La cuenta regresiva para el casamiento de Nicolás Cabré y Rocío Pardo ya está en marcha: luego de una drástica decisión, la pareja dará el “sí” el próximo 6 de diciembre en Córdoba y todos los ojos están puestos en cada detalle del gran evento. Sin embargo, una revelación inesperada en Infama cambió completamente el foco de atención.

Karina Iavícoli fue quien, este mediodía, aportó información exclusiva sobre el look del actor, algo que hasta ahora se mantenía bajo absoluto hermetismo. “Ya falta muy poco para la boda, están muy enamorados”, comenzó la periodista, para luego soltar la bomba sobre el traje elegido por Cabré.

“El diseñador es Daniel Casalnovo, que no había dicho de qué color iba a ser. Pero por lo que estuve investigando, si es que no tiene un segundo cambio, ¡sería como un helado de vainilla!”, lanzó Iavícoli, sorprendiendo a todos en el panel.

Según explicó, la elección sería de un tono claro, crema, casi vainilla, algo inusual en las bodas argentinas. “Sería un color vainilla, clarito, muy sencillo, lindo, pero raro. Suele usarse azul o negro”, remarcó la panelista, dejando entrever que Cabré busca romper con las tradiciones clásicas.

Pero mientras el equipo discutía sobre la estética del traje, la conversación viró hacia una preocupación mucho más profunda que estaría atravesando el actor en las últimas horas. Y ahí fue cuando Laura Ubfal intervino con información mucho más delicada.

“Está preocupado porque expulsaron al suegro de la asociación de empresarios teatrales”, reveló sin rodeos la periodista, aportando un dato desconocido hasta el momento. Según detalló Ubfal, la situación no es menor: “Debería plata a medio mundo y tampoco mostró números claros de venta de tickets”.

Esto, según explicó, genera un conflicto que se amplifica justamente por la proximidad del casamiento y por el perfil público que tiene Cabré. Además, Ubfal agregó que esta expulsión implica que “su espectáculo no va a poder figurar en las estadísticas”, un dato que dejó al descubierto una interna del mundo teatral que nadie esperaba que se colara en la previa de una boda tan esperada.

El contraste entre el clima festivo por el inminente casamiento y la tensión por este problema familiar generó un fuerte impacto entre los seguidores del actor. Hasta ahora, Cabré no se expresó sobre el tema, pero en el entorno aseguran que la situación lo tomó por sorpresa y que estaría intentando resolverlo antes de la ceremonia.

Lo cierto es que, entre el misterioso traje “helado de vainilla” y la polémica expulsión del suegro, la previa del casamiento promete seguir dando que hablar. Y Infama dejó claro que detrás de la boda del año hay una trama mucho más compleja de lo que se creía.

El fútbol generó un ruido ensordecedor la semana pasada. Mientras todo el mundo hablaba de la AFA, Chiqui Tapia, La Brujita Verón, el pasillo, las denuncias, los arbitrajes, las suspensiones, las sospechas y las sanciones sucedieron otro montón de cosas que pasaron medio inadvertidas. Por ejemplo, Jorge Rial se ganó un Martín Fierro y esa noticia, que en otra época hubiera provocado horas y horas de atención mediática, esta vez no generó nada. O casi.

Rial había anunciado que concurriría a la entrega de los premios, pero finalmente no fue. Y en medio de versiones que hablaban de un enojo de C5N por su ausencia (canal que lo tiene contratado y que transmitió los MF de cable) trascendió otra fuerte versión: el conductor de Argenzuela -decía la versión- habría pegado el faltazo por celos al Gato Sylvestre, quien era el gran favorito a quedarse con el Martín Fierro de Oro como finalmente sucedió.

En el programa de radio que conduce y después de protagonizar «el pase» con el Gato, precisamente, Rial explicó su decisión de no ir y además le mandó un mensaje claro a Luis Ventura, presidente de Aptra, ex amigo suyo y actual enemigo número uno. «Lo pensé mucho, mucho, mucho, y creo que yo, por lo menos yo, debo actuar con coherencia» señaló.

«Y coherencia, después de 30 años de quejarme no contra el premio sino contra Aptra, es que no me parecía correcto ir. Hubieran dicho que me rendí, que fui por un premio, que me vendí, no sé, y no es así. Nadie sabía mi decisión. Ni mis compañeros ni mi pareja, que un poco se enojó cuando se enteró. A tres compañeros les mandé un mensaje a las 9 de la noche para contarles, o sea que esperé el comienzo de la transmisión y de la ceremonia», explicó Rial.

JORGE RIAL HABLO DEL ENCUENTRO CON LUIS VENTURA Y LE MANDO UN MENSAJE POTENTE

«Yo siempre banqué al premio. El premio es espectacular y a mi me gustó ganarlo, y fijate que nos dieron el grupal, no a mi como conductor. Pero no importa, se agradece, se valora y a uno lo pone contento. Lo que no me gusta es APTRA. Yo por ejemplo le diría a APTRA, más que nada a su presidente, Luis Ventura, que tiene que achicar. Que concentraría en los tres Martín Fierro Históricos, el de tele, el de radio y el del cable, pero sacaría el de arquitectura, el de inmobiliarias, el de danza, el Latino. Entiendo que se necesita plata, lógicamente, pero si lo vendés bien recaudás más con tres bien vendidos que con tantos mal vendidos» agregó Rial.

Después, Rial habló de Ventura. «Muchos especulaban con que se iba a dar un encuentro con él. No, si un día nos encontramos, que yo no tengo problema, será en privado. Tampoco quiero que se especule porque la otra vez que nos vimos me saqué una selfie y la subí, y como arrancaba un programa el pensó que yo especulé con eso. Y nada que ver. Yo lo quiero al gordo, siempre lo dije y lo vuelvo a hacer. Yo me encontraría sin ningún problema, pero en privado, no para la cámara».

La separación de Chechu Bonelli y Darío Cvitanich sigue ocupando el centro de la escena mediática y no da tregua a ninguno de los protagonistas. Desde que en julio pasado la pareja anunció el final de una relación que superó los 14 años, dio de qué hablar sobre sus pasos, sus gestos en redes y, especialmente, los nuevos vínculos que aparecieron en el radar como el romance confirmado de Cvitanich con Ivana Figueiras. Las idas y vueltas, las respuestas cruzadas y las chicanas públicas hicieron que la expareja pase de la cordialidad al escándalo, generando un interminable ida y vuelta de reproches y declaraciones a la prensa. Pero este fin de semana, Bonelli hizo un alto, habló a corazón abierto y dejó en claro cuál es su presente.

“Estoy bien, un poco sorprendida de todo lo que está ocurriendo. Necesito un poco de paz mental, no quiero seguir hablando del tema”, comenzó diciendo Chechu, con un tono sereno pero marcado por el cansancio, al referirse a la situación actual con su ex. Cuando le preguntaron sobre sus dichos respecto a su exsuegra, un tema que encendió la última polémica, prefirió eludir la pregunta: “No quiero hablar más del tema, necesito cuidar a mis hijas, que tienen redes sociales, y a mí, a mi trabajo. Necesito tener un perfil bajo, ya estoy cansada. Es fin de año, hay quil…, no quiero saber nada”.

A propósito de los posteos de Figueiras, que parecían estar dirigidos a ella, Bonelli se mostró desinteresada y planteó su deseo de dejar los conflictos atrás. “Está todo bien. No me llegó nada. Lo único que quiero es ser feliz y que la otra persona también lo sea, nada más. No hay nada más lindo que cada uno lo sea por su lado, es lo único que deseo y no quiero más quil…”, expresó la modelo dejando en claro que el bienestar personal y familiar es hoy su única prioridad.

Al volver sobre sus palabras acerca de la madre de Cvitanich y el dolor que generaron, Chechu no ocultó la incomodidad por la repercusión. “No puedo hablar más de todo eso. Lo único que hice fue intentar ser genuina, contar lo que estaba pasando y hubo una reacción que no estuvo buena. No puedo hablar porque quiero cuidar a mis hijas”, insistió. Ante la consulta sobre si sentía que su sinceridad le jugó en contra, Bonelli fue clara: “No sé si me jugó en contra. Estoy perfecta, bien. Cuando di a conocer que fue un proceso de mier… lo conté y hoy que estoy bien y entera hay cuestiones que no caen bien, entonces quiero tratar de mantener la mejor relación posible. No quiero conflictos”.

La conversación derivó, como en cada ocasión desde el anuncio de la separación, en la dinámica interna que aún comparten por sus hijas en común. “Nosotros tenemos una relación por nuestras hijas que intentamos que sea lo mejor posible. No voy a hablar más de él, su familia ni su pareja”, recalcó, poniendo punto final a la discusión pública que los expuso durante semanas.

La modelo también se refirió al juego mediático en el que se ven envueltos cada vez que alguno de los protagonistas realiza una publicación en redes sociales. “No es un jueguito. Se genera desde el momento en que se publican cosas, entonces vamos a cortarla. No es ver quién gana y quién no. Por lo menos, de mi lado ya está y se terminó”.

Sobre los sentimientos posruptura y la idea de culpa o responsabilidad en el desenlace, Chechu fue profunda y tajante: “¿Sentirme culpable de qué? Fui dejada; la otra persona tomó una decisión, me costó aceptarlo, lo hice, lo trabajé con terapia, vine a trabajar hecha bosta con las lágrimas en los ojos, ¿culpable de qué, chicos? Fue un momento de mier…, estoy saliendo adelante, siendo feliz, abriéndome un montón de posibilidades y cuidando mi trabajo. Yo hoy me tengo que bancar sola y a mis hijas, una casa…”.

También despejó dudas sobre mover hilos en el escándalo ante los presuntos mensajes realizados por una empleada suya. “Nunca obligué a nadie a comentar cosas. Me parece que eso es entrar en un juego de adolescentes, innecesario. Si la persona que lo hizo se hace responsable, buenísimo. En ningún momento obligué a alguien en entrar en ese jueguito. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, enamorarse, eso. No hay nada más lindo que el amor, que las personas sean felices. Puedo estar en desacuerdo en un montón de cosas, pero ya está. Necesito paz mental”.

Al cierre, sumó una reflexión sobre el pasado y el futuro: “Me sorprende muchísimo el revuelo. Creo que si no hubiese una reacción no hubiera tenido tanta trascendencia. Dije algo genuino, capaz no tendría que haberlo hecho. Hoy elijo no hablar más y no me arrepiento porque fue lo que sentí. Tal vez no fue el momento, pero ya está”.

“Ya está. Volver al pasado me parece al ped… Estamos divorciados, tenemos un acuerdo, tres hijas en común que nos van a unir de por vida. Yo jamás voy a hablar mal de él porque conmigo fue un excelente marido, sigue siendo un gran padre, cuñado. Siempre voy a hablar maravillas de él y que no esté de acuerdo en un montón de cosas no me va a llevar a hablar mal de él”.

“¿Cómo no voy a tener comunicación con él si es el padre de mis hijas? No lo voy a negar, el justo y necesario. Ahora se vienen un montón de eventos de las nenas como cumpleaños, comunión… Respeto las decisiones. Nada más”.

Con palabras sinceras y un mensaje de búsqueda de paz, Chechu busca dejar atrás el escándalo y empezar una etapa de felicidad bajo sus propios términos, enfocada en sus hijas, su trabajo y un nuevo equilibrio personal.