Es un caso extraño el de Miguel Ángel Borja en estos primeros cinco meses de 2024: mientras en la Copa de la Liga el colombiano fue el goleador del torneo con 13 gritos en 13 partidos y un promedio de un tanto cada 75,6 minutos (en total estuvo en cancha 983’), en los tres juegos de la Libertadores no la pudo meter todavía el 9 de River. Por eso, este martes (a las 21) contra Nacional en Montevideo el Colibrí afronta el desafío de saldar esa deuda -con él mismo, con el equipo y con los hinchas- para sellar el pase a los octavos y recuperar su prestigio de killer internacional antes de la etapa más caliente de la competencia más importante de América.

El rendimiento de Borja en el torneo local ha sido superlativo, ya que además de los 13 goles en la CLP convirtió otro en la Copa Argentina ante Excursionistas. Fue más titular que nunca en el River de Demichelis el centrodelantero de 31 años e incluso completó los 90’ en las tres primeras fechas del grupo H sin poder cumplir con su habitual tarea en la definición. De hecho, contra Libertad en Asunción había marcado aunque a través del VAR le anularon esa acción por offside.

Lo más paradójico es que Borja es un delantero con un valioso CV en las competencias sudamericanas: con su festejo ante The Stronfest en el Monumental en 27 de julio de 2023, igualó la marca del uruguayo Rodrigo López como el segundo jugador con más goles en los torneos de la Conmebol: ambos suman 39 y el el n° 1 es ecuatoriano Alberto Spencer, con 54.

Claro, hoy ese último gol del Colibrí en la sexta fecha de la fase de grupos de la Libertadores anterior queda demasiado lejos. Y hace mucho más ruido aún cuando se lo compara con su performance reciente en la Copa de la Liga. De todos modos, se trata de una cuenta pendiente que motiva a MAB9 a pesar de que necesita, como todo goleador, cortar la sequía en la Libertadores para evitar que se vuelva una carga en su contra a partir de los mata-mata de octavos si es que River asegura su clasificación.

Al mismo tiempo, el colombiano es consciente de que debe mantener un nivel elevado porque tras el mercado de pases tendría competencia fuerte en el puesto que hoy pelea solamente con el pibe Agustín Ruberto y con Facundo Colidio, más allá de que el ex Boca no es considerado como nueve de área por Micho.

Seguramente con Pablo Solari como socio de ataque, una vez más, Borja deberá ser la llave del triunfo para River en el Gran Parque Central, pero también tendrá la sensación de vivir una revancha personal luego de la eliminación de la CLP frente a Boca (abrió el marcador en la derrota por 2-3) y del gol que le anularon en Asunción en el último partido, el 24 de abril.

Llegó el momento de que Colibrí empiece a picar fuerte y a bailar en sus festejos en la Libertadores. De que vuelva a estar con la flechita bien alta para ser el mismo 9 letal que se lució en la competencia local. Y de que transmita una clara señal de que el refuerzo que se sume para ese puesto tendrá que sacarle el lugar a un animal de área.