La casa de Gran Hermano está sensibilizada. La multitudinaria placa tendrá a los participantes alterados y con los nervios a mil hasta el mismo domingo, cuando se sepa quién deberá abandonar la Casa y quiénes seguiran en camino a la gran final. En medio de esa tensión, sin embargo, hay espacio para charlas más distendidas, como la que mantuvieron Paloma y Emma en las últimas horas.

Según los expertos y los entendidos, Emma viene creciendo a pasos agigantados en las últimas semanas y poco a poco va consolidando sus chances de llegar hasta las instancias decisivas. Los demás participantes parecen advertir esa circunstancia y se «le pegan» en busca de popularidad o votos para eludir a la guadaña. Otros no, por supuesto. Con o sin interés, Paloma, una de las nuevas, se le volvió bastante compinche.

Durante la noche, mientras el cielo amagaba con «caerse de nuevo» y se empezaban a sentir las primeras consecuencias del comienzo del otoño, Emma y Paloma se pusieron a charlar de bueyes perdidos. Uno de esos temas que parecían menores pero de repente se les convirtió en foco de interés fue la «noche de alto voltaje» que pasaron la rubia y Joel.

Los dos, curiosamente, están en placa. No Emma, quien se quedará tranquilo unos días más salvo que Bautista, el líder de la semana, decida intercambiarlo con algunos de los que ya están nominados. Los que están «en el banquillo» son Paloma y Joel.

PALOMA LE CONTO A EMMA COMO FUE SU NOCHE DE PASION CON JOEL

«Son todos unos pelotudos», le dijo Paloma cuando Emma le dijo que todos comentaban acerca del momento que compartió con el azafato bajo las sábanas. «Está ahí con esos huevos caídos» bromea la muchacha. «Ay qué horror… me lo imagino tan flaquito con los huevos todos caídos» se sumó Emma.

Pero después le tiró «un centro» podría decirse. «Así flanco, le debe llegar hasta acá» exclamó, llevando su mano casi hasta el piso. Fue entonces que Paloma hizo el gesto que describió la «virilidad» de Joel. «Ni en pedo» gritó, y con las manos dibujaba el símbolo de «algo chiquito». «Una cosita, una cosita» remató, mientras Emma salió corriendo y le dijo «noooo».

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