Con la valija lista y a la espera de que suene el teléfono de su habitación para emprender el regreso Francia-Argentina (este jueves ya estará en Ezeiza), Nicolás Fonseca se recuesta en su cama, cierra un segundos los ojos y sonríe. En en un arranque de año soñado, ya debutó en River, hizo lo propio en Uruguay, aprende de grandes compañeros en ambos lados del Río de la Plata y se da el lujo de ser dirigido por Marcelo Bielsa y Martín Demichelis. El Loco lo definió como «una esperanza para el fútbol uruguayo». Micho supo decirle que «sos el #5 que quiero». Y entre elogios y críticas, el volante de 25 años puso la pelota bajo la suela y se enfoca en una sola palabra: «Disfrutar».

«Que un referente del fútbol hable de esa forma te llena de orgullo, te da la confianza y la fuerza para seguir mejorando y entender que estoy haciendo las cosas bien». El mimo de Marcelo no fue sólo un poco de amor francés. En su primera gira con la Celeste, vieron videos juntos y en el análisis táctico el Loco le detalló «lo que le gusta de mí, lo que no y lo que tengo que mejorar», haciendo hincapié en que «lo bueno que hago, lo trate de hacer por el mayor tiempo posible».

Intensidad, recuperación, presión tras pérdida, no perder la marca, fluidez en la distribución, ser primer salida… El combo que le pide Bielsa no dista mucho de las indicaciones que le da Demichelis en el Camp. «Son dos grandes entrenadores y cada uno tiene su manera de ver el fútbol. Me encuentro cómodo con los dos, quiero aprender, superarme y que saquen lo mejor mío», se ilusionó en charla con 100% Deportivo, por Sport 890 de Uruguay, consciente de que llega una etapa en la que deberá coparse.

Su nuevo objetivo con la Celeste es jugar la Copa América. Y para eso, debe hacer una buena Libertadores en River, donde por las lesiones que hubo en el plantel debutó rápido. En el medio, sigue transitando la adaptación al cambio que significa dejar Wanderers para convivir en Núñez, dos mundos diferentes. «Acá hay mucha exigencia, se roza la perfección y como dicen, hay que ganar, gustar y golear», agrega el hijo de Daniel, que dejó en claro que no le tiene miedo a las críticas.

«Traté de estar aislado de eso y enfocarme en el trabajo, en mi entorno. Me llegó algo de rebote como se dice, pero no le presté atención. El hincha exige mucho porque está acostumbrado a ganar, porque River tiene que ganar y está perfecto así», explicó al hablar sobre los cuestionamientos de los hinchas en sus primeros partidos, en los que una acción suya -revoleó una pelota en el Monumental- se volvió viral.

«Me dio gracia… Estaba en una cancha con 80 mil personas, vistiendo una de las remeras más grandes del mundo… Hay mucha gente que me criticó, hay mucha gente que en la calle me pide fotos. Para qué quedarme con lo malo cuando hay mucho de bueno. Quiero estar en las buenas y en las malas».