Una vieja foto de Jimena Barón revolucionó las redes y desató una ola de comentarios entre sus seguidores. La cantante y actriz compartió en Instagram una imagen de su infancia, tomada durante su participación en la tira Gasoleros, cuando tenía apenas diez años. Lo que empezó como un posteo nostálgico terminó convirtiéndose en una prueba irrefutable de su parecido con Momo, su hijo de once años.

En la publicación, la artista escribió: “Buenos días a yo misma hace 28 años”, acompañando la imagen donde se la ve actuando junto a Juan Leyrado. La postal, que muchos consideraron un viaje directo a los años noventa, hizo que sus seguidores estallaran con mensajes llenos de sorpresa. “Pensé que era Momo con peluca”, “Son el calco”, y “Sos Momo en versión niña” fueron algunos de los comentarios más repetidos en los más de cien mil likes que acumuló el posteo en pocas horas.

El impacto fue inmediato: la foto se viralizó y las redes se llenaron de comparaciones entre madre e hijo. En Twitter, los usuarios armaron collages y memes resaltando los mismos rasgos, las mismas miradas y hasta la misma sonrisa. Todo, en tono de ternura, pero también con esa picardía que suele despertar cualquier publicación de La Cobra.

Lejos de quedar en una simple anécdota, el posteo se transformó en una celebración de su historia personal. Muchos recordaron que fue justamente en Gasoleros donde la cantante dio sus primeros pasos en la televisión, marcando el inicio de una carrera que no paró de crecer. A 28 años de aquel debut, su imagen infantil sigue despertando curiosidad y cariño en el público.

LA FOTO DE JIMENA BARÓN

Entre risas, los seguidores también remarcaron cómo el paso del tiempo parece no haber cambiado demasiado a Jimena Barón. “La misma cara, solo con más actitud”, bromeó uno. Otro fue más directo: “Ahora entendemos de dónde sacó Momo su carisma”.

Y ella, con su habitual sentido del humor, cerró el tema a su manera: “Parece que cloné a mi hijo sin querer. Perdón, genética”.

Después de un tiempo alejada de los escándalos, Guillermina Valdés volvió a estar en boca de todos tras una entrevista explosiva con Implacables. La actriz, modelo y empresaria se animó a hablar de todo: su separación de Marcelo Tinelli, los tratamientos que atravesó para sanar y su actual mirada sobre el amor. Sin filtro, dejó frases que resonaron fuerte y que reavivaron el interés por lo que muchos llamaron “el divorcio del año”.

“Yo estoy empezando a entender que el amor llega, no hay que buscarlo. Llega solo. Tengo miedo de ponerme en pareja y que me pase lo del divorcio del año, así que por ahora mejor no”, confesó entre risas, aunque con un dejo de sinceridad que no pasó desapercibido. La modelo admitió que el proceso de separación no fue fácil, pero que hoy se encuentra más enfocada en su bienestar personal.

En la charla, también recordó su vínculo con Sebastián Ortega, con quien sí estuvo casada legalmente. “Divorcio con papeles fue con Sebastián. Con Marcelo no estuve casada, convivimos casi diez años”, aclaró, marcando distancia entre ambos vínculos. Su tono fue amable pero firme, dejando claro que el pasado ya no le pesa como antes.

Consultada por la relación actual con sus ex, fue diplomática pero contundente. “El tiempo ayuda a sanar. Así dicen. El tiempo y otras cosas: la paciencia, los procesos, todo es parte del condimento”, reflexionó. La frase fue interpretada por muchos como una muestra de madurez y superación tras años de exposición mediática.

LA CONFESIÓN DE GUILLERMINA VALDÉS

Al ser consultada sobre la nueva faceta de Tinelli en el mundo del streaming, prefirió no profundizar. “Prefiero no opinar porque si no siempre termino hablando de cosas que ya fueron. Es el papá de mi hijo y lo respeto mucho”, sostuvo, esquivando cualquier polémica.

Antes de despedirse, lanzó una advertencia con su clásico tono irónico: “Chicos, seguramente en el verano va a haber cada quilombo con el divorcio del año, ya van a ver”. Una frase que dejó claro que, aunque quiera mantenerse al margen, Guillermina siempre tiene algo para decir.

Con la frescura que la caracteriza, Dalia Gutmann sorprendió al hablar de un momento de crisis que vivió junto a Sebastián Wainraich, su pareja y padre de sus hijos. Invitada al programa Almorzando con Juana, la humorista se sinceró sobre una etapa compleja de su relación.

Durante la conversación con Juana Viale y el resto de los invitados, el tema de las separaciones y los vínculos de larga duración se volvió central. En ese contexto, Dalia no dudó en compartir una experiencia personal.
“A mí me pasó de querer separarse, pobre Seba, es horrible y no quiero que vea este programa”, expresó entre risas.

La comediante contó que en aquel momento sintió la necesidad de tomarse un tiempo para sí misma:
“Me fui dos, tres días y volví con ganas de volver a casa. A veces es que te querés ir un ratito y no es que te querés separar”, explicó, dejando una reflexión que muchas personas pudieron sentirse identificadas.

Su relato evidenció una profunda madurez emocional y el vínculo de respeto que mantiene con Wainraich, con quien comparte una historia de amor de muchos años, además de dos hijos y una carrera marcada por la complicidad y el apoyo mutuo.

EL COSTADO MÁS HUMANO DE DALIA GUTMANN:

La artista, que suele abordar temas de pareja, maternidad y vida cotidiana con ironía, también mostró su costado más humano, recordando que el humor no está reñido con la vulnerabilidad. A lo largo de su trayectoria, Dalia ha demostrado que no teme hablar de los temas difíciles.

Lo hizo cuando relató su lucha contra el cáncer de mama, y ahora al compartir cómo atravesó una crisis amorosa. Ambas experiencias la consolidaron como una voz honesta dentro del mundo del espectáculo, capaz de transformar los momentos duros en historias inspiradoras.

“A veces uno se quiere escapar, pero también quiere volver a lo que ama”, habría dicho en la mesa, resumiendo su manera de ver el amor: sin idealizaciones, pero con mucha verdad. Sus palabras resonaron tanto en el público como en las redes, donde muchos usuarios celebraron su autenticidad.

Con esta confesión, Dalia no solo se mostró como una comediante talentosa, sino también como una mujer real, que no teme admitir sus dudas y aprendizajes. Su charla en el programa dejó una enseñanza clara: las relaciones, como la vida misma, requieren paciencia, empatía y ganas de reconstruir cada vez que algo se resquebraja.