El Manchester United está atravesando uno de los peores momentos en su historia reciente. Lejos de ser el temido equipo que dominó el fútbol inglés bajo la dirección de Sir Alex Ferguson, los Red Devils viven una crisis que no parece tener fin. Actualmente, el equipo dirigido por Ruben Amorim no solo está fuera de la pelea por los primeros lugares en la Premier League, sino que enfrenta la realidad de estar más cerca de los puestos de descenso que de la cima. Un panorama oscuro que contrasta con los estándares de grandeza del club y que alarma tanto a los hinchas como a los dirigentes.

Las expectativas al comienzo de la temporada eran altas, como la gran apuesta para recuperar el protagonismo perdido. Sin embargo, los resultados no han acompañado. Tal es así que Erik Ten Hag terminó abandonando Old Trafford para dar paso al entrenador portugés. Y, hasta el momento, el United ha acumulado más derrotas que victorias en la Premier, mostrando un rendimiento que carece de consistencia y dejando una imagen pobre en cada presentación. Los problemas defensivos, las falencias en el mediocampo y la falta de contundencia en ataque son solo algunos de los síntomas de un equipo que no logra consolidarse.

El ambiente dentro del vestuario tampoco parece ser el mejor. Fuentes cercanas al club aseguran que Amorim ya está trabajando en una «lista negra» de jugadores que no continuarán en el plantel, una decisión que evidencia la necesidad de una renovación profunda. Nombres importantes, con peso en el equipo, podrían estar viendo sus últimos meses en Manchester. Y aunque la dirigencia ha respaldado públicamente al técnico portugués, el malestar de los hinchas comienza a ser difícil de ignorar.

Entre los apuntados estaría Casemiro, debido a sus pocos minutos en el campo y el deseo del club de reducir su carga salarial. También figuran Christian Eriksen, cuyo contrato expira en 2025 y podría ser vendido para generar ingresos, Victor Lindelof, con quien buscarían una solución para evitar perderlo gratis, y Antony, quien está fuera de los planes tras no cumplir con las expectativas que justificaron su costosa llegada en 2022. Ni hablar de Marcus Rashford, quien recientemente manifestó sentirse preparado para asumir un nuevo desafío en su carrera y está en la mira del Barcelona.

En este contexto, el club ya mira hacia el mercado de fichajes con la intención de sumar talento que le permita revertir esta delicada situación. Uno de los nombres que suena con fuerza es el de Viktor Gyökeres. El delantero sueco, figura del Sporting de Lisboa y que terminó el 2024 siendo el máximo killer del Viejo Continete, ha llamado la atención por su capacidad goleadora y su versatilidad en el ataque. Gyökeres no solo aporta goles, sino también movilidad y habilidad para generar espacios, algo que el Manchester United necesita desesperadamente.

La llegada del atacante sueco podría ser la primera pieza de un nuevo proyecto que busca devolverle al club su competitividad. Pero no será suficiente con fichar talento; el Manchester United enfrenta problemas estructurales que van más allá del rendimiento individual de sus jugadores. El modelo deportivo parece estar desfasado, y las críticas hacia la gestión de los dueños del club, la familia Glazer, no se detienen. Los hinchas claman por un cambio de rumbo tanto en el terreno de juego como en la administración del equipo.

Amorim, por su parte, ha manifestado su intención de trabajar a largo plazo, confiando en que con tiempo y las herramientas adecuadas puede devolverle al Manchester United su lugar de privilegio en el fútbol inglés y europeo. En declaraciones recientes, el técnico portugués fue claro: «Este club merece estar peleando por títulos, no por evitar el descenso. Estamos trabajando para construir un futuro mejor, pero sabemos que el presente es muy difícil».