DEPORTE
Alexis Mac Allister reveló a qué jugador del Liverpool está haciendo hincha de Boca
El Superclásico entre Boca y River se siente en cada rincón del mundo, incluso en Liverpool. Alexis Mac Allister, exjugador del Xeneize y actual futbolista de los Reds, ya tiene planes para el gran duelo: «Imagino que lo voy a ver en casa. Jugamos a las 3 de la tarde de acá y el Superclásico es a las 8, así que llego justito para sentarme en el sillón, tomar unos mates y verlo», comentó en diálogo con ESPN.
Mac Allister, sobre Darwin Núñez: «Lo estamos tirando para el lado de Boca»
El mediocampista, que viene de destacarse en la Premier League, no oculta su entusiasmo por el partido. “Va a ser emocionante. Lindo para ver, lindo para jugar. Ojalá que pueda ser un gran partido”, expresó. Sin embargo, el volante de la Selección Argentina no sería el único que estará pendiente del clásico. Darwin Núñez, su compañero en Liverpool, podría sumarse a la causa, y Mac Allister tiene un plan para ello.
Mac Allister comentó entre risas que está intentando convencer a Núñez de hacerse hincha de Boca. «Todavía no hay apuestas, porque siempre me lleva la contra. Pero en esta no sé si me va a llevar la contra, me parece que lo estamos tirando más para el lado de Boca«, confesó el 10 del Liverpool.
Además, el exjugador de Argentinos Juniors y Brighton explicó que ve una afinidad natural entre los uruguayos y Boca. “Creo que el uruguayo en general está más representado en Boca que en otra cosa», aseguró Mac Allister. La historia de jugadores uruguayos que han dejado huella en el club de la Ribera, como Sergio «Manteca» Martínez o Nahitan Nández, refuerza esa conexión que Mac Allister percibe, a pesar de que del otro lado de la vereda también pasaron Enzo Francescoli, Nicolás De La Cruz y Rodrigo Mora.
Respecto a la posibilidad de hacer una apuesta con Núñez, el mediocampista de la Selección Argentina no descartó la idea: «Si quiere apostar no hay ningún problema. Lo haremos y estoy seguro de que voy a ganar», afirmó confiado. El espíritu competitivo entre los compañeros añade un toque extra de picante al ya caliente Superclásico.
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DEPORTE
Salió de Boca, eliminó a Suárez de la copa uruguaya y hoy ataja en la exótica liga de Gibraltar
El sueño de todo pibe argentino suele ser el mismo: la pelota en los pies, el 10 en la espalda y el grito sagrado de gol en la Bombonera o el Monumental. Pero hay quienes eligen otra aventura, como Marcos Zappacosta, el arquero marplatense que cambió el ruido ensordecedor de las tribunas argentinas por la tranquilidad de Gibraltar, un país de apenas 6.8 kilómetros cuadrados.
En charla con Olé, el ex Boca y Sportivo Italiano abrió las puertas de su vida en esta exótica liga donde el fútbol tiene otro ritmo y se mezcla con la vida cotidiana. Hoy ataja en el St Joseph’s FC, pero tuvo experiencias en varios clubes del peñón.
Internacional –
Entrevista Olé: Marcos Zappacosta, el arquero surgido en Boca que ataja en la liga de Gibraltar.
De Boca a Europa
Todo arrancó en Boca, donde Marcos se formó en las juveniles antes de pasar por Arsenal y dar el salto al ascenso con Sportivo Italiano. Pero fue en Gibraltar donde encontró un nuevo hogar futbolístico. «Mirá, yo tenía 22 o 23 años cuando vine por primera vez. Recién había obtenido la ciudadanía italiana y casi paso a Rampla Juniors de Uruguay, pero los derechos de formación eran altísimos. Terminé en Italiano, y aunque fue duro psicológicamente, hice una buena campaña personal. Después de eso, el técnico Mario Rizzi habló con Luis Blanco, el DT del Mons Calpe en Gibraltar, y así llegué acá», contó Zappacosta, recordando ese momento bisagra.
Vivir en Gibraltar
¿Cómo es la vida en un país tan pequeño? «Se vive muy tranquilo y la gente es muy amable, aunque no es tan abierta a la conversación. Es diferente a lo que estamos acostumbrados en Argentina, pero me adapté. En Gibraltar, los locales suelen combinar el fútbol con trabajos de oficina. No ven al fútbol como una salvación, sino como algo complementario», explicó el arquero.
El fútbol en Gibraltar
El arquero actual del St Joseph’s describió las particularidades de una liga que está en pleno crecimiento. «Es una liga muy particular. A veces jugamos en canchas más chicas, con poco público, y la competitividad está concentrada en algunos equipos grandes. Pero tiene cosas buenas, como que no tenés que viajar los fines de semana, lo que te da más tiempo para hablar con la familia o para hacer otras cosas. Además, está la oportunidad de jugar competencias europeas. Este verano jugamos la primera ronda de la Conference League contra el Copenhague. Fue una experiencia increíble».
Zappacosta también destacó cómo Gibraltar se compara con otras ligas. «Económicamente, ha crecido mucho en comparación con las categorías de ascenso en España. Los clubes grandes como el Lincoln o el Europa tienen presupuestos que superan a muchos equipos de tercera o segunda en España. Además, después de la pandemia, muchos jugadores españoles vinieron acá, lo que elevó el nivel».
Psicología y liderazgo
Más allá del arco, Marcos tiene otra pasión: ayudar a otros. «Me recibí de coach y quiero aplicar lo que aprendí en el fútbol y la vida para ayudar a deportistas, especialmente arqueros. Es un puesto muy ingrato, pero también muy importante. Me gusta ser líder, no solo dentro de la cancha, sino también afuera. Trato de inculcar disciplina y compromiso a los más jóvenes».
Sobre su día a día, comentó: «Acá no viajás ni concentrás tanto, lo que te da tiempo libre, pero también requiere mucho compromiso. En mi club actual, el nivel es alto y no te podés relajar. Siempre hay que estar preparado porque competimos contra rivales fuertes».
Con el tiempo, aprendió a valorar los sacrificios de sus compañeros, que deben equilibrar su vida laboral con la deportiva. «Siempre traté de imponerme como líder, pero no de una forma forzada. Me gusta que el equipo funcione como un grupo unido y no solo como compañeros de trabajo. Ellos también hacen un esfuerzo enorme. No tienen la formación profesional que uno tuvo en Argentina, pero lo compensan con ganas y compromiso», explica. Por eso, su objetivo es transmitir disciplina y mentalidad competitiva dentro del grupo.
El nivel del fútbol en Gibraltar
Hoy, Zappacosta vive exclusivamente del fútbol, pero en paralelo desarrolla su carrera como coach. «Me recibí en diciembre y quiero volcar toda mi experiencia en el deporte para ayudar a otros, especialmente a los futbolistas», comenta.
En Gibraltar, el día a día de un jugador es diferente a otras ligas: «en mi club actual entrenamos diez días seguidos sin descanso por los partidos. Acá no te podés relajar porque los equipos más chicos siempre dejan todo para ganarte, como pasa cuando Boca o River juegan contra clubes más chicos en Argentina».
El legado de Boca y los recuerdos de su formación
Criado en Mar del Plata, Zappacosta dio sus primeros pasos en Kimberley antes de dar el salto a Boca, el club de su familia. “Llegué en la época en la que Daniel Angelici era presidente y se aplicaba mucho el método del Barcelona. Aprendí a jugar con los pies, a tomar decisiones con rapidez y a ser un arquero más moderno”, recuerda.
Pero lo que más lo marcó fue el significado de vestir la camiseta azul y oro. «Boca no es solo un club de fútbol, es una institución enorme. Recuerdo los viajes con las juveniles a Qatar, cuando nos pedían fotos como si fuéramos jugadores de Primera. Eso lo genera el escudo, no la fama de uno».
Zappacosta compartió entrenamientos con grandes figuras como Riquelme, Gago y Bianchi, una experiencia que nunca olvidará. «Yo los veía en la tele, y de repente estaba entrenando con ellos. Esas son cosas que solo un club como Boca te puede dar».
En una de sus experiencias más memorables, compartió un asado con ellos tras disputar un torneo en Qatar con la quinta y sexta división de Boca. «Fue muy especial. Nos dieron una charla sobre el compromiso necesario para llegar al profesionalismo. No fue solo un asado, fue un encuentro de aprendizaje que me quedó para toda la vida».
Cuando llegó a Boca, pesaba 70 kilos y en su primer año subió a 80 kilos de masa muscular gracias a entrenamientos específicos. «No es que subí de peso por estar gordo, sino que aumenté 10 kilos de masa muscular. Llegué con 14 años y en pleno desarrollo, y ese trabajo me benefició muchísimo».
Pero lo que más lo marcó fue el significado de vestir la camiseta azul y oro. «Boca no solo te formaba como futbolista, sino también como persona. Aprendías a mantenerte al 100% todo el tiempo. Si no tenías condiciones físicas o no te adaptabas a la intensidad, te costaba mucho».
La competencia era feroz. «Cada semana venía alguien a probarse y quería ocupar tu lugar. Boca te pone a prueba constantemente y eso te ayuda a madurar rápidamente».
El salto a Uruguay y la eliminación de Nacional de Suárez
El arquero también tuvo un paso por Uruguay, donde jugó en Rampla Juniors y logró eliminar a Nacional, que en esa época tenía en sus filas nada más y nada menos Luis Suárez, aunque en dicho partido el Pistolero no jugó: «Lo eliminamos en la Copa Uruguay, un partido jugado en el Centenario y con mucha gente. Fue algo inolvidable. A pesar de ser un rival, el solo hecho de enfrentarlo fue algo que nunca voy a olvidar. Fue una experiencia única, un momento que quedará en mi memoria para siempre».
El futuro: fútbol y formación
Con el paso de los años, el arquero aprendió que el fútbol es una identidad, pero no lo es todo. «Es importante formarse en otras áreas. Muchos jugadores se frustran porque no tienen control sobre su carrera, y ahí es donde el coaching puede ser una herramienta fundamental».
Por eso, mientras sigue compitiendo al máximo nivel, también trabaja en su futuro como coach, con la idea de ayudar a otros futbolistas a desarrollar su mentalidad y encontrar equilibrio en su camino. «Quiero ser una herramienta para los jugadores, aportarles lo que a mí me costó entender cuando era más joven».
Así, entre la pelota y el coaching, Marcos Zappacosta sigue escribiendo una historia repleta de vaivenes que no son muy comunes en el ABC del fútbol, que comenzó con el sueño de Boca y que hoy encuentra nuevos desafíos en el exótico peñón de Gibraltar.
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