Los escándalos no dan respiro en la farándula argentina, que en estas últimas horas ubicó a una de las famosas mediáticas en la mira. Se trata de Tamara Báez, la ex pareja de L-Gante, a quien se la acusa de provocar un grave escándalo en un boliche.

La información fue revelada por el periodista de Mitre Live, Juan Etchegoyen. Según expuso el colega, esto ocurrió en el festejo de aniversario que llevó adelante en el bar Brot, al cual ella asistió junto a Thiago Martínez, su novio.

“En un momento, cuando estaban bailando, alrededor de las cuatro de la mañan, observó que una chica rubia no paraba de mirarlo a su novio, y se pudrió todo porque fue a increparla”, destacó Etchegoyen sobre el motivo que originó la pelea.

Lamentablemente, este hecho pasó a mayores y se produjo en un alto nivel de violencia. Ambas jóvenes comenzaron a agredirse mutuamente, a punto tal que debieron separarlas y en el medio hasta llegaron a revolear vasos.

EL ENORME ESCÁNDALO QUE PROTAGONIZÓ TAMARA BÁEZ

“Se empezaron a agarrar a las piñas, esta famosa con la chica. La otra trataba de defenderse diciéndole que no había fichado a su novio”, sostuvo el periodista. Lo peor de todo no ocurrió ahí, sino que el momento de vehemencia siguió aumentando.

Las mismas autoridades del boliche debieron intervenir y la preocupación en ese momento fue total: “Le tiró de los pelos y le arrojó vasos. Una vez más calmada, desde el bar pidieron que nadie diga nada y que nadie filme”.

Un detalle no menor en relación a Tamara y su noviazgo, es que hace unos días estuvieron separados. Empero, decidieron reconciliarse y darse una nueva oportunidad en el amor, “Aprendimos un montón. Hoy decidimos pensar en lo que sentimos y queremos realmente”, escribió Báez.

En la farándula argentina se armó un escandalón grande… de esos grosos y que hacen mucho ruido. La protagonista de este enorme revuelo que se armó es Nancy Dupláa, quien salió con todo al cruce mediante sus redes sociales.

Resulta que la actriz enfureció por completo luego de un rumor que empezó a correr en estas últimas horas, en donde el medio El Sureño compartió una foto de ella junto a Pablo Echarri y una declaración que caló muy hondo.

“Nos vamos del país”, decía la publicación que, a partir del descargo que hizo Nancy, claramente era falso e inventado. En una bronca desmedida que expresó la actriz al ver esa información errónea, no tardó en hacer su descargo.

Furiosa por la enorme repercusión que esto tomó, la actriz escribió: “Lo más impactante no es solo cómo le miente descaradamente a su gente, sino que nadie le cuestiona de dónde saca esto y se suben a las pistas del odio con gozo y fervor”.

LA FURIA DE NANCY DUPLÁA POR UNA FALSA NOTICIA

Si bien la historia de Dupláa actualmente no está, ya que la dio de baja pasado ese momento de furia, su mensaje no culminó allí. Apuntando directamente contra quienes generaron esta noticia y causaron diferentes.

“Flaco, hacete un esfuerzo y mejorá la calidad de la información. Dejá de echarle leña al fuego a la masa odiadora. Y dejá de mentir”, arremetió Dupláa, visiblemente molesta por cómo impactó esta noticia en su vida.

Ambos con proyectos profesionales importantes, Echarri actualmente se encuentra muy abocado a su obra Durk, en el teatro Metropolitan y con la dirección de Javier Daulte, compartiendo elenco con Osqui Guzmán, Carlos Portaluppi y Juan Gil Navarro.

Hay tantos lugares para destacar que es difícil empezar por uno. Pero hay que elegirlo, y ahí vamos: en la mesa del canal de streaming Carnaval estaba Carla Conte. Justo ella. La actriz fue la única, en su momento, que se animó a frenar a Marcelo Tinelli a cortarle la pollerita, el «juego» que puso de moda cuando lo miraban millones de personas todas las noches. Como una curiosa voltereta del destino, fue testigo directa de lo que sucedió anoche.

Ahora, que el tiempo pasó y las mujeres se empoderaron y tomaron otro rol frente al «papel dominante» de los hombres, al «Cabezón» se la devolvieron y le hicieron lo mismo que le hacía él a las chicas. Le cortaron el pantaloncito y vivió un momento medio incómodo frente a las cámaras. Según muchos, le dieron a probar de su misma medicina.

Los martes y los miércoles, Tinelli conduce un programa en esa señal que también cobija a Jorge Rial, Mauro Federico, Toti Pasman, Viviana Canosa, Alejandro Fantino y Fabián Doman entre otros. Un montón de figuras que generan muchas preguntas y pocas respuestas: ¿Quién financia semejante inversión? ¿Alcanza con la «monetización» para sostener el gasto en cachets multimillonarios?

«Invesitguen a los canales de streaming, muchachos, de dónde sale esa plata, el origen de los fondos. Vamos…» ¿Quién dijo eso hace poco? Jorge Rial. Claro, no trabajaba en una de estas plataformas… Ahora ni toca ese tema. En fin, sigamos con Tinelli. En la mesa estaba una influencer que en las redes sociales juega a hacerles pasar a los hombres todas las situaciones que ellos les hacen vivir con sus actitudes «llamadas» machistas. Y cuando tuvo la chance le cobró a Marcelo todo lo que hizo él.

A MARCELO TINELLI LE DIERON DE LA MISMA MEDICINA: LE CORTARON EL PANTALON Y SE LE VIO TODO

En los tempranos 2000, el Bailando de Tinelli arrasaba. Promediaba un rating de 25 puntos con picos que superaban largamente los 30. Era el rey de la tele y hacía lo que quería: por ejemplo, cortarle la pollerita a las chicas que pasaban por la pista, quedar de cara a su trasero tapado por diminutas prendas íntimas y muchas veces decir cosas que tenían que ver con esa parte del cuerpo de las chicas. Todos se lo festejaban, incluso muchas de ellas. En medio de esa vorágine de éxito y descontrol, la única que lo frenó y le dijo que no fue Carla Conte, hoy su compañera.

La influencer agarró la tijera y se decidió a accionar. Tinelli se resistió inicialmente, pero después accedió y le pidió que tuviera cuidado. Que no se le fuera la mano porque le podía cortar algo «muy doloroso». La muchacha encaró con firme convicción y el pantalón de jean negro que tenía puesto Marcelo -de marca costosa, además- duró poco entero. Lenta y paulatinamente lo fue cortando y el conductor quedó en paños menores, muy menores. Tanto que en un momento quedó «con todo al aire» hasta el punto que gritó «se me está viendo un huevo». No tuvo otra que bancársela.