ECONOMIA
¿Vuelven los tickets restaurante? Que dice el proyecto de reforma laboral sobre el beneficio de comedor

El debate sobre los beneficios sociales no remunerativos volvió a escena a partir del avance del proyecto de reforma laboral presentado por el Gobierno. La normativa en discusión propone que los empleadores puedan otorgar servicios de comedor y alimentación a sus empleados, no solo dentro del establecimiento, sino también en establecimientos gastronómicos a través de acuerdos alcanzados por la empresa. Este punto reactualizó el interés sobre el esquema de tickets de almuerzo que fue objeto de polémica en la Argentina, asociado tanto a la flexibilización laboral como a la elusión de cargas sociales.
El texto del proyecto establece en su artículo 31 una distinción clave. Allí señala que el empleador puede brindar servicios de comedor y alimentación durante la jornada laboral para el trabajador, ya sea en la propia empresa o mediante contratos con locales gastronómicos próximos. La ley define estos beneficios como prestaciones no dinerarias, no acumulables ni canjeables por dinero. Así se busca que la prestación cumpla la función alimentaria, sin convertirse en una vía para eludir los aportes jubilatorios, el aguinaldo, las vacaciones y las indemnizaciones previstas para el salario pagado en efectivo.
“Se denominan beneficios sociales a las prestaciones de naturaleza jurídica de seguridad social, no remunerativas, no dinerarias, no acumulables ni sustituibles en dinero, que el empleador voluntariamente otorga al trabajador, directamente o por intermedio de terceros, con el objeto de mejorar la calidad de vida del trabajador y/o de su grupo familiar a cargo; por ende, estos beneficios no son salarios en especie”, detalla el artículo
En este contexto, la iniciativa clasifica los servicios de comedor y alimentación como beneficios sociales. Estos, según el artículo 103 bis que se propone en la ley, quedan expresamente excluidos de la base salarial y, en consecuencia, exceptuados de aportes y contribuciones patronales. También se incluyen otros conceptos como los reintegros por gastos médicos, provisión de ropa de trabajo, útiles escolares, gastos de guardería y capacitaciones. El propósito es mejorar la calidad de vida de la persona empleada y su grupo familiar, sin distorsionar la estructura remunerativa.

“Se consideran beneficios sociales las siguientes prestaciones: a) los servicios de comedor y alimentación del trabajador, dentro del establecimiento del empleador o en establecimientos gastronómicos cercanos durante la jornada laboral contratados por el empleador, conforme a los límites que determine la autoridad de aplicación”, establece el texto que será discutido en el Congreso.
En la elaboración del texto, los especialistas que discutieron las condiciones de este beneficio tenían al antecedente de los tickets de comida como un ejemplo en contrario: querían evitar que se transformaran por un lado en una especie de casi dinero canjeable y, por el otro, que los mismos se transformaran en un salario encubierto ganando peso en la remuneración total para reducir cargas sociales. Con todo, si la reglamentación limita el monto que se puede otorgar de manera tal que no reemplace el salario podría ser el regreso de estos tickets.
En resumen, el espíritu de la norma no es el regreso de los tickets sino -más bien- evitar abusos del pasado, con o sin tickets.
La otra traba para un regreso es judicial. Los antecedentes en Argentina muestran que los tickets restaurante y los tickets canasta tuvieron amplia difusión desde fines de la década de 1980. Surgieron durante la hiperinflación como respuesta a la caída del poder adquisitivo y al objetivo empresarial de contener los costos. Permitían abonar una parte del salario con vales que no tenían carácter remunerativo, lo que implicaba un ahorro directo al no computar esos pagos en la base de aportes jubilatorios, aguinaldo o indemnización. Las empresas aprovechaban este mecanismo para reducir su carga fiscal y previsional, una práctica que encontró rápida expansión en el sector privado.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación intervino años después y fijó un criterio determinante. Consideró que los vales de comida representaban una retribución directamente vinculada al trabajo, por lo cual integraban el salario y debían estar sujetos a las cargas sociales aplicables a cualquier pago salarial. Las críticas al sistema no tardaron en crecer. Los sindicatos advirtieron que tal esquema incrementaba la precarización, afectaba derechos laborales y desfinanciaba la seguridad social. Se denunciaron maniobras de evasión y elusión a gran escala.
En 2007, Héctor Recalde, diputado nacional entonces y referente sindical, impulsó la derogación del régimen de tickets por medio de la Ley 26.341, después de que se divulgó un escándalo por un intento de soborno a legisladores para mantener el beneficio empresarial. La ley consolidó el criterio judicial y prohibió que los tickets restaurante y canasta se utilicen como pago salarial encubierto, estableciendo que toda retribución debe computarse como salario, con todos los efectos previsionales y laborales correspondientes.
Desde entonces, las empresas dejaron de usar los tickets canasta debido a la imposibilidad legal de integrar esos vales como parte no remunerativa del sueldo. El sistema, que en sus inicios se justificaba como asistencia alimentaria, funcionó durante años como un mecanismo para segmentar el salario, reducir la formalidad y recortar los ingresos futuros de las personas empleadas al sistema previsional. Los detractores del modelo sostuvieron que su utilización generó un perjuicio millonario al haber reducido el ingreso de aportes a la seguridad social y las obras sociales.

La actual reforma laboral propone una vuelta sobre esas huellas, aunque con diferencias sustanciales. El proyecto recientemente distribuido redefine la prestación en términos de beneficio social, con límites formales: la autoridad de aplicación deberá reglamentar los alcances y condiciones de estos beneficios para impedir desvíos o abusos. El servicio puede prestarse directamente por la empresa o a través de proveedores habilitados y bajo condiciones de no dinerariedad, exclusividad de uso en alimentación y seguimiento de las operaciones. Los empleadores no podrán otorgar vales acumulables ni canjearlos por dinero en efectivo.
El texto legal detalla que, dentro de los beneficios sociales, también se reconocen otras prestaciones — como el reintegro de gastos médicos o el otorgamiento de útiles escolares—, pero el esquema de comedor y alimentación en locales cercanos resulta el que más debate genera por su historia reciente y su fuerte impacto sindical y fiscal. El sistema se basa en la posibilidad de brindar a los empleados un almuerzo diario sin traspasar el umbral de la remuneración salarial, una línea que ya causó fricciones en el pasado.
En la práctica internacional, esquemas similares funcionan con la modalidad de tarjetas comedor electrónicas, como ocurre en países de Europa y América Latina. Empresas como Edenred, proveedor de servicios de voucher y beneficios laborales que tiene un interés claro en que su negocio se habilite en la Argentina, impulsaron este tipo de herramientas en más de 45 países. Bárbara Granatelli, consejera en Asuntos Institucionales de Edenred, señaló que la herramienta “mejora la vida del trabajador y fortalece la economía formal. No reemplaza el sueldo ni forma parte de él: lo protege”. Estas declaraciones provienen de una gacetilla de la empresa, que promueve activamente su inclusión en el menú de opciones de la agenda local y destaca el uso de tecnología bancaria, trazabilidad y exclusividad para fines alimentarios.
Edenred argumentó que la tarjeta comedor democratiza el acceso al beneficio, pues permite que incluso PyMEs sin infraestructura específica o trabajadores sin lugar físico de prestación accedan al mismo estándar que una gran empresa. La empresa remarcó que el sistema les garantiza a todos los segmentos de trabajadores el mismo valor para el almuerzo, sugiriendo que lo ideal es establecer un monto fijo o un tope máximo diario y no un porcentaje del salario. Como respaldo, Edenred citó su presencia en mercados como Brasil, Uruguay, México, Francia y Bélgica, donde más del 90% de los empleados valoran positivamente el beneficio según sus propios relevamientos. comercios.
La discusión generada en Argentina gira en torno a si la nueva normativa propuesta puede reinstalar los tickets restaurante como beneficio social no remunerativo, sorteando los reparos legales existentes hasta la derogación de la ley específica hace más de una década. La observación de que el beneficio puede brindarse en locales “cercanos” no sería un escollo para la operatoria de los vouchers, ya que la propia reglamentación puede definir la noción de cercanía en función del lugar de trabajo, la modalidad laboral y la disponibilidad local de comercios gastronómicos.
El punto de fricción vuelve a estar en el encuadre como beneficio social, no remunerativo y exclusivamente alimentario, lo que dejaría el valor fuera de los rubros computados para aportes, indemnizaciones o aguinaldo. Y la existencia de un fallo judicial que, en los hechos, los considera parte del salario y por lo tanto sujetos a aportes.
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ECONOMIA
El dólar cortó una racha de siete ruedas sin cambios y cerró el año a $1.480

Concluyó un mes de diciembre que se caracterizó por una notable estabilidad de las cotizaciones en el mercado formal, donde en las últimas ruedas estuvo presente el Tesoro con ventas de contado que se complementaron con la oferta privada para atenuar cualquier atisbo de volatilidad.
El objetivo oficial de contener a la divisa dentro del régimen de bandas cambiarias quedó cumplido, más allá de que el Gobierno decidió recalibrarlas a partir de 2026 en base al último dato disponible del IPC del INDEC (2,47% en noviembre de 2025).
Es decir que al término de enero el techo de las bandas alcanzará los $1.564,24. Las expectativas de devaluación de los agentes financieros quedaron despejadas en lo inmediato, dado que los contratos de dólar futuro para esa fecha finalizaron a 1.505,50 pesos.
El tipo de cambio oficial descontó dos pesos o 0,1% en el día, a $1.455 para la venta. Así, el dólar mayorista redondeó en diciembre una leve suba de 3,50 pesos o 0,2 por ciento. A lo largo de 2025 avanzó 423 pesos o 41 por ciento.
El régimen de bandas establecido por el Banco Central para 2025 -con un aumento del 1% mensual vigente desde el 14 abril- fijó para la última rueda operativa del año una techo de libre flotación en los $1.526,09, lo que implica que el dólar mayorista quedó a 71,09 pesos o 4,9% de ese límite. A partir del viernes 2 de enero, las bandas se ampliarán en base a la inflación.
El dólar al público ganó cinco pesos o 0,3%, a $1.480 para la venta en el Banco Nación. De este modo interrumpió una serie de siete sesiones consecutivas en las cuales se mantuvo a $1.475 para la venta. En el año, creció 39,6% o 419,72 pesos. El Banco Central informó que en las entidades financieras el dólar minorista promedió $1.479,28 para la venta y $1.428,55 para la compra.
El dólar blue quedó ofrecido a $1.530 para la venta, para completar a lo largo de diciembre un incremento de 95 pesos o 6,6 por ciento. El dólar informal quedó como el más caro entre todas las franjas del mercado, por encima del bursátil “contado con liquidación”, a 1.524 pesos.
Las escasas reservas del Banco Central de cara a un próximo pago de deuda por más de USD 4.200 millones el 9 de enero, mantiene la atención de los operadores para los primeros días del 2026.
“Las miradas se dirigen por estos días por conocer de qué manera se optará por complementar los fondos necesarios para afrontar el pago de deuda del 9 de enero, y los próximos pasos en la estrategia financiera que podrían incluir nuevas emisiones aprovechando la última reducción del riesgo país”, dijo el economista Gustavo Ber, titular del Estudio Ber.
Las reservas internacionales del BCRA sumaban USD 41.165 millones, según datos de la entidad monetaria, mientras que “analistas estiman que las reservas netas se encuentran en rojo por unos 2.300 millones de dólares”, reportó Reuters.
“La oferta monetaria acompañará la recuperación de la demanda de dinero, priorizando su abastecimiento a través de la acumulación de reservas internacionales”, comunicó el BCRA en su presentación de objetivos y planes para 2026.
“Se destaca el programa de acumulación de reservas del Banco Central a partir de 2026, que aspira a captar divisas considerando el incremento de la demanda de dinero ante una eventual reactivación de la economía real”, describieron los expertos de Rava Bursátil.
Por su parte, las colocaciones a plazo fijo en pesos promediaron en 2026 un rendimiento del 30% anual, frente a una inflación que se mantuvo es similares valores, la tasa de inflación más baja en ocho años.
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ECONOMIA
Las exportaciones argentinas alcanzarán en 2025 su segunda mejor marca histórica, según un experto

Las exportaciones de bienes argentinas alcanzarían en 2025 un total de u$s86.500 millones, según un análisis de Marcelo Elizondo, presidente del Capítulo Argentino de la Internacional Society for Performance Improvement (ISPI) y de la International Chamber of Commerce en Argentina.
Esta proyección, que surge de la suma de los datos del INDEC hasta noviembre y una estimación para diciembre, posiciona a 2025 como el segundo mejor registro histórico en ventas externas para el país.
Se proyecta que las ventas externas de bienes llegarán a unos u$s86.500 millones, considerando que el cálculo para el último mes del año estima que las exportaciones podrían llegar a los u$s7.000 millones, una cifra conservadora que no se registra desde abril y que fue superada en diciembre del año anterior.
Este volumen de comercio exterior anticipa un saldo comercial positivo de u$s10.700 millones, considerando que las importaciones anuales se estiman en u$s75.800 millones. De concretarse esta previsión, el país superaría por segunda vez el registro de 2011, que fue el mayor hasta el récord de 2022, cuando las exportaciones alcanzaron u$s88.446 millones. La balanza comercial de servicios, no obstante, se proyecta deficitaria, con importaciones que superarían los u$s30.000 millones frente a exportaciones de u$s17.800 millones.
El destacado desempeño exportador se produce en un contexto de precios internacionales a la baja. Entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025, el precio promedio de las exportaciones argentinas registró una caída del 3%. Esta disminución afectó a los productos primarios (2,6%), las manufacturas de origen agropecuario (1,6%), el combustible y la energía (8,7%), y las manufacturas de origen industrial (0,3%).
Pese a esta tendencia negativa en los valores, el incremento en el volumen exportado fue determinante. Las ventas externas lograron un crecimiento del 24% en valor, al comparar el último mes registrado con el mismo período de 2024, gracias a un notorio aumento del 28% en el volumen de bienes despachados. Este factor es clave para comprender el valor del resultado de 2025, especialmente si se considera que los precios máximos históricos se registraron en 2022.
Qué productos lideraron las exportaciones argentinas
La estructura de las exportaciones en 2025 mantiene la composición tradicional del país. Las manufacturas de origen agropecuario lideran el desglose, representando el 35% del total de las ventas externas. En segundo lugar, se encuentran las manufacturas de origen industrial, que aportaron el 26%, seguidas por los productos primarios con un 25%. Finalmente, el combustible y la energía contribuyeron con el 13% restante al total exportado durante el año.
En cuanto a los destinos, Brasil conservó su posición como el principal socio comercial y mercado de las exportaciones argentinas. Le siguen, en orden de relevancia, China, Estados Unidos, Chile y la India, consolidando una diversificación geográfica que el país busca mantener. El comercio exterior argentino se concentró históricamente en la región y en mercados asiáticos relevantes.
Si se suman las exportaciones de bienes y servicios, Argentina alcanzaría aproximadamente los u$s104.000 millones en 2025. Sin embargo, su participación en el comercio mundial, que se proyecta en un récord histórico de u$s35 billones, se mantendrá en torno al 0,3%, una proporción que el país exhibió durante la mayoría de los últimos años. Esta cifra indica que, pese a los resultados históricos, la cuota argentina en el comercio internacional no logra una mejora sustancial.
La UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) anticipa un crecimiento del 7% en el comercio mundial para 2025, equivalente a u$s2,2 billones. Asia Oriental, África y el comercio Sur-Sur son los principales motores de esta expansión global. La industria manufacturera, con la electrónica a la cabeza, impulsa este crecimiento, mientras que la energía y la automoción se quedan rezagadas. La participación argentina mantiene su ratio tradicional y no logra mejoras significativas.
Fuerte superávit comercial en noviembre, el último dato oficial
La balanza comercial argentina registró en noviembre su superávit comercial más importante desde mayo del 2024, según informó INDEC a mediados de diciembre. El saldo positivo del mes pasado alcanzó los u$s2.498 millones, anotando un superávit por 24 meses consecutivos.
De esta manera, el superávit comercial acumulado en los primeros once meses del año es de u$s9.357 millones, muy por debajo de los u$s17.246 millones del mismo período del 2024.
Según informó INDEC, en noviembre las exportaciones totalizaron u$s8.096 millones, lo que representó un crecimiento interanual de 24,1%. Esta suba fue impulsada por un incremento de 28,0% en las cantidades exportadas, ya que los precios disminuyeron 3,0%.
Los datos desestacionalizados aumentaron 12,0%, en comparación con el mes anterior.
En tanto, las importaciones alcanzaron un total de u$s5.598 millones, lo que representó un incremento interanual de 6,6%. Este crecimiento se atribuyó al aumento de 6,1% en las cantidades y de 0,4% en los precios. Los datos desestacionalizados registraron una baja de 6,9% frente a octubre.
Dentro de las importaciones, un rubro que suele seguir últimamente el mercado son las asociadas a los bienes de consumo, tras el furor del puerta a puerta, Amazon, Shein y Temu como principales referentes.
Las importaciones asociadas a bienes de consumo alcanzaron u$s916 millones y crecieron 23,9% respecto de noviembre de 2024, en virtud de un aumento de 22,3% en las cantidades y de 1,3% en los precios.
Como saldo, en noviembre, la balanza comercial presentó un superávit de u$s2.498 millones, lo que implicó un incremento de u$s1.221 millones respecto al mismo mes de 2024.
El índice de términos del intercambio disminuyó 3,5%, y reflejó un deterioro en los precios relativos del comercio exterior. En el análisis por cantidades, se destacó el incremento de las exportaciones sobre el de las importaciones.
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ECONOMIA
Jornada financiera: las acciones argentinas cayeron por tercer día consecutivo y terminaron 2025 con una suba de 20 por ciento

La Bolsa porteña tuvo un desalentador fin de año, con caídas en seis de las últimas siete sesiones de negocios: la excepción fue una suba marginal de 0,2% de la rueda del 24 de diciembre, sin operaciones relevantes. A pesar del factor positivo para los negocios que conlleva la aprobación del Presupuesto 2026, faltaron noticias que rompieran con la monotonía de los habituales cierres de posiciones anuales. Todas las “fichas” estarán puestas en la confección de carteras de 2026, en base al desempeño que vaya exhibiendo la actividad económica con el correr de los meses.
Este martes, el mercado bursátil terminó con un baja del 1,6% en el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en los 3.051.617 puntos. El panel líder anotó en el año una mejora del 20,4%, una tasa que quedó unos diez puntos debajo de la inflación. Encabezaron las bajas del día Transener (-5,3%) y Comercial del Plata (-3,9%).
El S&P Merval medido en dólares, según la paridad del “contado con liquidación”, registró a lo largo de 2025 un descenso del 6 por ciento.
Los bonos soberanos en dólares -Bonares y Globales- mostraron una leve alza de 0,2% en promedio, mientras que el riesgo país de JP Morgan ascendía un entero, a los 571 puntos básicos.
“En el 2026, el país puede crecer entre el 4,5% y 5%, superar el techo que tenemos en el PBI desde el año 2011, e iniciar un circulo virtuoso de crecimiento. De cara al año 2026 tenemos por delante una mejora sustancial en el crecimiento económico, ya que vamos a una cosecha récord, y mayores exportaciones de energía, lo que nos podría colocar en un récord de exportaciones, que podrían alcanzar los USD 100.000 millones, con viento a favor”, pronosticó el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano.
Felix Marenco, asesor financiero de Cocos Gold, destacó “el apetito por deuda argentina y por equity argentino y las mejores perspectivas de cara al 2026 con reformas estructurales más consolidadas la aprobación del Presupuesto y la reforma tributaria, la reforma laboral que se va a tratar en el Congreso en el 2026. Cabe destacar con un Congreso notablemente más oficialista, en el aspecto legislativo ha mejorado muchísimo“.
“A priori las perspectivas para el 2026 son muy buenas y yo no creo que aparezca un flujo vendedor muy grande que haga corregir los precios de los activos argentinos para la primera semana del año, justamente por ese motivo”, añadió Marenco.
El tipo de cambio oficial descontó dos pesos o 0,1% en el día, a $1.455 para la venta. Así, el dólar mayorista redondeó en diciembre una leve suba de 3,50 pesos o 0,2 por ciento. A lo largo de 2025 avanzó 423 pesos o 41 por ciento.
Nicolás Merino, operador de ABC Mercado de Cambios, detalló que “la divisa operó en su última rueda del año con subas desde el inicio de la jornada. Abrió en $1.458 y, con una demanda firme en el arranque, llegó a marcar máximos intradiarios en 1.462 pesos. Con el correr de las horas, y a pesar de un volumen sensiblemente menor al de ayer -menos de la mitad de USD 441 millones, la oferta volvió a aparecer y presionó los precios a la baja. El volumen total operado durante el mes alcanzó USD 8.713 millones, mostrando una recuperación del 17,4% respecto de noviembre”.
El régimen de bandas establecido por el Banco Central para 2025 -con un aumento del 1% mensual vigente desde el 14 abril- fijó para la última rueda operativa del año una techo de libre flotación en los $1.526,09, lo que implica que el dólar mayorista quedó a 71,09 pesos o 4,9% de ese límite. A partir del viernes 2 de enero, las bandas se ampliarán en base a la inflación.
El dólar al público ganó cinco pesos o 0,3%, a $1.480 para la venta en el Banco Nación. De este modo interrumpió una serie de siete sesiones consecutivas en las cuales se mantuvo a $1.475 para la venta. En el año, creció 39,6% o 419,72 pesos. El Banco Central informó que en las entidades financieras el dólar minorista promedió $1.479,28 para la venta y $1.428,55 para la compra.
Con un nuevo esquema cambiario que en 2026 se ajustará a la evolución de la inflación, al término de enero el techo de las bandas alcanzará los $1.564,24. Las expectativas de devaluación de los agentes financieros quedaron despejadas en lo inmediato, dado que los contratos de dólar futuro para esa fecha finalizaron a 1.505,50 pesos.
El dólar blue quedó ofrecido a $1.530 para la venta, para completar a lo largo de diciembre un incremento de 95 pesos o 6,6 por ciento. El dólar informal quedó como el más caro entre todas las franjas del mercado, por encima del bursátil “contado con liquidación”, a 1.523,96 pesos.
Las reservas internacionales brutas del Banco Central cedieron USD 727 millones o 1,7% a USD 41.165 millones, debido principalmente a la salida de depósitos de bancos de cuentas del BCRA, en cumplimiento del límite de posición global neta en moneda extranjera. Es de prever que estas divisas se reincorporarán nuevamente a reservas en el inicio de enero.
Los activos del Banco Central subieron USD 851 millones en diciembre (+2,1%), mientras que en el balance anual crecieron en USD 11.558 millones (+39%).
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