A pesar de que en los papeles las principales cualidades ofensivas de esta selección Colombia dirigida por el argentino Néstor Lorenzo se enfocan en el desequilibrio individual de Luis Díaz (estrella del Liverpool) y la movilidad y efectividad goleadora de Rafael Borré, el hombre decisivo en el debut triunfal del equipo cafetero en la Copa América, ante Paraguay, fue el inoxidable James Rodríguez. El zurdo de 32 años demostró que su precisa pegada y su inteligencia para tomar decisiones siguen siendo la mejor herramienta de ataque y un argumento sólido para que Colombia se ilusione con pelear el título.

Estos tres puntos en el estreno son fundamentales para que el equipo de Lorenzo quede bien posicionado en un grupo que tiene a Brasil como el candidato lógico a pasar a octavos en la primera posición y a Colombia y Paraguay en la disputa por la segunda plaza. Por eso, centros de James para las cabezas de Dani Muñoz y Lerma fueron dos golpes que puede complicar las aspiraciones de una selección guaraní que se mostró bastante limitada, demasiado dependiente de las ráfagas de velocidad de Almirón, el oficio de área de Arce y el todoterreno Enciso, que metió el descuento tras un centro perfecto de Sosa, el punta de Talleres.

Colombia perdió el control del juego en la segunda mitad y le costó acomodarse a los cambios que hizo el DT cuando el partido estaba planchado. Y con el empuje emocional del 1-2 y la energía que sumó Garnero con los ingresos de Bobadilla y Sosa, Paraguay apostó por los centros y la búsqueda de la segunda pelota con Bareiro y Ángel Romnero en cancha mientras James y Lucho Díaz transmitían calma con su categoría y Yerry Mina conseguía un penal que los árbitros argentinos no compraron.

No fue un debut de 10, pero deJames soñar con una alegría rezan en Colombia.