Una situación bastante extraña ocurrió durante el partido que el Udinese le ganó 1 a 0 de visitante al Lecce, por la Serie A. Hubo penal resuelto por el VAR para el Bianconeri. El encargado de patear era el capitán Florian Thauvin, por indicación del técnico, el alemán Kosta Runjaic. Pero el delantero Lorenzo Lucca agarró la pelota y se negó a cederla, pese al reclamo de varios compañeros. Incluso, Bijol le gritó en la cara.

Todo ese episodio generó una demora en el remate que provocó una amonestación para Lucca. Mientras, el chileno Alexis Sánchez trataba de calmar a los compañeros, furiosos con Lucca.

El atacante acertó el remate frente al arquero Wladimiro Falcone y empezó a correr en el festejo. Aunque ningún jugador se acercó a felicitarlo y, mucho menos, a abrazarlo. De inmediato, poco después de la reanudación del juego, Runjaic ordenó la salida de Lucca, y el ingreso de Iker Bravo. Esto, a los 36 minutos del primer tiempo…

Es muy poco habitual que un entrenador saque a un futbolista en la etapa inicial de un partido. Sobre todo, si acaba de convertir un gol. Por lo cual, la única interpretación posible es que se trató de un castigo por incumplir la indicación.

Sanchez fue reemplazado por el argentino Martín Payero a los 20 minutos del segundo tiempo. Lautaro Gianetti, ex Vélez, se quedó en el banco de suplentes.

«Las peleas por penales son habituales, pero hay que respetar las jerarquías. Thauvin es el lanzador, Lucca marcó pero actuó por su cuenta. Los puntos son fruto del trabajo en equipo, nadie está por encima del grupo. Lo discutiremos internamente», afirmó Runjaic tras el partido.

El Udinese sumó 36 puntos en 26 fechas, ocupando la décima posición de la Serie A. En tanto, el Lecce acumula 25 unidades, cinco más que la zona de descenso (Parma, con 20).