarepaguá, en Río de Janeiro (fue demolido y se reemplazó por instalaciones para los Juegos Olímpicos de 2016), empezó a escribirse mucho tiempo antes. En 1979, sir Frank Williams dijo que quería en su equipo a uno de los tres mejores corredores de la categoría y no dudó en buscar a Reutemann, que tuvo una frustrante temporada en Lotus. El santafesino vio en el coche de Williams, el FW 07, un auto para ser campeón mundial. De hecho Jones lo logró en 1980.

Sin embargo, al llegar al equipo de Grove, Carlos supo que el piloto número 1 era Jones, quien había estado en la escudería británica desde 1978. Entonces hubo una cláusula en el contrato que indicaba que, si en una carrera Reutemann estaba adelante y Jones detrás, a una diferencia menor a siete segundos, debía dejarlo pasar al australiano.
En la primera fecha de 1981, Reutemann venía ganando en el callejero de Long Beach, en la costa oeste de los Estados Unidos. Aunque por la cláusula de los “siete segundos”, se fue afuera en una chicana y fue superado por Jones. Fue elocuente lo ocurrido, Lole no era de cometer esas fallas que eran propias de un novato. Pero esa fue la última vez que cedió…
Dos semanas más tarde, ya en Brasil, estuvo delante de su compañero en las dos clasificaciones del viernes y sábado por más de medio segundo (1m35s390/1m36s337 y 1m36s000/1m36s690). El domingo amaneció con una fuerte lluvia y el ganador de la pole positions (mejor lugar de largada), el local Nelson Piquet, la pifió con la elección de neumáticos y apostó a que iba a dejar de precipitar y que la pista se secaría. Nada de eso ocurrió y cuando arrancó la competencia la lluvia fue más fuerte, patinó con su Brabham y Lole lo superó.
Reutemann quedó puntero y se alejó adelante. Luego de que Jones dio cuenta de Riccardo Patrese (Arrows) y llegó a estar a cuatro segundos de Carlos, pero nunca estuvo pegado al santafesino, cuyo ritmo en la punta fue demoledor en una pista muy complicada por la constante caída de agua.

El australiano solo estuvo cerca de Lole cuando éste se complicó con Keke Rosberg (Fittipaldi), que era rezagado. Una vez que le sacó una vuelta al finlandés, se alejó otra vez. “Se hizo muy largo, porque Rosberg no dejaba lugar, no sé si no me veía, y no quería arriesgarme a un toque peligroso entre los dos”, contó Reutemann.
Cuando faltaban nueve vueltas para el final apareció la tan temida orden de Williams. Charles Crichton Stuart era un ex piloto inglés que luego fue vendedor de autos y logró el acuerdo del equipo inglés con Saudia Airlines, que fue el puntapié para tener el patrocinio de la familia de Osama Bin Laden. Tomó el cartel sin saber que iba a convertirse en uno de los más recordados en la historia de la F1: “Jones-Reut”. Se lo mostraron durante cinco giros, pero Lole hizo caso omiso. La diferencia con Jones era de cuatro segundos.
Se cumplió con el tiempo máximo estipulado para la carrera y a las dos horas le bajaron la bandera de cuadros a Carlos, que terminó 4,4 segundos por delante de Jones. “Un poco me confundí al final porque creí que faltaba una vuelta más. Seguí como si aún faltara una vuelta más por si acaso”, reconoció Lole. Fue al podio donde solo lo acompañó el tercero, Patrese, ya que Jones se enojó y no fue a descorchar el champán…
Sobre el famoso cartel, Reutemann dijo que “nunca vi ningún cartel. Nunca pude verlo e incluso no lo vi a Alan Jones detrás mío porque la nube de spray no deja ver nada. Ni siquiera sabía que su auto (el de Jones) me seguía. Desde el momento que largué, no vi tampoco a Piquet que estaba a mi lado, doblé adelante y seguí así hasta el final”.
“La carrera fue muy difícil porque llovía todo el tiempo y había que concentrarse en el auto para no cometer el más mínimo error. Las condiciones de pista eran muy complicadas y tenía que hacer todo lo posible para mantener el auto en pista”, agregó. Y reveló que tras la carrera “Jones vino a saludarme, me dio la mano y eso fue todo…”
Sin profundizar en el tema y a los pocos minutos de terminada la carrera Lole supo que la guerra estaba declarada. Pero no solo con Jones, sino también con Williams, que rápido se alineó con el australiano.
“Se puso la orden para que Carlos lo dejara pasar a Alan porque eso era lo establecido en un caso como éste, y porque ambos pilotos estaban comprometidos con lo que firmaron”, esgrimió Sir Frank.
“Una vez que aparece la orden, en la siguiente vuelta el piloto debe dejar el paso”, aclaró.
“¿Y si Reutemann no lo vio?”, le preguntaron. Según la cobertura del recordado Germán Sopeña para la revista CORSA, “Williams respondió con un gesto escéptico…”
Jones no se quedó atrás. Ante la primera requisitoria reparó en querer declarar: “Más vale que hable dentro de un rato, cuando piense lo que voy a decir…” Se tomó un tiempo, aunque disparó con munición gruesa. “Creo que Carlos tomó una decisión de muy corto alcance con tal de ganar la carrera. Yo esperaba la decisión del equipo y por eso no ataqué en ningún momento su posición. Ahora sé que, de esta carrera en adelante, Reutemann es para mí lo mismo que correr contra Nelson Piquet, Gilles Villeneuve o Jacques Laffite. Es un enemigo más”, sentenció.
Carlos entendió que tuvo el derecho de apropiarse de ese triunfo en Brasil. Desde la largada se erigió como el ganador. Resultó una victoria implacable que se ubicó entre las mejores de un total de 12 que logró en la Máxima. Fue su cuarto éxito en el vecino país y el tercero por puntos. Ya había vencido con un Brabham en 1972 (no válida por el campeonato), y con Ferrari en 1977 (Interlagos) y 1978 (Jacarepaguá).
En ese momento Lole igualó en la punta del campeonato a Jones y en la siguiente fecha, en Buenos Aires, protagonizó un episodio donde primero fue gracioso, pero no hizo más que echarle leña al fuego. El público argentino bancó a su ídolo en el Autódromo y algunos llevaron carteles, pero con los nombres invertidos “Reut-Jones”. Hasta hubo quienes los vendieron… Jones recogió el guante y le mostró a la hinchada albiceleste el cartel con el orden original “Jones-Reut” y con un Frank Williams a carcajadas. El abucheo no tardó en llegar y fue Reutemann el que entró en escena y le mostró a su gente el “Reut-Jones” y las tribunas se vinieron abajo. Mucha risa y efervescencia, aunque la anécdota costó caro…

En la Argentina, Reutemann fue segundo detrás de Piquet y quedó en soledad a la cima de la tabla donde estuvo hasta la última fecha. Durante el año volvió a ganar y en Bélgica logró su última victoria en la Máxima. Pero luego su equipo no lo acompañó en la lucha por la corona y fue una de las razones por las se le escapó el cetro por apenas un punto ante el mismo brasileño. En la competencia que definió el campeonato, Jones venció, su escuadra lo festejó como si el australiano hubiese sido campeón a pesar de que su otro piloto perdió el título.
A fin de año, Reutemann hizo un repaso de la temporada en un programa en ATC (hoy TV Pública) y sobre la competencia en Brasil indicó: “Fue lo que sentí en el momento, no hubo forma de levantar el pie del acelerador y si levantaba, dejaba el auto parado en cualquier curva, me venía caminando a los boxes, agarraba el bolso y me iba. Esa fue la primera reacción que tuve arriba del coche. La segunda, es que yo nunca tuve marcada la diferencia, porque si me la hubiesen marcado, hubiese hecho más de 7 segundos”.
Aquel Williams FW 07C se guardó en el museo en Grove, tal cual como corrió en las primeras carreras de 1981 ya que luego el alerón delantero fue reemplazado por dos alas externas. También hay una gigantografía del auto de Lole en acción. Si bien el equipo inglés fue vendido a un grupo inversor en 2020, su historia permanece en ese lugar. En 2016 se vendió el chasis 17 con el que Lole corrió en Holanda, Italia, Canadá y Estados Unidos. Esos monopostos suelen ser comprados por multimillonarios de bajo perfil. Pero el auto que ganó en Brasil y que aún conserva hasta el mismo tipo de llantas, se guardó como un trofeo de guerra.

Hoy no debe sorprender lo de piloto número uno y dos. Esta historia viene desde el inicio mismo de la categoría hace 75 años. El tema es cuándo y cómo se debe aplicar una orden de equipo. ¿Era necesario en una segunda fecha y luego del mérito que hizo Reutemann en ese fin de semana? Otro caso más resonante fue el de Ferrari hacia Rubens Barrichello en Austria 2002, cuando el brasileño dominó la carrera, recibió el mandato de dejar pasar a Michael Schumacher (era cómodo líder del torneo), pero levantó antes de cruzar la meta y fue un papelón ¿Alguien dudó que el Kaiser iba a volver a ser campeón ese año?
El espíritu deportivo a veces está por encima de la rúbrica de un contrato. Ese fin de semana Reutemann fue superior en pista a Jones. Sintió que ese triunfo era suyo y fue consciente de que era una declaración de guerra contra su compañero de equipo y el propio Williams. Aunque el hambre de victoria pudo más y Lole supo que en 1981 jugó su última carta para ser campeón mundial. Hace 44 años dijo basta y dejó en claro que la gloria no tiene precio.

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