DEPORTE
¿Hay lugar para creer? River, entre la autocrítica y la necesidad de ir por una hazaña
¿Cómo se hace para creer, River? Habrá que hacerlo porque esto es fútbol y el fútbol tiene capítulos épicos reservados para algunos equipos, porque habrá más de 80.000 hinchas que ya agotaron las entradas para el partido de vuelta con Atlético Mineiro que ya empezaron a preparar un clima de Copa Libertadores para el recibimiento de los equipos, porque en el banco de suplentes de River está Marcelo Gallardo. Esta última era la razón principal por la que millones de personas que forman el colectivo gallina se ilusionaban con la gloria eterna, aún con un equipo que venía demasiado golpeado cuando el Muñeco asumió hace poco más de dos meses. Lo cierto, quedó claro en el Arena MRV, es que no alcanza solo con la figura del entrenador más ganador de todos los tiempos. Mucho menos ahora: River tiene que salir a golear y es un equipo que de momento no mostró previsibilidad para pensar que está trabajado como para hacerlo.
El Muñeco lo sabía: Gallardo está convencido de que para encontrar un funcionamiento acorde a lo que él busca necesitará de una pretemporada larga de trabajo. En la gestión de las urgencias, atacó los problemas que menos podían esperar para lograr que River fuera competitivo: físico, mentalidad y unión de grupo. Ahora, después de una noche negra en una Belo Horizonte que suena a oxímoron, tendrá que hacer que el equipo no sólo recupere la personalidad para plantarse e ir con seriedad por la remontada sino que tendrá que transformar, como por arte de magia, a River en una sinfonía a la que le salga el gol fácil. Las virtudes que MG había agregado en poco tiempo tenían que ver con la lucha, con la adaptación a campos y rivales incómodos (todo lo que faltó el martes, claro), pero a la hora de tomar la iniciativa de juego al CARP le cuesta horrores hacer goles incluso contra adversarios de muchísima menor jerarquía que le ceden el protagonismo, algo que suele verse domingo a domingo en la Liga Profesional: si pareció casi imposible romper la defensa de Platense en Vicente López, pues bien, ahora habrá que hacerle al menos tres a uno de los cucos de Brasil como el Atlético Mineiro.
De los últimos 23 partidos oficiales, River ganó por tres goles o más sólo una vez, contra Atlético Tucumán (4-1). Y de los últimos 62 PJ sólo una vez goleó por cuatro o más, lo que necesitaría para evitar los penales (penales que, en la historia moderna del club, no representan una instancia muy alentadora): apenas el lejano 5-0 a Vélez, en febrero. ¿Se puede revertir un 0-3? La respuesta es sí. Pasó una sola vez, con Gallardo, en 2017 contra un Wilstermann muy inferior. ¿Es realmente probable? Es la pregunta que nadie aquí en la capital de Minas Gerais quiso hacerse antes de emprender el regreso a Buenos Aires.
En paralelo, claro, se analizará un partido en el que River no estuvo presente en ninguna de sus líneas, sin la rudeza, la concentración y la inteligencia que se necesitaban, con errores garrafales (Deyverson absolutamente solo tras el choque de Pezzella con Hulk con los defensores volviendo demasiado tarde, 18 pases y una pasividad total en el segundo, desatención grave para dejar solo al mismo Deyverson para recibir de un lateral y asistir a Paulinho en el tercero) que agrandaron al conjunto de Milito, que para golear ni siquiera necesitó hacer un “partido perfecto” como el que sí tendrá que hacer River en seis días.
River Plate –
La conferencia de Gallardo después del 0-3 con Mineiro
Fallaron los jugadores y falló también el entrenador: amén de los errores individuales y colectivos, el planteo hizo agua, River nunca hizo pie, y los cambios no torcieron la historia ni el modelo de partido que impuso AM: Milito retrasó a Scarpa y Arana para llamar con cantos de sirena a Enzo Díaz y Bustos a la presión alta y así dejar mano a mano a sus tres delanteros con Paulo Díaz, Pezzella y González Pirez, con demasiada responsabilidad puesta en un Fonseca libre que se destaca más por el pase que por el orden y la marca.
Se analizará también, y eso requerirá más tiempo y mayor profundidad, qué se hizo mal en materia de mercados de pases en los últimos tiempos. Porque es cierto que año a año es más difícil emparejarse a los clubes brasileños, que desde Madrid ganaron cinco Libertadores consecutivas y van por otra, que el Brasileirao le saca cada vez mayores distancias del orden competitivo a un torneo en el que en octubre casi la mitad de los equipos no juega por nada y que el año que viene tendrá 30 participantes, que económicamente las diferencias en términos salariales son abismales (un ejemplo elocuente, hablando de River y de Mineiro: en el mejor momento de la carrera de Nacho Fernández el Galo se lo llevó y lo disfrutó un par de temporadas, que incluyeron una eliminación al CARP con él como figura; hoy, en una tendencia de declive de rendimiento del zurdo, es titular en Núñez contra el propio Galo). Pero también se necesitará de una autocrítica.
Más en el caso de un River que tiene una billetera top y que, por caso, en la ventana de transferencias de enero gastó casi u$s 20.000.000 entre Villagra, Fonseca y Sant’Anna (AM gastó en fichajes apenas un millón de dólares más de lo que salió el pase de Villagra en Bernard, Deyverson, Fausto Vera, Lyanco y Junior Alonso en el último receso) como para reforzar el plantel base de la temporada y que después de un semestre muy malo contrató a Gattoni, Ledesma, Bareiro, Peña Biafore y Carboni: todos suplentes; algunos incluso ya fuera del club. El mercado dentro del mercado que activó Gallardo en una ráfaga pareció una respuesta a eso, un shock de jerarquía, pero de momento no alcanzó a enmendar un problema estructural, al que seguramente atacará otra vez en el verano.
En cualquier caso, hoy el Muñeco tiene que pensar en lo que tiene y en descifrar cómo formar en tiempo récord un equipo que deberá llevarse puesto desde el primer minuto a AM. El posteo/sugerencia de Ortega en Instagram, con una foto de Mastantuono y Echeverri pudo dar alguna pista: los pibes, los más distintos del plantel aún con altibajos lógicos para sus edades, no tuvieron minutos en la ida y subieron sus acciones, especialmente FM30, que últimamente le aporta frescura al equipo con mucha más regularidad que CE19: River necesita un milagro, necesita algo del orden de lo no previsto, así como el estilo de las joyas es difícil de prever. Tal vez, sin un funcionamiento aceitado, la apuesta pueda estar en el talento innato, en lo no esperable para lograr lo no esperable. Y, claro, en la actitud. En el clima. En la gente. ¿Alcanzará? Nada es imposible, dijo Gallardo.
A la palabra creer, ésa que fue slogan de los años más felices, habrá que ayudarla dentro de la cancha para que no se vea como un cúmulo aleatorio de cinco letras vacías, que acá en Brasil parecieron desdibujarse.
Belo Horizonte (enviado especial).
El resumen de la derrota de River contra Atlético Mineiro
River Plate –
Mineiro goleó 3-0 a River
Mirá también
El argentino de Atlético Mineiro que respeta el Monumental: «Va a ser un infierno…»
Mirá también
Provocaciones, burlas, amagos y goles: así fue la noche de Deyverson contra River
Mirá también
River y la épica: de los antecedentes favorables de Gallardo a los datos que no ilusionan
Mirá también
El sugerente posteo de Ariel Ortega ¿pidiendo a Mastantuono y Echeverri?
Mirá también
González Pirez elige creer: «Somos capaces de dar vuelta el resultado»
River Plate,Marcelo Gallardo,Copa Libertadores,Atletico Mineiro,Gabriel Milito
DEPORTE
Con Lautaro Martínez de titular, Inter de Milán derrotó 3-1 a Parma y se acerca a la punta de la Serie A
Foto: EFE
Con el delantero argentino Lautaro Martínez los 90 minutos, Inter venció 3-1 a Parma por la Serie A.
Inter Milán superó este viernes con autoridad al Parma (3-1) en San Siro, en un duelo que decidieron Marcus Thuram y dos maravillas a cargo de Federico Dimarco y de Nicolo Barella para mantener el igualado pulso en los primeros puestos de la Serie A.
Condicionado por no haber podido terminar el duelo ante el Fiorentina debido al colapso de Edoardo Bove sobre el terreno de juego, el Inter llegó algo más alejado del liderato a esta jornada. Estaba obligado a ganar y el Parma, que llegaba de golear al Lazio, sufrió la autoridad del campeón, intratable en un partido que dejó un dato curioso: Thuram, delantero francés, marcó al equipo de la ciudad en la que nació hace 27 años, pues su padre Lilian jugaba en la época en el equipo de la Emilia-Romaña.
En San Siro solo hubo un equipo que gozó de ocasiones claras. Fue un acoso y derribo constante ‘nerazzurro’, indiscutible durante 90 minutos plagados de ocasiones que se saldaron gracias a dos detalles de calidad sublimes de dos de los mejores jugadores de Simone Inzaghi y, ya al final, debido al desgaste general de la resistencia parmesana.
Solo en la primera mitad, el Inter se pudo ir ganando 3-0 fácil. El colegiado señaló penalti sobre Lautaro, pero el VAR revisó y finalmente fue falta. Calhanoglu rozó el gol de tiro libre. Thuram tuvo la suya con un rechace dentro del área que se marchó rozando el larguero. Con el travesaño se topó Dumfries tras una jugada con dos tacones en construcción. Lautaro marcó, pero le fue anulado por fuera de juego de Thuram. Y el mismo protagonista, el capitán, tuvo otra en un rechace que no acertó a definir bien.
Pareció desesperarse por un momento San Siro ante el dominio abrumador que su equipo era incapaz de materializar. Pero justo al ocaso del primer acto, en una jugada de fantasía del mejor equipo italiano, llegó el primero de la noche. Tuvo que ser, además, un ex del Parma como Dimarco el que hiciera una pared con Mkhitaryan dentro del área, controlara de tacón el balón en una baldosa y disparara con su pierna derecha, la mala, para batir a Suzuki en el minuto 40.
Desbloqueado el marcador, el Inter mantuvo su fluidez con algo más de calma en la segunda mitad. Pero no cesaron de llegar sus ocasiones. Dumfries de cabeza y Lautaro otra vez rondando el área avisaron de que el Inter quería más. Y una jugada espectacular, con un pase en profundidad de Mkhitaryan a Barella, llegó la sentencia.
El centrocampista italiano recorrió la mitad del campo adversaria con el balón en los pies y, llegado el momento, frenó en seco para dejar pasar a su marca. Se quedó solo ante Suzuki y con toda la calma, superó al meta japonés.
Ya con el Parma rendido, llegó el tercero. Fue Thuram, ante el equipo de la ciudad en que nació, aunque sea francés. Creyó en la peinada de su compañero Bisseck y, desde el suelo, libre de marca en el segundo palo, cerró el duelo. El Inter, que incluso marcó el único tanto del Parma, en propia meta a cargo de Darmian, mantiene el pulso en la parte noble de la tabla con un partido menos.
fútbol,argentinos por el mundo,parma calcio,inter de milán,serie a,lautaro martínez
-
POLITICA1 día ago
Tras el anuncio del Gobierno de Milei, el gobernador de Salta dijo cuánto dinero ahorró por el cobro de atención médica a extranjeros
-
POLITICA1 día ago
María Julia Oliván habló de la pelea a trompadas entre Belliboni y Fran Fijap: “Se fue de las manos solo por un saludo”
-
POLITICA2 días ago
La pobreza en Argentina afecta al 49,9%: familias recortan gastos en medicamentos y servicios básicos
-
SOCIEDAD11 horas ago
«La Policía Federal Argentina: un cuerpo mal pagado y con aumentos salariales insuficientes en 2024»
-
POLITICA19 horas ago
La Justicia reabre una investigación contra Cristina Kirchner por irregularidades en su patrimonio
-
POLITICA2 días ago
Se filtraron los polémicos audios de la China Suárez contra Pampita