CHIMENTOS
Todas las fotos que eligieron Liam y Noel Gallagher para representar su regreso a Argentina con Oasis

La cuenta regresiva se vivió como una final de Mundial. Desde horas antes de que se apagaran las luces del estadio de River, Núñez ya estaba tomado por remeras, banderas y gorros “bucket” que replicaban el look de Liam Gallagher. A las 20.30, con puntualidad británica y pronóstico de tormenta acechando, se terminó la espera: Oasis volvió a pisar el Monumental en el marco de la gira Live ’25, y 85.000 personas explotaron cuando sonó el riff de “Hello”.
El primero de los dos shows de la banda en Buenos Aires fue algo más que un recital de reencuentro. Fue la confirmación de que el catálogo de los Gallagher se convirtió en banda de sonido de varias generaciones: cincuentones que los escuchan desde los ‘90, adolescentes que los descubrieron en TikTok y familias enteras que cantaron cada estribillo como si el tiempo no hubiera pasado.
La noche empezó con un guiño al britpop: Richard Ashcroft fue el encargado de abrir la velada. El exlíder de The Verve repasó su carrera solista y cerró con una versión coreadísima de “Bitter Sweet Symphony”, dedicada a Diego Maradona y a la Argentina, con la camiseta albiceleste puesta.
Después, el escenario se preparó para el regreso más esperado. En las pantallas se proyectó un repaso por la historia de Oasis que terminaba con la frase “Esto no es un simulacro”. Segundos después, Liam y Noel aparecieron tomados de la mano, como si fueran boxeadores entrando al ring. El estadio se vino abajo.

La banda abrió con una tríada imbatible: “Hello”, “Acquiesce” y “(What’s The Story) Morning Glory?”, el disco que este año cumple 30 años. Desde ese primer bloque, quedó claro que la gira Live ’25 no venía a reinventar nada, sino a reafirmar una certeza: Oasis tiene un repertorio sin fisuras.
A lo largo de casi dos horas, la banda fue disparando clásicos sin dar respiro: “Some Might Say”, “Cigarettes & Alcohol”, “Fade Away”, “Supersonic”, “Roll With It”, “Stand By Me”, “Whatever”, “Cast No Shadow”, “Slide Away”, “Rock ’n’ Roll Star” y más.Era ese tipo de recital en el que “te sabés todas”, y en el que incluso el tramo final –con “Wonderwall” y “Champagne Supernova”– llega cuando el público ya dejó la voz en otros himnos.



Hubo también momentos para que Noel tomara el centro de la escena. Con guitarra acústica y un trío de vientos, se adueñó del estadio en “Talk Tonight” y “Half The World Away”, y volvió a electrificar todo con “Little By Little”, convertida en un enorme coro colectivo. Cada vez que él hablaba en español para agradecer, el Monumental respondía como si fuera un gol.
Liam, por su parte, mantuvo intacto su romance con el público argentino. Fiel a su estilo, tiró chicanas y elogios en partes iguales. En un momento, se refirió a la prohibición de venta de alcohol en el estadio y soltó: “Son los número uno, incluso sin el alcohol”, frase que desató risas, ovaciones y una nueva oleada de cantitos.

La puesta en escena fue sobria y efectiva, con visuales que mezclaron collage, texturas de TV vieja y guiños futboleros. Uno de ellos fue la imagen gigante de Pep Guardiola, técnico del Manchester City, el club del corazón de los Gallagher, proyectada entre Noel y el tecladista. Pero el momento más emotivo llegó con el homenaje al Diego.
Durante “Live Forever”, las pantallas se tiñeron de blanco y negro y apareció el rostro de Maradona ocupando todo el fondo del escenario. La imagen dialogaba con la iconografía de la gira y con la historia que une a Oasis con la cultura futbolera argentina: desde la foto con el 10 en el Luna Park en 1998 hasta las constantes referencias al país en entrevistas.

En las tribunas, la respuesta fue instantánea: un nuevo “Olé, olé, olé, Diego, Diego” se mezcló con el estribillo, mientras muchos levantaban camisetas de la Selección y banderas con el rostro del ídolo. En la foto publicada por la banda en redes sociales se ve ese momento en todo su esplendor: la cara de Maradona en la pantalla y, abajo, una marea de luces de celulares y brazos en alto.
El tramo final del show fue directamente místico. Tras una primera despedida, Noel presentó uno por uno a los músicos y el grupo encaró el último bloque con “The Masterplan”, “Don’t Look Back In Anger”, “Wonderwall” y “Champagne Supernova”.En esa recta final se dio una de las postales que ya quedó grabada en la historia del rock reciente: después del último acorde, Liam y Noel se abrazaron en el centro del escenario, ante un River que no terminaba de creer lo que estaba viendo.
Mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo de Núñez, Liam jugaba con su pandereta apoyada en la cabeza como si fuera una aureola, Noel sostenía la guitarra y el resto de la banda los rodeaba en clave de foto final. Era el broche perfecto para una noche que, hasta hace algunos años, parecía imposible.
El público fue otro gran protagonista. En el campo y en las plateas se mezclaron quienes vivieron el furor britpop en los ‘90 con chicos y chicas que nacieron cuando Oasis ya se había separado. Muchos viajaron desde el interior del país e incluso desde otros países de la región; otros se acercaron desde barrios porteños que, durante toda la semana, vivieron la llamada “Oasismanía” con fiestas temáticas, escuchas de discos y tributos.
En las imágenes compartidas se ve esa devoción en primer plano: fans llorando en la valla, tatuajes con frases como “We’re all part of the masterplan”, remeras preguntando “Where the f*** is Liam Gallagher?”, una camiseta del Manchester City intervenida con títulos de canciones y un Monumental completamente encendido mientras alguien abraza a otro con los ojos cerrados y la garganta rota de tanto cantar.
CHIMENTOS
¿Qué le pasa a Lissa de Bandana? Insultó en una nota y Moria Casán le dijo «Me asusté al verte tan desarreglada»

Hay vida farandulera más allá de la China Suárez, Icardi, Wanda Nara o el escándalo de los Tinelli. Si bien todas esas cuestiones monopolizaron el interés del ambiente televisivo -y sobre todo chismoso- en lo que va de noviembre, hubo otros focos de interés que también merecieron alguna atención. Uno de ellos fue, una vez más, una ex Bandana. Y así como hace tres semanas la que se robó la atención fue Lowrdez Fernández, ahora las miradas recaen en Lissa Vera, precisamente una de las más preocupadas por lo que sucedió con su compañera.
Las dudas nacieron a partir de algo que sucedió en LAM. O mejor dicho, que no sucedió en el programa de Angel De Brito. Allí iban a entrevistar a las Bandana (en realidad, a las 4 que aceptaron participar del regreso, Lourdes, Virginia, Lissa y Valeria, ya que Ivonne desistió) pero la nota no se pudo hacer. ¿Por qué? Porque tres de las cuatro estaban dispuestas y preparadas, pero Lissa no. Tenía «inconvenientes» según se dijo y de la entrevista, anunciada con bombos y platillos, no hubo ni rastros.
Y como el antecedente más inmediato es el de Lowrdes y siempre hubo rumores acerca de conductas y estabilidades dentro del grupo, las preguntas y sobre todo los rumores explotaron en cuestión de minutos. A esos «inconvenientes» la gente le puso otros nombres que no vale repetir en este texto. ¿Qué hizo el periodisimo? La lógica: fué a buscar a Lissa para ver qué le pasaba, y cómo Lissa no aparecía por ningún lado empezó a contactarse con «su círculo íntimo».
Tras una intensa búsqueda, a Lissa la encontró el programa Los Profesionales de Siempre, que con la conducción de Flor de la Ve sale todas las tardes por el 9. La «nota» se hizo en la calle y con la cantante caminando, pero las preguntas de la notera parecieron sacarla de quicio después de un inicio donde se apoyó en el argumento de que «estoy estresada» para justificar su repentina ausencia a la presentación en LAM.
QUE LE PASA A LISSA DE BANDANA: INSULTOS EN UNA NOTA Y UN COMENTARIO BRUTAL DE MORIA CASAN CUANDO LA VIO
A medida que se sucedían las inquietudes de la joven movilera de Los profesionales, Lissa fue cambiando su actitud. Y aunque siempre contestó a las apuradas, al principio parecía «bastante macanuda» pero después pasó a estar tensa. Y como las últimas preguntas le molestaron, explotó: «No, boluda» le respondió a la cronista. «Esos cambios de ánimo y esas explosiones son llamativas» se dijo por todos lados.
El otro episodio sucedió hoy a la mañana, cuando Lissa le dio una nota a Moria Casán, la nueva reina de las mañanas desde que desembarcó en Canal 13. La diva recibió a la artista con una frase sorprendente. La vio -eran las 10 de la mañana- y fue brutalmente directa: «Ay….qué te pasó….debo reconocer que me asusté cuando te vi tan desarreglada».
Lissa Vera, Moria Casán, Bandana
CHIMENTOS
María Becerra mostró el entrenamiento con su novio J Rei antes de los shows en River: “Siempre divirtiéndonos”

Horas después de publicar su nuevo álbum, María Becerra sorprendió a sus seguidores al compartir una rutina de entrenamiento llena de energía y humor junto a su novio J Rei, mientras se prepara para sus próximos shows en River, con los que se propone hacer historia. En medio de la expectativa por el lanzamiento de Quimera, la artista mostró en redes sociales una coreografía divertida que refleja el entusiasmo y la vitalidad con la que encara esta etapa de su carrera.
El primer paso lo dio J Rei, que compartió en sus historias de Instagram un video de la puesta a punto física junto a su pareja. “Entrada en calor con Quimera”, escribió, dando a entender que las nuevas canciones marcan el pulso de su convivencia. Él viste todo de negro, de la remera, los pantalones y las zapatillas, mientras que ella lleva un conjunto deportivo de top y short de lycra de color lila.
La artista de Quilmes acusó recibo y subió también el video a sus historias de Instagram, con una acotación: “Todo entrenamiento de resistencia para los River, siempre divirtiéndonos”. Las imágenes la dan la razón: María y J Rei saltan y ríen en su gimnasio hogareño, mientras ejercitan con mancuernas y hasta reciben la inesperada intromisión de una de sus mascotas para terminar de conformar el cuadro.
El contexto de estos entrenamientos se enmarca en el lanzamiento de Quimera, el nuevo trabajo discográfico de Becerra, que incluye una colaboración especial con su pareja, J Rei. En la previa a la salida oficial del álbum, la artista publicó un adelanto de la canción “Mi Amor”, donde ambos comparten una letra cargada de significado personal. El fragmento difundido en redes sociales reveló una faceta íntima y emotiva, con versos que aluden a experiencias profundas vividas por la pareja. “Ahora te amo más porque compartimos unos ángeles”, se escucha en la canción, una referencia directa a las pérdidas gestacionales que atravesaron juntos en el último tiempo.
La historia detrás de este tema y del álbum en general está marcada por un proceso de recuperación física y emocional para Becerra. A principios de año, la cantante enfrentó graves complicaciones de salud tras sufrir una hemorragia interna severa, lo que la llevó a una internación de urgencia y a un período de terapia intensiva. J Rei estuvo a su lado durante ese momento crítico, acompañándola en la recuperación y en la decisión de pausar la actividad pública para priorizar el bienestar de la artista.
Durante ese tiempo, Becerra optó por canalizar sus emociones a través del arte y lo hizo de diferentes maneras. Compartió con sus seguidores una pintura personal que representaba su proceso de sanación, utilizando símbolos de dolor y esperanza. La creación de esta obra se convirtió en un refugio íntimo, y la música terminó siendo el vehículo para transformar la experiencia en un mensaje de resiliencia y amor compartido.
La reacción de los seguidores no se hizo esperar. Los fanáticos destacaron la valentía de la artista al compartir su historia y la capacidad de convertir el dolor en arte. La colaboración con J Rei, en particular, fue recibida como un testimonio de unión y superación, reforzando el vínculo entre la pareja y su público, quien disfruta de saber todo de los artistas, desde esta flamante colaboración hasta los detalles más íntimos de la convivencia.
Es que el lanzamiento de Quimera y, sobre todo, la colaboración con J Rei simbolizan un capítulo compartido, donde la música y el amor se entrelazan y dejan una huella profunda en quienes los acompañan.
CHIMENTOS
Búsqueda desesperada de los Jubilados desparecidos en Chubut: «Encontraron un cuerpo»

Dos jubilados, Pedro Alberto Kreder (79) y Juana Inés Morales (69), siguen siendo buscados con desesperación en Chubut, luego de haber desaparecido el 11 de octubre durante un paseo que comenzó como una escapada tranquila y que hoy se convirtió en un misterio angustiante.
Hace pocos días, emergió un suceso que trajo esperanza y temor al mismo tiempo: un cuerpo fue hallado en la costa de Santa Cruz, empujado por la marea. Las autoridades, con cautela y dolor, han dispuesto análisis forenses para tratar de determinar si se trata de alguno de los dos jubilados.
El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, no oculta su angustia. Sostiene que su «tesitura es que se los tragó el mar», una frase dura, pero teñida de una crudeza que expresa lo necesario: cerrar un capítulo, aunque sea con la verdad más dolorosa.
Mientras tanto, los rastrillajes continúan sin freno. Se utilizan cuatriciclos, vehículos 4×4, drones, patrullas costeras y equipos especializados del Conicet. El terreno no perdona: acantilados inestables, playas extensas y corrientes traicioneras hacen que cada metro recorrido tenga el peso del silencio y la incertidumbre.
QUÉ OCURRE CON EL CASO DE LOS JUBILADOS DESAPARECIDOS EN CHUBUT
Para la familia, cada día es una mezcla de fe y desesperanza. No solo luchan contra el tiempo, sino contra la falta de certezas. En ese contexto, el periodista Mauro Szeta, especialista en policiales, puso el foco en detalles que conmueven. En una charla con las hijas de Pedro, reveló que en los alrededores de la camioneta abandonada, los investigadores detectaron restos de una fogata. Esa imagen, una pieza aparentemente insignificante, puede representar tanto una pista de supervivencia como la última huella de un viaje que terminó de forma trágica.
Desde el ámbito judicial, el fiscal Cristian Olazábal coordina los peritajes y las medidas. El reto es enorme: cotejar ADN, descartar escenarios catastróficos o criminales, y dar respuestas a una familia que no deja de pedirlas.
En medio de ese dolor colectivo, emerge una reflexión profunda: no es solo una búsqueda policial, sino humana. Pedro y Juana no son solo nombres en un expediente; eran dos vidas que decidieron compartir su tiempo. Ahora, su ausencia se siente en cada ola, en cada brisa de la costa. La Patagonia, testigo silenciosa, se vuelve escenario de un reclamo urgente: que la verdad, por más difícil que sea, sea hallada.
Pedro Alberto Kreder, Juana Inés Morales, jubilados desaparecidos, Chubut










