La conflictividad late y reverdece a cada paso, para pronosticar una permanencia in eternum. Nada parece activar un cese al fuego, todo lo contrario, en la confrontación encarnizada entre Wanda Nara y Mauro Icardi, quienes se mantienen en pie de guerra con una enormidad cantidad de frentes.

No solo se lanzan misiles por las redes sociales por la extraña relación amorosa que oficializaron el delantero con la China Suárez, sino que también se encargan de difundir videos y audios de un rincón al otro con el objetivo de dejar expuestos al rival con sus comportamientos, como aquellas imágenes del delantero asesinando y degollando animales.

Pero uno de los ejes centrales de la batalla de Wanda e Icardi se concentra en la custodia de sus hijas: Francesca e Isabella. Ahí se plantean estrategias y se arrojan teorías de lo que podría suceder y una de las tácticas del futbolista se intuye que se vincula con la nacionalidad de las niñas, quienes aterrizaron a esta vida en Europa.