ECONOMIA
El fuerte aumento de los ingresos laborales de las familias fue clave en la caída de la pobreza

En el primer semestre de 2025, la situación social de Argentina experimentó un punto de inflexión: la capacidad real de gasto de las familias se expandió 36,2%, superando ampliamente el ritmo de la inflación y la evolución de la canasta básica total (CBT) y la canasta básica alimentaria (CBA).
Esta contundente mejora -verificada de forma exclusiva a partir del entrecruzamiento de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y los informes de precios del Indec- no solo permitió una baja histórica de la pobreza, sino que reconfiguró la relación entre ingresos laborales y no laborales en la estructura de los hogares en los 31 aglomerados urbanos más relevantes del país.
Por primera vez desde la salida de la pandemia, los ingresos per cápita de las familia avanzaron en dos períodos consecutivos por encima del costo de las canastas básicas.
Según los valores desestacionalizados y ajustados por inflación, el ingreso total de las familias creció 34,8% frente al primer semestre de 2024 y 13,6% respecto de 2023, mientras el costo de la CBA retrocedió 15,9% y 14,4%, respectivamente. La CBT, en tanto, bajó 2,6% y 8% interanual, resultados que robustecen el poder de compra de los hogares y explican el rápido descenso de los indicadores de vulnerabilidad social.
El ingreso total de las familias creció 34,8% frente al primer semestre de 2024 y 13,6% respecto de 2023, mientras el costo de la CBA retrocedió 15,9% y 14,4%, respectivamente
Estos números se sostienen en una base estrictamente monetaria, sin incluir transferencias puntuales ni cambios metodológicos.
El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza descendió hasta 24,1%, una cifra que, trasladada a personas, equivale al 31,6%. En comparación con el 52,9% del primer semestre de 2024 y el 40,1% de 2023, se evidencia la mayor reducción interanual desde que existen series comparables en la EPH.

Por su parte, el universo que permanece bajo la línea de indigencia se redujo a 5,6% de los hogares (6% de las personas), niveles inéditos desde 2017.
La proyección ampliada sobre la base del total país para los 31 grandes aglomerados deriva en 3.909.900 hogares pobres -unos 15,05 millones de personas-, de los cuales 853.744 hogares (3,29 millones de habitantes) todavía caen en la indigencia.
La tendencia a la baja se consolidó a partir de la recomposición de los ingresos monetarios y el impacto diferencial de los salarios y del trabajo independiente
Si bien los porcentajes continúan reflejando un desafío importante, la tendencia a la baja se consolidó a partir de la recomposición de los ingresos monetarios y el impacto diferencial de los salarios y del trabajo independiente sobre el bienestar familiar.
El núcleo de la transformación radica en el comportamiento de los ingresos laborales en valores ajustados por inflación, que experimentaron una suba real histórica: 35,9% frente a igual semestre de 2024 y 16,3% respecto de 2023. Esta mejora encuentra un correlato equivalente en los ingresos no laborales (jubilaciones, pensiones, programas sociales y asignaciones familiares), que aumentaron 30,8% y apenas 5% en los mismos períodos.
El análisis detallado revela que la fuerza del mercado de trabajo y la expansión de la ocupación, sobre todo en sectores informales y de baja calificación, explicaron gran parte de la baja de la pobreza.
Los ingresos laborales pasaron de representar el 76,4% del total familiar en el primer semestre de 2023, al 77,5% el año siguiente y llegaron al 78,2% en 2025. Este corrimiento estructural ilustra la creciente autonomía del ingreso por trabajo como principal sustento de los hogares y el retroceso relativo de los ingresos no laborales, que pasaron del 23,6% al 21,8% en solo dos años.
El fenómeno, sin embargo, no es homogéneo. Doce jurisdicciones urbanas registraron un aumento de la proporción de ingresos no laborales, fenómeno especialmente visible en Gran La Plata (6,4 puntos porcentuales más, hasta 38,9%, con una diferencia de 9,2 puntos respecto a 2023), Río Gallegos, Bahía Blanca y Gran San Juan, entre otras.
Del otro lado, diecinueve aglomerados acrecentaron la participación del ingreso laboral, con Gran Tucumán-Tafí Viejo (suba de 4,5 puntos a 75,2%), Río Cuarto, Gran Resistencia y Gran Rosario en la vanguardia.
Entre los recursos no laborales, la Asignación Universal por Hijo demostró una notable capacidad de actualización: el monto creció 31,2% real frente al primer semestre de 2024 y acumuló 61,8% en el bienio. Sin embargo, el haber mínimo jubilatorio avanzó solo 9,8% en el año (21% el resto de las prestaciones), y retrocedió entre 10,9% y 15,4% respecto de 2023. Esta asimetría revela que el desempeño de la asistencia social fue importante, pero no compensó la desaceleración de otras transferencias.
La política social desplegada en el semestre puso el foco en una mayor cobertura y actualización de asignaciones familiares y subsidios directos, logrando contener la vulnerabilidad extrema, aunque el protagonismo en la mejora del bienestar estuvo claramente en el campo laboral.
El cruce de variables muestra que tres factores operaron sobre la reducción de la pobreza y la indigencia, en orden de impacto:
1. Caída del costo real de las canastas básicas: la marcada desaceleración de la inflación y la mayor disponibilidad de bienes subsidiados redujeron los pisos de referencia que determinan líneas de pobreza e indigencia.
2. Salto de los ingresos laborales, especialmente en la franja informal: la revitalización de la actividad económica permitió recomponer salarios, sobre todo en empleos de baja protección que históricamente quedaban rezagados.
3. Rediseño y focalización de la política social: la política salarial y la reorganización de asignaciones y transferencias directas mejoraron la llegada de los fondos y sostuvieron en parte a los sectores más rezagados.
Este proceso generó un fenómeno inédito en la última década: en la mayoría de los aglomerados urbanos, el avance del trabajo sobre las transferencias de subsidios sociales y aumento de las jubilaciones y pensiones dio lugar a una estructura de ingresos más robusta, capaz de sostener la mejora social en escenarios económicos adversos.
Al mismo tiempo, la persistencia de brechas y la concentración de ingresos no laborales en ciertas áreas revela que la transición no es homogénea ni está exenta de desafíos estructurales.
Si bien la recuperación de los ingresos laborales fue decisiva para empujar la disminución de la pobreza y la indigencia, el proceso enfrenta interrogantes críticos de cara a los próximos trimestres.
La capacidad de sostener el crecimiento del empleo formal, la reducción de la inflación a niveles de un dígito porcentual al año y magnitud de las políticas de ingresos no laborales serán variables determinantes.
ECONOMIA
La City se la juega: acciones y bonos recomendados para invertir en la previa electoral

En medio de una volatilidad profunda en las cotizaciones de acciones y bonos, por el escenario tanto político como económico, la City está recalculando las alternativas de inversión. En este sentido, los analistas llaman a tener precaución ante este clima tan incierto, por la tensión en el precio del dólar, y a la espera de la definición de los resultados de las elecciones nacionales del 26 de octubre. Es que allí se abre un abanico de posibilidades según cuan favorable o desfavorable sea el resultado para el Gobierno.
Por lo pronto, el principal índice de acciones líderes, el Merval de ByMA, acumula en todo octubre un positivo en torno al 8%.
Algunos expertos de mercado prefieren esperar al «día después» de la votación para brindar una cartera más acertada. Otros, en cambio, plantean instrumentos conservadores o los distintos escenarios que pueden presentarse.
«Hasta el día 26 creo que tenemos que esperar porque no hay una dirección clara. Está el apoyo de Estados Unidos, pero se debe esperar a los resultados de las elecciones y ser prudentes», afirma Gustavo Neffa, economista y analista de Research for Traders (RfT).
En el mismo sentido, suma Marcelo Bastante, analista de mercado: «El mercado es una montaña rusa. Cada mensaje en redes sociales de los funcionarios es una suba o una baja del 10%».
Por eso, sugiere refugiarse en bonos del Tesoro de Estados Unidos o en dólares en cash.
«A partir de los nuevos anuncios y el apoyo económico del Tesoro de Estados Unidos, el mercado local volvió a reaccionar con fuerza, sobre todo en los bonos. Este tipo de respaldo mejora las expectativas de acceso al financiamiento y reduce el riesgo país, por lo que se refleja más rápido en los títulos soberanos. En cambio, en el caso de las acciones, el impacto no es inmediato: las empresas necesitan un entorno más estable, visibilidad sobre el rumbo económico e incentivos a la inversión para que se consolide un ciclo de crecimiento», resume Isabel Botta, manager de Producto en Balanz.
Andrés Repetto, analista técnico de mercados financieros, creador de Andy Stop Loss y agente productor de Balanz, agrega a iProfesional: «Mi sugerencia es no invertir en nada de Argentina antes de las elecciones, ya que, en caso de que al Gobierno le vaya mal, pueden seguir bajando las cotizaciones. Por eso, mi sugerencia es invertir en activos del exterior, es decir, en pesos en Certificados de Depósito Argentinos (CEDEAR), para salir del riesgo local y orientados a tecnología e inteligencia artificial, donde veo oportunidades».
Incluso, algunos analistas arman carteras en base a una mirada positiva o negativa sobre el resultado posible que tenga el Gobierno.
«Los años electorales argentinos generan contextos excesivamente volátiles, producto de que siempre nos debatimos entre dos modelos económicos contrapuestos que funcionan con tipos de cambio muy diferentes. Esto provoca que, cuando se comienza a anticipar que el peronismo puede volver al poder, el precio del dólar actual se dispara hasta valores que, aunque pueden no estar justificados por los fundamentos económicos y financieros del gobierno actual, están justificados por el miedo derivado de recordar lo que ocurrió en experiencias pasadas», reflexiona Leonardo Guidi, analista de AN Conectar y experto en valuación de empresas.
Bonos para quienes esperan un escenario positivo
En caso que se espere un resultado electoral considerado positivo para el Gobierno, los distintos analistas recomiendan determinadas acciones y bonos.
Así, en base al respaldo de Estados Unidos y a una posible respuesta favorable en las elecciones, se destacan oportunidades «claras» tanto en instrumentos en pesos como en dólares.
«Los bonos en pesos de corto plazo, como las LECAP, siguen siendo una herramienta sólida para capturar rendimiento con bajo riesgo de duración. Actualmente, rinden en torno al 54% anual efectivo y ofrecen liquidez diaria, lo que los hace atractivos para perfiles conservadores que buscan preservar capital sin resignar retorno», afirma a iProfesional Esteban Castro, economista y CEO de Inv.est.
Por otro lado, indica que los bonos soberanos ajustables por BADLAR, como el de la Ciudad de Buenos Aires al 2028 (BDC28) y el de la Provincia de Buenos Aires a mayo de 2026 (PBY26), debido a que están ofreciendo rendimientos en torno al 62% al 64% anual en pesos, con pagos trimestrales «interesantes».
En cuanto a oportunidades en dólares, Castro sostiene que el BOPREAL Serie 2 (BPY26) es ideal para perfiles conservadores: «Ofrece una TIR cercana al 8 % anual en dólares, con pago de capital asegurado y sin riesgo soberano directo, ya que está respaldado por el Banco Central».
Para perfiles más agresivos, recomienda el bono soberano en dólares Global al 2030 (GD30), que rinde 15,7% anual, «reflejando un escenario muy pesimista que, si se revierte, podría dejar espacio para subas de capital relevantes».
Desde la proyección de Botta, en el tramo de bonos, sostiene que, en caso de concretarse el apoyo de Estados Unidos y el Gobierno logra ordenar el esquema monetario y cambiario, «podría mejorar el panorama de reservas y generar un escenario más estable. En ese contexto, los bonos globales 2038 (GD38) y 2041 (GD41) serían los que más se beneficiarían de una baja del riesgo país y una recuperación económica».
En tanto, Guidi suma: «Creo que sigue siendo el escenario más probable que La Libertad Avanza será la fuerza política más votada. Allí, están todos los incentivos para asumir voluntariamente más riesgo, por ejemplo, invirtiendo en acciones y bonos argentinos. En cuanto a bonos, el que tiene la mejor relación riesgo/recompensa es el emitido al 2035 (AL35)»,
Acciones recomendadas para escenario positivo
En acciones locales, Castro sostiene que «seguimos viendo valor» en compañías del sector energético exportador, como Vista, YPF o Transportadora de Gas del Sur (TGS), beneficiadas por sus flujos dolarizados.
«También nos gustan las compañías ligadas al consumo interno, como IRSA, que podrían capturar valor si se estabiliza el escenario macroeconómico y mejora el poder adquisitivo», concluye Castro a iProfesional.
Para Botta, un eventual apoyo financiero podría mejorar las perspectivas, «siempre y cuando se traduzca en una mayor estabilidad macroeconómica y en un horizonte de crecimiento sostenido. Las empresas necesitan tiempo y un contexto previsible para que ese respaldo se refleje en resultados concretos. Así, mantenemos convicción en compañías con fundamentos sólidos y exposición al ciclo doméstico».
Al respecto, menciona a Pampa Energía, debido a que se destaca por su portafolio diversificado y su bajo nivel de apalancamiento. Suma a Loma Negra, por su «liderazgo» en el mercado, fuerte generación de flujo de caja y perfil defensivo; y Vista, por ofrecer «una historia de calidad a múltiplos aún atractivos».
Desde la perspectiva de Guidi, el sector que tiene las mayores expectativas de suba es el de los bancos, ya que «es actualmente el más subvaluado de todos».
Le suma al energético (petróleo y gas), siendo «Vista Oil mi acción favorita ya que es una empresa que creció muchísimo, incluso durante el gobierno anterior, y está subvaluada».
Para Auxtin Maquieyra, gerente en Sailing Inversiones, indica que «identificamos oportunidades de entrada en algunos sectores dentro del equity local, principalmente por valuaciones históricamente bajas, aunque creemos conveniente mantener una postura prudente: sumar exposición de forma gradual y reservar margen para posicionarse con mayor decisión una vez que haya mayor claridad política».
Entre los segmentos con mejor relación riesgo-retorno, destaca este analista al energético, con compañías como Vista, YPF y las transportadoras de gas TGS y TGN, que «combinan fundamentos sólidos con valuaciones aún deprimidas».
También ve potencial en el sector financiero, donde bancos como Galicia (GGAL) y Macro (BMA) podrían «beneficiarse significativamente» si se encamina un proceso de normalización del sistema financiero post-electoral, ya que cotizan cerca de su valor libro.
Inversiones en caso que el Gobierno no gane las elecciones
En caso que el Gobierno no tenga un resultado tan favorable y quede posicionado segundo, los analistas ven un escenario político posible en el que se pueden consolidar algunos activos y tener una actitud más defensiva.
«Entendiendo que en las elecciones el oficialismo podría llegar a resultar segundo, por hasta un 5% según lo que estima el mercado, y que el Gobierno podría lograr acuerdos con el PRO, con la UCR y con los peronistas que estén alineados más con la centro-derecha que le brinden gobernabilidad hacia adelante, planteamos una estrategia de inversión a mediano-largo plazo. Allí seleccionamos a YPF, Pampa Energía y TGS, ya que se destacan por sus fundamentals más allá del contexto actual. Mientras que, en el segmento bancario, con un mercado creciente y posibilidad de mejora crediticia para el país, Macro y BYMA son nuestras elegidas», detalla Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance.
Para Guidi, si el Gobierno no es la fuerza más votada en las elecciones, están «todos los incentivos para dolarizar tus inversiones».
Así, para aquellos inversores de perfil de riesgo bajo, este analista recomienda las obligaciones negociables (ON) como el «instrumento ideal», como la TLCPO de Telecom, que está rindiendo 9% anual en dólares y cuyo emisor «siempre ha sido un buen pagador a lo largo de los diferentes contextos extremos que hemos vivido en este país».
Para perfiles moderados de riesgo, Guidi afirma que los CEDEAR son «el mejor instrumento para dolarizarse, pero en este momento, solo me animo a sugerir que inviertan en el SPY, que replica al índice S&P500, debido a que creo que las valuaciones actuales de muchas empresas se encuentran en niveles muy exigentes».
También Repetto sugiere CEDEAR para salir del riesgo argentino, donde coincide en proponer al SPY, porque reúne a las 500 acciones más grandes de Estados Unidos juntas, y que está destinado a «perfiles más conservadores» porque es muy diversificado.
A su vez, Repetto recomienda los CEDEAR de NVIDIA (NVDA) porque es el «motor» de la inteligencia artificial, con «excelentes números de facturación y BPA (beneficio por acción) crecientes y líder en su industria. Además de ser la empresa más grande de capitalización del mercado».
A ella suma a los CEDEAR que representan a los índices (ETF) de Bitcoin (IBIT), oro (GLD) y uranio (URA).
«En el contexto actual de aumento de la liquidez global, crisis de deuda de Estados Unidos, la FED que seguirá bajando las tasas y un oro volando, el llamado oro digital (Bitcoin) me parece una excelente opción a estos precios de u$s110.000, ya que viene lateral hace meses y debería ir a buscar la misma suba que ya tuvo el oro», finaliza Repetto.-
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ECONOMIA
Inflación y dólar: por qué las proyecciones del FMI pueden anticipar una modificación en el esquema cambiario

En medio de las negociaciones con el Tesoro de Estados Unidos, que generan incertidumbre sobre la continuidad del régimen cambiario después de las elecciones del 26 de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cambió las proyecciones de inflación para la Argentina. Y según los analistas puede adelantar lo que sucederá con el dólar.
Con la publicación del último informe de Perspectivas de la Economía Mundial (World Economic Outlook, WEO), el organismo internacional bajó su estimación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el acumulado de este año.
Ahora, FMI prevé que los precios al consumidor aumenten 28% en 2025 y 10% en 2026, mientras que en abril había estimado 35,9% y 14,5%, respectivamente. La diferencia refleja una desinflación más rápida de la que el organismo había proyectado al inicio del año.
El cambio se dio a conocer el martes 14 de octubre, el mismo día en que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer que la inflación de septiembre fue del 2,1%, lo que implicó una aceleración de 0,2 puntos porcentuales (p.p.) respecto a agosto.

Un alza que se explicó en gran medida porque la categoría Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles y Educación tuvieron una variación intermensual del 3,1 (categoría que muestra el mayor aumento (62,2%) en los últimos 12 meses, duplicando el promedio general), seguida por Transporte con 3%.
Este último dato de inflación implicó un variación interanual del 31,8% y un acumulado para los primeros nueve meses del año del 22%, lo que arroja un restante de inflación del 19,3 p.p. en el último trimestre para llegar al nuevo pronóstico del FMI (41,3%).
Es esa amplia diferencia en la proyección de inflación del FMI lo que para los analistas podría adelantar cambios en el régimen de flotación de bandas actual, a pesar de que el equipo económico lo niega.
“Lo decimos hace meses, esas son proyecciones optimistas, en donde se hace una modificación en el régimen cambiario, pero no abrupto para que no se dispare mucho la inflación. El FMI llega más tarde”, sostuvo el economista de EPyCA Consultores, Martín Kalos.
Ante las últimas intervenciones del Tesoro nacional y de Estados Unidos para frenar el dólar, Kalos afirmó que el régimen cambiario no es sustentable y que requerirá alguna modificación que incluya alguna forma de evaluación de tipo de cambio efectivo.
Lo que puede implicar, según su análisis, un corrimiento de las bandas cambiarias o dejarlas atrás para que el dólar flote. Una situación de la que si bien el equipo económico alardea ya no sucede porque el Banco Central de la República Argentina (BCRA) intervino en el medio y volvió la brecha legal entre los tipos de cambios paralelos.

Pero para el socio y economista de Audemus, Gonzalo Guiraldes, el escenario aún no es claro. “Falta ver cómo le va al Gobierno en la elección y cuál es el apoyo concreto de Estados Unidos que a pesar del anuncio de USD 40.000 millones no está claro si es de libre disponibilidad, si hay condicionalidades o demás”, afirmó.
En esa línea sostuvo que la nueva proyección del FMI de que la inflación en 2025 será de 41,3%, no estaría relacionada con un ajuste del tipo de cambio sino con que no esperan que se vuelva a atrasar.
“Si el apoyo no se traduce en algo muy contundente con disponibilidad de fondos en el corto plazo que despejen definitivamente los vencimientos de 2026, al Gobierno no le va a quedar otra que modificar el esquema cambiario”, marcó.
La meta de inflación del presidente Javier Milei es que para mitad del año que viene haya desaparecido, pero con la aceleración del último mes, en las consultoras privadas mantienen un pronósticos menos optimistas.
En el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que se publicó el 6 de octubre, la mediana de las respuestas arrojó que el IPC se mantendrá con oscilaciones en 2% hasta diciembre y recién en enero de 2026 desaceleraría a 1,9%.
Según la consultora LCG, en lo que va de octubre la inflación en Alimentos y Bebidas acumula un 2%. Luego de que en la tercera semana del mes los precios del rubro tuvieron un alza de 0,9%.
“En lo que va de las últimas cuatro semanas la inflación promedio se aceleró a 2,7% mensual y la inflación punta a punta del periodo se ubicó en 2,9%”, comentaron en el último informe.
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ECONOMIA
Quiénes están detrás de las compras de dólares que suben el precio sin importar el apoyo de Trump

La demanda de dólares parece imparable a pocos días de las elecciones. Las «compras de pesos» por parte del Tesoro de Estados Unidos, que entre otras medidas implican un fuerte apoyo de Donald Trump a Javier Milei, resultan insuficientes para frenar la tendencia dolarizadora del mercado, que busca cubrirse ante eventuales subas del tipo de cambio o modificaciones del esquema cambiario tras los comicios del 26 de octubre.
La inclinación de una parte del mercado por dolarizarse previo a las elecciones se reflejó en los últimos días: en cuatro jornadas, el tipo de cambio oficial repuntó 7,5% hasta ubicarse en $1.450 en el segmento mayorista, a pesar de las ventas de divisas por parte del gobierno de Trump. De esta manera, la cotización quedó apenas 2,7% por debajo del techo de la banda de flotación ($1.489).
El apetito por el dólar también se reflejó en las cotizaciones del MEP y CCL: entre el martes y el viernes, repuntaron hasta 9,3% para ubicarse cómodamente por encima de $1.500 al cierre de la semana y la brecha respecto al oficial mayorista se amplió a 6,5%. La escalada también se dio a pesar de la «compra de pesos» que realizó en este mercado el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
En el mercado llamó la atención que la demanda de dólares no se detuvo aún tras la fuerte señal de respaldo político y financiero por parte de la administración de Trump, que no sólo «compró pesos» en varias de las últimas jornadas y ratificó la línea de crédito swap por u$s20.000 millones, sino que además anunció que están trabajando para otorgar financiamiento adicional por otros u$s20.000 millones a través de entidades financieras privadas.
La tendencia dolarizadora implica cautela y desconfianza en el mercado: muchos creen que después del 26 de octubre puede haber un ajuste en el tipo de cambio, a pesar de que el Gobierno afirma que el esquema cambiario seguirá vigente. También juega en contra las declaraciones de Trump respecto a las condiciones del respaldo financiero a la Argentina, que causan confusión y suman más incertidumbre a corto y mediano plazo.
Quiénes son los principales compradores de dólares
En diálogo con iProfesional, Pedro Siaba, líder de research de Portfolio Personal Inversiones, estima que la fuerte presión sobre el tipo de cambio obedece principalmente a demanda local en busca de cobertura, impulsada más por el sector minorista que por el corporativo. A la espera de registros oficiales, advierte que seguramente el dato de Formación de Activos Externos (FAE) de octubre confirmará un monto muy elevado.
Los analistas de Max Capital afirman que una parte importante de las compras de dólares en los mercados de cambios en los últimos días no es puramente «especulativa», sino que está vinculada principalmente a importadores que adelantan la demanda de divisas y ahorristas que se pasan a moneda dura. Ambos, con el objetivo de cubrirse ante una eventual suba de la cotización después de los comicios.
De acuerdo con el bróker de bolsa, esto hace que la «compra de pesos» por parte del Tesoro de Estados Unidos, si bien es una señal muy fuerte, sea insuficiente por sí sola para detener la tendencia alcista del tipo de cambio. Por lo tanto, resalta, se necesitaría mayor oferta en el mercado de cambios para abastecer a la demanda y aliviar así la presión sobre la moneda.
El analista Gustavo Ber coincide en que buena parte de la presión cambiaria la están produciendo las compras minoristas de dólares. Si fuera por las empresas, explica, la brecha entre el tipo de cambio oficial y los dólares financieros sería mucho mayor a la actual (menos del 10%), ya que muchas aún no pueden acceder al mercado oficial y para dolarizarse lo hacen a través del MEP y, sobre todo, el CCL.
«La búsqueda de cobertura en dólares parece que sigue muy sostenida, alimentada desde colocaciones en pesos en el actual clima de incertidumbre. Las ventas de divisas en los mercados de cambios por parte del Tesoro de Estados Unidos en esta etapa apenas están logrando morigerar el reacomodamiento alcista de las cotizaciones del dólar», agrega Ber en diálogo con iProfesional.
¿Todo el mercado dolarizándose?
Ian Colombo, asesor financiero de Cocos Gold, afirma que, más allá de los sectores que más demandan dólares en este momento, casi todo el mercado lo está haciendo porque espera una corrección del tipo de cambio o modificaciones en el esquema de bandas de flotación después del 26 de octubre. Por lo tanto, el «mercado está muy dolarizado».
Colombo sostiene ante iProfesional que en los últimos días muchos inversores y ahorristas desarmaron posiciones en moneda local para pasarse a dólares o activos dolarizados. Por ese motivo, en la última semana casi todos los instrumentos en pesos sufrieron volatilidad y «cualquier suba de precios de bonos en pesos fue aprovechada para venderlos y pasarse a dólares».
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, resalta que a todo lo anterior se suma que este viernes el Tesoro Nacional liberó más de $2 billones en el mercado financiero, producto de lo que no renovó en la última licitación de deuda local para no convalidar tasas de interés más altas. Afirma que, si bien muchos de esos pesos terminan en otros instrumentos en moneda doméstica, una parte importante va al dólar.
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