ECONOMIA
¿Alcanza el apoyo de EEUU para hacer sostenible al esquema cambiario y monetario? La opinión de cuatro especialistas

En una semana signada por movimientos intensos en los distintos precios del dólar, las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos no lograron contener las tensiones ni en el mercado oficial ni en el financiero local.
La suba del billete verde, tanto en su versión minorista como en las cotizaciones bursátiles, convivió con sucesivos anuncios, confirmaciones y compras directas de pesos por parte del Gobierno del presidente Donald Trump en respaldo a la gestión económica de Javier Milei. Persistió, así, una inquietud que se acrecentó mientras se acerca el turno electoral: ¿es suficiente el apoyo norteamericano para sostener el esquema cambiario y monetario que implementa el equipo económico de Argentina?
Estas inyecciones del Tesoro estadounidense buscaron estabilizar la plaza cambiaria local en medio de una fuerte dolarización de carteras. Operadores estimaron que el organismo norteamericano realizó compras casi 500 millones de dólares en tres intervenciones, lo que permitió, de forma puntual, contener la presión sobre el peso. Sin embargo, la demanda de divisas no afloja y la volatilidad se mantiene elevada a días de las elecciones legislativas.
La demanda de divisas no afloja y la volatilidad se mantiene elevada a días de las elecciones legislativas
Aún tras la confirmación explícita del apoyo por parte del secretario del Tesoro Scott Bessent, el dólar minorista en el Banco Nación trepó hasta $1.475, con incrementos similares en las variantes financieras. El MEP alcanzó a $1.522 y el contado con liquidación superó los $1.500, mientras que los bonos de referencia retrocedieron hasta 4,6% durante la jornada. Estos movimientos dieron testimonio de una desconfianza persistente que trasciende la llegada de fondos externos.
Al cierre de la semana, la plaza cambiaria argentina navegaba un equilibrio riesgoso. El informe de CREA, citado por Reuters, describió: “El anuncio de un acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos logró estabilizar transitoriamente la situación, pero no disipó la incertidumbre ni la presión cambiaria que reaparecieron rápidamente esta semana”. En paralelo, los negocios a futuro reflejaron expectativa de niveles superiores de tipo de cambio para fin de año.
El tablero político sigue alterando las expectativas del mercado local. La derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires generó dudas sobre el alcance del respaldo parlamentario que podrá obtener Milei después del 26 de octubre. Además, la plaza financiera mostró respuestas disímiles: en la Bolsa porteña, algunas acciones subieron, pero los bonos continuaron debilitándose. Mientras tanto, JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup mantenían conversaciones con el Tesoro de Estados Unidos para mecanismos de asistencia financiera adicionales, en la antesala del test político clave.
En este contexto, la opinión de los economistas consultados permite indagar hasta dónde puede sostenerse el tipo de cambio y la política monetaria actual, aun con el aporte estadounidense en marcha.
Para Miguel Kiguel, director de Econviews y ex Secretario de Finanzas, ni la llegada del Tesoro norteamericano resolvió los problemas estructurales. “Antes del apoyo americano te diría que era claro que sí, porque lo que pasaba, a menos que después de las elecciones hubiera un cambio radical en la percepción del programa económico, que es algo muy difícil”, afirmó el economista en diálogo con este medio.
Kiguel remarcó que el mercado se muestra cauto ante las perspectivas para el plan de gobierno: “Aunque le vaya muy bien al Gobierno, la gente va a seguir mirando a ver qué puede pasar con las reformas estructurales, cómo se acomoda el Gobierno, cómo hace alianzas con la oposición, si eso… Yo creo que no va a ser algo que se va a resolver de la noche a la mañana”.
Aunque le vaya muy bien al Gobierno, la gente va a seguir mirando a ver qué puede pasar con las reformas estructurales, cómo se acomoda, cómo hace alianzas con la oposición (Kiguel)
La inquietud de fondo, explicó Kiguel, radica en la incapacidad del Banco Central para acumular reservas: “Desde el principio del programa, el Gobierno no pudo juntar reservas internacionales. No ha habido un poco lo que esperaba el mercado, que era que acumulara diez, veinte mil millones de dólares para que estemos todos tranquilos y la presión sobre el dólar no exista más”.
Observó que el esquema de tasas de interés elevadas, combinadas con la continua intervención oficial, muestra tensión: “La tasa llegó a niveles realmente, en algunos momentos, estratosféricos y en otros momentos muy altos, pero la tasa de caución hace dos días estaba a ciento veinte por ciento. Tasas de descubierto en cuenta corriente para empresas, doscientos cincuenta por ciento. Eso no está funcionando bien”.
Miguel Kiguel agregó: “No funciona bien incluso con el apoyo del Tesoro americano. Los bonos caen con el apoyo del Tesoro americano”. Respecto a las tasas y la operatoria, evaluó que “si vos para mantenerlo tenés que estar interviniendo en los mercados, subiendo la tasa, pidiéndole al Tesoro que te ayude porque vos te quedaste sin dólares para intervenir, me parece que eso no puede seguir así. Estamos lejos de un equilibrio”.
El economista jefe de BlackToro y docente del IAE Business School, Fernando Marengo, trazó un diagnóstico menos inquietante sobre la sostenibilidad del esquema. “El nivel de monetización de la economía es muy bajo para términos históricos y el Banco Central tiene dólares líquidos por casi USD 27.000 millones”, explicó.
El nivel de monetización de la economía es muy bajo para términos históricos y el Banco Central tiene dólares líquidos por casi USD 27.000 millones (Marengo)
Según Marengo, “el Banco Central tiene liquidez, tiene dólares suficientes para financiar de nuevo una caída en la monetización que te lleve al nivel mínimo en veinticinco años”. El apoyo del Tesoro estadounidense, para él, fortalece una posición que ya era sostenible: “Independientemente del apoyo del tesoro americano, el esquema monetario es sostenible. Era sostenible desde antes de los anuncios del apoyo”.
Marengo explicitó, no obstante, la centralidad de un problema reputacional que afecta la estabilidad. “El mercado claramente está viendo un país que tiene un problema reputacional. Tenemos el récord mundial de reestructuraciones de deuda, al mismo tiempo que el Congreso… todo el tiempo está con medidas que atentan contra el superávit fiscal”.
Sobre el vínculo entre apoyo externo y clima político, analizó: “El mercado lo que está planteando es: hay que ver el resultado de la elección porque el mercado interpreta que el apoyo americano estaría supeditado al resultado de la elección”.
En cuanto a los efectos de la desconfianza, Fernando Marengo sostuvo: “Cuando hay desconfianza, la gente deja de consumir, deja de invertir, cae actividad económica, cae empleo, los salarios en términos reales se contraen… y curiosamente, te mejoran las cuentas externas porque la caída de demanda agregada hace que caigan las importaciones y te mejoren las cuentas externas”.
El economista diferenció tres caminos de ajuste del esquema cambiario:
- mantener la banda,
- la intervención discrecional, y
- la flotación libre.
Consideró que la incertidumbre sobre el tipo de cambio futuro impacta de modo directo en la demanda de dólares și en la dinámica de la actividad.
Fernando Baer, director de Quantum Finanzas, relativizó la obsesión con la compra de reservas y apuntó al diseño de la política monetaria. “Lo que estamos viendo es una demanda precautoria habitual en procesos electorales, que se subió a una situación de debilidad política, pero que no está totalmente fundamentada en los fundamentos macro que tiene hoy la economía”, destacó.
Baer argumentó que “es un tipo de cambio que está un poco más adelantado de lo que debería ser, una medida más de tranquilidad”.
Respecto al objetivo de acumular reservas, el economista dijo a Infobae: “El objetivo del Gobierno era otro en ese momento y yo no tengo tan claro que necesariamente Argentina tiene que comprar reservas. Si hay equilibrio fiscal y acceso a dólares, que ahora por lo menos para pagos de deuda están garantizados, no hay mucho sentido para que el Gobierno salga a emitir pesos para comprar dólares”.
Si hay equilibrio fiscal y acceso a dólares, que ahora por lo menos para pagos de deuda están garantizados, no hay mucho sentido para que el Gobierno salga a emitir pesos para comprar dólares (Baer)
Baer sostuvo que, superada la tensión electoral, debería producirse una redefinición del esquema monetario: “Vamos a ver seguramente después de la elección… una redefinición del esquema monetario seguro y el esquema cambiario… Hay que ver si con este esquema de bandas y a este ritmo, el nuevo esquema monetario lo hace consistente o no”.
En relación a posibles cambios, Baer consideró: “El Gobierno va a apostar a que se descomprima, que baje el riesgo país, y que eso con un nuevo mercado monetario, reacomode el esquema cambiario, que seguramente en algún momento va a requerir algún retoque, pero no necesariamente salir del esquema ahora”.
Por su parte, Sebastián Menescaldi, economista de EcoGo, caracterizó el aporte estadounidense como una solución temporal. “Hubo en el año dos rescates porque el enfoque monetario y cambiario era insostenible. Esto ayuda… lo que ayuda para mí es un puente para poder corregirlo”, explicó.
Menescaldi advirtió que, sin cambios, “si se persiste con este esquema, nuevamente, otro rescate, está bien, no será en el 2026, será en el 2027, puede ser a fin del 2027. Pero está claro que no es el esquema que sirve, al menos para Argentina”.
Menescaldi definió el programa de asistencia como una herramienta que da tiempo para ajustar el diseño. “No sostiene el esquema actual, sino que da respaldo para cambiarlo sin tragedias”, definió.
Respecto a los cambios necesarios, argumentó: “Hay que armar un esquema tal que acumule reservas, emitir pesos y monetizar la economía para que haya que dar crédito y crecimiento”.
Hay que armar un esquema tal que acumule reservas, emitir pesos y monetizar la economía para que haya que dar crédito y crecimiento (Menescaldi)
Sebastián Menescaldi también destacó la importancia de contar con un programa financiero: “Se necesita un programa financiero donde se pueda hacer los logaritmos de la deuda, en pesos y en dólares”.
Para el economista, la coyuntura impone que el respaldo externo “es un puente. No se necesita que el tipo de cambio se vaya a $2.500 para que todo funcione de vuelta. Eventualmente, está ese puente que puede salvar al país. En el medio, hay que hacer los arreglos que hay que hacer para poder funcionar y ser ganador en 2027″.
Corporate Events,LEGACY: Financials (TRBC),Financials (TRBC level 1),South America / Central America
ECONOMIA
“Megacampaña”: la cosecha de trigo se encamina a marcar un récord histórico

Para el ciclo 2025/26, se proyecta una producción de trigo que marca un nuevo récord histórico en la Argentina, tanto en volumen total como en rendimiento promedio nacional. Se están superando todas las marcas previas y ya se observan rendimientos sin precedentes en las principales provincias productoras.
La proyección de producción de trigo fue revisada al alza entre octubre y noviembre por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), con un incremento de 1,5 millones de toneladas, muy por encima de las expectativas iniciales de julio, que apuntaban a 20 millones.
Se estima ahora una producción récord de 24,5 millones de toneladas, acompañada por un rendimiento promedio nacional también récord de 37,7 quintales por hectárea (qq/ha). En cuanto al área implantada, se calcula una superficie de 6,9 millones de hectáreas.

Sobre la región núcleo, los primeros análisis de la BCR muestran algunas correcciones positivas en superficie. “Si la campaña 2021/22, con 23 millones de toneladas, fue una supercampaña triguera, la actual será una megacampaña”, destacó la entidad.
“Para poner en contexto, partiendo de un área similar, de materializarse las observaciones de campo a medida que se cosecha el grano, el actual ciclo superaría al anterior récord por un 6,5% en producción y por 2,7 quintales por hectárea en el rinde promedio nacional”, resaltó.
Por jurisdicciones, ya se observan rendimientos unitarios récord en las 3 provincias más importantes de Argentina. Es el caso de Buenos Aires, que podría alcanzar un rendimiento de 40,8 qq/ha, superando la marca de 39,5 qq/ha registrada en la campaña 2021/22.
Algo similar ocurre en Córdoba, donde se proyectan 36,8 qq/ha, por encima de los 36 qq/ha obtenidos en aquel período. En Santa Fe, el rendimiento estimado asciende a 42,2 qq/ha, también por encima del máximo alcanzado en la campaña 2010/11 (40,6 qq/ha).
En cuanto a los factores que explican los rindes, la BCR señaló: “Aparte de las excelentes condiciones de humedad a la siembra en el otoño, las lluvias inéditas de julio y, sobre todo, las de agosto, hubo también excelentes condiciones de llenado en buena parte de la región pampeana”.
Ante este escenario, aumentar la exportación de trigo Brasil aparece como una oportunidad. Safras & Mercado estima que la producción de trigo en el país vecino rondará los 7,3 millones de toneladas, por debajo de la campaña previa.
Afirma que la importación del cereal será muy significativa, y la ubica igualmente en torno de los 7 millones de toneladas. “Tenemos una gran oferta de trigo proveniente de países de la región, especialmente de Argentina, que por segundo año consecutivo apunta a una producción por encima de los 20 millones de toneladas”.
El crecimiento de la producción y los rendimientos de trigo genera expectativas sobre el impacto en la cadena agroindustrial y en el comercio exterior. Productores, exportadores e industrias vinculadas al cereal siguen de cerca la evolución de la cosecha y los precios internacionales.
En tanto, la BCR proyecta una liquidación de USD 2.600 millones en el bimestre de noviembre-diciembre.
Este resultado se adiciona a los USD 34.500 millones liquidados entre enero y octubre de 2025, y posiciona al año como el tercer mayor registro anual, solo superado por 2021 y 2022, cuando la guerra entre Rusia y Ucrania impulsó los precios internacionales.
Así, el sector agropecuario alcanzará una liquidación estimada de USD 37.150 millones, lo que consolida a 2025 como el tercer mejor año histórico en términos de ingreso de divisas por parte del complejo agroexportador argentino.
La BCR también presentó sus proyecciones para el primer trimestre del próximo año. Entre enero y marzo, la liquidación estimada sería de USD 5.250 millones, por debajo del promedio de los últimos cinco años para el mismo período (USD 5.900 millones). Según el informe, esta menor entrada de divisas se explica por el adelantamiento de operaciones y la espera de la nueva cosecha.
Agricultural Markets,Environment,North America
ECONOMIA
Los 5 gremios que le ganan a la inflación de octubre y superan el 2,3% de aumento en paritarias

En la tarde del miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre, que fue del 2,3%. Esto implica una aceleración importante de la inflación en los últimos dos meses. Muchos sueldos acordados en paritarias no lograron empatar esa alza.
En octubre la inflación oficial se ubicó en 2,3% intermensual (0,2% más que en septiembre y 0,4% desde agosto) lo que implica un acumulado de 24,8% en lo que va de 2025 y de 31,3% desde octubre del año anterior.
«La variación interanual del IPC Nacional fue de 31,3%, registrándose dieciocho meses consecutivos de desaceleración en la comparación contra igual mes del año anterior. Esta variación interanual es la más baja desde julio de 2018″, celebró en su cuenta de X el ministro de Economía, Luis Caputo. «La inflación acumulada en los primeros 10 meses del año fue de 24,8%, la menor para este período del año desde 2017 (19,4%)», contextualizó.
Sin embargo, la aceleración de los últimos mese no fue una buena noticia para los trabajadores, que ven como sus acuerdos paritarios quedaron retrasados frente a los precios. Mientras algunos gremios aún esperan sus revisiones de fin de año, otros lograron que sus acuerdos más recientes incluyeran un tramo de aumento o suma no remunerativa que les permite proteger el poder adquisitivo.
Un análisis de los últimos acuerdos paritarios revela qué sectores lograron «empatar» o «ganarle» a la inflación oficial de octubre.
Aceiteros
La Federación Aceitera y Desmotadora (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo históricamente son gremios con paritarias fuertes. En su última revisión, firmada el 6 de noviembre, pautaron un ajuste récord para los próximos meses, con un fuerte aumento del salario real. El mismo incluye:
- pago de 400.000 pesos como recomposición de septiembre y octubre, a abonar en la primera quincena de noviembre.
- salario básico de la actividad de $2.075.186 en noviembre.
- salario básico de la actividad de $2.100.000 en diciembre.
- salario básico de $2.344.000 a partir del 1° de enero de 2026.
- pago de la cifra anual extra (que los trabajadores reciben desde 2010) de $1.886.748,60. La suma es de caracter no remunerativo y se paga entre enero y febrero del año próximo.
Solo las subas previstas para el salario básico van entre 18% y 11% por mes en el caso de este acuerdo entre los gremios y las cámaras CIARA, CIAVEC y CARBIO.
Laboratorios (Sanidad)
La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) cerró un nuevo acuerdo salarial de alrededor de 6% para fin de año para los empleados de laboratorios de especialidades medicinales y veterinarias (Convenio Colectivo de Trabajo 42/89) El mismo absorve los aumentos que ya dieron a cuenta de futuros incrementos las compañías del sector, a partir de los haberes de noviembre. El mismo incluye además:
- Bono vacacional 2025: $261.636,99
- Vianda de comedor: $11.599 mensuales donde no haya servicio de comedor.
- Sala maternal: $367.232,82.
El acuerdo con las cámaras empresarias CILFA, CAEME, COOPERALA y CAPROVE tiene vigencia hasta marzo. Las partes se reunirán en enero de 2026 para revisar salarios básicos y asignaciones no remunerativas.
Trabajadores del Plástico
La Unión Obreros y Empleados del Plástico (UOYEP) acordó un nuevo incremento salarial del 13,25% para los trabajadores nucleados en el Convenio Colectivo de Trabajo N° 797/22.
Las subas del salario básico se aplicarán de manera escalonada entre septiembre y febrero de 2026. Bajo ese esquema, los aumentos pendientes son los siguientes:
- Noviembre: 1,1 %
- Diciembre: 4,1 %
- Enero: 1 %
- Febrero: 3,9
Esos incrementos son acumulativos, es decir, sobre la escala del mes inmediatamente anterior. Si bien vienen retrasados respecto del IPC y en noviembre los sueldos no alcanzan el dato del INDEC para octubre, quizás la suma prevista para diciembre les represente una recomposición.
A la vez, los trabajadores del plástico cobrarán sumas extra de 60.000 pesos por mes entre septiembre y noviembre inclusive, y de 30.000 pesos entre diciembre y febrero 2026.
Entidades deportivas
La Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDYC) cerró nuevos acuerdos paritarios hasta fin de año para sus ramas clave:
Para el Personal de Clubes de Campo (CCT 805/23), aumento del 9% sobre la base de octubre 2025:
- 3% en noviembre
- 3% en diciembre
- 3% en enero 2026
Para el personal de los clubes que dependen la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para los convenios colectivos 553/09, 463/06 y 1070/09, el alza es de 9% en total sobre la escala de septiembre, distribuida de la siguiente forma:
- 2,5% en octubre 2025
- 2,5% en noviembre 2025
- 1% en diciembre 2025
- 3% en enero 2026
Televisión
El Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) y las cámaras empresarias ATA (Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas) y CAPIT (Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión) convinieron un aumento salarial para los trabajadores del orden del 9,26% en tres tramos:
- Octubre: 3%
- Noviembre: 4%
- Enero: 2,26%
Estrategias de los gremios para ganarle a la inflación
Gemios como el de Camioneros o el de Empleados de Comercio estructuraron sus paritarias de manera semestral, con montos de aumento de sueldo en torno al 1% mensual que pedía el Gobierno nacional para desacelerar la inflación. Los sindicatos agregaron a ese esquema sumas extra no remunerativas, para conseguir la homologación de la paritaria y proteger a la vez el poder adquisitivo de sus afiliados.
Demás está decir que varios de estos acuerdos de largo plazo, cerrados cuando el IPC parecía desacelerar, se dieron de cabeza con los datos oficiales del IPC en los últimos dos meses.
En ese caso, será necesario esperar para reactivar las negociaciones vía cláusulas de revisión, también acordadas en paritarias. De esa manera los trabajadores agremiados podrán recuperar algo del poder adquisitivo perdido. Las cláusulas de revisión generalmente están pactadas para noviembre o diciembre. Estos gremios (como la UOM o UOCRA, por ejemplo) podrían estar esperando el dato de octubre para activar sus negociaciones y cerrar el año.
La atención de los gremios ahora se trasladará a dos frentes:
- Las paritarias que deben cerrar el año: sindicatos que necesitan definir el último trimestre.
- El debate por los bonos de fin de año que son ya habituales en algunos de los principales gremios del país. Las centrales sindicales comienzarán la presión por un pago extraordinario que compense los meses en que los salarios sí perdieron contra los precios.
Los gremios pondrán en juego éstas y otras estrategias para conseguir mejores remuneraciones que alcancen la suba de la inflación en 2025.
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ECONOMIA
Caputo enumeró las alternativas que maneja el Gobierno para pagar los próximos vencimientos de deuda y cómo espera sumar reservas

El ministro de Economía, Luis Caputo, disertó este miércoles en la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), realizada en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde expuso ante empresarios, especialistas y académicos las estrategias que analiza el equipo económico para cumplir con los próximos compromisos de deuda y por qué espera que haya un proceso de fortalecimiento en las reservas del Banco Central.
Entre las opciones para afrontar los vencimientos que vienen, entre los que se encuentra un pago de USD 4.500 millones a bonistas privados en enero, Caputo enumeró el swap vigente con China, el acuerdo de monedas con Estados Unidos, las negociaciones con los bancos internacionales para conformar un préstamo y operaciones con bonos a corto plazo, lo que permite instrumentar operaciones de manejo de pasivos. No precisó si esa última opción se trataría de un canje o una recompra.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA)concretó en las últimas semanas operaciones de swap de monedas con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para restituir dólares previamente utilizados en el mercado cambiario antes de las recientes elecciones de medio término y para efectuar el pago más reciente a lFondo Monetario Internacional (FMI). Así lo había confirmado el viernes Infobae en exclusiva a partir de fuentes con conocimiento directo de la operatoria, quienes solicitaron anonimato debido a la confidencialidad de las transacciones.
El monto involucrado en el acuerdo de estabilización cambiaria entre el BCRA y el Tesoro estadounidense alcanza cerca de USD 2.800 millones, dentro del límite máximo oficializado a finales de octubre, que asciende a USD 20.000 millones, según las mismas fuentes. No se informaron detalles sobre la tasa de interés aplicable, de existir, ni sobre los plazos previstos para la devolución de los fondos.
El swap chino había sido activado durante la gestión de Alberto Fernández en 2023, por un monto de casi USD 5.000 millones. El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, había aclarado durante la visita del presidente Javier Milei a la Casa Blanca que no le pidió la Argentina terminar el swap con China a cambio de respaldo financiero, pero sí apuntó a bases militares y centros de observación.
Según destacó Caputo, “para nosotros siempre fue un punto central del programa comprar reservas”. Remarcó que, aunque en los últimos veinte meses se alcanzaron cifras récord, “una parte considerable se fue porque cancelamos deuda”. Explicó que, desde la mirada oficial, las reservas netas del Banco Central presentan un saldo positivo de USD 1.500 millones, ya que el Tesoro nacional absorbió la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) – que desembolsó USD 14.000 millones frescos desde abril- y recapitalizó la autoridad monetaria. “La deuda con el fondo la tiene el Tesoro y el Tesoro es el que recapitalizó el Banco Central”, afirmó el ministro.
Caputo cuestionó la rigidez de la meta de USD 9.000 millones establecida previamente en el acuerdo con el FMI, al explicar que ese objetivo respondía a pagos inminentes, como el vencimiento de USD 4.500 millones en bonos en enero, USD 1.000 millones en Bopreales y otras obligaciones con organismos multilaterales. “La mayoría de lo que era esa meta venía por el lado financiero”, analizó Caputo, aunque subrayó que el escenario cambió tras el resultado electoral y el respaldo financiero que ofreció Estados Unidos.
“Si mañana viniera Sam Altman con una inversión de USD 25.000 millones en inteligencia artificial y nos los vendiera mañana, eso nos obligaría a emitir 35 billones de pesos, que la sociedad no demandaría”
Durante su exposición, Caputo expresó: “Hemos logrado separar lo financiero de lo monetario. La acumulación de reservas la vemos ya hoy para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central. No es que tengamos que comprar reservas para pagar el cupón de enero, eso lo estamos resolviendo financieramente”. El ministro indicó un menú de herramientas a disposición para honrar los próximos compromisos: el swap vigente con China, la asistencia estadounidense, gestiones con bancos internacionales y mecanismos provistos por el propio mercado, como la operación de bonos a corto plazo, lo que permite instrumentar operaciones de manejo de pasivos.
Según relató Caputo, “hemos tenido fondos e incluso empresarios locales interesándose en realizar colocaciones o alternativas de manejo de pasivos”. Explicó que este abanico garantiza respaldo y solvencia para los próximos pagos. Agregó que los swaps y negociaciones anteriores ya aseguraron los vencimientos, pero el objetivo es cumplirlos con recursos propios siempre que sea posible, explorando todas las alternativas disponibles con los actores del sistema financiero.
El ministro enfatizó que recomponer reservas es una prioridad inmediata, pero aclaró: “Ahora no por el hecho de que tengamos que usarlas para pagar, como venimos haciendo en los últimos veinte meses, sino para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central”. Caputo advirtió la importancia de acompañar la recomposición con los “agregados monetarios”, evitando fórmulas de excesiva esterilización que llevaron a esquemas como las “bolas de Lebac o Leliq”.
“Ahora no por el hecho de que tengamos que usarlas para pagar, como venimos haciendo en los últimos veinte meses, sino para fortalecer cada vez más el balance del Banco Central”
Durante la presentación, recurrió a una comparación: “Si mañana viniera Sam Altman con una inversión de USD 25.000 millones en inteligencia artificial y nos los vendiera mañana, eso nos obligaría a emitir 35 billones de pesos, que la sociedad no demandaría”. El funcionario subrayó el objetivo de evitar que un ingreso abrupto de divisas se transforme en un crecimiento desordenado de los pasivos cuasi fiscales.
Caputo propuso recuperar reservas de manera gradual y vinculada al proceso de remonetización de la economía. Señaló que el bajo nivel actual de agregados monetarios presenta margen de maniobra. Sugirió analizar distintas combinaciones de “roll over” de deuda en pesos y su potencial incidencia en la acumulación de reservas. Justificó: “La razón por la que queremos hacerlo inteligentemente contra demanda de dinero es para no volver a situaciones de bolas de Lebac o Leliq”.
En cuanto a la cuestión del activo refugio (“safe asset”), Caputo explicó que en países desarrollados, como Estados Unidos, ese rol lo cumplen las letras del Tesoro a corto plazo, lo que facilita la baja de tasas y estabiliza el sistema financiero. En la Argentina, consideró que “el safe asset es el dólar”, lo que produce el efecto contrario: “El tipo de cambio funciona como un desestabilizador automático, porque al subir el dólar suben las tasas, la gente se retrae y la economía cae”.
Caputo advirtió sobre la vulnerabilidad de Argentina ante “shocks frecuentes” de origen político o económico, lo que justifica “el esquema de bandas de flotación cambiaria” frente a la opción de flotación libre. Según su diagnóstico, esta herramienta otorga certidumbre y baja volatilidad en los activos financieros, la inflación y el tipo de cambio. Este contexto, según el ministro, favorecerá la capacidad del Banco Central de acumular reservas en un marco de crecimiento económico ordenado, acompañado por la remonetización y la consolidación fiscal y monetaria.
A modo de conclusión, Caputo valoró que la mayor certidumbre, la reducción de la volatilidad en los activos y el tipo de cambio, así como menores oscilaciones en la inflación, permitirán “comprar más reservas de las que probablemente el mercado pueda imaginar, gracias a una remonetización que tiene todo para volver a niveles más normales”.
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