En una charla íntima y sin filtros, Grego Rossello abrió su corazón y habló de la depresión que vivió en plena vorágine de su carrera. El comediante reveló cómo la exposición, las redes sociales y los vaivenes del éxito lo llevaron a un pozo del que le costó salir. Entre recuerdos de teatros llenos y momentos de soledad absoluta, dejó en claro que detrás de las risas también hubo angustia y frustración.

El conductor recordó que fue uno de los primeros en hacerse viral en Instagram y, con ello, también en experimentar las consecuencias del fenómeno. “Fui pionero en lograr resultados positivos en esa red social, pero también en recibir críticas y en experimentar el abandono del público. La gente no deja de seguirte porque te odie, simplemente se cansa de tu contenido. Cuando eso ocurrió no lo entendí y me generó una profunda tristeza”, confesó.

El golpe más duro llegó con la pandemia, cuando debió enfrentarse a la realidad económica. “Existe la idea de que quienes trabajamos en redes somos millonarios, pero de repente me vi sin poder pagar el alquiler. Pasé de llenar un Gran Rex con 3.000 personas a convocar apenas 50. En ese contexto las marcas dejaron de responderme y el impacto fue muy fuerte”, relató Rossello, dejando en evidencia lo rápido que la industria puede dar la espalda.

Pese a la vergüenza y la caída, eligió seguir adelante. “Volví a volantear en la puerta de un teatro, algo que había dejado de hacer hacía años. Nunca se me cayó un anillo por eso. Hoy disfruto de que mis shows vuelvan a funcionar, pero lo cierto es que cuando la cabeza no responde, no hay forma de salir adelante”, aseguró. El paso por la terapia fue clave: “Sumé más sesiones y también el acompañamiento de un psiquiatra. Conversar con mi familia y mis amigos fue fundamental”.

LA DEPRESIÓN DE GREGO ROSSELLO

Hoy, con otra perspectiva, el humorista entiende que lo importante ya no es la validación inmediata. “Antes me obsesionaba con los números y los ‘me gusta’. Ahora aprendí a disfrutar el proceso más que el resultado. Eso, hace cinco años, ni lo consideraba”, afirmó Grego, demostrando que aunque la fama golpea, también puede dejar enseñanzas valiosas.

Como buen artista polémico y sin filtro, no dudó en pegarle al medio que lo catapultó: “Las redes son una vidriera enorme, pero también un arma de doble filo. Te hacen sentir estrella de un día para el otro y después te empujan a la soledad. Si no tenés la cabeza fuerte, terminás destrozado”. Una declaración que deja en claro que, detrás del personaje simpático, hay un hombre que conoció de cerca la crudeza del show business.