El ciclo de Edinson Cavani en Boca Juniors está en una etapa decisiva y atraviesa su peor momento de la mano de su hija. Tras su floja actuación en el Mundial de Clubes, donde solo disputó un partido y quedó lejos de su mejor versión, muchos se preguntan qué sucederá con el ídolo uruguayo de acá a fin de año.

La respuesta, al menos desde el círculo dirigencial del club, es clara: Riquelme y el Consejo de Fútbol aún lo respaldan. A casi dos años de su llegada, Cavani todavía no consiguió el gran objetivo: salir campeón con la azul y oro.

Sin embargo, en el club valoran no solo su jerarquía, sino su rol dentro del vestuario. Para la dirigencia, sigue siendo una figura espiritual clave, una bandera en tiempos de recambio y transición. La lesión muscular reciente le impidió llegar en plenitud al torneo internacional, y eso se notó.

Aún así, el Consejo no le baja el pulgar, como sí lo hizo con otros casos, como el de Marcos Rojo, quien quedó fuera del plantel tras una filtración mediática y un cortocircuito con los altos mandos. En contraste, Cavani conserva el respaldo, sobre todo por su alineación con el modelo interno que propone Riquelme.

Con su contrato vigente hasta diciembre y una cláusula para extenderlo un año más, el futuro del Matador aún está abierto. El cierre del 2025 será determinante: si logra tener una buena segunda mitad del año, podría renovar. Si no, su ciclo en el club habrá llegado a su fin.

El arribo de Leandro Paredes, campeón del mundo y excompañero de Cavani en el PSG, podría jugar un rol positivo. La buena relación entre ambos podría aportar equilibrio al vestuario, en un momento de recambio profundo. Además, se espera que Ander Herrera continúe al menos seis meses más.

En este escenario aparece también la figura de Miguel Ángel Russo, quien volvió al club con perfil bajo pero decisiones firmes. El DT dejó afuera a Cavani de los primeros dos partidos del Mundial de Clubes y solo lo utilizó en el tercero, ante Auckland City. “No voy a poner a nadie por el nombre”, repite en privado.

El presente físico de Cavani no ayuda: aún está lejos de ser ese delantero que marcaba diferencias solo con presencia. Pero la dirigencia insiste en que su aporte va más allá de lo futbolístico: “El modelo Boca también se construye con referentes”, es una de las frases que se escuchan puertas adentro.

En ese sentido, el uruguayo representa más que goles: disciplina, profesionalismo y una figura que inspira a los más jóvenes. Su compromiso con el club desde el primer día, su forma de entrenar y su actitud, incluso en los momentos más difíciles, son valores que Riquelme y el Consejo quieren preservar como parte de la identidad xeneize.