Si el Chelsea fuera el Titánic, Cole Palmer es el único que podría quedarse tocando música en la cubierta. Porque este equipo es un club que naufraga y al que solo saca a flote el talento del inglés, que con un ‘hat trick’, con goles en el 99 y 101 incluidos, remontó en el descuento al Manchester United para una de las victorias más agónicas del club londinense (4-3).

En un partido de locura, marcado por las idas y venidas y por la lluvia, el United remontó primero dos goles en contra para acabar remontado con dos tantos en el descuento. Ambos con la firma de Cole Palmer, que fue el que rio el último. Mientras la realización daba el hombre del partido a Alejandro Garnacho, el inglés anotó dos goles en el ocaso y fue el héroe.

Necesitaban los de Mauricio Pochettino una respuesta, tras el bochornoso empate ante el Burnley del fin de semana, y los primeros treinta minutos hicieron que Stamford Bridge recuperara brevemente la esperanza. Conor Gallagher primero, tras un centro de Malo Gusto, y Cole Palmer, desde los once metros en un penalti cometido por Antony sobre Cole Palmer, pusieron al Chelsea con un cómodo 2-0 en el marcador. ¿Y qué hace el Chelsea cuando está cómodo? Buscarse maneras para complicarse la vida.

Stamford Bridge se rio de Bruno Fernandes por un toque de balón defectuoso que casi se pierde por la banda. Lo salvó Antony, con un toque a la desesperada que rescató Caicedo. El ecuatoriano se la quiso dar en horizontal a Badiashile, pero no se entendió con el central y Garnacho apareció para llevarse el balón solo y batir a Petrovic.

El lío había comenzado. Cinco minutos después, un centro de Diogo Dalot al segundo palo lo remató Bruno lejos del portero serbio.

No fue suficiente para el flagelo del Chelsea. Bien entrada la segunda parte, en el minuto 67, Antony salió a la contra y con un exquisito pase con el exterior encontró la cabeza de Garnacho, que llegó antes que Petrovic a la pelota y se sentó en la publicidad de Stamford Bridge emulando a su ídolo, Cristiano Ronaldo.

Previendo otra debacle, el aficionado ‘Blue’ comenzó a cargar sus furias con Mason Mount, que entró para jugar los últimos diez minutos, y al que recriminaron su marcha en verano, tras no renovar. Poco podía intuir el ‘7’ del Chelsea que, de lo que le quedaba en el césped, los pitos iban a ser lo de menos. La locura comenzó cuando el cuarto árbitro señaló ocho minutos de añadido.

El Chelsea estaba completamente volcado, como era lógico, pero el gol no llegaba. Hasta que Noni Madueke se infiltró en el área y Diogo Dalot, que le perseguía, se resbaló por lo mojado que estaba el césped. En su caída, se llevó por delante al inglés y el árbitro solo tuvo que señalar el punto de penalti. La revisión del VAR no salvó al United y algunos aficionados, que viendo que era ya el minuto 97, habían empezado a irse, volvieron a sus sitios para ver a Palmer empatar el partido ya con el tiempo cumplido.

Con lo que se había perdido entre la revisión y el gol, el Chelsea tuvo una más, una contra que entre Madueke y Sterling desperdiciaron, pero de la que sacaron un córner. Lo lanzó rápido Enzo, para Palmer en la frontal. El inglés cargó la pierna, su disparo tocoó en un defensa del United y desvió la trayectoria a Onana. Locura en Stamford Bridge, alegría infinita para Mauricio Pochettino y pobres los que decidieron irse del estadio antes de tiempo.

Pobre también el que decidió que es buena idea dar el hombre del partido, que se llevó Garnacho, antes de que pite el árbitro.

El Chelsea vuelve a la décima posición, con 43 puntos, y el United es sexto, con 48 unidades, a nueve del Tottenham Hotspur, quinto.