El Inter derrotó 2-0 a River el miércoles por la noche en el Lumen Field de Seattle y se clasificó a los octavos de final del Mundial de Clubes, mientras que el Millonario, con esta caída y la victoria 4-0 de Rayados ante Urawa Red Diamonds, se quedó afuera del certamen. Luego del partido, Pio Esposito, quien anotó el primer gol para los italianos, habló en zona mixta y mostró su felicidad al convertir su primer tanto con los colores del Neroazzurro.

«Puedo decir que fue el día más emotivo de mi vida, tanto a nivel futbolístico como en general. Cuando en la víspera supe que jugaría como titular, por la noche, en mis sueños, imaginé tantas acciones… Tantas veces soñé que podría ser mi primer gol como jugador del Inter», expresó el delantero de 19 años.

«En el campo sabía que la oportunidad llegaría gracias a un equipo con tantos campeones, y por suerte sucedió. Fue un partido muy físico y equilibrado, pero al final salimos mejor y merecimos la victoria. Soy debutante en el Inter, pero llevo 80 partidos con los profesionales (estuvo a préstamo en el Spezia de la Serie B), aunque sea a un nivel inferior. Debo admitir que emocionalmente no es como el primer partido jugado con los profesionales», indicó.

El atacante, antes de disputar el MdC con el Inter, estuvo en el Spezia (equipo de la Segunda División de Italia), club en el que estaba a préstamo desde mediados del 2023. En esta última temporada, dijo presente en 40 duelos donde registró 19 goles. Cabe destacar que con el Aguilucho, como es apodado el club, finalizó tercero en la tabla de posiciones de la Serie B y perdió la final del ascenso frente al Cremonese con un global de 3-2 que incluyó un tanto suyo.

Es importante mencionar que Cristian Chivu, actual entrenador del elenco italiano, ya lo tuvo como dirigido en el Inter Primavera (Sub 19) con 42 encuentros disputados y un total de 16 tantos convertidos.

«Jugamos un partido serio, con carácter y ganas de ganar. En la primera parte nos sorprendió un poco su agresividad. Llegaron a los segundos balones con muchísima ferocidad. Luego, en el descanso, lo arreglamos. Pusimos intensidad, ganas de ganar duelos y entradas, porque nosotros también somos fuertes», señaló el rumano en conferencia de prensa.

«Fue un partido excelente. River es un gran equipo e hizo todo lo posible para pasar, pero nos metimos en la situación adecuada y conseguimos empatar lo que propusieron. Defendimos bien, intentamos el hombre a hombre, pero entendimos los momentos del partido», indicó.

«Llevo 14 días en un retiro aquí en Estados Unidos. Si los chicos están respondiendo así es porque quieren honrar el torneo. Si estamos aquí es porque queremos intentar llegar hasta el final y eso me enorgullece. El mérito es de los chicos, que también están aceptando un cambio de metodología por parte mía y de mi cuerpo técnico. Siempre intentan sumar y lo demuestran», subrayó.

También elogió la actuación de Esposito: «Fue una gran actuación y se metió en una situación difícil. Estuvo a la altura. Es una recompensa a su inteligencia y a su trabajo. Es un chico que eligió jugar en otra categoría con dos grandes temporadas en Spezia donde creció y maduró mucho. Tiene mucho margen. Sé que él es consciente de todo esto, pero tenemos que seguir trabajando en él».

Marcelo Gallardo parado dentro de la cancha, pensativo, masticando bronca y viviendo una vez más, poco acostumbrado en otros tiempos, ese tipo de golpes que parecían que nunca le iban a llegar. Ya en su experiencia en Arabia Saudita había vivido por primera vez lo que era una gran crisis y un desgaste con un referente como Benzema, y en esta segunda etapa en River aun no consigue ese aura que tanto caracterizaba a sus equipos: ADN ganador, avasallante, confiable.

Decir fracaso suena fuerte. Pero sin dudas que el DT, ganador en el ciclo anterior, lo tiene que sentir así. Porque ya había fallado en la Libertadores de la semi 2024, alerta fuerte y una señal de que solo con su impronta no se puede, que lleva tiempo armar un equipo con su sello. Que no alcanza con traer y traer jugadores. Ya venía de un palazo con Platense en el torneo, cuando parecía que se había encaminado con ese juego dinámico, intenso. Y aquel paso fallido fue otro indicio de lo que pasó ahora en este Mundial de Clubes.

Sin goles no hay paraíso, y River pagó por la lesión de Driussi, por el flojísimo nivel de Borja. Y Colidio tuvo su chance en el ST con Inter, pero cabeceó mansito. Mastantuono tuvo una despedida no esperada, faltó recambio y por eso, increíble, se recurrió a un chico como Costantini. Y sin Enzo P, Castaño ni Galoppo, no estuvo ni cerca del milagro de ganar o de empatar por dos o más goles. Compitió a medias. Hubo diferencia, sobre todo muy grande cuando Martínez Quarta se hizo expulsar, de nuevo.

El partido era con Rayados, donde faltó el gol con las chances que tuvo, ese gol que hubiese permitido la clasificación. Con Urawa metió tres sin destacarse y con los italianos quedó muy lejos, con reacciones calientes de Acuña y Montiel. Tan lejos como ese aura de Gallardo que a veces amaga con volver, que ilusiona a los hinchas en la Libertadores, pero que viene desapareciendo en grandes citas. Así, en este Mundial en el que los cuatro brasileños pasaron a octavos, River tuvo poco gol y juego regular. Y aunque sueña con la Libertadores, volvió a decir ausente, extrañando la vieja aura, algo que no es fácil de resolver.

La reacción de los hinchas de River tras la eliminación