Jugar tu primera Euro, entrar antes del pitazo final en un partido empatado, tocar apenas una pelota y darle el gol del triunfo a tu equipo. A tu seleccionado. A tu país. Franciso Conceicao, extremo portugués de apenas 21 años, llenó todos los casilleros durante este martes y fue el inesperado héroe ante República Checa en la primera fecha del grupo F. No fue CR7, ni Bernardo Silva. Tampoco Bruno Fernandes, por citar a tres de las grandes figuras de este seleccionado. A continuación, lo que pasó y quién es este chico. Todo un sueño cumplido.

Los portugueses no la tuvieron fácil ante los duros checos en Leipzig. Dominaron y contaron con chances, pero arrancaron abajo en el marcador. Lo empataron gracias a un gol en contra y siguieron buscándolo. A los 87′ le habían anulado el tanto del 2-1 -vía VAR- a Diogo Jota por offside previo de CR7. No conforme con el resultado parcial, Roberto Martínez siguió moviendo el banco en los 90′ y sacó a Vitinha para poner a Conceição hijo del DT (Sergio) de Porto.

Y la jugada, por esas cosas del destino y del fútbol, le salió perfecta al entrenador. Desborde de Pedro Neto (otro recién ingresado), mal despeje del líbero Hranac (que había metido el 1-1 en contra) y pelota totalmente a pedir de Conceição para el 2-1. De zurda, como venía, la mandó a guardar para el festejado triunfo de los lusitanos.

Lo gritó con énfasis. No era para menos. El 26 se sacó la camiseta, fue abrazado por todos sus compañeros. Y, para el recuerdo, el momento junto a un histórico e ídolo como CR7, que lo felicitó y acobijó. El de 39 pirulos junto al de apenas 21.

Su propio padre lo hizo debutar en Primera, cuando apenas tenía 18 años. Un año después fue adquirido por Ajax de Países Bajos, donde apenas jugó una temporada (28 partidos, un gol). Volvió a préstamo a Porto en 2023 y sus números mejoraron considerablemente: 43 partidos, con ocho goles y ocho asistencias.

Con apenas dos amistosos en la selección portuguesa, Roberto Martínez lo incluyó en la lista de buena fe de la Euro y Francisco le terminó dando el primer triunfo en la competencia. Increíble.