Hace una semana, en esta columna se trazaba un escenario del vacilante andar de los grandes tradicionales y el revival del también tradicional “sexto grande”. Lo que repondremos esta vez tiene más que ver con los espejismos de resultados que, por lo visto, en otros tiempos obnubilaban más la vista que ahora.

Ocho equipos están jugando instancias de las copas de la Conmebol, todos ellos con chances. Pero resulta que hay tres que llevan con cierto confort ese andar que los mantiene con expectativas de algo grande, y otros cinco que no, que tienen los resultados como para estar ahí pero han atravesado o atraviesan severas tormentas internas y crisis de confianza.

Es difícil que Ribonetto o Zielinski sufran inestabilidad si al final de la actual llave quedaran Talleres y Lanús afuera. Esto vale incluso para Juan Cruz Real en Belgrano.

Pero parecería que entre hoy y el próximo jueves, se define si Diego Martínez seguirá siendo el DT de Boca, que acaba de pasar los playoffs y va a jugar octavos de la Sudamericana. Haber llegado hasta ahí no le da ninguna garantía de que se vaya a seguir apostando por “un proyecto” con él a la cabeza, y todos vimos que incluso llegando a la final de la Libertadores, hace unos meses, Jorge Almirón se fue solito anticipándose al despido.

Pipi Romagnoli ya quiso irse y lo convencieron de seguir en un San Lorenzo que está en octavos de Libertadores; Costas tiene un pie en cuartos con Racing pero reconoce que la gente no cree en sus chances, y Russo dejó Central. En donde ya no hay cuestionamiento al DT o a su ciclo es en River, y eso porque antes de empezar los mata-mata, al DT ya se lo habían llevado puesto. Allí también, haber quedado como el mejor primero en fase de grupos no había cambiado la impresión de que, por el rumbo que traía, el equipo en la Copa iba a durar poco.