La vida de María José Favarón cambió radicalmente desde que Aníbal Lotocki fue detenido y condenado por mala praxis. Lejos de los flashes y de la vida cómoda que supo tener, hoy enfrenta una realidad compleja: sobrevive como puede, cuida a la hija que el médico tuvo en una relación ocasional y soporta el peso del “estigma social” que, según dice, la persigue desde la caída de su pareja.

En diálogo con Puro Show, la mujer evitó hablar directamente de las causas judiciales que llevaron a la cárcel al cirujano y se concentró en la historia de la menor que vive con ella desde hace un año. “Fue una situación que se dio de golpe. Yo no decidí ser madre, pero el Consejo de Menores determinó que me hiciera cargo. A la nena le cambió la vida, y a mí también”, expresó con tono firme, aunque sin ocultar la angustia.

Sobre los rumores de separación, Favarón fue categórica: “Yo jamás me separé de Aníbal, jamás”. Dijo que lo visita todos los domingos en Ezeiza y que mantiene con él un vínculo de contención. Según relató, la niña prefiere no asistir a esos encuentros, aunque ella lo hace “por respeto y por amor”. Frente al caso Silvina Luna, optó por no dar opiniones: “No quiero hablar de eso, que lo hagan los abogados”, pidió con cierto cansancio.

Aun así, María José sostiene su convicción sobre la inocencia del médico. “Yo sé que él no actuó de mala fe. Lo conozco, y lo sigo defendiendo porque confío en él”, declaró, dejando claro que su lealtad permanece intacta pese al rechazo público que enfrenta. No teme a las críticas ni a los comentarios en redes sociales, aunque reconoce que el juicio mediático la marcó para siempre.

LA COMPLEJA SITUACIÓN DE MARÍA JOSÉ FAVARÓN

El costo de esa defensa fue alto. Contó que las consecuencias de estar vinculada a un nombre tan polémico le impidieron rehacer su vida con normalidad. “Nadie me alquila un departamento. Tuve que irme a vivir a lugares que ni te imaginás. Me tuve que mudar al departamento de una amiga”, confesó, dejando entrever la dureza de su situación actual.

Para sobrevivir, Favarón tuvo que desprenderse de muchas de sus pertenencias. “Vendí casi la mitad de mis cosas: muebles, mesas, mi auto. No me da vergüenza decirlo. Es el precio del estigma social. Y me ayuda Aníbal siempre que puede, de alguna manera u otra me colabora”, cerró con crudeza, dejando al descubierto el costo personal de haber permanecido fiel a un hombre condenado y señalado por todos.

El Día de la Madre tuvo un protagonista inesperado en las redes: Mauro Icardi. El futbolista del Galatasaray sorprendió a todos al dedicarle un mensaje muy especial a la China Suárez, acompañado por una foto juntos que rápidamente se viralizó. El gesto, simple pero contundente, volvió a ponerlos en el centro de la escena mediática y desató todo tipo de especulaciones sobre el verdadero vínculo que los une.

En sus historias de Instagram, el jugador escribió: “Feliz Día a esta gran mamá”, junto a una imagen en la que se los ve abrazados, sonrientes y disfrutando de un momento al aire libre. La publicación, breve pero significativa, bastó para que sus seguidores comenzaran a preguntarse si entre ellos sigue habiendo algo más que una amistad.

Mientras tanto, Wanda Nara compartió en sus redes sociales los regalos que le hicieron sus hijos, mostrando un panorama completamente distinto al de su ex. La empresaria se mostró feliz y enfocada en su familia, sin hacer mención alguna al futbolista, aunque muchos interpretaron la coincidencia de publicaciones como una indirecta cargada de ironía.

El posteo de Icardi recorrió todas las plataformas y se volvió tendencia en cuestión de horas. Para algunos, el gesto fue una forma de reconocer públicamente la buena relación que mantiene con la actriz; para otros, una provocación en medio de la aparente distancia que lo separa de su esposa.

EL MENSAJE DE MAURO ICARDI PARA LA CHINA SUÁREZ EN EL DÍA DE LA MADRE

Desde el entorno de la China Suárez prefirieron no hacer comentarios, pero la imagen habló por sí sola. La actriz, que atraviesa un momento más reservado, se mantuvo al margen del revuelo, aunque la foto difundida dejó claro que el vínculo entre ambos sigue siendo cercano.

En medio de rumores, likes y teorías, la dedicatoria del delantero no hizo más que alimentar la intriga. “Feliz Día a esta gran mamá” fue suficiente para que el público y la prensa volvieran a preguntarse si la historia entre ellos realmente terminó alguna vez.

Con una larga trayectoria dentro del ambiente artístico, con casi dos décadas trabajando tanto en Argentina como en México y España, Franco Masini disfruta de su presente personal y laboral. Sin embargo, en el marco de una entrevista recordó el duro pasado que le tocó afrontar con uno de sus seres más queridos. 

Tal como recuerda el galán, su madre jugó un papel importante en su carrera y siempre lo apoyó dándole un consejo que él mismo recuerda: “Pasó el tiempo y sigo teniendo su frase presente. Ella solía decirme: ‘Franco, amá al teatro dentro de vos y no a vos mismo dentro del teatro’”.

Fue entonces que en diálogo con Infobae, Masini se refirió al momento en que su madre sufrió un ACV y la vida les dio un sacudón. “El tiempo con mi gente no se negocia. Esa es mi base, el lugar del que nunca me voy por más lejos que esté”.  Crecí con mis padres libres con ellos y con mis decisiones, sin presiones ni mandatos”, lanzó.

Asimismo Masini se refirió al tiempo difícil de cuando sus padres Lucas y Luz se separaron a sus seis años, y sumó: “A mis dieciséis mamá sufrió un ACV y estuvo muy mal de salud. En un principio no detectaban el origen, las causas, qué le había pasado realmente. Es más, lo habían confundido con un ‘pico de stress’”.

UNA MARCA DEL PASADO EN LA VIDA DE FRANCO MASINI

“Fueron tres meses de internación en terapia esperando resultados. De preguntarnos ‘¿Qué es esto? ¿Qué es lo que pasa?’”, agregó el actor quien destacó: “La perspectiva de la vida es otra. Tanto mamá como todos nosotros aprendimos que el mundo puede cambiar en cuestión de segundos”. 

“Que no vale la pena hacerse problema ni quejarse tanto. Reversionamos la noción del disfrute. Se convirtió en un propósito. Entendés que la única certeza que tenemos es este ‘hoy’. Que muchas veces uno se esfuerza intentando bajar línea de lo que quiere para el futuro, esperando. Siempre esperando. Mientras, es el presente lo que se va”, remarcó Masini.

Finalmente, a raíz de ello, y de que su madre se recuperó y lleva una vida normal,  Masini sumó: “Y es algo que traslado también a la forma de encarar mi profesión: yo me impongo disfrutar del proceso con conciencia, sin pensar en los resultados. Esos momentos difíciles me hicieron crecer. Madurar demasiado rápido”.