Proyecciones constantes y con criterio, un rápido retroceso para marcar y pases en profundidad al pie de un compañero. Con solo tres entrenamientos encima, Fabricio Bustos desplegó sus alas en el debut. A pesar de que se trataba de un duelo de octavos de Libertadores, mostró sus diferentes virtudes, y completó 90′ que generaron una enorme expectativa en el mundo River, teniendo en cuenta que se trata de un puesto que no encuentra dueño desde la salida de Gonzalo Montiel.

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El lateral derecho, recién llegado desde Inter de Porto Alegre, fue uno de los puntos más altos del equipo en el Kempes y no sólo recibió los elogios de los hinchas, que lo convirtieron rápidamente en tendencia al observar sus primeros movimientos. El propio Marcelo Gallardo le dedicó unas palabras y su hermano publicó un emotivo posteo después de viajar al Kempes y alentarlo desde la popular Sur.

«Lo vi bien a Bustos. Nunca es fácil, llegar, ponerse la camiseta de River y salir a jugar un partido de esta importancia con pocos entrenamientos. Lo sostuvo muy bien. Venía con ritmo de partidos, no sufrió meterse en el equipo rápidamente y eso tiene mucho valor», expresó el Muñeco, con palabras que se reflejaron en las estadísticas de FB en el día del estreno en el club del cual es hincha fanático desde chico.

Más allá de su participación en ataque, con 85% de pases precisos, el ex Independiente también cumplió en un ítem clave y que en River extrañaban: fue el segundo jugador con más recuperaciones (6) frente la T, completó tres quites y sólo cometió una infracción.

Mientras tanto, desde la tribuna, su hermano Nicolás también disfrutó de una noche histórica y emotiva para una familia que lleva la Banda cruzada en el pecho: «Te vi debutar en cancha con River y me cumpliste uno de tantos sueños. Gracias. Que se vengan muchos éxitos, hermano».

«Gallardo me pidió que jugara tranquilo, que haga lo que venía haciendo en el Inter. La verdad es que estoy muy feliz por este debut y por la victoria, fue merecida», dijo el lateral derecho post triunfo. Y su felicidad se trasladó a la gente: cada uno de los u$s 5.400.000 invertidos valieron la pena por este jugador que mostró mucha firmeza y liderazgo para estos partidos coperos.