DEPORTE
Con Franco Mastantuono, Real Madrid derrotó 1-0 a Juventus y se mete en zona de clasificación a octavos de Champions League

Franco Mastantuono. Foto: EFE
Con un gol de Jude Bellingham, Real Madrid derrotó 1-0 a Juventus por la tercera fecha de la Champions . Mastantuono entró entró en el segundo tiempo.
Una de esas noches inspiradas de Thibaut Courtois, cuya figura crece hasta convertirse en imbatible, y el esperado reencuentro con el gol de Jude Bellingham, dieron un triunfo por la mínima al Real Madrid ante el Juventus (1-0), en un partido sin gol de Mbappé, sin mejoría en el juego y con carencias defensivas.
Volvió a sonar con fuerza en el Santiago Bernabéu el ‘Hey Jude’ de The Beatles meses después. No marcaba Bellingham en su casa desde el 1 de abril y su irregularidad tras la operación de hombro a la que sometió en verano, comenzaba a generar ansiedad. Su cita con el gol se produjo en el mejor momento para sostener el pleno de victorias en tres jornadas de la Champions League en un partido estelar de Courtois.
El primero de los clásicos de la semana madridista le planteó al Real Madrid un partido que trabajar para extender su buena dinámica de resultados. Poco propicio para mejorar su juego por la falta de espacios y las limitaciones que impuso el Juventus. Defensa de cinco. Tres centrales con dos mediocentros cercanos. Un examen a la paciencia.
Le añadió el conjunto italiano, que atraviesa un momento de duda en mala racha de resultados, acierto en la transición cuando corrió en el arranque y encontró espacios. Llegó con facilidad al área madridista y no dudó al finalizar jugadas. Courtois, para variar, salvó a su equipo con dos paradas abajo. Especialmente brillante la primera, al disparo potente de McKennie. Antes había perdonado Koopmeiners y Gatti también se topaba con su intento desde fuera del área con el portero belga.
Había renunciado Xabi Alonso a un centrocampista puro junto a Tchouaméni. Sin Ceballos, lesionado, y con Camavinga en el banquillo, realizó una prueba con vistas al clásico del domingo ante el Barcelona. Juntó a Bellingham y Güler en la medular. No ubicó a ninguno de ellos en la banda derecha de un tridente ofensivo al que no renuncia. Sosteniendo un 4-3-3 con insistencia. En esta ocasión con Brahim por Mastantuono.
Y lo cierto es que no hay ningún jugador que derribe la puerta para jugar en esa demarcación. No lo hizo Mastantuono con continuidad. Tampoco Brahim que dejó destellos. Ni Rodrygo en una posición en la que igual empieza a valorar volver. El punto opuesto en el que se instaló Arda Güler, indiscutible. Tan efectivo en el robo en ayudas defensivas como brillante en el pase definitivo.
Faltó continuidad, eso sí, para lograr que la defensa poblada del Juventus se tambalease. Se desesperó Bellingham lanzando desmarques que no eran vistos. Sobrado de voluntad para recuperar el protagonismo perdido. Apareció poco Vinícius y menos Mbappé, siempre rodeado de enemigos. Provocó que saliesen de posición y se solapasen.
Poco a poco se hizo con el partido el Real Madrid. Y ya no soltó el dominio. A base de testarazos de Tchouaméni tras saques de esquina despertó a Di Gregorio de su plácido partido. Sacó con dificultad un disparo escorado de Brahim y mostró firmeza ante Güler tras su primera conexión con Mbappé.
El Real Madrid necesitaba a su referente goleador y en segundos se reactiva. Castiga el espacio en cuanto aparece. De la nada, sacó un disparo cruzado de zurda que sacó con la cara Di Gregorio. Minutos después fue generoso con una jugada que levantó al Bernabéu. Es el factor intimidatorio que tenía hace años. Desafiando rivales en arrancadas. Parando en seco para marcharse con un recorte. Se fue del primero, se encaró con el segundo y le puso el balón perfecto a la llegada de Militao. Su disparo se marchó por encima del travesaño.
Las dos partes fueron calcadas en su arranque. Encontró el equipo italiano oportunidades que ya le costaba imaginar en los primeros compases del segundo acto. Tras un grave error de Carreras en salida de balón que salvó Militao lanzándose para evitar el tanto.
Decisivo Courtois con la parada de la noche. De un simple despeje tras un mal pase de Tchouaméni, encontró Vlahovic el campo libre para correr sin que Militao lograse ponerle freno, hasta citarse con el portero madridista en un duelo que resolvió con una pierna abajo. Insuperable en una noche de errores defensivos que pueden costar caros.
No tardó en reaccionar el Real Madrid, con intentos de Vinícius y Fede Valverde. Aún con tiempo para Yildiz, con un disparo que se envenenó al tocar en un compañero, para clamar al cielo por los reflejos de Courtois. Fue la última intervención que precedió el momento que decidió el partido. Por pura voluntad de ‘Vini’, en acción individual, con un disparo que repelió el poste y al que, mientras todos miraban, el hambre de Bellingham atacó para reencontrarse con el gol más deseado.
Se podía pensar que todo estaba sentenciado, que el golpe y el mal momento del Juventus le hundirían, pero tras dos paradas repletas de reflejos de Di Gregorio a disparos de Mbappé y Brahim, le sucedieron momentos de sufrimiento final de un Real Madrid indeciso en fase defensiva. Llegó a permitir un dos contra dos que salvó Asencio, lesionándose para tapar el disparo de Openda, y la última de Courtois, con puños a Kostic en el añadido. Acciones que salvan el pleno europeo, mantienen la buena dinámica de resultados pero no despejan dudas en el juego antes del gran clásico.
Real Madrid,Juventus
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La noche en la que Neymar y Ronaldinho paralizaron Brasil

Brasil se vistió de carnaval, aunque no fuera febrero. Aquel 27 de julio de 2011 prometía ser una fiesta impresionante y paralizó desde las calles más remotas hasta las playas más concurridas de todo el país. Algo extraordinario iba a ocurrir: un instante destinado a condensar décadas de historia futbolística y a quedar grabado en la memoria colectiva. Un veterano Ronaldinho y un jovencísimo Neymar se unieron para regalar al mundo una noche única y épica a partes iguales.
Santos se enfrentaba a Flamengo, o lo que es lo mismo, Neymar a Ronaldinho. Era el relevo generacional en estado puro: la chispa de un genio que se acercaba al final de su carrera frente a la explosión incontenible de un talento que estaba cerca de partir hacia Europa. El resultado fue un partido épico que muchos catalogan como el mejor de la historia moderna del fútbol brasileño. No cabía una sola alma más en el estadio Vila Belmiro.
Ya quedaba poco de aquel Ronaldinho que llevó el ‘jogo bonito‘ a Europa: primero en el PSG, después resucitando al Barça y finalmente demostrando en Milán que la clase nunca se pierde. También poco quedaba de aquel chaval que ganó el Mundial de 2002 aún con el ’11’ en la espalda, porque todavía no era su momento para vestir la ’10’. Pero ‘Dinho’ seguía siendo mucho ‘Dinho’, y pese a tener 31 años y un físico poco competitivo para la élite del deporte rey, era la gran estrella de Flamengo.
Ronaldinho, celebrando un gol con Flamengo / ‘X’
En el cara a cara, un Neymar de 19 años se estaba comiendo el mundo. La dimensión de aquel atrevido extremo, que bailaba sobre el césped y celebraba cada gol con alegría, había superado incluso a la del propio club. Además, marcaba tendencia con cada uno de sus peinados. El Barcelona lo esperaba para hacer historia, pero antes debía demostrar su potencial ante el rey de Brasil. Ya era una superestrella.

Neymar, celebrando un gol con el Santos en 2011 / ‘X’
Golpeó primero el Santos. Borges abrió la cuenta en los primeros minutos y poco después marcó su segundo tanto tras una chilena de ‘Ney‘. 2-0 en un cuarto de hora. El tercero lo firmó el propio Neymar a los 25 minutos con una jugada de éxtasis: arrancó desde la izquierda, eludió a varios rivales y, tras una pared corta, se inventó un regate exquisito para definir de exterior cayéndose al suelo. Un gol que se convirtió en historia del Brasileirao y que, seguramente, al leerlo, muchos pueden visualizar en su mente. Por algo ganó el Premio Puskás.
Pero Ronaldinho tenía el deber de responder. Y así lo hizo. Dos minutos después marcó el primero de Flamengo, aprovechando un error defensivo y dejando claro que su sonrisa seguía siendo peligrosa. Thiago Neves, de cabeza, puso el 3-2 en el minuto 31, y Deivid, antes del descanso, igualó 3-3 para el ‘Mengão’ tras un saque de esquina lanzado por ‘Dinho‘. Seis goles en el primer tiempo y todo por resolver en el segundo.
Un segundo tiempo aún más espectacular
En la reanudación, la electricidad se mantuvo intacta y las revoluciones del estadio subieron aún más con otra genialidad de Neymar, en el minuto 49. Control orientado, posición ganada por la izquierda y toque sutil por encima del portero. 4-3, que para nada sería definitivo. Ronaldinho impondría su experiencia ante la ilusión de aquella joven estrella.
En el minuto 66, Ronaldinho empató el partido con un auténtico golazo de falta directa. Como hizo con el Barcelona ante el Werder Bremen en la Champions League de 2005, disparó raso, sorteando a la barrera, que saltó para bloquear el lanzamiento. Pero quedaba la guinda del pastel: el tanto del triunfo y su particular hat-trick.
Ya no tenía la velocidad ni la explosividad de antaño, pero conservaba el control, el talento y el trato exquisito del balón, ingredientes suficientes para hacer estallar a todo Brasil. En el 79′, en un contragolpe, Neves lo habilitó por la izquierda. Ronaldinho controló dentro del área, levantó la cabeza y ajustó el disparo lejos del portero, al palo largo. 4-5 y triunfo para el Flamengo.
No fue solo un partido, fue una obra de arte efímera, una samba entre el pasado y el futuro del fútbol brasileño. Ronaldinho y Neymar se cruzaron en el mismo escenario. Y Brasil, por un instante, volvió a creer en la magia.
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¿La final de la Copa Libertadores vuelve a Buenos Aires? Perú se declaró en estado de emergencia y Conmebol está en alerta

La final de la Libertadores podría cambiar de sede. Foto: Twitter @Libertadores
Perú se declara en estado de emergencia y la sede de la final de la Copa Libertadores podría ser modificada por Conmebol.
En agosto de este año, Conmebol anunció que la final de la Copa Libertadores 2025 se iba a jugar en el Monumental de Lima, (escenario que albergó el duelo entre River vs. Flamengo en 2019). Sin embargo, en las últimas horas han ocurrido diversas situaciones en el país inca que pondría en peligro la realización del evento.
Y es que el pasado martes 21 de octubre, el presidente de la República del Perú José Jeri decretó el estado de emergencia en Lima Metropolitana y el Callao, debido a la crisis política que atraviesa el país y la ola de inseguridad que se vive en la capital peruana.
Dicho estado de emergencia restringirá, por un mes, reuniones y eventos además de la movilidad en motocicletas para más de una persona, además contemplará la militarización de las calles limeñas, ciudad en la que dentro de poco más de un mes se jugará la final de la Copa Libertadores.
Este decreto, vigente por los próximos días, también buscará parar con las múltiples protestas en las calles de Lima, en repudio al congreso y al nuevo presidente, que incluso tuvo como saldo la muerte de Eduardo Ruiz, uno de los protestantes el pasado 15 de octubre.
La final de la Copa Libertadores se podría jugar en el Monumental
Ante la situación que atraviesa Perú, Conmebol podría dar un anuncio en los próximos días para anunciar que la final de la Copa Libertadores 2025 se mudaría de sede, o en todo caso para reconfirmar a la capital peruana.
Todo dependerá de una nueva reunión que tenga el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, con Agustín Lozano, mandarás de la Federación Peruana de Fútbol. Desde el país inca aseguran que intentarán por todos los medios preservar la sede.
Como se recuerda, la final de la Copa Sudamericana que se iba a disputar en Santa Cruz de La Sierra, Bolivia, se mudó a Asunción debido a que el estadio Tahuichi Ramón Aguilera no pasó la inspección de Conmebol y puede pasar lo mismo con la Copa Libertadores.
De darse el cambio de sede, los reglamentos de Conmebol indican que, en caso de cambio, se optaría por la ciudad de la edición anterior y, como se recuerda, el 2024 se jugó en el Monumental de River Plate.
Copa Libertadores
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Más allá del golpe, Racing está vivo

El Maracaná es imponente. Por historia, por actualidad, por nombre, por lo que quieras, los equipos salen a jugar a ese estadio mítico y parecen siempre en desventaja. El marco condiciona, impone un respeto que a veces alcanza para que las ideas no aparezcan con fluidez.
Racing salió a jugar el partido sin complejos. Mérito primero de Costas, de darle el real valor a esta versión de Flamengo que asusta más por sus nombres propios que por el poder de juego y fuego que muestra. Pero también elogio para un equipo que táctica, emocional y futbolísticamente estuvo a la altura.
En ningún momento fue avasallado por los brasileños y, aunque Cambeses se puso la pilcha de héroe, no fue el temible Fla de otros tiempos.
Ahora bien, dichos los elementos positivos, no se puede dejar de ver el golpe psicológico que significa perderlo a los 88 minutos. Un garrón que inevitablemente pegará en el ánimo, porque luego de tanto trabajar el partido en cada metro de la cancha, se le escapó un empate soñado. Y más aún, si se observa que Flamengo nunca perdió en esta Copa por dos goles de diferencia
Si alguien dudaba, Racing se sienta sin vergüenza a la mesa de los mejores de América. Tanto es así, que llegó a esta instancia mejor ubicado, como para poder definir en Avellaneda. Ahora el desafío no será menor. No solo porque necesita ganarlo, sino que debe hacerlo con la presión de ser más banca que punto.
Necesitará ganarles a dos rivales: la presión propia del Cilindro y el liberado de tensiones Flamengo, que en una contra puede resolver la historia de la semifinal.
Costas y compañía deben digerir rápido el golpazo del final del partido. Salir de esa zona de bronca para empezar a jugar los segundos 90 minutos con la misma concentración y actitud que en Río. Lo mejor es que, entre lo positivo y lo negativo, está bien vivo.

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