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POLITICA

Martín Menem reabre el diálogo con los bloques de centro para consolidar su continuidad en Diputados

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Martín Menem atraviesa el momento más delicado desde que llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados. Con cuestionamientos de propios y ajenos, el riojano mueve fichas para evitar ser desplazado y asegurar su reelección a fin de año. En las últimas semanas se propuso reconstruir los vínculos políticos que él mismo descuidó y aceleró el diálogo con los bloques de centro.

Una de esas reuniones no pasó inadvertida: Menem se sentó cara a cara con Emilio Monzó, con quien mantiene una relación tirante desde el inicio de la gestión libertaria. El encuentro fue el lunes pasado, en su despacho del primer piso del Palacio Legislativo, y tuvo un eje central: la conformación de la Auditoría General de la Nación (AGN), paralizada desde hace casi un año por la vacancia en seis de sus siete cargos. Monzó, que deja su banca en diciembre, busca asegurarse un lugar entre los tres auditores propuestos por Diputados. Menem no se lo garantizó, pero sí abrió la puerta a negociar.

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Los otros dos lugares que corresponden a la Cámara baja se repartirán entre el peronismo -que aspira a revalidar el mandato vencido de Juan Forlón, amigo personal de Máximo Kirchner- y el oficialismo, que quiere promover al apoderado nacional de La Libertad Avanza, Santiago Viola, en detrimento del macrista Jorge Triaca. Los libertarios todavía no libraron esa discusión, que podría volver a tensar la relación con su principal aliado.

Emilio Monzó junto a sus colegas de bloqueHernan Zenteno –

Para desactivar esa puja, Menem intentó reflotar un proyecto que presentó a comienzos de año: ampliar de tres a cuatro los representantes de Diputados en la AGN, a costa del Senado. Así, los cuatro principales bloques -Unión por la Patria, La Libertad Avanza, Pro y Encuentro Federal- podrían designar un auditor cada uno. El Senado, en cambio, quedaría con solo dos. Pero la propuesta no prende. En el resto de los espacios le reclaman al titular de la Cámara que resuelva el conflicto por la vía política y no a través de un atajo parlamentario.

El diálogo con Monzó no fue casual. Menem busca sumar aliados justo cuando se acerca el momento de revalidar su continuidad. Acorralado por las advertencias de casi todos los bloques, que le reprochan falta de diálogo y carencia de institucionalidad, intenta revertir la crispación y teje cumbres para recomponer puentes. “Tiene una visión muy pragmática con los bloques de centro”, aseguran cerca suyo. En su entorno hablan de una “etapa de acuerdos” y de una impronta “híper institucionalista” con la que confían en garantizar su reelección. En esa línea, también mantuvo conversaciones con Carlos D’Alessandro, de Coherencia, y Oscar Zago, del MID, ambos libertarios que rompieron con su conducción.

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Para Menem, Monzó también representa una vía de acceso a los gobernadores esquivos de Provincias Unidas –Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz)-, que podrían ser determinantes en la conformación del próximo Congreso.

Pero la amenaza más seria no viene de la oposición, sino desde adentro. La tensión con Santiago Caputo, asesor presidencial, sigue sin tregua. La disputa quedó expuesta en la última sesión, cuando el oficialismo logró modificar el proyecto que limita el uso de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) y lo devolvió al Senado. Evitaron así -aunque solo momentáneamente- su sanción definitiva. Desde la Casa Rosada, Caputo se atribuyó la maniobra junto al jefe de Pro, Cristian Ritondo, y se encargó de difundir su gestión política.

Cristian Ritondo y Santiago Caputo, en la cena de la Fundación Libertad

Menem no la dejó pasar. Aseguró ante los suyos que el salvataje fue producto de su propio trabajo, coordinado junto al ministro del Interior, Lisandro Catalán, y el jefe de Gabinente, Guillermo Francos. También se adjudicó el rechazo del proyecto impulsado por los gobernadores para coparticipar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), nocivo para las administración libertaria, que hubiese perdido una suculenta caja. “Si algo sale bien, se lanza a operar en los medios para anotarse el triunfo. Si algo sale mal, se despega y culpa a los demás”, bramaron cerca del riojano sobre Caputo.

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Es que el enfrentamiento ya trascendió lo discursivo. Caputo levanta a Ritondo, uno de los que ambiciona el sillón que hoy ocupa Menem. En los pasillos del Congreso circula la versión de que Mauricio Macri -a quien Milei volvió a acercarse tras las gestiones de gobernabilidad en Estados Unidos- promueve al jefe del bloque Pro para la presidencia de la Cámara baja. Sin embargo, en del macrismo relativizan la hipótesis. “No hay un pedido expreso de Macri, sino un planteo de cambio de dinámica”, admiten. También advierten que exponer a un referente propio en una conducción política que depende del humor de la Casa Rosada no sería, precisamente, un lugar cómodo.


Delfina Celichini,Cámara de Diputados,Auditoría General de la Nación,Conforme a,,Cumbre con Trump. Milei viaja otra vez Washington: inversiones, tarifas y “una avalancha de dólares”,,Interna libertaria. Santiago Caputo le baja el tono a la polémica con Francos y no descarta ocupar un lugar en el gabinete,,Pedido de informes. Diputados cita a Karina Milei por la filtración de los audios de Spagnuolo,Cámara de Diputados,,Pedido de informes. Diputados cita a Karina Milei por la filtración de los audios de Spagnuolo,,Límites a los DNU. La oposición cree tener los votos en el Senado y analiza apurar la sanción del proyecto la semana próxima,,Diputados. Aprobaron un cronograma de reuniones para darle dictamen al proyecto de Presupuesto 2026

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Esta semana sale el libro de Mauricio Macri sobre Franco: “La de los noventa fue una década desastrosa para mi padre”

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Franco Macri, por Mauricio Macri. De eso se trata el nuevo libro del expresidente que esta semana saldrá a la venta. Su nombre es “Franco”, y la edición a cargo de Planeta lleva en el subtítulo: “Vida de mi padre. La historia de mi mayor maestro y mi gran antagonista”.

La relación del expresidente con su padre siempre fue particular. “El éxito es un compañero de ruta muy duro, paradójicamente”, declaró Mauricio Macri en una entrevista con Seúl. En el libro narra detalles de la expansión empresarial, el punto de quiebre que representó el secuestro y la nueva etapa que empezó cuando decidió dedicarse a la política.

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Mauricio Macri y su libro Franco

A continuación, algunos fragmentos de la nueva publicación:

– “La foto debe ser de 1961 o 1962 (en referencia a la tapa del libro). No recuerdo quién la tomó. Estoy sobre los hombros de mi padre. Estamos en Mar del Plata. Más exactamente en el puerto. Detrás se pueden ver unas estructuras de madera que se elevan hacia el cielo. Papá ha conseguido su contrato más importante hasta el momento: tiene a su cargo la construcción de los silos, los muelles y las torres. Una obra inmensa. Por eso estamos viviendo allí con mamá, en una casa en el barrio Los Troncos. Él sonríe, orgulloso. Esa misma sonrisa que le vi tantas veces dibujada en el rostro. Amplia, satisfecha, generosa. Yo estoy mirando para el costado sin saber que en esa foto se encuentra quien años después será el empresario más importante del país. Por supuesto, mucho menos sabe ese chico de dos años a caballito de su papá que medio siglo más tarde será elegido presidente de la Nación Argentina por más de la mitad de sus compatriotas.

Crecí admirando a ese hombre. Fue el mayor de mis maestros. Nada de lo que soy, nada de lo que alcancé en la vida habría sido posible sin él. Nada habría sido igual. Como todos los hijos cuando nos volvemos grandes, encuentro en mí rasgos, actitudes y palabras suyas. Pero también reconozco las diferencias que nos separan y que convierten a cada uno en una persona única y distinta.

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Nuestra relación no siempre fue fácil. En la tradición en la que papá se había criado, la figura del primogénito tenía un peso determinante. En las viejas familias italianas, el hijo mayor reunía características particulares. Es el que cargará con una serie de obligaciones y expectativas que, si bien no están escritas, conforman toda una idea de familia.

Al primogénito se lo prepara para ser el sucesor, pero claramente, como lo irán viendo en este libro, ese día para mí nunca iba a llegar. Él no pudo imaginarse dejar de controlar lo que había construido. Su conflicto con la finitud de la vida fue algo que nunca tuvo solución. Y eso no solo afectó su relación conmigo, sino con todo su entorno, generando costos en el mundo de los afectos muy grande.»

– “Durante los años ochenta y la primera mitad de los noventa trabajamos juntos. Lo acompañé desde Socma, el holding que creó para agrupar sus diferentes empresas. Tuve la oportunidad de dirigir Sideco, su gran constructora, y también Sevel, la fábrica de automóviles Fiat y Peugeot que lideró el mercado en aquellos años.

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La convivencia en los negocios fue difícil. Nuestras peleas y conflictos eran permanentes. Franco solía estar rodeado de personas que le daban la razón sin ninguna distancia crítica. Lo veían como un iluminado al que, según ellos, yo no quería o no sabía comprender. Pero yo veía otra cosa. Había descubierto que el mismo hombre que supo construir un imperio económico era capaz una y otra vez de poner todo en peligro con sus decisiones. “Vos no entendés nada”, me decía. Pero algo ya estaba entendiendo: la capacidad de construir y la de destruir están más cerca de lo que se podría pensar. Empezaban a convivir los consejos del maestro con el rol de saboteador de las cosas que yo hacía.»

– “Cuesta mucho imaginar que hace apenas unas décadas los italianos querían irse y comenzar de nuevo sus vidas en la Argentina. Pero aquella Argentina ofrecía algo que la vieja Italia tan golpeada parecía haber perdido: el futuro.

Lo que más quería Franco era comenzar su nueva vida en la Argentina. Italia había quedado atrás aun antes de la partida. Hasta donde sé, jamás se arrepintió de su decisión. Franco decía que admiraba la capacidad para tomar riesgos de su padre: haber dejado su país para empezar de nuevo en otro lugar. Yo admiro la decisión de Franco junto con la de sus hermanos. Todo iba a quedar atrás: amigos, familia, primeros amores, universidad. Y lo que tenían por delante era una completa incógnita. Su capacidad para tomar riesgos no me alcanza para describir ese momento. Además se trata de coraje.

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Aún hoy pienso en esos inmigrantes italianos, tan iguales a tantos inmigrantes en tantos lugares del mundo en todos los tiempos. Los imagino camino a comenzar una nueva vida en un lugar extraño, con poco o ningún dinero, con algún o ningún contacto, con guiños del destino o sin ellos. Pienso en sus temores, en la incertidumbre que los rodeaba.

El 18 de diciembre de 1948, Franco con dieciocho años, Pía con dieciséis y Tonino con catorce, partieron de Génova. El viaje demoró dieciocho días. El barco solamente se detuvo para pasar la Navidad en el puerto de Las Palmas, en las Islas Canarias. Los camarotes para mujeres contaban con ocho o diez camas, y el resto eran galpones con varias filas de literas de tres pisos. Así viajaron los jóvenes Macri rumbo a América.

Los hermanos llegaron a Buenos Aires el 7 de enero de 1949. Ese día, mientras buscaba con la mirada a su padre desde la cubierta del barco, Franco Macri comenzó la segunda de sus vidas.»

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– “Bajo el gobierno de los militares, los argentinos comenzamos a vivir otra de nuestras ilusiones recurrentes de la mano del dólar barato, la apertura de las importaciones y el auge de las operaciones financieras. Sin embargo, nuestros males de siempre se mantuvieron e incluso se agravaron: el déficit, la inflación y la deuda externa no hicieron otra cosa que crecer en la segunda mitad de la década del setenta.

Lo cierto es que papá trabajó durante esos años tal como lo había hecho hasta ese momento y lo continuaría haciendo tras la recuperación democrática en 1983. Como siempre y como solo sabía hacer, siguió construyendo y emprendiendo. Nunca permitió que la política interfiriera con las actividades de su empresa. El mejor testimonio de ello es la pluralidad ideológica entre quienes integraron el equipo de Socma. En aquellos años papá se jugó por sus colaboradores y los defendió frente a los militares que los habían condenado a muerte. Perseguidos políticos que fueron en muchos casos detenidos y torturados, como Carlos Grosso, José Octavio Bordón y Ricardo Kesselman, convivieron en las oficinas de Socma con liberales como Ricardo Zinn, Jorge Aguado o mi tío, Jorge Blanco Villegas, que mantenían simpatías públicas con el gobierno de entonces.

En 1978 el periodista y editor Jacobo Timerman fue secuestrado y torturado. El hecho fue un escándalo internacional que obligó a los militares a detener al periodista bajo el régimen de prisión domiciliaria. Timerman vivía en nuestro mismo edificio, en el barrio de Recoleta. Presos de la locura de la época y de la campaña desatada por el gobierno contra el periodista, muchos vecinos plantearon su expulsión del edificio. Para papá era algo inadmisible y se enfrentó a los copropietarios de manera contundente. Muchos años después uno de los hijos de Timerman, Javier, recordaría este hecho que me llena de orgullo.»

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– “Mi década del noventa comenzó en las primeras horas del sábado 24 de agosto de 1991 en la esquina de Figueroa Alcorta y Tagle. Esa noche fui secuestrado por una banda de expolicías que me mantuvieron en cautiverio a lo largo de catorce días. Este hecho cambió mi vida para siempre, cambió mi relación con mi padre y mi visión acerca de lo importante y lo superfluo. De alguna manera, fue como si una nueva versión de mí mismo hubiera nacido en aquellas jornadas aterradoras encadenado en un sótano.

El secuestro provocó que la relación con papá se desequilibrara. Desde ese momento, ninguna agresión me afectaría tanto como las suyas. Lo increíble era que, al mismo tiempo, nadie me demostró más amor que él. Me llevó mucho tiempo y mucho trabajo entender que para él se trataba de algo imposible de controlar. Una suerte de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde. Pasaba de una emoción a la otra en segundos, sin siquiera darse cuenta.

Los años siguientes fueron los peores de nuestra relación. Se desató una guerra permanente. Me echaba y me contrataba todas las semanas. Me ayudaba y luego me boicoteaba. Me empoderaba y al instante me desautorizaba.

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Mi futuro ya no estaba tan claro. Ser el delfín de Franco había dejado de ser una buena idea. Mi vida tendría que ser la mía y no la suya. Poco tiempo después, Isabel Menditeguy me ayudó muchísimo a reflexionar sobre todo aquello. Me impulsó a comenzar un proceso psicoanalítico muy profundo en el que pude revisar el vínculo con papá y conocerme o, más bien, reconocerme, desde otro lugar.

No iba a ser fácil lo que teníamos por delante Franco y yo. Para un hombre como él, la empresa familiar debía ser mi lugar. Para mí, ya no. Empezó a tomar forma un nuevo sueño, exclusivamente mío, independiente y autónomo: alcanzar la presidencia de Boca Juniors.

Había sobrevivido a un cautiverio. No estaba dispuesto a pasar nunca más por esa situación.»

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– “La de los noventa fue una década desastrosa para mi padre. Sé que muchos piensan lo contrario. El relato inventado por Horacio Verbitsky y repetido al infinito por algunos sectores del periodismo y la política intentó mostrar a Franco Macri como uno de los principales beneficiarios de los tiempos de Carlos Menem en la presidencia. Pero esto es falso. Una mentira repetida muchas veces nunca se convierte en una verdad. Comenzó la década como el empresario número uno de la Argentina, para terminar, diez años después, en el puesto número diecisiete.

La llegada de Carlos Menem al gobierno lo encontró al frente de la principal fábrica de automóviles, con una de las principales empresas constructoras, a cargo del sistema de recolección de residuos de buena parte de la ciudad de Buenos Aires, emprendiendo una revolución en materia de telecomunicaciones a través de Movicom, la primera compañía de telefonía celular de América Latina, y con su holding en plena expansión.

Sin embargo, diez años después su situación había cambiado radicalmente. Para el final del siglo pasado, papá había perdido Sevel tras el retorno de Fiat al país, había vendido Movicom a sus socios de Bellsouth y Manliba no pudo renovar su contrato con la Ciudad de Buenos Aires. Además, Itron, la empresa de soluciones informáticas que había desarrollado en Socma, pasó a estar controlada mayoritariamente por Siemens. Dos denuncias falsas cuyo trámite se prolongó por años en la Justicia hicieron creer a una parte de la sociedad que papá y yo mismo estábamos involucrados en maniobras de contrabando y evasión impositiva. Y como no fuese suficiente, en 1997 papá obtuvo la concesión del servicio de correo estatal: un capítulo desastroso sobre el cual, a partir de la llegada del kirchnerismo al poder en 2003, se montó una persecución escandalosa sobre él y sobre mí.

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No es fácil entender el proceso que condujo a esta debacle. La caída fue abrupta y papá ya nunca lograría recuperar el lugar perdido, por el que tanto había batallado. Su responsabilidad en lo que ocurrió no puede eludirse. Todos somos esclavos de nuestras decisiones y de nuestras acciones. Los errores de Franco en esa década fueron grandes, tanto como lo habían sido sus aciertos en el pasado. «

– “Papá, me voy de la empresa. Esto no da para más. Hasta acá llegué…

Las palabras rebotaron en su oficina. Creo que inicialmente no me creyó. Quiero decir, pienso que no creyó que fuera capaz de hacerlo. O no creyó que me fuera a ir bien fuera de la empresa. No me lo dijo. Sospecho que pensó durante mucho tiempo que más tarde o más temprano volvería a Socma. Debe haber percibido que se trataba de una especie de rebeldía juvenil algo tardía. Que ya iba a pasar. Le dije que quería acordar económicamente mi salida de la empresa y sin inmutarse me dijo que él no estaba dispuesto a negociar con su hijo y me planteó que fuera a hablar con uno de sus gerentes de confianza para acordar los términos de mi desvinculación.

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Sentí que algo muy fuerte se terminaba en ese momento. Me cuesta definir exactamente qué es. Para mí, fue comenzar a disfrutar de una libertad que hasta entonces no había conocido. Para él, creo, fue el comienzo de un tránsito por un lugar que también le era desconocido. Le hablé de mi proyecto de postularme a la presidencia del club y, una vez más, tuve la impresión de que no escuchaba. Era el final de una etapa. Finalmente, mi camino y el de papá se bifurcaban. No más peleas, pensé. Y me equivoqué. Porque las disputas continuaron durante mucho tiempo.

A finales de 1995 fueron las elecciones en Boca. Nuestro comité de campaña estaba en mi oficina en Socma. Ser presidente de Boca Juniors era todo lo que quería en ese momento. No solo por todo lo que representa Boca para mí. También por lo que representa para millones de argentinos. Como papá cada vez que decidía emprender un nuevo proyecto, yo también pensaba que iba a poder hacerlo y hacerlo bien.

Ir a Boca era mi pasaje a la independencia.»

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– “Papá se oponía a mi participación en política y no dudaba en hacérmelo saber. Despechado por mi alejamiento de sus empresas, se ocupaba de decirle a todo aquel con el que se encontrara que no veía ninguna posibilidad de éxito en mi proyecto político, que se trataba de una pérdida de tiempo y dinero y que, de un modo u otro, la Argentina seguiría siendo gobernada por el peronismo.

Pero en el transcurso de la primera década del siglo XXI comencé a notar que papá estaba dejando de ser él mismo. Algunas señales de que algo estaba sucediendo en su mente comenzaron a manifestarse de manera cada vez más llamativa. Eran frecuentes sus llamadas desde China, olvidando las diferencias horarias, en las que pedía o contaba alguna cosa y, al poco tiempo, en un nuevo llamado, negaba haberlo hecho, o sostenía exactamente lo contrario. Esos episodios venían acompañados de una profunda irritación, como si no pudiera aceptar o recordar sus dichos, lo que lo enojaba con su interlocutor.

Con el correr del tiempo y tras consultas con los especialistas del Hospital Italiano, supimos lo que estaba sucediendo. Papá estaba comenzando a presentar los primeros síntomas de un proceso de demencia. La noticia fue devastadora para la familia. Él no reconocía las fallas que estaba viviendo en su cerebro. Y muchos de aquellos que lo rodeaban tampoco querían aceptar que su salud se estaba deteriorando. Había construido un aura en torno a sí mismo que hacía que algunos de sus desvaríos fueran interpretados como si se tratara de pensamientos superiores, imposibles de ser comprendidos por personas comunes.

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De pronto fui descubriendo que la misma voracidad que lo había llevado hasta lo más alto de pronto lo estaba empujando barranca abajo. Tiempo después, cuando comencé a leer sobre el síndrome de Hubris, la patología que suele acompañar a los personajes poderosos en distintos campos, descubrí en sus descripciones características de papá antes de la demencia: desmesura, omnipotencia, transgresión de los límites.»


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Guillermo Francos: “Me hubiera gustado probar ser jefe de Gabinete con un bloque de 90 diputados”

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El exjefe de Gabinete Guillermo Francos habló este sábado sobre su renuncia al cargo de jefe de Gabinete del Gobierno de Javier Milei. Aunque reconoció que aceptaría volver a ocupar ese lugar, habló del desgaste y recapituló cómo fueron sus últimas horas en el puesto.

En una entrevista a Radio Mitre, Francos contó que su salida del Gobierno se dio en buenos términos, aunque dejó en claro que no dio un paso al costado por falta de voluntad.

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El exjefe de Gabinete aseguró que se fue “agradecido” y “sin rencores”, y remarcó que sigue convencido de que el rumbo que tomó el Gobierno es el correcto para la Argentina.

El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, durante una reunión con su reemplazante, Guillermo Francos. (Foto: Presidencia)

“Me fui con la frente en alto y el reconocimiento de la gente”

El exfuncionario destacó que lo más gratificante de su paso por el Gobierno fue poder caminar tranquilo y sentir el respeto de la sociedad. “Las últimas imágenes de otros gobiernos eran funcionarios que no podían subirse a un avión por los escraches. Hoy, lo más agradable es irse con el reconocimiento de la gente”, afirmó.

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Francos reconoció que la gestión tuvo momentos duros, sobre todo en el tramo electoral. “Tuvimos etapas distintas. Al principio, la oposición estaba desconcertada y pudimos impulsar leyes fundamentales. La Ley Bases fue un logro enorme, aunque costó mucho. Después, en los años electorales, la oposición hizo todo lo posible para perjudicar al Gobierno”, analizó.

El presidente Javier Milei durante un saludo a Guillermo Francos. (Foto: Reuters - Agustín Marcarian)
El presidente Javier Milei durante un saludo a Guillermo Francos. (Foto: Reuters – Agustín Marcarian)

Sobre el resultado electoral, recordó la sorpresa de ganar la provincia de Buenos Aires por un punto y cómo eso definió la elección. “El presidente Milei se puso la campaña al hombro y convenció a la gente de que este era el camino. La gente no quería volver al pasado”, sostuvo.

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El vínculo con Milei y la interna del Gabinete

Francos aseguró que su salida fue en buenos términos y que mantiene una relación personal de respeto y amistad con Milei. “No guardo rencores. Fui y le dije al Presidente que tenía mi renuncia a disposición, no quería ser un estorbo para la recomposición del Gabinete. Él me agradeció el gesto”, relató.

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Sobre los rumores de desgaste y presiones internas, Francos admitió que “son circunstancias habituales en la vida pública” y que entendió la necesidad de cambios para que el Presidente pudiera tener un equipo coordinado.

Las reformas pendientes y el desafío económico

Francos remarcó que el mayor desafío para el Gobierno es avanzar con las reformas laboral, tributaria y del sistema previsional. “El Presidente lo dijo en campaña: primero había que ordenar las cuentas y ahora empieza la segunda etapa. Necesitamos agrandar la economía y exportar más”, explicó.

El exjefe de Gabinete defendió la política de equilibrio fiscal y aseguró que “el desastre de 100 años no se corrige en dos”. Sin embargo, se mostró optimista: “Creo que la Argentina va a entrar en un proceso de crecimiento impresionante en los próximos años”.

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Sobre el vínculo con Estados Unidos, Francos lo calificó como “histórico” y consideró que el alineamiento internacional es clave para atraer inversiones y abrir mercados.

La relación con los gobernadores y la oposición

Francos reconoció que la relación con los gobernadores fue difícil por la falta de recursos, pero destacó que siempre mantuvo el diálogo. “Una cosa es la relación personal y otra los reclamos. Ahora, con la economía creciendo, va a haber más recursos para repartir”, señaló.

El abrazo entre Karina Milei y Guillermo Francos. (Foto: Leandro Heredia / TN)
El abrazo entre Karina Milei y Guillermo Francos. (Foto: Leandro Heredia / TN)

Sobre la decisión de no invitar a algunos gobernadores a la última reunión, explicó que fue consensuada con el Presidente: “No tenía sentido convocar a quienes solo venían a romper y a quejarse”.

También admitió que la boleta única de papel fue clave en la victoria en la provincia de Buenos Aires y que el temor a “volver al pasado” jugó un papel importante en el resultado electoral.

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“No guardo rencores y sigo apoyando al Gobierno”

Al cierre de la entrevista, Francos insistió en que se va “sin rencores” y agradecido por la oportunidad de haber sido parte de una etapa clave del Gobierno. “Voy a seguir apoyando y ayudando en lo que pueda. Estoy convencido de que este es el camino correcto para modificar a la Argentina, aunque lleve tiempo”, concluyó.

Guillermo Francos, Javier Milei

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Santilli ya tiene su fecha límite: cafés, una carpeta y el lema “ni cero, ni todo” para el presupuesto

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Diego Santilli tomó unos cuántos cafés los últimos días. Se trajo a Buenos Aires reclamos, claro, pero también mates grabados, potes de miel y hasta una remera de Central Córdoba ,de Santiago del Estero. Él no prometió nada.

La carpeta en la que anota el ministro del Interior de Milei tiene unos varios renglones escritos, al igual que la libreta en la que lleva la cuenta de los pedidos de los gobernadores el jefe de Gabinete, Manuel Adorni; esos que después le trasladan a la secretaria general, Karina Milei. El tridente.

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A Santilli le quedan poco más de dos semanas hasta la fecha límite, que marcará el calendario el 10 de diciembre, tope para el llamado a sesiones extraordinarias y para saber qué pasará con el presupuesto. En eso, una serie de interrogantes todavía están en el aire. ¿Cuánto margen de maniobra tendrá para cumplir con las exigencias que llegan desde las provincias? ¿Está el número para aprobarlo?

Diego Santilli con el presidente Javier Milei el día que asumió como ministro del InteriorPresidencia

El proyecto de presupuesto que Javier Milei giró al Congreso en septiembre, perderá estado parlamentario cuando se cierren las sesiones ordinarias. La idea del Gobierno es que, durante las extraordinarias, se trabaje sobre el despacho que ya salió de comisión y que ese mismo texto se enriquezca con las enmiendas que el Poder Ejecutivo habilite tras las conversaciones. La tentativa de Santilli, que quiere colgarse su primera cucarda como funcionario es tener un despacho de comisión el 15 de diciembre para luego ir a sesión.

Quienes vieron por estas últimas horas al ministro del Interior dicen que lo notaron optimista, pero, sobre todo, que intenta guiarse por cierta cautela, distanciado de aquellos que creen que ya está cerrado el apoyo y que el Gobierno la va a tener fácil con la aprobación.

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En la Casa Rosada están dispuestos a ceder, pero con límites, siempre bajo dos principios innegociables: que el superávit fiscal no se toca y que los gobernadores deben equilibrar sus cuentas. “Ni cero, ni todo, pero algo hay que trabajar”, es el mantra que se repite por los pasillos de Balcarce 50 sobre cómo se readecuará el presupuesto a las nuevas demandas. En esa instancia ntrarán en escena dos jugadores clave que todavía miran desde el banco de suplentes: el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Hacienda, Carlos Guberman.

Para liberar fondos, Santilli depende de Caputo; Adorni también está incluido en la mesa de negociación Presidencia

Antes del deadline del 10 de diciembre, Santilli todavía tiene que cerrar un par de encuentros más: a Hugo Passalacqua lo verá el martes en Misiones. Tiene en agenda también a Jorge Macri (ciudad de Buenos Aires), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). ¿Quién dice que el ministro no recibirá a los díscolos? Primero lo primero: los 20 que mostraron predisposición para debatir con Milei. Fuera de la mesa quedaron Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).

Por estos días de noviembre, Santilli mantiene informados con minutas periódicas a los actores importantes del Gobierno. Está en contacto permanente con Adorni y Karina Milei. A veces el jefe de Gabinete oficia de nexo, otras no. Cada tanto también reporta al Presidente. Quienes lo ven dice que desoye las versiones de los malintencionados que le achacan que la hermana presidencial y el exvocero le limitan la gestión. “No se me caen los anillos, es un trabajo en equipo”, repitió ante varios interlocutores.

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En el esquema oficial está previsto que antes del 10 de diciembre se junte también la mesa política y que Santilli le lleve una especie de tablero de control a Caputo y Guberman, con sus consideraciones sobre los pedidos de los gobernadores: sí o no a estos fondos, sí o no a estas obras… Finalmente, las decisiones.

En medio del tic-tac hasta esa fecha, Kicillof sigue con los suplicios para que la Nación lo reciba. En otra onda se posiciona el todopoderoso Insfrán. Quienes hablaron con el formoseño dicen que está totalmente despreocupado por la falta de convocatoria. “¿Para qué?“, habría exclamado. Por su parte, Quintela recibió un espaldarazo del santiagueño Gerardo Zamora, que además de bromear a Santilli por ir a la Gobernación el viernes justo a la hora de la siesta le pidió que escuchara a su colega riojano. Eso entre otros reclamos que le hizo, como que la Casa Rosada incluya en el Presupuesto las transferencias directas de los ATN y del Impuesto a los Combustibles, que tenía la ley de los gobernadores que Milei vetó y el Senado ratificó antes de las elecciones.

En el Gobierno nadie reconoce en voz alta que dentro de las charlas esté el pedido a los gobernadores peronistas para que rompan los bloques de Unión por la Patria (UP) en Diputados y en el Senado.

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El viernes, Santilli estuvo con Zamora en Santiago del Estero

En dupla, Adorni y Santilli buscaron mostrar a las provincias que hubo una agilización del tratamiento de los temas con respecto a sus antecesores Guillermo Francos y Lisandro Catalán. A través de conversaciones y decretos, habilitaron que Mendoza pueda acceder a un crédito para obras de agua potable y saneamiento, retomaron las tratativas por el corredor bioceánico para Salta y firmaron las retenciones cero para las exportaciones de petróleo convencional que pidió Chubut.

Sin embargo, todavía el Gobierno incumple con determinados fondos para las provincias que están estipulados por ley. Mientras esos temas siguen en la Corte Suprema de Justicia y los gobernadores resumen el pedido con la sencilla frase “dame la mía”, por los pasillos de la Casa Rosada algunos reflexionan sobre los primeros dos años de gestión y se entusiasman: “Dejaron la vara baja. Les cumplieron cero a todos hasta acá. Entonces, ¿quién dice que con muy poco no podemos tener el número para aprobar?“.


Diego Santilli,Milei,Luis Caputo,Kicillof sigue con los suplicios,Guillermo Francos,Paula Rossi,Diego Santilli,Javier Milei,Conforme a,,Cambios en el Gabinete. Monteoliva reemplazará a Bullrich y Presti será el primer militar en Defensa desde 1983,,Esta semana. Sale el libro de Mauricio Macri sobre Franco: “La de los noventa fue una década desastrosa para mi padre”,,“No olvido, pero no guardo rencores”. Guillermo Francos contó cómo fue su renuncia y admitió una campaña de desgaste,Diego Santilli,,Diez minutos de reclamos. Así es el “videíto” que Bianco le mandó a Santilli por WhastApp para insistirle en que lo reciba,,DNU. El Gobierno modificó la Ley de Ministerios: Scioli pasa a la órbita de Adorni y Renaper queda bajo control de Santilli,,Irá el viernes. Santilli viaja a Santiago del Estero para negociar con un histórico aliado de Cristina

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