Desde que comenzó La Voz Argentina, Nico Occhiato cometió varios errores frente a todos. Pero los más recordados tienen que ver con su pronunciación. De hecho, fue Juliana de Miranda quien se tomó el trabajo de darle clases de inglés al conductor.

Sin embargo, el tiempo pasó y en las diferentes galas, Nico siempre tenía errores con los nombres de las canciones en inglés. El conductor hasta llegó a que alguien más leyera las palabras complicadas en otro idioma para él no hacer un papelón.

Pero hace horas, Nicolás sorprendió a todos. Fue durante la gala del miércoles por la noche cuando un participante cantó un tema en inglés y el conductor no dudó en lanzar una frase en inglés para romper el hielo y para sorpresa de muchos, no lo hizo tan mal.

Se trata del nombre de la canción «The Show Must Go On«. Nicolás la pronunció tal cual y todos los coaches quedaron sorprendidos por lo mucho que avanzó en su pronunciación a pesar de tener un pequeño error durante el final de la frase.

EL APOYO QUE RECIBIÓ OCCHIATO

El participante y Miranda lo corrigieron en vivo y Occhiato volvió a pronunciarlo de la manera correcta. Fue entonces que todos los coaches lo felicitaron porque notaron que el conductor había estado practicando y teniendo en cuenta los consejos que le dieron.

En las redes sociales, el clip se viralizó rápidamente y fueron varios los fanáticos del programa que le dejaron comentarios a Nicolás: «Uno que estuvo practicando», «Algo es algo», «No podes no aprender con Juli como profesora», «El alumno ñoño».

En medio del torbellino que generó su separación de Manuel Ibero, Zoe Bogach decidió correrse del chisme y hablar de lo importante: su salud. Con 22 años, la ex Gran Hermano 2023 contó que atraviesa anorexia nerviosa y que ya está acompañada por profesionales.

“No quiero que nadie me tome de ejemplo porque muchas chicas… se van a guiar por mi cuerpo para estar como yo, pero no estoy sana”, advirtió con crudeza. Lejos de eufemismos, Zoe puso números sobre la mesa: “Peso 43 kilogramos y mido 1.62 metros. No es saludable mi peso actual”.

Y sumó contexto de cómo comenzó la caída: “Siempre pesé 50 kilogramos, cuando entrenaba, comía sano, pero por todo lo que me pasa me agarró anorexia nerviosa. Pasé algunos días sin comer porque me daba asco hasta la gaseosa, pero ahora empecé a recuperarme de a poco”.

La ex hermanita explicó que inició “tratamiento psiquiátrico” y por el momento “sin necesidad de medicación”. El cuerpo, mientras tanto, le marcó límites claros: “Tuve que dejar de entrenarme con mi personal las tres veces por semana porque no tengo ni fuerzas. Antes iba al gym todos los días casi dos horas”.

Sobre el origen emocional del cuadro, Bogach no esquivó el tema: dijo que el detonante fueron las infidelidades que asegura haber descubierto en su relación. “Todo lo que me pasó me llevó a que se me cierre el estómago por no poder creer que estuve con una persona que no era la que yo creía».

Y siguió: «No podía dormir por el dolor de panza, y mi cuerpo rechazaba todo lo que trataba de comer”, relató. Y describió un episodio que la desestabilizó: “Yo sospechaba de una chica… Cuando lo confronté me lavó la cabeza al punto que le tuve que pedir perdón… Me obligó a borrar los videos que había hecho y que diga que era una campaña de marketing”.

Zoe fue categórica al desmentir versiones que la vincularon con futbolistas: “Desmiento totalmente las versiones de que estuve con Leandro Paredes y Mauro Icardi. Manuel no sabía con qué defenderse y salió con eso”. También aclaró que, si bien se alejó de amigos durante la relación, no se reconoce víctima de violencia de género.

También afirmó que fueron “más de 20 chicas” las que le enviaron capturas de chats subidos de tono con su ex. Con la sinceridad que la caracteriza, habló de inseguridades que aparecieron al calor de las redes: “Es la primera vez que tengo un desorden alimenticio de esta magnitud…»

«Él jamás me hacía comentarios de mi cuerpo, salvo cuando dijo por TikTok que ojalá yo tuviera las lolas operadas. Sí me generó inseguridad y me quiero operar, pero además porque quiero hacer un cambio en mí” finalizó. Sobre el corazón, hoy prefiere bajar un cambio: “No sigo enamorada de él, pero lo sigo queriendo… Ahora estoy atravesando un duelo y no me dan ganas de salir con otro. Quizá en un mes me den ganas…”.

La serie Anatomía de un escándalo se transformó en un fenómeno mundial apenas se estrenó en Netflix en 2022. Con solo seis episodios, logró atraer audiencias en todo el planeta. Su combinación de política, drama y temas tabú encendió debates y críticas.

La historia sigue a Sophie, esposa de un influyente político británico. En apariencia, llevan una vida de privilegio, pero todo se derrumba cuando su marido es acusado de un grave delito sexual. En medio del juicio, Sophie debe decidir si creer en quien fue su compañero o aceptar una verdad devastadora.

Una de las claves del éxito de esta miniserie es su estructura condensada: seis episodios sin relleno, cada capítulo avanza con ritmo implacable. Esta fórmula mantiene al espectador de Netflix en tensión constante, algo poco común hoy en día con series largas.

Aunque no es un documental, la trama toma elementos de escándalos políticos reales en Reino Unido. La serie está basada en el bestseller homónimo, que amalgama casos reales con ficción para exponer cómo el poder y el privilegio pueden corromper hasta lo íntimo.

LA SERIE DE NETFLIX QUE ES UN ÉXITO A NIVEL MUNDIAL

El reparto incluye nombres de peso como Sienna Miller, Michelle Dockery, Rupert Friend y Naomi Scott, quienes le aportan verosimilitud y camadas de matices humanos. Cada personaje, desde abogados hasta testigos, aporta piezas al rompecabezas judicial y moral.

En un catálogo saturado de contenido, esta miniserie de Netflix destaca no por su tamaño, sino por su intensidad. Drama, poder, verdad y traición construyen una trama que late al ritmo del debate ético y social. No necesita temporadas numerosas para dejar marca.

Desde su estreno, Anatomía de un escándalo generó reseñas, críticas y discusiones en redes. Su capacidad para exponer grietas en las instituciones y en las relaciones humanas la convierte en una producción que trasciende el entretenimiento: es un espejo incómodo que invita a repensar la justicia, la lealtad y el costo del silencio.