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La China Suárez reveló el problema familiar que enfrenta con Benjamín Vicuña: «Los viajes con los más chicos, es complicado»

La China Suárez una vez más volvió a incendiar todo tipo de polémica al presentarse con Mario Pergolini en El Trece, en lo que fue el marco de una entrevista caliente. Acompañada por Mauro Icardi, la actriz se despachó con todo.
Desde confesar que es una persona negativa, a pedirle explícitamente que Icardi se divorcie para poder casarse; eso y más tocó la China en una nota que tuvo todos los condimentos. Uno de los momentos de la noche fue cuando se refirió a los papás de sus hijos.
Tanto para Nicolás Cabré como para Benjamín Vicuña, asimilar que Rufina Cabré, Amancio y Mongolia Vicuña, se vayan a vivir a Turquía, a tantos kilómetros de distancia, no fue sencillo de asimilar; de hecho, pese a que estos dos últimos vuelven de manera esporádica, hubo una charla en su momento que fue compleja.
«No fue fácil. Les decía que era algo transitorio”, comenzó diciendo María Eugenia. Al ser mamá, tener a sus pequeños cerca es algo que siempre eligió; empero, también destacó cuando a ella le tocó priorizar los trabajos de sus ex y aceptar ciertas decisiones.
En ese marco, contó: “Me está pasando esto y mis hijos siempre vivieron conmigo. Fuimos muy relajados con los acuerdos porque ellos también son actores«. Y si bien con Cabré fue más sencillo, hasta hoy en día con Vicuña está costando.
LAS REVELACIONES DE LA CHINA SUÁREZ SOBRE CABRÉ Y VICUÑA
Ni bien surgió la oportunidad de irse rumbo a Estambul, Rufina por sus medios tomó la decisión de querer irse y se lo comunicó a Nicolás. Pero Vicuña es quién aún más se resiste y se habla que no firmaría el permiso a fin de mes para que puedan irse.
«El colegio siempre fue muy abierto con los viajes. Yo fui flexible con los trabajos de mis exparejas. Es una oportunidad para los chicos, están aprendiendo turco«, destacó la China, remarcando que los proyectos internacionales siempre formaron parte de su vida y carrera.
Sobre esa misma línea, también agregó: “Rufi tomó ella la decisión y le dijo a Nico que quería estar conmigo y probar, pero que volvía. Con los más chicos es más complicado, porque justamente son más chicos, pero vamos y venimos«.
China Suárez, Benjamín Vicuña, Mauro Icardi
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La China Suárez contó la fuerte decisión de vida que tomó su hija Rufina con apenas 12 años: «Ella quería irse conmigo a Turquía»

La China Suárez finalmente decidió romper el silencio y no se guardó nada. Desde el divorcio de Mauro Icardi con Wanda Nara, que saldrá en marzo del año que viene, justo para su cumpleaños, a sus hijos y lo que vivió con los padres de ellos, Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña.
Y justamente con Rufina Cabré, Amancio y Magnolia Vicuña se dieron diferentes situaciones. En un principio, cuando la China confirmó su mudanza a Turquía, la mayor de ella fue la que optó por sumarse a esta aventura con su mamá.
Si bien se suponía que en su caso sería una mudanza definitiva, la propia Suárez admitió que Rufina habló con Cabré para explicarle esta situación. Pero además, le confesó que volvería a Argentina, por lo cual su ida no será del todo.
“Rufi tomó ella la decisión y le dijo a Nico que quería estar conmigo y probar, pero que volvía«, sostuvo la China. Ya escolarizados sus hijos en Turquía, para ella esta es una gran oportunidad que se les dio a los tres y que quiere aprovechar.
LA NUEVA VIDA DE LA CHINA SUÁREZ EN TURQUÍA
Esta nueva vida les permite conocer otras culturas, un idioma diferente que están aprendiendo y paisajes alucinantes. Al ser la carrera de futbolista tan cambiante, no se sabe lo que ocurrirá en el futuro, pero están entusiasmados.
«Es una oportunidad para los chicos, están aprendiendo turco«, destacó la China con mucho orgullo. Claro que a toda esta historia les falta las dos hijas de Mauro, Francesca e Isabella, a quienes hoy está viendo en Argentina y por quienes él le solicitó a su club, Galatasaray, quedarse un tiempo más en Buenos Aires.
China Suárez, Rufina Cabré, Mauro Icardi
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La última foto con vida de Fernando Báez Sosa que le tomó su mamá, Graciela Sosa: «Fue antes de irse de vacaciones»

La montaña rusa de emociones que recorre cada rincón de esta historia comienza con una imagen hasta ahora poco difundida: la última fotografía que Graciela Sosa le tomó a su hijo Fernando Báez Sosa antes de que aquel viaje a Villa Gesell se transformara en tragedia.
En esta toma se ve al joven, quien siempre antes de irse de vacaciones solía decir: “Mamá, ¿no me vas a sacar la foto?”, una escena cotidiana que pocos sabían que se convertiría en el último recuerdo compartido con Graciela.
El momento ocurre justo antes de que Fernando partiera hacia esas vacaciones que prometían descanso y diversión, pero que terminarían marcadas por un desenlace brutal.
El nuevo documental de Netflix, titulado “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa”, vuelve a poner en primer plano esa imagen: la captura aparece como un símbolo de la normalidad rota en un segundo que lo cambió todo.
LA ÚLTIMA IMAGEN DE FERNANDO BÁEZ SOSA CON VIDA
Graciela, que sigue procesando el dolor, cuenta que era habitual que le sacara fotos a su hijo, hasta que él insistió en “traé el celular y sacame esa foto” antes de partir. Esa insistencia ahora adquiere un valor sentimental inmenso.
La publicación de la imagen y su inclusión en el documental generan una reacción colectiva: cómo una situación aparentemente banal, una foto de despedida, devino en un recuerdo cargado de dolor y preguntas. La fotografía se transforma en testigo mudo de lo que pasó y de lo que pudo haber sido.
En este contexto, la escena invita a detenerse en lo frágil del instante, en lo efímero de una vida interrumpida y en el impacto que una elección tan común como sacar una foto puede tener en la narración de una historia irreparable. Ese momento capturado por una madre a su hijo se vuelve también el vínculo entre la memoria, el amor y la ausencia
Fernando Báez Sosa, Netflix
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La verdad desconocida del odio de Soledad Aquino contra Paula Robles: «No es digna de…»

Aunque pasaron más de tres décadas desde que Marcelo Tinelli y Soledad Aquino formaron una de las parejas más queridas de la televisión, el pasado vuelve… En medio del escándalo por el enfrentamiento entre sus hijas, Juana y Candelaria Tinelli, resurgió el conflicto histórico entre Soledad Aquino y Paula Robles, la segunda esposa del conductor.
Todo comenzó con un mensaje explosivo de Soledad en redes sociales por las amenazas que denunció Juanita, lo que logró dividir al clan Tinelli: “No pidan explicaciones con este tema de Juana, que no es nada mío… No tengo la más mínima idea… la mamá no es digna de mi afecto y cariño…”.
Detrás de esa frase contundente hay una historia que se remonta a fines de los 80, cuando Tinelli recién daba sus primeros pasos en televisión. Soledad lo conoció en Badía y Compañía y quedó impactada: “No me olvido más. Yo no lo conocía para nada… pensé ‘ahí está el que me gusta, pero este chico debe ser de la farándula’. Y yo no quería saber nada con esa gente”, contó en su momento.
Tras un noviazgo intenso, se casaron y formaron una familia. En 1988 nació Micaela y en 1990, Candelaria. Pero a comienzos de los 90, durante el auge de Ritmo de la Noche, apareció Paula Robles. Según Aquino, ese fue el principio del fin: “Me dolió muchísimo. Sentí la puñalada en el pecho. Ella llegó a la vida de Marcelo cuando todavía estábamos juntos”.
Robles, bailarina del programa, no era una desconocida para Soledad. “Yo a ella la veía todo el día, charlábamos, le convidaba cigarrillos”, recordó años más tarde. El divorcio llegó en 1993 y Tinelli blanqueó rápidamente su romance con Paula, con quien se casó en 1997.
El golpe fue tan fuerte que Aquino lo revivió en más de una entrevista: “Marcelo me agarró un día y me dijo que no me amaba más. Y tenía todo el derecho de estar con alguien que veía todo el tiempo, porque la veía más que a mí. No pudo mentir porque fue muy inmediato”.
Años más tarde, Aquino reconoció: “Fui una guacha con ella, no la dejaba entrar al cumpleaños de las chicas». Pero el tiempo no curó del todo. En una entrevista con Clarín, Soledad fue tajante: “Ella no es su mamá. Yo siempre uso un refrán que dice: el lugar de una empieza donde termina el del otro. Eso está mal porque es una mentira.”
Incluso en 2024, cuando una seguidora comentó en Instagram “Perdón, pero odié a Paula en su momento”, Soledad reaccionó con corazones y aplausos. El conflicto resurgió hace unas semanas, cuando Aquino volvió a apuntar contra Robles: “La mamá de Juana no es digna de mi afecto y cariño. Perdonar es divino, y yo soy católica, pero una cosa es perdonar y otra es querer.”
Y cuando le preguntaron si Paula había “destrozado su familia”, fue contundente: “Es fuerte lo que decís, pero sí.” Mientras tanto, Paula Robles optó por el silencio, publicando apenas una frase enigmática de Jodorowsky: “Huye del egoísta. Cuando la mente tiene hambre de ser única, se come a cualquiera.”
Marcelo, por su parte, intentó calmar las aguas, aunque igualmente le pareció necesario meterse en la pelea actual entre sus ex por todo el contexto de amenazas e inseguridad de sus propias hijas: “Si a alguno he lastimado con mis actos, les pido disculpas. Amo a mis 5 hijos… Me duele fallar como papá.”
Treinta años después, el triángulo Aquino–Tinelli–Robles vuelve a encender los titulares. Porque hay heridas que ni el tiempo, ni la fama, ni los likes pueden borrar, pero las heridas parecen seguir ahí, latentes. Soledad y Paula hoy viven caminos distintos, pero cada tanto una declaración o un gesto alcanza para que todo vuelva a estallar.
Marcelo Tinelli, Soledad Aquino, Paula Robles
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