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ECONOMIA

Argentinos baten récords de compra de dólares y preocupa la tendencia rumbo a las elecciones

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Los indicadores que difundió el Banco Central confirman lo que todos sospechaban: que los argentinos no necesitaban que Toto Caputo les diera el célebre consejo: «compra campeón, no te la pierdas». Ya antes de la famosa frase, se habían volcado con entusiasmo al viejo deporte de adquirir billetes verdes, a un ritmo creciente.

Es así que en junio los minoristas adquirieron dólares por u$s4.357 millones, contando las compras netas de billetes en los bancos por u$s2.020 millones y otras salidas netas de divisas por u$s2.308. La cifra implica una suba de 25% respecto de mayo -el primer mes completo sin controles cambiarios-, que a su vez había sido superior en 59% a abril.

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El BCRA estimó que un millón de personas compraron divisas en el sistema bancario, un nivel similar al que se había registrado en mayo.

Para tener la dimensión del nivel de compras al que se abocan los ahorristas, antes del levantamiento del cepo la suma raras veces superaba los u$s200 millones, dadas las restricciones vigentes para operar por ventanilla.

Esto da la pauta del traspaso masivo de pequeños ahorristas que antes adquirían el blue en las «cuevas» del microcentro y ahora realizan su compra de manera legal en el sistema bancario.

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Si se consideran los días hábiles, entonces el promedio diario de compra está en torno de u$s200 millones diarios, una cifra que no se veía desde la crisis cambiaria de fines de 2020, que obligó a Alberto Fernández a cerrar casi por completo la «cuota» de dólares que aún quedaba abierta para los compradores.

Dólar: un respiro gracias a la soja

Además de las compras en ventanilla, hay otro dato que suele complicar la estabilidad cambiaria: el rubro «Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta» dejó una salida neta de u$s863 millones, lo cual confirma que la tendencia es creciente, aun cuando se trate de meses considerados como «de baja temporada».

Aun con semejante aumento en la demanda de dólares, el gobierno igual tiene un motivo de festejo: después de un año de saldo deficitario en la cuenta corriente, finalmente tuvo un mes con números positivos.

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El saldo dio un superávit de u$s2.158, algo que era previsible porque junio era el último mes con rebaja de retenciones para las exportaciones agrícolas, y se acumuló un gran volumen de venta.

Sólo por el rubro de oleaginosas y cereales hubo un ingreso de u$s3.640 millones, a lo que se suma u$s929 de exportaciones no agrícolas. Además, hubo un ingreso de servicios de profesionales argentinos con clientes en el exterior, que dejaron u$s367 millones.

Si bien Toto Caputo y su equipo han venido sosteniendo que, en realidad, un déficit de cuenta corriente no es motivo de preocupación, sino que es el síntoma de que la economía hace muchas importaciones para seguir creciendo, lo cierto es que la cifra de junio implica un alivio desde el punto de vista político.

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Y es probable que una situación similar se repita en julio, dado que se estima que el aporte del campo a la economía será superior a los u$s4.000 millones. Esto le da margen de negociación al gobierno ante el Fondo Monetario Internacional, que en su último reporte había insinuado con claridad que no compartía la despreocupación del gobierno respecto del déficit en la cuenta corriente.

En ese informe se sugiere que, considerando su débil cobertura de reservas y sus dificultades de acceso al mercado financiero internacional, debería contar con un superávit de cuenta corriente de 1,4% del PBI, como forma de evitar eventuales turbulencias.

El consejo contrasta con el pronóstico de un déficit en torno de 2% de la cuenta corriente para este año, junto con un saldo de balanza comercial que adelgaza a una velocidad preocupante. Hablando en plata, el superávit de cuenta corriente que sugiere el FMI se ubicaría en torno de u$s10.000 millones, mientras que en la primera mitad del año se acumuló un rojo de u$s2.647 millones.

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¿Es «fuga» o son los dólares del colchón?

Pero la preocupación del mercado está puesta en el segundo semestre, porque mientras la expectativa es que la cuenta corriente volverá a deteriorarse por una disminución en la exportación del agro, la demanda de dólares en la cuenta capital seguirá siendo intensa. Una mezcla de expectativas económicas y de ruido político preelectoral exacerban la disposición de los argentinos por acumular billetes verdes.

Como siempre, el Banco Central se ocupó de hacer aclaraciones en el sentido de que la situación no es tan grave como puede parecer a primera vista. Su argumento es que muchos de los dólares que son adquiridos por los ahorristas quedan depositados en el sistema bancarios, y que muchos son usados para cancelar deudas con tarjeta de crédito en dólares.

En otras palabras, aclara que no se debe confundir la demanda de divisas con la formación de activos externos -lo que popularmente se conoce como «fuga de capitales»-.

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«De forma similar, en cuanto a los egresos por divisas, en parte pueden transarse posteriormente en el mercado de valores y ser destinados a la cancelación de pasivos con el exterior (por ejemplo, para pagos de deuda comercial o financiera externa o utilidades y dividendos)», observa el informe del BCRA.

Y, en lo que respecta a los gastos por turismo y compras con tarjeta de crédito, una vez más se aclaró que el 70% de esos dólares son sacados del «colchón» y que, por lo tanto, el impacto del rubro turismo en la cuenta corriente es mucho menor de lo que suele suponerse.

Es más, hasta ve un costado positivo en esa operatoria de los turistas, porque indica que esos fondos con los que se compran los pasajes son recibidos por los bancos, con lo que en definitiva terminan fondeando al mercado de cambios.

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Dólar: la polémica se agrava

No es casual que se ponga énfasis en estas puntualizaciones: ya el mes pasado, el impacto de las cifras de compra de billetes y de salida de divisas por turismo llevaron a críticas políticas -entre las que sobresalieron las de Cristina Kirchner– en el sentido de que el modelo económico se encaminaba a una crisis por escasez de divisas.

La polémica está lejos de disiparse, dado que, contrariamente a lo que argumenta el ministro Caputo, no son las maquinarias y los insumos de la industria los rubros que marcan la aceleración de las importaciones.

En la balanza comercial de mayo, las categorías de mayor velocidad de crecimiento son los productos para consumo final y los automóviles, cuyas importaciones suben, respectivamente, a un ritmo interanual de 90,9% y de 248,5%.

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Esos dos rubros sumados ya representan un 22% de las importaciones totales, superando a los bienes de capital, que tienen una participación de 19%. Hace un año, los bienes de consumo y los autos, sumados, apenas representaban el 14% de la «torta» importadora.

Y, lejos de la recomendación del FMI sobre que las reservas tienen que conseguirse sobre la base de un holgado superávit comercial y no sobre los préstamos volátiles de inversores externos, las proyecciones comerciales van empeorando.

Lo demuestra la encuesta REM en la que participan los principales bancos y consultoras. A inicios de año esperaban un superávit superior a u$s12.000 millones, pero mes a mes las estimaciones se han ido retocando a la baja, de manera que la proyección actual es de un «flaco» saldo comercial de u$s6.000 millones.

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ECONOMIA

Los bonos argentinos registraron su mejor semana desde 2022 luego de la ayuda que anunció Estados Unidos

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A Wall Street street sign in front of the New York Stock Exchange (NYSE) in New York, US, on Wednesday, July 31, 2024. Federal Reserve officials held interest rates at the highest level in more than two decades but signaled they are moving closer to lowering borrowing costs amid easing inflation and a cooling labor market. Photographer: Michael Nagle/Bloomberg

El repunte de los activos argentinos esta semana ha sido vertiginoso. El peso se disparó un 10%, las acciones han subido un 7% y los bonos soberanos en el exterior registran ganancias del 22 por ciento.

Todo —o al menos la mayor parte— fue orquestado por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien salió al rescate del presidente Javier Milei al prometer un salvavidas financiero para ayudar al gobierno a defender el peso, garantizar los pagos de deuda y mantener en marcha su agenda de reformas de libre mercado.

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Las ganancias, las mayores del mundo esta semana, siguieron a caídas aceleradas desatadas por la contundente derrota de Milei en elecciones bonaerenses a comienzos de mes, que llevaron a los inversores a poner en duda la viabilidad de sus ambiciosos planes para la nación sudamericana.

Repunte (Bloomberg)
Repunte (Bloomberg)

La sola promesa de un acuerdo con EEUU impulsó un salto récord de los bonos el lunes. Los detalles de la ayuda, que incluyen un swap por USD 20.000 millones, posible apoyo del Fondo de Estabilización Cambiario y compras directas de deuda del país, alimentaron aún más el repunte.

“La intervención de EEUU ha servido como un interruptor, al brindar a la administración de Milei mayor margen de maniobra antes de las elecciones de octubre”, según un informe de analistas de JP Morgan encabezados por Diego Pereira publicado esta semana. “Incluso con el fuerte rally de esta semana, Argentina sigue luciendo barata en un panorama de mercados emergentes extremadamente ajustado”.

El grado en que se materialice la ayuda de EEUU —o cómo beneficiará a Milei en las urnas— está por verse. Por ahora, sin embargo, parece haber puesto un piso a los activos argentinos antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre, en las que los aliados de Milei deben tener un buen desempeño si el presidente quiere seguir avanzando con su amplia agenda de reformas. Hasta entonces, la posibilidad de un mayor apoyo estadounidense probablemente haga que los inversores pesimistas lo piensen dos veces antes de apostar contra las acciones, los bonos y la moneda del país.

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(Bloomberg)
(Bloomberg)

Milei, economista libertario que implementó una terapia de shock de libre mercado para terminar con las crisis que han golpeado al país durante décadas, ha tenido cierto éxito en controlar la inflación desbocada. Datos publicados esta semana mostraron que la pobreza cayó a su nivel más bajo desde 2018 en el primer semestre del año, ya que sus políticas redujeron la inflación desde niveles de tres dígitos.

Pero la recuperación de Argentina tras las medidas de austeridad implementadas al inicio de su presidencia se ha estancado, y la actividad económica lleva tres meses consecutivos de contracción hasta julio. El desempleo sigue elevado. La indignación de los votantes por algunos recortes de gasto —y un escándalo de corrupción en ciernes que involucra a su círculo íntimo— le valió derrotas inesperadamente amplias en las recientes elecciones locales.

El salvavidas de EEUU detuvo la estampida de activos argentinos provocada por esos reveses, pero no resuelve todos los problemas de Milei. Los analistas afirman, en general, que el peso está sobrevaluado —una pieza clave de su plan para contener la inflación—, aunque pocos esperan que el gobierno permita que se debilite más antes de las elecciones legislativas.

Su administración también necesita recomponer las reservas, que han caído USD 4.000 millones, hasta USD 39.000 millones, desde el máximo alcanzado el 4 de agosto, luego de que el banco central vendiera más de USD 1.000 millones en apenas tres días la semana pasada para defender la banda cambiaria acordada con el Fondo Monetario Internacional. Cualquier recomposición de las arcas marcaría un giro para Milei, que hasta ahora había evitado emitir pesos que pudieran minar sus objetivos de desinflación.

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“Si los responsables de política no logran reconstruir reservas y ajustar el régimen cambiario, Washington podría repetir el error del FMI de 2018-19, destinando miles de millones para defender un esquema insostenible mientras los acreedores aprovechan la ventana para salir”, escribieron en una nota el jueves economistas de la corredora local One618 liderados por Juan Manuel Pazos.

Con información de Bloomberg



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ECONOMIA

Fausto Spotorno: “La economía argentina salió de terapia intensiva, pero no del hospital”

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Fausto Spotorno

La economía volvió a mostrar señales de vulnerabilidad desde abril, principalmente por las consecuencias de las decisiones políticas y la ausencia de consensos, más que por insuficiencias en la gestión para revertir el prolongado ciclo de alta inflación, aumento del déficit fiscal y pérdida de competitividad externa.

Los principales indicadores macroeconómicos exhibieron avances durante los primeros 21 meses de la presidencia de Javier Milei, con una reducción de la pobreza del 41,7% al cierre del gobierno anterior al 31,6% en el primer semestre de 2025, tras un pico de 52,9% doce meses atrás. Sin embargo, empresarios y dirigentes opositores perciben que estas mejoras aún no impactan en la microeconomía -es decir, en pymes y trabajadores-.

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Además, a la escasa acumulación de reservas en el Banco Central, consecuencia de la prioridad oficial por atender pagos a importadores y bonistas en un mercado internacional todavía cerrado, se suma el impulso legislativo de iniciativas que elevan el gasto público sin financiamiento genuino, así como un resultado adverso para el oficialismo en las elecciones legislativas locales de la provincia de Buenos Aires. Estos factores provocaron inestabilidad en los mercados cambiarios, de bonos y acciones, y pusieron en riesgo la estabilidad del plan económico.

El firme respaldo que Milei y su equipo económico recibieron por parte del gobierno de Estados Unidos, con gestiones del presidente Donald Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, permitió en los últimos días un cambio de tendencia y preparó el terreno para un clima político y financiero más favorable, tanto de cara a las próximas elecciones legislativas de medio término como para profundizar el programa de ordenamiento macroeconómico y reformas estructurales en la segunda mitad del mandato.

“Las preguntas sobre la sostenibilidad del programa no vinieron tanto por el lado de cómo se financiarían los desbalances, sino por el riesgo de que, si el apoyo político se debilitaba, se volviera a déficits difíciles de financiar”

En este contexto, Infobae entrevistó a Fausto Spotorno, economista y director del Centro de Estudios Económicos de OJ Ferreres y del Instituto de Economía de la UADE, además de profesor en UADE y Ucema y miembro de la Fundación Norte y Sur, para analizar la coyuntura y sus expectativas para los próximos meses.

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— Desde mediados de julio, la confianza en los mercados se deterioró, acentuándose en agosto y empeorando tras el resultado electoral en Buenos Aires. ¿A qué factores atribuye este cambio en el clima de los mercados?

— Lo que se generó en los mercados es lo que se llama una crisis de confianza. Las crisis de confianza ocurren cuando el mercado asume que el rumbo económico que antes consideraba sostenible ya no podrá mantenerse. Generalmente, esto sucede ante desbalances macroeconómicos que requieren financiamiento y, por determinadas razones, (cambios en los mercados, crisis financieras, etc.) se asume que ese financiamiento dejará de estar disponible.

Esto puede provocar salida de capitales, caída de activos y devaluación de la moneda. En este caso, la particularidad reside en que las dudas surgieron desde el aspecto político. Las preguntas sobre la sostenibilidad del programa no vinieron tanto por el lado de cómo se financiarían los desbalances, sino por el riesgo de que, si el apoyo político se debilitaba, se volviera a déficits difíciles de financiar, o incluso a una eventual reestructuración de la deuda.

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"Las dudas surgieron desde el
«Las dudas surgieron desde el aspecto político»

— Muchos analistas atribuyen la reciente inestabilidad a factores políticos, pero al mismo tiempo destacan “errores” de política económica. ¿Por qué cree que ponen el foco en las decisiones económicas incluso cuando el trasfondo parece político?

—Hay un vínculo. Está claro que algunos efectos del programa tuvieron impacto negativo sobre una parte de la sociedad y sectores económicos. Eso no es sorprendente: los planes de estabilización suelen tener efectos negativos o costos en términos de actividad económica en algún momento.

Adicionalmente, se puede argumentar que algunos efectos recesivos se intensificaron por determinadas decisiones de política económica, como la forma de eliminar las LEFI o el intento de forzar hacia abajo el tipo de cambio al momento de unificar el mercado cambiario. No existe un plan de estabilización perfecto y, de ninguna manera, esas medidas explican la volatilidad total de los mercados.

“Algunos efectos recesivos se intensificaron por determinadas decisiones de política económica, como la forma de eliminar las LEFI o el intento de forzar hacia abajo el tipo de cambio”

Pero sí es cierto que los impactos negativos de un plan de estabilización, como el enfriamiento de la economía o la apreciación cambiaria en un contexto complicado para muchas personas y empresas, pueden derivar en efectos políticos.

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Por eso, es fundamental contar con solidez política para respaldar el programa cuando se sienten sus costos de corto plazo, especialmente si la oposición política no es constructiva o, peor aún, es destructiva y tiene un historial de manejo irresponsable de la economía.

— En casi dos años de gestión, algunos indicadores macroeconómicos muestran mejoras: aumento del superávit comercial, reducción de la deuda pública, descenso de la inflación, baja en la pobreza y crecimiento del PBI. ¿No son estos logros suficientes para inspirar confianza en los mercados?

—Al parecer, no. A pesar de todo ello, es necesario completar el programa; aún restan desafíos. La inflación bajó pero no se eliminó, la economía se estabilizó aunque no crece, la inversión sigue baja, el problema de las Leliqs persiste, los dividendos de las empresas siguen “encepados”, el salario real recuperó niveles de finales de 2023 pero continúa debajo de los valores de 2017. Queda mucho por avanzar y los desafíos para Argentina aún son grandes. La economía salió de terapia intensiva, pero no del hospital.

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"Es fundamental contar con solidez
«Es fundamental contar con solidez política para respaldar el programa cuando se sienten sus costos de corto plazo, especialmente si la oposición política no es constructiva o, peor aún, es destructiva»

Lo que está en juego ahora es la continuidad y sostenibilidad de estos logros, así como el avance en la resolución de los problemas que todavía persisten. Dado un gobierno políticamente frágil y una oposición que no presenta propuestas claras, más allá de oponerse, resulta razonable que existan dudas sobre la continuidad de todo el programa.

Los inversores en industrias y servicios analizan el futuro y, en este contexto, es esencial que el Gobierno, ganando elecciones o vía acuerdos, pueda al menos dar garantías de que se intentará avanzar hacia ese futuro.

— Han surgido críticas por la falta de acumulación de reservas internacionales. Sin embargo, el Gobierno privilegió el pago atrasado de deudas, la eliminación de restricciones como las SIRA y la capitalización del BCRA. ¿Considera que esa estrategia fue errónea o hay otros factores más relevantes?

—La situación en ese aspecto no es sencilla de resolver. Las alternativas eran pocas. El pedido de acumular reservas responde a que estas son una garantía para el pago de la deuda externa y ayudan a reducir la volatilidad del mercado de cambios. Sin embargo, la forma más genuina y tradicional de acumularlas es a través de un aumento en la demanda de dinero, provocado por ingreso de capitales, algo que se vio muy poco.

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La otra opción es a través de superávit fiscal para evitar emisión monetaria, aunque lograr un mayor superávit es muy difícil, aunque se avanzó algo en esa dirección.

“La forma más genuina y tradicional de acumular reservas es a través de un aumento en la demanda de dinero, provocado por ingreso de capitales, algo que se vio muy poco”

La única alternativa posible para el Gobierno es comprar reservas con emisión monetaria, lo que traería más inflación de la esperada, menos crecimiento, porque se restringen dólares para importaciones, y un tipo de cambio más alto.

La cuestión actual es si esto puede hacerse de forma moderada, de manera que la inflación se desacelere más despacio y que el impacto negativo sobre la actividad por menos importaciones pueda compensarse con mejora en las actividades exportadoras o no transables, de modo que el efecto sea imperceptible.

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Algunos consideran que es posible con una política muy cauta, como la subasta diaria. Otros piensan que es muy riesgoso, especialmente porque puede comprometer el proceso de desinflación debido a los rezagos de la emisión sobre la inflación.

"La única alternativa posible para
«La única alternativa posible para el Gobierno es comprar reservas con emisión monetaria, lo que traería más inflación de la esperada, menos crecimiento, porque se restringen dólares para importaciones, y un tipo de cambio más alto»

Hay que tener en cuenta que quienes poseen títulos argentinos preferirían ver más reservas, que “garanticen” el pago de la deuda, mientras que probablemente el Gobierno prefiere un proceso de desinflación lo más rápido posible.

— ¿Ve factible una recuperación de reservas en un contexto de tipo de cambio real alto, pero con la aprobación de leyes que incrementan el gasto, debilitan el flanco fiscal y pueden llegar a acelerar tanto la inflación como la pobreza?

— Sí, es posible. Si resulta necesario acumular más reservas y se tiene un tipo de cambio real más alto, lo más probable es que la actividad económica se vea perjudicada, porque los insumos importados se encarecerán y, como sabemos, hay una fuerte correlación entre la expansión de la actividad y las importaciones.

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Aunque si suponemos que la operación es tan delicada que la sola expansión de las exportaciones compense este efecto, lo que pondría en riesgo la ecuación sería que se inestabilice la situación fiscal. Para financiarlo, se requeriría aumentar tasas de interés o emitir más moneda: es decir, recesión o inflación, ambos escenarios negativos, sobre todo para los sectores más pobres.

— ¿El aval del Tesoro de Estados Unidos para ayudar al país a cumplir con los vencimientos de deuda en 2026 sería suficiente para estabilizar los mercados?

— De aquí a las elecciones, seguro ayudará. Pero en el fondo, Argentina necesita consolidar credibilidad en los mercados. Estos programas de asistencia son solo un puente hasta que los mercados internacionales vuelvan a confiar en el país como destino seguro para invertir, donde no se asumen riesgos innecesarios y se cumplen las reglas.

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“Los programas de asistencia son solo un puente hasta que los mercados internacionales vuelvan a confiar en el país como destino seguro para invertir”

— ¿Qué impacto cabe esperar de la sorpresiva decisión de eliminar las retenciones para los cereales y oleaginosos hasta el 31 de octubre, en términos de reservas y recaudación?

— En números, la baja temporal de retenciones le costará al Gobierno unos USD 1.000 millones, considerando después el Impuesto a las Ganancias sobre las cerealeras. En cuanto a reservas, debería impulsar una acumulación inmediata de unos USD 7.000 millones, dada la velocidad de la liquidación reciente. Pero, esta liquidación ahora representará faltantes a futuro.

Pienso que ante la necesidad de estabilizar el mercado de cambios, se tomaron decisiones rápidas y se generó mucho ruido. Ese es uno de los riesgos de las medidas transitorias. Sin embargo, resulta clave entender que es necesario avanzar en la eliminación de retenciones a las exportaciones.

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— Con la actual incertidumbre, que se mantendría al menos hasta las elecciones de medio término, ¿tiene sentido analizar los supuestos macroeconómicos presentados en el Presupuesto 2026?

— Algunos sí. Nosotros somos algo menos optimistas en general. Pero al final, si no es optimista el Gobierno, ¿quién lo será? El problema es que a veces un exceso de optimismo puede llevar a suponer que habrá recursos que finalmente no estarán.

— Desde su perspectiva, ¿la economía argentina ya entró en un nuevo ciclo recesivo y le costará salir?

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— La economía llegó a un techo que no logra superar desde hace más de una década. Con la suba de tasas y los cambios en la estructura, hay sectores muy golpeados. Probablemente veamos un estancamiento de algunos trimestres, en vez de una recesión profunda.

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«La economía llegó a un techo que no logra superar desde hace más de una década. Con la suba de tasas y los cambios en la estructura, hay sectores muy golpeados»

Puede haber dos trimestres de caída, lo cual técnicamente es una recesión, pero pensamos que en la práctica será estancamiento con leves fluctuaciones, hasta que se termine de ordenar la macroeconomía y clarificar el horizonte.

— El Gobierno implementó baja de impuestos y retenciones, redujo aranceles de importación, promovió mayor apertura y mejoró el tipo de cambio real. ¿Por qué estas medidas no alcanzaron para mejorar el clima de negocios, en particular en el sector industrial?

— El principal inconveniente es que sectores que funcionan con márgenes altos, bajos volúmenes y fuerte protección necesitan transformaciones profundas para adaptarse a una economía con menor inflación y mayor apertura. Así como los mercados financieros no perciben con claridad que el proceso tendrá éxito, por desorden político y dudas sobre el consenso social, lo mismo se observa a nivel productivo.

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“Transformar un negocio requiere inversión y decisiones de largo plazo, pero si existe incertidumbre sobre el futuro, las empresas retrasan esas transformaciones”

Transformar un negocio requiere inversión y decisiones de largo plazo, pero si existe incertidumbre sobre el futuro, las empresas retrasan esas transformaciones.

— Los indicadores sociales y de calidad de vida, como la pobreza y la creciente informalidad laboral, siguen mostrando cifras muy preocupantes. ¿Qué efecto cree que tendrá la coyuntura sobre estos indicadores y sobre la vida cotidiana de la población?

— Si la inflación continúa descendiendo, veremos mejoras en algunos indicadores, como la pobreza, sobre todo para quienes perciben ingresos más bajos. Sin embargo, los sectores medios podrían verse perjudicados por la baja del empleo industrial y cierto estancamiento del salario real formal.

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"Si la inflación continúa descendiendo,
«Si la inflación continúa descendiendo, veremos mejoras en algunos indicadores, como la pobreza, sobre todo para quienes perciben ingresos más bajos»

Es crucial avanzar con una reforma laboral, ya que una economía con baja inflación exige otras reglas y nuevas demandas laborales. Algunas industrias cambiarán drásticamente y, por lo tanto, su requerimiento de trabajadores también. Eso puede causar tensión en el mercado laboral y una reforma es fundamental para suavizar esa transición.

— Mirando hacia la segunda parte del mandato de Milei, ¿cuáles son, desde su perspectiva, los escenarios más probables para la economía argentina y qué debería hacer el Gobierno?

— Creo que el Gobierno tiene que avanzar en cuatro ejes:

  1. Reformas laboral y tributaria, para permitir una mayor competitividad y facilitar transformaciones productivas.
  2. Fortalecimiento político, logrando consensos claros para avanzar.
  3. Mejorar la gestión en aspectos que no son prioritarios hoy pero lo serán, como infraestructura y procesos estatales ligados al sector productivo, lo que implica mejorar de forma definitiva la institucionalidad (Presupuesto, autonomía del Banco Central, etc.).
  4. Acceder a los mercados financieros internacionales es clave, además de eliminar lo que resta del cepo cambiario.

— Para cerrar, ¿podría compartirnos una reflexión final sobre el panorama económico y político argentino?

— Argentina está ante un proceso de estabilización y transformación. Lograr la estabilización no significa mantener la misma economía de siempre, pero sin inflación. Significa que muchas cosas van a cambiar: este país fue adicto al déficit fiscal, la emisión monetaria y el proteccionismo, prácticas que no benefician el desarrollo ni el crecimiento de la sociedad.

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“Este país fue adicto al déficit fiscal, la emisión monetaria y el proteccionismo, prácticas que no benefician el desarrollo ni el crecimiento de la sociedad”

Pero no resulta fácil abandonar esos hábitos, ya que forman parte de características profundas del sistema político y económico local. Eso requiere transformaciones y cambios que pueden tener costos económicos iniciales para algunos sectores, pero que son indispensables si queremos alcanzar una economía más ordenada y pujante.

La cuestión de fondo es si, finalmente, habrá un consenso político y social suficiente para llevar adelante estas transformaciones.

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ECONOMIA

Todavía quedan el volante y dos pedales: la electrónica le dice adiós a la palanca de cambios

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El Rotary Shifter es un mando tipo rueda que permite seleccionar la dirección de marcha, adelante o atrás, neutral y estacionamiento. En cualquier modo que se encuentre, se coloca en Parking al abrir la puerta del conductor

La adopción de las cajas de velocidades automáticas en los autos de nueva generación permitió en poco tiempo un cambio de paradigma en la movilidad, convirtiendo una tecnología que sólo ofrecían los autos más caros en una nueva normalidad en el equipamiento de serie de las marcas generalistas.

En gran medida esto se debe a que con las nuevas cajas de variador continuo, las conocidas cajas CVT, implementar ese tipo de transmisión es más económico para los fabricantes generalistas. Se ahorran componentes internos y externos e incluso todo un mecanismo que desaparece como es el comando del pedal de embrague y sus conexiones.

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Simultáneamente, y a un ritmo cada vez más acelerado, consecuencia directa de tener vehículos automáticos, hay otro elemento que está perdiendo protagonismo: la palanca de cambios.

El Peugeot 3008 lleva la
El Peugeot 3008 lleva la selectora al tablero central. En la consola no existe una palanca de cambios

“En los años ’70 hubo algunos intentos por reemplazar la palanca de cambios en algunos modelos, utilizando un sistema de mangueras de vacío para hacer el cambio de tracción por medio de un rotor o una tecla en algunos modelos de Jeep. Pero el mecanismo era complejo y no fue muy exitoso”, comentó Luis Toso, especialista en tecnología automotriz a Infobae, a modo de introducción.

Hubo otros intentos en los años ’90 que tampoco perduraron. El problema recién se empezó a solucionar con la llegada de comandos electromecánicos al proceso de cambio de marcha o de transmisión de un vehículo 4×4.

Muchos autos deportivos mantienen una
Muchos autos deportivos mantienen una palanca convencional aunque de accionamiento electrónico para no perder la esencia. El sistema le permite colocar levas detrás del volante.

Este tipo de solución permitió eliminar parte del varillaje mecánico que accionaba las palancas tradicionales a través de una tecnología llamada TCM (Transmission Control Module), pero tenía todavía un problema que podía ocurrir si el conductor dejaba colocada la marcha y se bajaba del vehículo, lo que ocasionó varios accidentes, algunos con personas fallecidas inclusive.

Todo esto se resolvió únicamente cuando se cambió por completo el concepto de los autos convirtiéndolos en lo que hoy se denomina como vehículos SDV (Software-defined vehicle), que en castellano significa Vehículo definido por software. Esa fue la condición definitiva que permitió eliminar la palanca de cambios y en su lugar colocar distintos modos de seleccionar el sentido de marcha o de estacionamiento para los conductores.

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Además, la electrónica no sólo permite hacer el cambio de dirección en el que va a circular un vehículo sin comandos mecánicos, sino también permitir que se pueda programar el sistema de modo tal que apenas se abre la puerta del conductor, el modo pasa automáticamente a Parking.

Mercedes-Benz colocó la selectora de
Mercedes-Benz colocó la selectora de cambios en la columna de dirección. Se sube o baja y se presiona lateralmente para poner Parking

Existen sistemas como el Rotary Shifter de Ford, que ha incorporado un comando rotador horizontal en la consola central que permite seleccionar con un movimiento entre Drive, Retroceso, Neutro y Parking, y que tiene una tecla central “S” para accionar las marchas más cortas sin que se cambien automáticamente.

Mercedes-Benz ha optado por un mando detrás del volante, que podría representar una palanca más como la de luz de giro, limpiaparabrisas o luces reglamentarias. También Volkswagen fue por ese tipo de solución en varios modelos, incluido el recientemente presentado Volkswagen Tiguan. En este caso, esa palanca se baja y se sube de posición para seleccionar el sentido de marcha o el estacionamiento del vehículo.

En el Jeep Avenger el
En el Jeep Avenger el comando de marchas es una botonera similar a la de la climatización

Otra alternativa es la que mostró Peugeot en su nuevo 3008, de reciente llegada al mercado argentino. En este caso el vehículo tiene un comando tipo llave vertical en el centro del tablero, debajo de la pantalla principal, por medio del cual se pasa por las cuatro opciones de las cajas automáticas convencionales.

Incluso Stellantis llevó esa misma ubicación sobre el tablero a una botonera en el Jeep Avenger, tanto para las versiones con motor de combustión interna como para el híbrido y el eléctrico puro. Lo que diseñaron es un conjunto de botones o teclas como las que tienen otros modelos de Peugeot para la climatización, por medio de las cuales se seleccionan los mismos cuatro tipos de modo que se pueden elegir.

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En ese escenario, la mayoría de las marcas todavía mantienen una palanca en el lugar original, aunque ahora con una leva corta, del tamaño de una mano, que se acciona hacia adelante o atrás para cambiar de modo, en un intento por conservar parte de dinámica de conducción para las personas.

El sistema de Peugeot es
El sistema de Peugeot es una leva que se acciona hacia adelante o atrás, mientras que la función de estacionamiento se acciona con el botón «P»

“Esta tecnología es la que permitió que se puedan desarrollar también otros modos de hacer los cambios, como son las levas detrás del volante, conocidas también como Paddle Shift. Estos mandos permiten un control manual relativo de las marchas, y digo relativo porque si se pretende hacer algo ilógico el sistema no lo permite para preservar la mecánica del vehículo. Así, el conductor sugiere el cambio pero lo decide finalmente la electrónica”, comentó Toso.

Así, aunque la idea generalizada sea que los autos sin palanca de cambios son sólo los eléctricos, que no tienen tampoco una caja de velocidades, la realidad es que la electrónica hizo posible adoptar esta solución también para los térmicos convencionales e incluso los vehículos híbridos, donde la electrónica juega un papel aún más preponderante para la combinación de un motor de gasolina y uno o varios eléctricos en el movimiento de las ruedas.

Sin pedal de embrague primero, sin palanca de cambios después, con los motores eléctricos mucho más simples y pequeños que los de combustión interna, los autos de nueva generación parecen transitar un camino hacia la eliminación de la mecánica definitivamente.

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Posiblemente la dirección por cable
Posiblemente la dirección por cable elimine parte de la mecánica que impide girar sobre su eje vertical a las ruedas de los autos. El sistema se llama Steer by Wire

La dirección por cable es uno de los próximos desarrollos que llegarán y ya están golpeando las “puertas de la industria”. Cuando se combine con la propulsión a las ruedas, probablemente sólo con movilidad eléctrica, permitirá que el radio de giro de las ruedas sea mucho más amplio e incluso que puedan rotar sobre su eje vertical 90 grados, lo que solucionará el estacionamiento en las grandes ciudades.

Queda claro que los beneficios de la electrónica no sólo tienen relación con las pantallas y la conectividad, aunque hay un debate para dar. El auto es un medio de transporte por sobre todas las cosas y la mecánica es parte de su funcionamiento esencial. Habrá que ver cuál es el límite.

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