Los goles que le hacen a Emiliano Martínez son de dos tipos. Los golazos, imposibles de evitar para el arquero argentino. Y esos que son «tomá y hacelo», con pase al centro del área chica y que no le dan tiempo a reaccionar. Todo lo que está en el medio encaja bajo el rótulo de evitable. En St. James, y a propósito del Boxing Day, al Dibu le endosaron tres paquetes: dos del primero tipo y uno del segundo. El Aston Villa se comió una paliza ante el Newcastle, que supo aprovechar su hombre de más durante 60′ y se adjudicó un justo 3-0.

Los Villanos de Unai Emery llegaban con buen augurio tras ganarle al pobretón Manchester City y necesitaban de una victoria en el norte de Inglaterra para no perderle pisada a los protagonistas de la Premier League. Sin embargo, los análisis previos, las estrategias y las conjeturas se vinieron a pique ni bien iniciado el partido, gracias al tremendo gol de Anthony Gordon, enganchando de izquierda a derecha y colocándola en el palo más lejano del Dibu.

El Aston Villa apostó por la fórmula que le había dado resultado ante los Ciudadanos, con el equipo replegado en 4-2-3-1 en bloque medio y generando peligro a través de ataques directos, sin entretenerse tanto la pelota a pesar de tener jugadores de buen pie. No obstante, parecería ser que la actitud aplastante del Newcastle sorprendió a los de Emery que, al cabo de los 30′, ya iban perdiendo y jugaban 10 vs. 11: por un insólito pisotón de John Durán en la espalda de Fabian Schar, el colombiano se fue bien temprano a las duchas.

Ya con los Villanos replegados en un 4-4-1 e imposibilitados de generar peligro por el buen trabajo defensivo de las Urracas, solo las buenas intervenciones del Dibu Martínez, con tres buenas atajadas en el PT (una extraordinaria a Sandro Tonali), evitaron que los de Emery se fueran al descanso con un marcador más abultado. Sin embargo, no corrieron con la misma suerte en un segundo tiempo al que le sobraron, de mínima, 30 minutos.

Alexander Isak, con un pase a la red tras una gran jugada colectiva, y Joelinton, aprovechando una mala salida del Aston Villa, aportaron a un marcador que terminó siendo justo: 3-0 para el Newcastle, en un St. James Park empapado de algarabía. Fueron tres, pero pudieron ser cuatro, cinco o seis, dado el desconcierto total de los Villanos (reaccionaron un poco tras los primeros cambios) y la predisposición apabullando del conjunto de Eddie Howe.

Con este resultado, los de Emery confirmaron su andar irregular en la Premier League, lejos de la solidez y determinación que manejan en la Champions League. Con 28 puntos, y tras la victoria del Fulham y el empate del Bournemouth, el Aston Villa descendió a la 8° posición, con 28 puntos, a 39 del Liverpool (con posibilidad de llegar a 15 de diferencia). Con el Nottingham Forest, las Cerezas y los Cottagers como grandes Cenicientas de esta edición, los Villanos deberán ajustar aún más el margen de error.