El 18 de noviembre comenzó la aventura de Marcelo Gallardo en el Al Ittihad de Arabia Saudita. En estos casi cinco meses pasaron 23 partidos y muchos desencantos para el Muñeco al arribar al último campeón de ese país, que tiene la banca económica directa del Gobierno (igual que Al Hilal, Al Nassr y Al Ahli), pero que le terminó quedando un plantel corto, con muchos lesionados, rendimientos bajos y perdiendo los partidos más importantes.

Y, encima, parece no haber química entre el DT y el francés Karim Benzema, la gran figura, con la que no hubo buen entendimiento desde el inicio. El ex Real Madrid no hace un gol desde diciembre y dejó un mensaje: “Necesito ayuda en el campo, no puedo ganar solo”.

Este lunes, los Tigres tienen la posibilidad de empezar a cambiar esa realidad. Porque a las 14 disputarán la semifinal de la Supercopa de Arabia vs. Al Wehda. Y, de ganar, Gallardo podrá jugar su primera final y lograr un título el próximo jueves, ante el vencedor de Al Nassr y Al Hilal, ese tremendo duelo que se cruzará a los de Cristiano Ronaldo contra el dueño del récord mundial de victorias consecutivas con 32.

Es la gran oportunidad para trascender después de haber quedado en cuartos del Mundial de Clubes vs. Al Ahly de Egipto. O buscar la revancha por lo ocurrido en la Champions de Asia, donde el Al Hilal imparable de Jorge Jesus no lo perdonó (0-4 el global). Mientras que en la liga marchan cuartos, a cinco unidades de la zona de clasificación a la siguiente Champions y con ocho fechas por delante.

Este lunes será favorito ante el Al Wehda que va 12° en el campeonato y al que le ganó 2-1 a finales de febrero. La mala para el Muñeco, es que si bien tendrá a sus figuras a disposición (Benzema, N’Golo Kanté, Fabinho, Luiz Felipe, Romarinho), no podrá tener a cinco futbolistas locales que fueron citados al Preolímpico asiático que comienza en unos días en Qatar y de donde saldrá un rival de Argentina en los Juegos Olímpicos de París (del 24 de julio al 9 de agosto).

Para colmo, viene de empatar 0-0 en el torneo y la imagen fue la del final del partido en el que los hinchas le dieron la espalda a los futbolistas cuando fueron a saludar, descontentos por la mala actualidad. “El equipo está funcionando bien, el carácter es bueno. Debemos mejorar el rendimiento y superar las dificultades”, había dicho Marcelo después de ese último encuentro.

Esta vez puede ser un gran día para el técnico que se acostumbró a ganar en su exitoso ciclo de ocho años en River y en esta primera experiencia internacional desde que se alejó del Monumental en 2022 está siendo a los tumbos, al menos hasta que la próxima temporada renueven la ilusión con la llegada de otros futbolistas. Igual, ahora tiene la chance de súper coparse…