En este lugar, MG habitualmente quiere decir una sola cosa: es la sigla para abreviar a Minas Gerais, el estado del que Belo Horizonte es capital. Aunque, cada tanto, en esta ciudad montañosa del sureste brasileño MG también es Marcelo Gallardo. Ahora, por ejemplo. Belo Horizonte vibra por la llegada de un entrenador al que aquí conocen muy bien. El respeto por el Muñeco y por River, que son la misma cosa durante la última década, es muy grande: tanto que personifican en el propio entrenador al rival que tendrá enfrente el Atlético Mineiro (o Atlético MG, como dicen por acá) desde este martes.

Sí, en la previa al inicio de las semifinales de la Copa Libertadores que empezarán a disputar en 48 horas en el Arena MRV el Galo y el CARP, los diarios hablan del «factor Gallardo» así como se anticipan para hablar del «factor Monumental» para la definición de la serie en una semana. Y es que MG vuelve a un país en el que hizo historia como entrenador: Brasil fue uno de los escenarios más recurrentes y predilectos de muchas de las grandes batallas de una historia hermosísima. De victorias épicas, también de alguna derrota, hazañas, injusticias, caídas merecidas.

Es el país en el que sus River sacaron definitivamente chapa de coperos. El país en el que los otros River, AG y DG, antes y después de Gallardo, no hacían pie, la pasaban mal, se comían cachetazos futbolísticos o terminaban a las trompadas. Es el país que representó una de las grandes deudas de la historia, uno de esos pagarés gigantes que levantó el tipo. Un pagaré que, de hecho, empezó a cancelar en esta misma ciudad, Belo Horizonte, con la que acaso haya sido una de las mejores actuaciones del club como visitante a nivel internacional en estos 123 años: aquel 3-0 inolvidable al Cruzeiro en el Mineirao inauguró una era de River en esta tierra.

Brasil, donde humilló a la bestia negra de toda la vida en 2015, donde millones de hinchas entendieron que había que creer porque además había con qué creer, donde el líder espiritual bajó a un vestuario rompiendo los protocolos porque su equipo lo necesitaba, donde ganó la única serie de penales que disputó en Libertadores también en Belo Horizonte, donde su River mereció remontar un 0-3 contra el cuco que era Palmeiras en un baile sin demasiados precedentes, donde el portugués Abel Ferreira se reveló como su fan, donde fue perjudicado por el VAR, donde rescató empates valiosos sobre la hora, donde también se fue una vez, sí, goleado, eliminado y sin atenuantes. Esa vez fue, paradójicamente, contra Atlético Mineiro, su rival de este martes, en aquella Copa de 2021 marcada por la pandemia: 0-1 en el Monumental y 0-3 inapelable en el Mineirao.

Esta vez en un Arena MRV que no existía en ese momento, inaugurado en 2023 y con una inversión estimada hasta la fecha de 72 millones de dólares, Gallardo buscará plantar bandera, su propia bandera, otra vez en tierras brasileñas.

Mineiro intimida, su plantel de estrellas, el porte y la categoría (el golazo que hizo el sábado en Río de Janeiro) del gigante Hulk, intimida su estadio, su presupuesto multimillonario, el momento que pasa el conjunto de Milito sobre todo en los partidos límite como el que jugó ante Vasco da Gama para meterse en la final de la Copa de Brasil.

Pero Gallardo también intimida. Por algo en este último tiempo todos los gigantes de este país buscaron, sin éxito, contratarlo: Flamengo, Corinthians, Palmeiras, Cruzeiro y… Sí, Atlético Mineiro también. «¿Sabés cuánto cobra Marcelo Gallardo en River? Ahora bien, aunque no pueda ficharlo… ¿No hago el contacto? Es mi trabajo. Pero ahí aparece el nivel de expectativa contra la realidad. Y Gallardo no quiere trabajar los próximos seis meses», decía en noviembre de 2022, días después de que el Muñeco anunciara su alejamiento del CARP y de la salida de Cuca del AM, Rodrigo Caetano, el actual director de selecciones de la CBF y en ese momento director deportivo del Galo, que terminaría contratando a Coudet.

Ahora, con otro técnico argentino en el banco, Mineiro se envalentona. Pero este lunes por la tarde, a esta lluviosa Belo Horizonte, llega Marcelo Gallardo. Y dice que su River «no los va a dejar a pata» a millones de hinchas. Y banca la parada. Y ahora, por un par de días, MG acá no sólo refiere al estado de Minas Gerais.

Belo Horizonte (enviado especial)

En Brasil, el temor acerca de River me parece un poco más por lo historico del club y de Gallardo, y también por la final en Monumental, más que por la manera como viene jugando en la liga local. Y ahí, puede haber un factor importante ante esta inserguridad que puede atingir a Atlético Mineiro: imponerse por el peso de la camiseta.

Cuando hablamos del juego, River puede esperar un Galo muy intenso fisicamente y que agregó a su juego Copas una capacidad impar de movilizacion de los jugadores. Este juego fisico, de marca individual, fue esencial ante San Pablo en la Copa de Brasil y ante Fluminense en la Libertadores. Es común ver a Saravia, sea como central o como defensa por la derecha, cruzar la cancha persiguiendo a un rival.

Esa es la manera encontrada por Milito para sostener un ataque que tiene Hulk y Paulinho como jugadores de jerarquía técnica, pero poco compromiso defensivo. A ellos, la libertad les importa más. Y es indispensable hablar de la temporada que está haciendo Gustavo Scarpa, un enganche zurdo que juega casi como un punta o lateral derecho para tener vision amplia de la cancha todo el tiempo. Scarpa puede decidir un partido en cualquier momento con sus tiros y centros precisos.

Vivo y trabajo en Belo Horizonte, la ciudad del Atlético Mineiro y también del Cruzeiro. El respeto que le tenemos aquí a River es enorme. Sabemos que es una de las grandes potencias, no sólo de Argentina, sino también del continente. Y se remonta al patrimonio de nuestro pueblo, el estadio Mineirao, inaugurado con un partido de River en 1965. Pasando por la final de la Libertadores con Cruzeiro en 1976 y varios duelos contra equipos de Minas Gerais después.

Entre esos duelos se encuentran el que disputó contra el Atlético Mineiro en 2021. El ‘Galo’ ganó tanto en Belo Horizonte como en Buenos Aires. Ese fue el año más exitoso en la historia del club y algunas cosas han cambiado desde entonces. Cuca ya no es el entrenador. Nacho Fernández ya no está en el centro del campo. Pero Hulk sigue siendo el atacante. E, incluso tres años mayor, sigue siendo peligroso y resolutivo.

Y tiene otros ases bajo la manga… Scarpa tiene pases, tiros y centros precisos. El popular Deyverson es bueno en los balones aéreos. Y Paulinho, pese a fallar muchos goles, tiene calidad en ataque.

El equipo juega muy intensamente en casa y la mayor expresión de ello fue la masacre que le impuso al actual campeón de la Libertadores, Fluminense, que no tuvo un solo tiro a puerta en el Arena MRV.

Aquí en BH sabemos que Gallardo es el mejor entrenador en la historia de River. Muchos equipos brasileños intentaron ficharlo, pero este sueño nunca se hizo realidad. Para la afición es la gran figura del equipo, principalmente por todo lo que ha conseguido.

En el campo, la referencia es Miguel Borja. El máximo goleador está pasando por una buena fase allí y ciertamente merece respeto, pero no dejó una gran impresión a los brasileños, ya que jugó en Palmeiras y Gremio sin mucho protagonismo.

Nacho es un deportista que la afición del Galo extraña mucho, por su excelente temporada 2021, y seguro que será recibido muy bien antes de que empiece el partido en Belo Horizonte.