Históricamente, los estadios siempre fueron un lugar de expresión para las hinchadas sobre todos los temas imaginables. Esto, no obstante, abre la posibilidad a hechos repudiables, como el del pasado lunes en el Estadio Friuli, en el que jugaron Italia e Israel: durante el encuentro, y a pesar de los controles, apareció una bandera con la característica esvástica nazi.

El hecho ocurrió a los 41 minutos del primer tiempo, justo después del tanto que puso el 1 a 0 en favor de la escuadra italiana. Luego de ejecutar de buena manera el penal que había obtenido Sandro Tonali (por una falta del capitán israelí, Dor Peretz), Mateo Retegui corrió hacia el costado izquierdo del arco para festejar con sus compañeros.

Si bien en la transmisión oficial no se divisó porque la cámara estaba del otro lado, en un video grabado por un fanático puede observarse claramente el momento en el que uno de los hinchas italianos que estaba detrás del arco festejó el gol del Chapita desplegando una bandera roja con la clásica esvástica identificatoria del nazismo.

En el momento, el partido transcurrió con normalidad y el juego siguió adelante, resultando en un 4 a 1 en favor de la Azzurra con goles de Davide Frattesi y Giovanni Di Lorenzo (x2) para los locales y de Mohammad Abu Fani para los azules y blancos. Las consecuencias para el fanático fascista llegaron una vez finalizado el encuentro.

Rápidamente, la Federación Italiana de Fútbol se ocupó de identificar al hombre con el símbolo nazi y determinó que no podrá volver a asistir a partidos, tanto de la selección italiana como a cualquiera que tenga lugar en el ámbito del país. A su vez, la propia FIGC se verá envuelta en cuestiones legales, ya que se iniciará un proceso judicial en contra de este fanático.

Debido al conflicto de alto impacto que tiene lugar en Medio Oriente, todos los partidos de la selección de Israel se viven con un grado importante de tensión. Esto, sumado a un fuerte pasado ligado al nazismo de los ultras italianos, provocó que el duelo en el estadio del Udinese estuviera enmarcado en fuertes medidas de seguridad.

Entre ellas, se incluyó una serie de francotiradores apostados en el techo del estadio sumada a un estricto bloqueo en la zona lindante desde dos días previos al inicio del partido, que fue clasificado como una “zona roja”, en donde solo se podía acceder en caso de tener entradas para el encuentro; por este motivo, se sugirió a los fanáticos que se presentaran al estadio con tiempo de adelanto, para no tener problemas a la hora del ingreso.

De hecho, una de las principales quejas de aficionados en redes sociales fue la sobreexigencia de estos controles, que impidieron tanto el ingreso de banderas de Palestina como cualquier tipo de representación con esos colores. Estos hinchas «pro-Palestina» intentaron hacerse oír silbando el himno israelí, aunque fueron rápidamente acallados por los espectadores tanto del país de David como los italianos que se posicionaron en su favor.