ECONOMIA
El mercado laboral generó 3 millones de empleos en 10 años, pero el asalariado privado registrado cayó

El mercado de trabajo argentino creció en una década en poco más de 3 millones de empleos, impulsado principalmente por la informalidad.
Un análisis cruzado de la Encuesta de Hogares del Indec y los datos de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social muestra que, mientras los puestos asalariados privados registrados cayeron en comparación con el pico de 2015 en 32.800 personas, el resto de las franjas laborales se expandió en 340.000 y 2,2 millones de ocupados, respectivamente.
La creciente precarización del mercado, que surge de relacionar los datos de los puestos registrados informados por la cartera laboral y de la Encuesta Permanente de Hogares para todos los segmentos del mercado, explica la decisión del gobierno de Javier Milei de impulsar una reforma profunda de la legislación laboral para revertir ese proceso y generar previsibilidad en el sector empleador.
La creación de empleo en la última década se explica principalmente por el avance del trabajo informal y del autoempleo
Los datos evidencian que la creación de empleo en la última década se explica principalmente por el avance del trabajo informal y del autoempleo, mientras los puestos registrados en el ámbito privado en relación de dependencia permaneció estancado y retrocedió en numerosas jurisdicciones y rubros.
El vertiginoso desarrollo de tecnologías -que, más que sustituir empleos, generó nuevas opciones para quienes se incorporan al mercado laboral y para quienes buscan actualizarse- contrasta con una legislación vigente que acumula más de 50 años sin cambios estructurales, y con la extensión de la llamada “industria del juicio contra el empleador”, sin freno en los más altos niveles judiciales y la Corte Suprema de Justicia.
Además, el crecimiento de la industria del litigio laboral -sea por despido con y sin causa o por accidentes de trabajo- junto con altos costos no salariales que el empleador no puede deducir del Impuesto a las Ganancias ni del IVA como crédito fiscal, desalentó contrataciones netas en el sector privado y promovió la incorporación de las últimas tecnologías o la tercerización de tareas por contrataciones temporales.
Este fenómeno se desprende de la serie estadística oficial que publica mensualmente la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
El crecimiento de la industria del litigio laboral, junto con altos costos no salariales que el empleador no puede deducir de impuestos, desalentó contrataciones netas en el sector privado
Ese panorama determinó que el empleo asalariado registrado en el sector privado, luego de alcanzar un primer máximo histórico en 2015 en una serie que se inicia en 2009 -bajo la base de datos de declaraciones juradas de aportes y contribuciones al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)-, mostró un movimiento de altibajos.
Así, se llegó a un segundo récord en 2023, sobre el final del gobierno de Alberto Fernández, para luego volver a caer en la primera mitad de la gestión de Javier Milei, quedando en niveles inferiores a los de una década atrás, a pesar de que tanto la población como la fuerza laboral se expandieron a una tasa anual acumulativa del 0,17 por ciento.
Una serie que toma como referencia los meses de agosto desde 2015 hasta 2025 muestra que los trabajadores formalizados en el sector privado se redujeron entre los extremos en 32.800 personas -una contracción del 0,5% para quedar apenas por encima de 6,2 millones de empleados-, mientras que el resto del mercado laboral, a pesar de altibajos, siguió una senda claramente ascendente.
Los ocupados en el sector público nacional, provincial y municipal como fuente de ingreso principal aumentaron en la década en 340.000 personas, a un ritmo del 1,06% anual acumulativo -más de seis veces la tasa de crecimiento vegetativo de la población-, para alcanzar los 3,2 millones de trabajadores.
El conjunto de los ocupados por cuenta propia formalizados (personal de casas particulares, monotributistas, autónomos y monotributo social) tuvo un comportamiento más expansivo, con un crecimiento anual del 1,95% y una incorporación de 567.000 personas, con un total actual de 3,2 millones de trabajadores.
Los puestos en relación de dependencia no declarados al SIPA, que alcanzaron su máximo en agosto de 2025 con casi 7,9 millones de trabajadores -entre asalariados e independientes-, crecieron a una tasa anual del 3,38%, lo que implica un aumento de 2,2 millones de personas en la última década.
Estos movimientos determinaron que, actualmente, los asalariados registrados en el ámbito privado representen apenas 30% del total, cuando las estimaciones internacionales ubican el promedio mundial en el orden del 70%. Esta relación disminuyó 5,5 puntos porcentuales respecto del máximo de 10 años antes.
Los ocupados en el sector público también retrocedieron en participación, perdiendo un punto porcentual hasta 16,4%, principalmente por las racionalizaciones impulsadas desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Administración Central en los últimos años.
Los asalariados registrados en el ámbito privado representen apenas 30% del total, cuando las estimaciones internacionales ubican el promedio mundial en el orden del 70 por ciento
Por el contrario, ganaron protagonismo los “otros” empleados registrados -aumentaron medio punto porcentual hasta llegar al 15,6% del total- y, muy especialmente, los ocupados en la informalidad, que suman 6 puntos porcentuales para alcanzar un récord de 37,9% del total de trabajadores.
De las 25 actividades que la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social desagrega en su estadística de trabajadores asalariados registrados en el sector privado, solo ocho crecieron entre extremos en la última década, una se estancó y las dieciséis restantes perdieron empleo neto. Entre los rubros que mostraron un comportamiento más dinámico, mayor a la tasa de crecimiento vegetativo de la población (0,17% anual acumulativo), se destacan:
- Informática: Creció 5,05% a.a., sumando 56.500 empleos y alcanzando 145.200 trabajadores.
- Otros servicios públicos y sociales: 1,19% a.a. (12.300 personas más), empleando a 110.400 personas.
- Servicios de investigación, seguridad y limpieza: 0,95% a.a., con 26.450 nuevos puestos y un total de 291.900 trabajadores.
- Comercio: 0,92% a.a., con 110.000 empleos añadidos y un total de 1,26 millones de trabajadores.
- Salud: 0,9% a.a., con 28.130 empleos más y un total de 329.900 trabajadores.
- Educación: 0,82% a.a, 33.180 nuevos puestos y un total de 423.700 trabajadores.
- Hotelería y restaurantes: 0,56% a.a., con 15.160 empleos agregados y 280.100 trabajadores.
- Alimentos y tabaco: 0,41% a.a., sumando 15.750 empleos hasta los 390.800 trabajadores.
Por el contrario, entre las actividades que redujeron la nómina de asalariados registrados en el SIPA, las que más disminuyeron en términos relativos fueron:
- Textiles, confecciones, cuero y calzado: 3,64% a.a. (31% en la década), perdiendo 48.000 empleos y quedando con 106.800 trabajadores.
- Comunicaciones: 2,36% a.a. de contracción, con 20.590 empleos menos (76.300 trabajadores).
- Inmobiliarias y empresas de remises: 2,27% a.a., con una reducción de 22.000 puestos y un total de 85.200 trabajadores.
- Construcción: 1,96% a.a., con 82.670 puestos menos y 377.400 trabajadores.
- Automotores y neumáticos: 1,07% a.a., 9.650 empleados menos y 85.200 trabajadores.
- Madera y papel: 1,06% a.a., 8.550 menos y 75.900 empleados.
- Química y petroquímica: 0,78% a.a., con 13.280 empleos menos y 163.100 trabajadores.
- Servicios financieros: 0,75% a.a., 11.670 empleos menos, quedando con 148.600 personas.
Durante el primer bienio del gobierno libertario, el total de la nómina de asalariados registrados en el sector privado se redujo en 177.650 empleos, equivalente a una baja del 2,77 por ciento.
Las excepciones a la caída generalizada de puestos fueron: informática (5,9%), comercio (2,1%), servicios de investigación, seguridad y limpieza (1,4%), agro (1,3%), alimentos y tabaco (1,2%) y otros servicios públicos y sociales (1 por ciento).
De las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la última década, tomando como referencia los últimos diez meses de agosto, solo ampliaron su nómina de asalariados privados registrados:
- Neuquén: 28,5%
- Catamarca: 11,2%
- La Pampa: 5%
- Córdoba: 3,9%
- Corrientes: 3,1%
- Salta: 2,8%
- Santa Fe: 1,4%
- Jujuy: 1,2%
El empleo privado registrado se mantuvo estancado en Buenos Aires, Tucumán y Río Negro.
Entre las once jurisdicciones que redujeron su dotación de asalariados registrados, se destacan:
- Formosa: 20,9%
- Santa Cruz: 20,2%
- San Luis: 16,1%
- Tierra del Fuego: 12,3%
- Chubut: 9,9%
- La Rioja: 9,8%
- Santiago del Estero: 8,8%
- Tucumán: 7,8%
- Misiones: 6,7%
- Chaco: 6,6%
En los primeros dos años del gobierno de Javier Milei, solo sobresalieron entre las generadoras de empleo positivo a nivel privado Neuquén (3,8%) y Tucumán (0,6 por ciento).
El desafío de revertir la precarización y fortalecer el aparato productivo con trabajo de calidad vuelve a poner en primer plano la agenda de reformas laborales
El entramado laboral argentino refleja así, tras una década, la consolidación de un proceso en el que la informalidad y el autoempleo ganan terreno, mientras cae la participación del empleo privado formal.
El desafío de revertir la precarización y fortalecer el aparato productivo con trabajo de calidad vuelve a poner en primer plano la agenda de reformas laborales y el debate sobre el futuro del trabajo en el país.
ECONOMIA
Más pizza, menos bife de chorizo: el Financial Times destacó la crisis de los restaurantes y la caída del turismo extranjero por la inflación en dólares

El Financial Times destacó en una nota este sábado la fuerte reducción de la asistencia a restaurantes por parte de los argentino y la caída del ingreso de turistas extranjeros al país, en el marco de una economía en que la inflación pasó de más del 25% mensual en diciembre de 2023 a cerca del 2% en los últimos meses, con un tipo de cambio que encareció los precios en dólares.
El medio británico contrasta el “auge” de los restaurantes durante la crisis inflacionaria de 2023, cuando los pesos “quemaban” y la gente se apuraba a gastarlos, incluso en comidas afuera, con la relativa estabilización económica, que ilustra con el caso de Ya Cabrón, un local de tacos en Palermo, que debió cerrar en junio, debido a la abrupta caída de la demanda. Nicolás Molano, su gerente, explicó que en los últimos dos meses atendían a 15 personas por día y algunos días llegaron a servir una sola mesa. “Intentamos todo, pero simplemente era insostenible”, explicó al medio inglés.
Según el FT, el cambio de fortuna del sector gastronómico refleja el impacto del programa económico del presidente Javier Milei. La desaceleración de la inflación, dice, permitió que muchos argentinos empiecen a ahorrar y a financiar compras importantes. Al respecto cita el dato del Indec de que las ventas de electrodomésticos aumentaron casi 400 % en el primer semestre 2025 sobre igual período de 2023. El alivio inflacionario, agrega, fue producto de un ajuste severo. Millones de personas restringieron gastos, los salarios reales cayeron, se recortaron subsidios a la energía y el transporte y 3 de cada 4 argentinos redujeron sus salidas a comer fuera, según una encuesta de marzo pasado.
La nota cita que según el FMI el PBI argentino crecería 4,5% este año, pero el nivel de actividad hizo pico en mayo y desde entonces se estancó y da incluso signos de contracción. Sebastián Menescaldi, director de la consultora EcoGo, explicó al FT que, aunque la gente ya no siente que la plata “se quema en el bolsillo”, pero tampoco dispone de más recursos.
A su vez, la apreciación del peso y la pérdida de poder adquisitivo del dólar afectó otro pilar de ingreso de los restaurantes: el turismo extranjero, porque la Argentina -dice el FT- se convirtió en uno de los destinos más caros de América Latina, lo que provocó una caída del arribo de visitantes extranjeros. Al respecto, cita a Daniel Prieto, expresidente de la asociación de restaurantes y hoteles de Buenos Aires, quien reconoce que la estabilización era necesaria, pero “tiene daños colaterales, y nuestro sector es uno de los más afectados”.

El artículo precisa que entre julio y septiembre los restaurantes porteños atendieron a un 20 % menos de comensales en relación a igual periodo de 2023, antes de la gestión de Milei. No es un colapso, dijo Prieto, pero el gasto promedio por cliente también habría disminuido, presionando los márgenes de rentabilidad.
Al respecto, informes del Instituto de Estadística y Censos de CABA (Idecba) relevados por Infobae marcan que la estadía promedio de los turistas extranjeros se redujo de 14,2 días en el cuarto trimestre de 2023 a 13,2 en el tercero de 2025, mientras el gasto promedio en dólares aumentó de 77,5 a 84,9 dólares por día. En el caso de los turistas brasileños, el principal contingente, las variaciones fueron más abruptas: la estadía promedio se redujo a 10,9 a 8,9 días y el gasto promedio diario pasó de 85,6 a 106,7 dólares, un 24,6% más
El cambio de fortunas no se limitó a Buenos Aires. La nota del medio británico señala que en Mendoza las bodegas reportaron una fuerte caída de visitantes, pues el costo allí de un fin de semana largo “supera los miles de dólares”.
Además, el relativo fortalecimiento del peso empujó a los argentinos al exterior. en el primer semestre de 2025, precisa el FT, casi 62 % más argentinos tomaron vacaciones en el exterior que un año antes. También cita a Fidel Pérez, dueño de los bares BierHof y Casa Seis, quien dijo que los proveedores aumentaron el precio de la cerveza local “Patagonia” hasta tres veces por mes en 2024, llevando el precio de un vaso a casi 11.000 pesos “Llega un punto en que el cliente ya no lo acepta”, dijo Pérez, que cerró Casa Seis en agosto.
Un ejemplo aún más contundente citado en la nota es el del precio promedio de un bife de chorizo con guarnición en Buenos Aires: pasó de $7.200 en septiembre 2023 a $30.500, lo que expresado en dólares significó un aumento de 9,40 a a 21,90 dólares, un 133% más caro, dicen datos del gobierno porteño.

Según el artículo, la inflación crónica, agravada tras la pandemia por la emisión masiva de pesos para financiar el gasto público, impulsó desde 2022 una rápida expansión de la oferta gastronómica de gama media y alta en CABA, alimentada por la afluencia de turistas y el exceso de liquidez. Esos mismos restaurantes son ahora los más golpeados.
“Los márgenes han sido aniquilados”, dijo Marcelo Boer, propietario de las marcas de ceviche Barra Chalaca y La Mar y de la cadena Hells Pizza, al FT. Según Boer, muchos empresarios no previeron un cambio tan drástico al abrir, lo que llevó a un exceso de locales y por eso -anticipó- “un gran número se prepara para cerrar”. La ola de cierres se refleja en que ya hay locales disponibles a un tercio de lo que eran sus valores habituales.
Mientras, el consumo se desplazó a opciones más accesibles, como pizzerías y comedores baratos, que resisten mejor la crisis. Pero todos aumentaron sus precios, pues los costos laborales, de alimentos y de alquiler se mantuvieron altos, incluso cuando las presiones inflacionarias empezaron a moderarse en 2024.
La caída en cerca de un 20% del ingreso de turistas extranjeros agravó la cuestión. Alex Pels, propietario del restaurante de carnes Fogón, popular entre turistas, dijo al FT que el número de clientes disminuyó cerca de un 30 % en los últimos meses en relación a 2024 y reflexionó: “Los últimos años fueron históricos para el turismo y los restaurantes, pero era algo artificial; en algún momento, la fiesta iba a terminar”.
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ECONOMIA
La fábrica de las ollas indestructibles atraviesa su peor crisis: 30 despidos y producción frenada

El ajuste no es menor para una empresa que construyó su identidad sobre la fabricación nacional, la calidad artesanal y el empleo metalúrgico
22/11/2025 – 12:25hs
La abrupta caída del consumo interno y el avance de las importaciones empiezan a dejar huellas profundas en la industria metalúrgica. Una de las señales más contundentes es la situación que atraviesa Essen, la tradicional fábrica de artículos de cocina de fundición de aluminio —popularmente asociada con las «ollas indestructibles»—, que en los últimos días concretó el despido de 30 trabajadores en su planta de Santa Fe y comenzó a reemplazar buena parte de su producción local por productos terminados provenientes de China.
El ajuste no es menor para una empresa que durante décadas construyó su identidad sobre la fabricación nacional, la calidad artesanal y el empleo metalúrgico. Los 30 despidos, que representan alrededor del 10% del total del personal productivo, marcan un punto de inflexión en un sector golpeado por la recesión y la apertura comercial. La compañía confirmó que cerca del 45% de la producción local será sustituida por artículos importados, un cambio drástico que detuvo líneas de ensamblaje y redujo la demanda de componentes internos.
Un repliegue forzado por el derrumbe del consumo
El origen del conflicto se remonta a la retracción del consumo, que en los últimos meses impactó con fuerza en los bienes durables y, especialmente, en los productos de precio medio y alto que integran el segmento donde compite Essen. Las ventas de artículos de cocina vienen registrando caídas interanuales pronunciadas, afectadas por la pérdida de ingresos reales, la reducción del crédito al consumo y el encarecimiento del financiamiento en cuotas.
Con un mercado interno debilitado, la empresa optó por una estrategia de reducción de costos que incluyó la importación de productos terminados desde China, una alternativa que hoy se vuelve más económica que sostener la totalidad de la producción nacional. Para los trabajadores, sin embargo, la decisión representa una amenaza directa al empleo y un síntoma de un proceso de desindustrialización que podría profundizarse si las condiciones económicas no mejoran.
«Ha bajado la producción y los trabajadores lo ven día a día en sus puestos de trabajo», advirtió Oscar Infante, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Venado Tuerto, quien denunció que la empresa estaría aprovechando la crisis para aplicar un programa de achicamiento estructural.
Según el gremio, las complicaciones comenzaron cuando Essen decidió frenar la fabricación de componentes que antes producían internamente, lo que dejó a operarios sin tareas asignadas y derivó en los despidos.
En Santa Fe, el reemplazo de piezas nacionales por partes importadas empezó a notarse hace meses, pero la decisión de elevar ese porcentaje al 45% implica un cambio profundo en el modelo productivo.
Para el gremio metalúrgico, el riesgo es claro: cada punto porcentual de sustitución por importaciones equivale a menos horas de trabajo local, menos puestos operativos y una mayor dependencia externa. En el caso de Essen, una empresa que supo ser emblema de la industria de fundición y que durante décadas hizo bandera de la fabricación nacional, el giro hacia productos importados tiene un impacto simbólico significativo.
Un síntoma de algo más amplio: preocupación por efecto contagio
La incertidumbre no se limita a Essen. Infante, el dirigente de la UOM, advirtió que otras empresas importantes de la región podrían atravesar procesos similares en las próximas semanas. Según señaló, la compañía Corven, otra de las grandes empleadoras metalúrgicas de Santa Fe, estaría evaluando la cesantía de alrededor de 40 trabajadores a raíz de la misma combinación de factores: demanda deprimida, costos internos crecientes y un flujo de importaciones más libre y competitivo.
El sindicato teme un «efecto contagio» en distintas ramas de la metalurgia, especialmente en aquellas que dependen de la producción en serie y requieren volúmenes sostenidos para mantener la rentabilidad. Las empresas que trabajan para el mercado interno enfrentan un escenario especialmente complejo: ventas en baja, dificultad para trasladar aumentos a precios y un dólar que, aun sin grandes saltos, permite a los importadores colocar productos a valores difíciles de igualar en la fabricación local.
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ECONOMIA
Cuánto se ahorraron quienes esperaron que vuelva a subir el dólar para comprar un auto 0 km

El mercado automotor argentino de noviembre tiene más preguntas que respuestas. Al comienzo de la semana, con un primer balance de mitad de mes, las ventas de autos 0 km estaban más bajas de lo esperado –un 20% por debajo de octubre-, lo que encendió las alarmas en las fábricas, que llegaron a reprogramar objetivos de ventas ante una proyección prevista para este mes de poco más de 38.000 unidades en total. Ello habría significado un retroceso que va más allá de la estacionalidad, cercano al 25%.
Entre las razones de este inesperado comportamiento de los compradores, se trazaron varias hipótesis, aunque la mayoría de los operadores coincidió en señalar que los fabricantes aumentaron los autos en noviembre en un promedio del 3,5% justo cuando el dólar bajó más de lo imaginado. Esto generó una distorsión que dejó los autos nacionales o importados de Brasil en precios muy altos en dólares, desfasados de la realidad de los usuarios.
“Es posible que muchas personas hayan comprado dólares a $1.500 imaginando que podía seguir subiendo, e hicieron un pésimo negocio. Hay que entender que la mayoría de los compradores de autos 0 km son ciudadanos que se refugian tradicionalmente en el dólar, y más aun si tienen en vistas comprar un auto nuevo”, dijo el director de ventas de una terminal a Infobae.

Las marcas volvieron a apostar por la financiación a tasas subsidiadas en noviembre, pero la baja de las tasas que impulsó el Gobierno todavía no impactó en las dos semanas de principios de mes. Pero más allá de ese tecnicismo, quien compra un auto con tasa 0% está financiando el 50% del auto en dos años, pero tiene que pagar el otro 50% del capital en efectivo. Ese es el ahorrista que tiene dólares y que, antes de cerra la operación, mira la cotización del dólar para saber si es buen momento o si conviene esperar.
Entre miércoles y jueves, con el dólar nuevamente en alza, se reactivaron muchas ventas y el corte de este jueves muestra una recuperación con ventas ahora un 13% por debajo de octubre.
“Los que esperaron tuvieron razón en los últimos dos días hábiles de la semana, porque el dólar volvió a subir cerca de los $1.450. Entonces sí tuvo un poco más de sentido. Uno piensa que son $35 por dólar, pero en la suma, dependiendo el segmento de auto, se pueden ahorrar entre USD 900 y USD 1.500, si venden a $1.415 o a $1.450”, dijo el mismo ejecutivo.

Tomando la referencia de los autos más vendidos en lo que va del mes en todas las categorías, los números explican más claramente la diferencia entre uno y otro negocio.
El Toyota Yaris tiene un precio intermedio entre sus tres versiones de $34.686.000. Si se compraba con un dólar de $1.415 representaba USD 24.513, pero si se compra con una cotización oficial de $1.450, requiere utilizar USD 23.921. El ahorro para el comprador por esperar dos semanas fue de USD 592.
Siempre tomando el precio de la versión intermedia de cada modelo, si esa misma cuenta se hace con un Peugeot 208, el ahorro habría sido de USD 637, con un Fiat Cronos, USD 611, con un Chevrolet Onix, USD 572, y con Volkswagen Polo, de USD 675. En contrapartida, el Renault Kwid, el auto más barato del mercado que se vende en $25.616.000 habría permitido un ahorro de USD 437.

En la categoría de los SUV, que tienen precios más elevados y, por lo tanto, marcan más diferencia según la cotización, los modelos de referencia son el Volkswagen Tera, que lidera el segmento luego de dos semanas. Si bien este auto es el más accesible de Volkswagen, más barato que el Polo, es el SUV en el que menos diferencia se puede apreciar con ambas cotizaciones. Tomando un precio promedio de $38.422.000, el ahorro habría sido de USD 655.
En esta misma categoría de autos, el Chevrolet Tracker tiene una diferencia a favor del dólar alto de USD 737, el Ford Territory, USD 876, el Peugeot 2008, USD 811, el Toyota Corolla Cross, USD 913, el Renault Kardian, USD 690 y el Volkswagen Taos, USD 1.080. En un extremo de los SUV, un Toyota SW4 marcaba más diferencia, USD 1.478.

Por último, en los utilitarios, si se compraba una Toyota Hilux con dólar bajo se habrían necesitado USD 38.989 y con un dólar alto USD 38.048, un ahorro de USD 941. Si la operación era con una Ford Ranger, el ahorro habría sido de USD 939, y con una Volkswagen Amarok, USD 1.054. Entre las pick-up compactas, una Fiat Toro ahorraba USD 947 y una Ford Maverick USD 1.083.
Otros utilitarios de referencia son un furgón Mercedes-Benz Sprinter con un precio promedio de $65.000.000 habría generado un ahorro de USD 1.110, o un Renault Kangoo USD 733.
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