El partido de Gastón Campi fue una alegoría del encuentro que protagonizó el mismísimo San Lorenzo. El defensor cometió un error grosero que derivó en el 1-1 transitorio de Liverpool, casi una remake del blooper que la defensa azulgrana había cometido en el 0-1 en Montevideo (un cabezazo hacia atrás de Agustín Giay que Franco Albanell canjeó por gol a los 95’). Sin embargo, se redimió el rubio. ¡Y cómo! Metió el gol de la victoria agónica para que su equipo ahora dependa de un empate, apenas, para avanzar de ronda en la Libertadores.

¿Cómo fue la acción desafortunada de Campi? El zaguero tocó muy liviano hacia atrás sin ver que había un delantero de Liverpool merodeando el área. Gastón Gómez alcanzó a despejar con un cabezazo largo. Sin embargo, la pelota la capturó Diego García, quien remató desde afuera del área y -desvío mediante- marcó la igualdad parcial.

Parecía que Campi quedaría marcado por esa desatención. Incluso en el segundo tiempo se había mostrado impreciso en algunos cierres y toques. Pero en la última jugada franca de ataque de San Lorenzo, apareció para quitarse de encima ese malestar interno: a la salida de un tiro de esquina bien ejecutado por Cristian Ferreira, el ex Racing saltó ganándole a su marca y cruzó un testazo al segundo palo. La pelota entró casi en un ángulo, desatando la alegría de un San Lorenzo que a esa altura ya avanzaba con más ímpetu que ideas. Un golazo de cabeza que Gastón celebró colgado del alambrado junto a Diego Herazo. Un golpe de nocaut para Liverpool y un alivio para el Ciclón de cara a la última fecha. Y para el propio zaguero, claro…