Se acabó el sueño de River en la Libertadores. Llegó hasta cuartos de final el conjunto de Marcelo Gallardo. Fue derrota por 3-1 en el Allianz Parque de San Pablo ante Palmeiras en la vuelta. No pudo revertir el resultado de la ida y quedó out por un global de 5-2. Y en el final, ya con el resultado sentenciado, los players del Milo se la agarraron con el árbitro Andrés Matonte.

Básicamente, reclamaron por lo que pasó antes del 2-1 de penal de José López. Desde River entendían que no había mano previa de Facundo Colidio -jugando la pelota sin orden del juez- ni falta de Marcos Acuña -expulsado por doble amarilla- en la falta dentro del área que luego el ex Lanús canjeó por gol.

Así, tras el pitazo final, los players de River fueron a increpar a Matonte, que rápidamente fue rodeado por efectivos policiales. La cuestión no pasó a mayores a pesar de la calentura evidente de algunos futbolistas, como el caso de Maxi Salas. Más calmo, pero sin estar de acuerdo con los fallos arbitrales, se vio a Marcelo Gallardo protestarle al charrúa «por las chiquitas» en relación a jugadas del partido.

«El árbitro no supo manejar el partido y, en esa confusión, le dimos ventaja al rival. No puede pasar. El árbitro sintió la presión. Lo llevaba bien y algunas cosas cambiaron en el ST, pero hay que hacernos cargo de los errores nuestros», señaló Gallardo en conferencia.