ECONOMIA
Comienza a derrumbarse la ganancia que ofrecen billeteras virtuales: claves para proteger los ahorros

El mercado de pesos volvió a girar y esta vez lo hizo con fuerza. La eliminación de las LEFI —el instrumento estrella que usaba el Banco Central (BCRA) para absorber pesos del sistema— liberó una masa de $15,5 billones que hoy circula sin contención.
Parte se volcó a Lecaps (bonos en pesos a tasa fija), otra a encajes bancarios, pero un tercio regresó al sistema financiero y descolocó todas las tasas.
La consecuencia no tardó en llegar. Las billeteras virtuales, que venían ofreciendo rendimientos estables y competitivos, comenzaron a bajar sus tasas. Y lo que empezó como un ajuste técnico, hoy se transformó en una tendencia común. Los ahorristas, mientras tanto, ya sienten el golpe en sus cuentas.
Naranja X y Brubank marcan la tendencia
Hasta hace unas semanas, Naranja X era una de las billeteras más convenientes para colocar pesos líquidos: pagaba un 29% TNA y permitía operar sin fricciones. Sin embargo, en menos de quince días aplicó dos recortes consecutivos, y hoy su tasa se ubica en 27%.
Brubank no se quedó atrás: de ofrecer 29% bajó directo a 26%, dejando en claro que la compresión no es un hecho aislado sino una nueva realidad.
En el medio, Ualá mantiene el 30%, pero la City ya anticipa que ese rendimiento está en la mira. Si la tendencia sigue, podría sumarse en breve al club de los recortes. La baja de la tasa de caución (que perforó el 12% TNA) y la desaparición de los instrumentos que absorbían liquidez en el sistema dejan poco margen para sostener tasas altas en un contexto de abundancia de pesos y escasa demanda de crédito.
¿Qué rinden hoy $500.000?
Con las nuevas tasas en plena actualización, una inversión de medio millón de pesos deja mucho menos que antes. El deterioro es visible y se amplifica con cada punto porcentual que se recorta:
• En Ualá, que todavía paga 30%, el rendimiento mensual ronda los $12.500.
• En Naranja X, ya con 27% TNA, la ganancia baja a $11.250.
• En Brubank, que paga 26%, el retorno mensual cae a apenas $10.833.
• Si se invierte en fondos money market como Personal Pay o Mercado Pago, que rinden entre 25% y 23,6%, respectivamente, la renta mensual se ubica entre $9.800 y $10.400.
La diferencia entre elegir bien o mal puede superar los $3.000 por mes, incluso con montos moderados.
Cómo blindarse frente a la baja
En este contexto, la clave ya no es buscar la tasa más alta del momento, sino asegurarse una tasa que no pueda seguir cayendo. Frente a la compresión generalizada, empiezan a tomar protagonismo dos herramientas que ofrecen certeza en medio de la incertidumbre:
Plazos fijos tradicionales
Aunque muchos los dan por muertos, algunos bancos siguen ofreciendo tasas atractivas, superiores incluso a las mejores billeteras o lecaps de pronto vencimiento. Por ejemplo:
• Banco del Sol paga un 36% TNA, el más alto del mercado.
• Banco Voii promete un 35%, el segundo mejor.
• Banco Hipotecario, con un 34%. Para los «no clientes» también ofrece una alternativa interesante
• Bancor, con 33,5%, se mantiene en el podio.
Colocar $1.000.000 en Banco del Sol a 30 días genera una ganancia de $30.000, casi $8.000 más que en Naranja X. Claro que la desventaja es la falta de liquidez: una vez inmovilizado, el dinero no puede tocarse hasta el vencimiento.
Pero si el objetivo es ganarle a la inflación, hoy el plazo fijo recupera protagonismo.
Frascos de Naranja X
Otra opción para asegurar una tasa concreta —y con un poco más de flexibilidad— son los Frascos de Naranja X. Se trata de una herramienta que permite separar fondos dentro de la app y colocarlos a una tasa fija por un plazo determinado. A mayor duración, mayor rendimiento:
• 28 días: 30% TNA
• 14 días: 28% TNA
• 7 días: 27% TNA
Así, mientras la cuenta principal baja su tasa día a día, el usuario puede «congelar» un rendimiento más alto durante un mes, con la ventaja de que no necesita salir del ecosistema de la billetera. Para perfiles conservadores o semi líquidos, es una opción ideal para blindar parte del capital sin resignar del todo la disponibilidad.
Qué estrategia conviene hoy
Una alternativa equilibrada, pensada para perfiles que combinan prudencia con algo de flexibilidad, podría incluir:
• $250.000 en plazo fijo tradicional, en un banco que pague una tasa alta, asegurando un 34% de TNA o más.
• $150.000 en Frasco de Naranja X a 14 días, congelando la tasa en 28%.
• $100.000 en Ualá, para mantener disponibilidad inmediata en caso de necesidad.
Así, el 80% del capital queda cubierto con tasas superiores al promedio actual, y el resto disponible para gastos o emergencias.
Es un esquema que combina rendimiento, previsibilidad y margen de maniobra. En este momento, mantenerse informado sobre los cambios en los rendimientos de las apps se vuelve crucial.
Entonces, el desarme de las LEFI dejó al descubierto una nueva realidad: las tasas que parecían atractivas estaán dejando de serlo, y lo que queda es elegir entre resignar rendimiento o anticiparse a la baja. Las billeteras recortan semana a semana, y los fondos conservadores pierden potencia frente a esta nueva dinámica.
En este escenario, blindarse es posible. Ya sea con plazos fijos en bancos que aún ofrecen buenos niveles o con herramientas como los Frascos, el objetivo es uno solo: asegurar rendimiento ahora, antes de que el mercado lo siga licuando.
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ECONOMIA
Cuáles son los tres planetas que se tienen que alinear para que la Argentina vuelva a los mercados, según JP Morgan

El anuncio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos marcó un punto de inflexión, al anunciar que está negociando una línea de swap por USD 20.000 millones con el Banco Central y la compra de bonos argentinos en dólares, además de un posible préstamo stand by, en un esfuerzo por estabilizar el panorama financiero del país antes de las elecciones de octubre. De todos modos, el banco JP Morgan cree que hay tres estrellas que se deberían alinear para que el país vuelva a los mercados.
Según el análisis de la entidad, este respaldo no solo representa un apoyo financiero, sino que también actúa como un “cortocircuito” que otorga al gobierno de Javier Milei un margen de maniobra ampliado en un momento decisivo.
“Aunque los detalles permanecen en reserva, esta posible facilidad supera notablemente el acuerdo vigente con el banco central chino—equivalente a USD 18.000 millones, de los cuales el BCRA utilizó USD 5.000 millones—. La magnitud del compromiso de Estados Unidos señala un profundo fortalecimiento de los lazos financieros bilaterales y probablemente reemplace la línea swap con China», indicó el banco.
Además, el Tesoro estadounidense manifestó su disposición a adquirir deuda argentina tanto en los mercados primario como secundario, y adelantó que, después de las elecciones de octubre, comenzará a trabajar con el gobierno en los pagos de capital de la deuda.
“Interpretamos esto como un posible preludio de una reconfiguración más amplia del actual régimen cambiario tras las elecciones, en línea con los temas tratados en nuestra nota anterior”, señaló.
El impacto inmediato de este respaldo se ha reflejado en la apreciación del peso argentino, lo que permitió al BCRA reducir la tasa de recompra a un día al 25% y relajar las condiciones crediticias. JP Morgan señala que estas medidas han evitado un mayor deterioro económico y que, incluso con tasas más bajas, el Tesoro podría iniciar pronto la reconstrucción de su posición en divisas, debilitada durante el periodo electoral.
Se espera, además, que la inflación de alimentos, un factor clave en la percepción pública, tienda a moderarse en los próximos meses.
No obstante, el acceso pleno de Argentina a los mercados internacionales aún depende de varios factores. JP Morgan subraya que la restauración de dicho acceso requerirá que el escenario político tras las elecciones garantice la gobernabilidad y el capital político necesario para implementar reformas.
“En nuestra opinión, Argentina todavía necesita que se alineen tres estrellas para recuperar el acceso a los mercados, aunque está lejos de ser un escenario imposible. Ejemplos recientes en El Salvador y Egipto muestran que lo que parece una tarea casi inalcanzable a veces puede resolverse con relativa rapidez. La recuperación gradual de El Salvador, desde una situación de estrés hasta rendimientos del 10%, llevó más de un año, pero parecía muy improbable al inicio y se logró en gran medida sin apoyo externo. Egipto, en cambio, recibió un respaldo decisivo del FMI y del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), y diseñó un movimiento similar al que Argentina necesitará implementar en menos de un año”, afirmar JP Morgan.
Para el banco, que las estrellas se alineen implicaría tres condiciones:
- que los resultados de las elecciones legislativas de octubre otorguen a la administración Milei al menos un mínimo de gobernabilidad y capital político para la segunda mitad de su mandato;
- que el Gobierno realice ajustes de política consistentes con los objetivos de acumulación de reservas en el programa del FMI; y
- que el contexto general del mercado se mantenga favorable para los soberanos de menor calificación.
“La declaración de Scott Bessent se lee como una garantía implícita sobre los vencimientos de corto plazo. Más allá de que esos factores se alineen por completo o no, creemos que la señal clara en las palabras de la secretaria Bessent hoy es que la administración Trump dará los pasos necesarios para asegurar que Argentina pueda cubrir sus amortizaciones de deuda externa durante el resto del mandato de Milei. Como se mencionó antes, Milei debería adoptar medidas de política que respalden la acumulación de reservas (en nuestra opinión, principalmente un régimen cambiario más flexible). Pero suponiendo que eso ocurra, consideramos que el mercado debería encontrar alivio en un riesgo de repago mucho menor durante los próximos dos años”, remarcaron.

“El secretario Bessent señala en su declaración que ‘inmediatamente después de las elecciones comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en sus pagos de capital’. En el marco del tono general y contundente de ‘haremos lo que sea necesario’ de la declaración, creemos que esto equivale a una garantía implícita”, indicaron.
Por otra parte, precisó el reporte, el sector privado estadounidense observa con interés el desarrollo de la situación argentina. De acuerdo con JP Morgan, varias empresas de Estados Unidos estarían dispuestas a realizar inversiones directas significativas en diversos sectores, siempre y cuando el resultado electoral garantice estabilidad política y continuidad en las políticas económicas. Esta condicionalidad explícita refleja la importancia de un entorno previsible para la llegada de capitales extranjeros.
En otro orden, JP Morgan interpreta que, tras las elecciones, podría producirse una reconfiguración del régimen cambiario, en línea con la necesidad de acumular reservas y fortalecer la posición externa del país.

“Existen otros factores de riesgo para el mercado cambiario. Si bien los fundamentos se mantienen sólidos, el esquema cambiario ha mostrado sus vulnerabilidades y podrían persistir dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo después de las elecciones. Además, el adelantamiento de exportaciones agrícolas podría derivar en una menor liquidación de exportaciones en adelante. Aunque el apoyo de Estados Unidos ha sido fuerte y la urgencia por acumular reservas es algo menor, los últimos meses dejaron en claro que el gobierno todavía debería apuntar a fortalecer su posición de reservas, lo que podría sumar presiones alcistas sobre el tipo de cambio”, aseguran.
“Si bien podría ser necesario algún ajuste cambiario para reanudar la acumulación de reservas, Argentina está menos expuesta que en el pasado. Aunque las comparaciones con la administración Macri son inevitables —dado que ambas buscaron estabilizar las cuentas macroeconómicas tras gobiernos heterodoxos—, existen diferencias importantes entre ambos períodos», sostienen los analistas de la entidad.
A pesar de que persisten detalles por definir, JP Morgan sostiene que el respaldo estadounidense ha transformado el escenario financiero argentino, al reducir los riesgos de repago y ofrecer al gobierno de Milei un margen de acción ampliado en la antesala de los comicios de octubre.
North America,New York
ECONOMIA
Tras la corta luna de miel del agro, por qué los inversores se pusieron otra vez en modo alerta

Con las compras de ayer en el Mercado Libre de Cambios, el Tesoro estaría a apenas USD 200 millones de recuperar los USD 1.110 millones que vendió la semana pasada para impedir que el precio del dólar supere el techo superior de la banca cambiaria.
Tres días de compras consecutivas le alcanzaron para recuperar lo perdido en el mismo lapso.
Pero tras dar por terminada la exención de retenciones al agro, hubo una toma de ganancias de los inversores en bonos y acciones que, además, volvieron a poner en sus carteras parte de los dólares que vendieron.
Las causas del movimiento no solo hay que buscarlas en la corrección natural que sobreviene a un renacimiento de los mercados, sino en que coincidió con una baja de las tasas de interés y algunos aprovecharon para tomar las ganancias en dólares. Además, siguen pensando en que en diciembre habría una liberación del cepo que elevará el valor del dólar.
Tampoco ayudó el clima externo donde los buenos datos de la economía de Estados Unidos -mayor y crecimiento y menos solicitudes de subsidios por desempleo- fortalecieron al dólar que subió ante las principales monedas del mundo, hizo bajar al oro y las tasas de los bonos del Tesoro estuvieron en 4,17%. El movimiento no solo golpeó a los bonos argentinos, sino a los de toda la región, donde varios fondos de inversión cambiaron el destino de su dinero.
El ETF (índice) de Emergentes bajó 0,6% y el de Brasil 1,6 por ciento.
Los bonos soberanos locales tuvieron caídas exageradas de hasta casi 7% en los de legislación extranjera de más largo plazo. El riesgo país subió 77 unidades (+8,6%) a 977 puntos básicos.
Otro dato importante es que de los USD 7.000 millones que se vendieron por la exención de retenciones, USD 1.400 millones corresponden a la próxima cosecha.
Los pesos que entregó el Banco Central hicieron que los exportadores buscaran cobertura en los dólares financieros que tuvieron leves alzas. El MEP aumentó 1,2%, a $1.375,5, y el contado con liquidación (CCL) subió (+1,4%) a $1.369. El “blue” avanzó 45 a $1.410.
Según el informe de la consultora F2, en MAE la rueda cambiaria registró el mayor volumen de liquidaciones (descontando aportes de BCRA) desde que asumió Javier Milei, con un monto de operaciones que alcanzó los USD 939 millones luego de los USD 831 millones de la rueda anterior. “El tipo de cambio mayorista cerró con una caída de apenas 50 centavos por lo que presumiblemente el Tesoro estuvo de compras como lo hizo el martes dado que BCRA informó un incremento de USD 84,7 millones en los depósitos de moneda extranjera del Tesoro nacional. Con todo esto estimamos que a la fecha las compras podrían haber acumulado un monto cercano a los USD 1.000 millones desde el martes”, destacó F2.
El informe agregó que el mercado comienza a poner en precios una inflación algo más elevada para final de 2026 que, en promedio, no bajaría del 2% mensual. Pero probablemente se sienta más confortable con una inflación algo más elevada y un esquema cambiario que sea adecuado para la acumulación de reservas y no con una inflación más reducida a costa de reservas que pongan en peligro los cumplimientos de deuda, además de la meta con FMI.
La suba de hasta 5% de los futuros no le conviene al Banco Central porque tiene un fuerte monto en distintos fines de mes apostando a un dólar dentro de la banda
El cupo asignado para agroexportaciones sin retenciones fue completado el martes según informó ARCA a última hora. El flujo de liquidaciones comenzó a llegar al mercado de cambios, pero como muchas de estas DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior) aún no tienen originada la mercadería para cumplimentarlas, los agroexportadores necesitan continuar posicionados en dólares. Por esa razón el volumen de operaciones en futuros de dólar creció por cuarta rueda consecutiva hasta 2,78 millones de contratos con ajustes hacia arriba que llegaron a superar el 5%.
Por otra parte, el Tesoro previendo una mayor demanda de los exportadores para asegurarse el tipo de cambio del producto que vendió y no lo tendrá físicamente hasta el año que viene, agregó 3 bonos atados a la evolución de la cotización del dólar mayorista (linked dólar). Con el bono anunciado ayer. que vence el 26 de abril, suman cuatro los instrumentos que prometen competir con las Lecap y Boncap en pesos a tasa fija.
Los tres nuevos instrumentos que ajustan por el tipo de cambio mayorista tienen cupón cero y vencen el 31 de octubre, el 28 de noviembre y el 15 de diciembre próximo. Estos bonos pueden quitarle presión al mercado de futuros que estuvo demandado a la espera de que aumente la banda superior tras las elecciones.

La suba de hasta 5% de los futuros no le conviene al Banco Central porque tiene un fuerte monto en distintos fines de mes apostando a un dólar dentro de la banda. La suba de ayer de los futuros, puede disminuir sus ganancias que rondan $1 billón que ayudan a compensar los $500 mil millones que perdió el mes pasado.
La Bolsa también padeció la toma de ganancias. El S&P Merval de las acciones líderes bajó 4,1% en pesos y 4,9% en dólares. Los más afectados fueron Comercial del Plata (-9,76%), Transener (-9,45%) y Metrogas (-9,05%).
Entre los ADR -certificados de tenencia de acciones argentinas que cotizan en las Bolsas de Nueva York- predominaron ampliamente las bajas. Las que más perdieron fueron BBVA (-9%), Edenor (-8,4%) y Supervielle (-7,8%).
La rueda de hoy traerá un dato clave: el resultado de la licitación del Tesoro y el reacomodamiento de carteras tras la corta luna de miel del agro en un país donde no le retuvo casi 25% de los dólares que exportó, pero que los productores apenas los vieron pasar porque los ganadores fueron los exportadores.
Economy,Politics
ECONOMIA
Después del anuncio del apoyo financiero de EEUU: claves para entender cómo seguirá la macroeconomía argentina

El apoyo de EEUU al gobierno de Javier Milei le dio aire a una gestión que parecía al borde del abismo, la política económica tiene todavía un difícil camino por recorrer, cuya próxima estación es la elección del 26 de octubre.
Entre los analistas hay cierto consenso de que un resultado adverso al oficialismo reactivaría el clima de incertidumbre y expectativas negativas que se había ido instalando tras su derrota en las elecciones bonaerenses y los sucesivos reveses legislativos y empujó una corrida que en la semana previa a los gestos de Washington (en línea con un anticipo exclusivo de Infobae) llevaron al BCRA a vender dólares a un ritmo insostenible.
“Se cortó la sensación de Puerta 12, que era exagerada. La Argentina vivió situaciones así en momentos en que tenía déficits fiscales y en cuenta corriente, eso ahora no ocurre, pero un gobierno débil en el Parlamento, un mal resultado electoral y derrotas en el Congreso dieron la sensación de que se acababa la gobernabilidad. No se sabía cómo seguía la película, por la dificultad de defender un sistema de bandas con pocas reservas. Brasil tuvo un problema el año pasado, pero con reservas para defenderse. Aquí el problema era el rollover de deuda: el gobierno venía pagando con reservas que el BCRA no podía reponer”, explicó María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos.
“El desafío es generar confianza para que el rollover exista”, subrayó.
El título del informe de Invecq sobre lo que pasó y lo que sigue es revelador: “Estabilidad prestada: apoyo de EEUU y liquidación del agro”.
Ese combo, señaló la consultora de Esteban Domecq, anestesió el mercado “con el Tesoro americano dando tranquilidad a los tenedores de bonos (y por ende al riesgo país) y la lluvia de dólares del campo calmando la presión cambiaria”.

De las alternativas de ayuda que esbozó EEUU (swap por USD 20.000 millones, compra de bonos argentinos, impulso a inversiones privadas y crédito vía Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro), las primeras serían de aplicación inmediata y solo la última requeriría aprobación legislativa. Ahora, observó Invecq, la reciente baja de tasas “de sostenerse, podría revitalizar el crédito, motor clave de la recuperación desde 2024”, atascada en los últimos meses.
La consultora considera “inevitable” modificar la política cambiaria.
“Aun con la suba de casi 20% (del dólar) de los últimos meses, el tipo de cambio real actual seguirá generando desbalances en Cuenta Corriente, que se suman a compromisos crecientes de Cuenta Financiera. La incógnita pasa por la magnitud del ajuste y si se modifican otros aspectos (eliminación de las bandas, mayor liberalización de las restricciones a empresas, etc.)” señaló.
Invecq estimó necesidades de financiamiento cercanas a USD 35.000 millones hacia 2026, sin incluir la meta con el FMI. El apoyo de EEUU y los dólares del agro, concluyó, estabilizaron el mercado, pero si el gobierno se limita a contener la coyuntura ese efecto “se agotará pronto: la verdadera oportunidad está en transformar este respiro para rediseñar el esquema cambiario”.
La evaluación de LCG sobre lo sucedido fue que la principal potencia del mundo “vino a socorrernos de una paliza” y detrás de escena “hubo esencialmente un tirón de orejas para que el gobierno encauce una dinámica política completamente extraviada, retomando el diálogo con el Congreso y los gobernadores, para intentar que el péndulo se mueva en un arco más acotado y previsible”.
El apoyo de EEUU, dijo la consultora, “permitió cambiar de aire luego de varios días angustiantes”. Es una oportunidad, observó, para “tomar nota de sugerencias de cambios en las estrategia cambiaria y política”.
A la liquidación anticipada de dólares le seguiría un período de menor oferta y, otra vez, escasez de dólares. Según LCG, además de achicarse la oferta, también aumentaría la demanda, lo que dependerá del nivel del tipo de cambio, las tasas en pesos y el grado de incertidumbre política.

(Photo by Kena Betancur / AFP)
“Creemos que un dólar por debajo de $1.400 estimulará la demanda, porque estará la percepción de que está barato, en tanto seguirá lejos de un nivel que ya tocó: el del techo de la banda. Si a eso sumamos la clásica cobertura pre-electoral, no hay dudas que habrá presión alcista”, estimó la consultora, çitando los “tirones de oreja” sobre la política cambiaria que propinaron Gita Gopinath y Alejandro Werner, exsubdirectora y exsubdirector de “Hemisferio Occidental” del FMI. “Ambos sugirieron un régimen cambiario más flexible que permita acumular de reservas”, dijo el informe semanal de la consultora.
Según LCG el gobierno tiene tres opciones hasta las elecciones:
- Defender una paridad por debajo de $1.400, usando eventualmente reservas, buscando mostrar que está todo controlado;
- Llevar lo antes posible el dólar cerca del techo de la banda e intentar una defensa en ese nivel, con tasas, futuros y reservas.
- Dejar que el mercado ponga el nivel sin intervención alguna, salvo en el techo de la banda.
La primera opción sería “muy mala” y la segunda parecería “la mejor”, aunque -especula LCG- el BCRA podría dejar correr los días con un dólar más bajo hasta el cierre de septiembre, “para mejorar la rentabilidad de su posición vendida en futuros, pero ya comenzado octubre debería apuntar a eso”. Para la consultora, “eliminar las bandas con semejante soporte del Tesoro de EEUU no sería un salto al vacío ni mucho menos”. Y de las tasas estima que ya se vio “un piso”, pues serán la herramienta para el manejo cambiario “en ausencia de los dólares del agro”.
La coincidencia de los analistas sobre el descuido de reservas en que incurrió el gobierno está bien reflejada en un gráfico de la consultora Empiria, del exministro Hernán Lacunza que a partir de datos de países latinoamericanos muestra la relación negativa entre volumen de reservas (en relación al PBI) y nivel de riesgo país. Allí se observa con claridad que cuanto menor son las reservas mayor es el riesgo país. La se hace más estrecha para un país que, como la Argentina, incurrió en tres defaults en lo que va del siglo y al que le piden “mostrar billetera”.

Con todo, la conclusión del análisis de LCG es básicamente política. ”Al perder la confianza de aliados en el Congreso y en las provincias, el gobierno quedó solo, pedaleando sin tracción en momentos de estancamiento económico y pérdida de legitimidad social. Así iba a ser difícil no sólo la recuperación económica sino también avanzar con una agenda reformista todavía pendiente. Todo indica que EEUU exigió ordenar este asunto. Será difícil que se encare antes de las elecciones, donde se suelen jugar estrategias de contrastes, pero será un principio rector desde el 27 de octubre”.

Más focalizado en el mercado, Adcap Grupo Financiero definió el apoyo de EEUU como “un cambio de juego”. Con Washington considerando a la Argentina “sistémicamente importante”, observó, “el mercado debería volver a un sesgo alcista u optimista, pues los inversores asignarán mayores probabilidades de que el país recupere acceso al mercado. Como resultado, recomendamos extender la duración en bonos hard dollar como el Global 2035, para el cual esperamos un retorno del 31-39% hasta fin de año, superando al 2030 en 14-19%”.
Desde el exterior, Thomas Haugaard, del fondo de inversión Janus Henderson, señaló en cambio que el contexto “sigue siendo frágil: el apoyo de EEUU calmó a los mercados, pero no resuelve los problemas estructurales. La raíz de la crisis está en la sobrevaluación del peso y en el bajo nivel de reservas internacionales. Un tipo de cambio más flexible después de las elecciones parece inevitable”.

En igual sentido se manifestó Paul Krugman, severo crítico de Donald Trump, quien consideró inútil el apoyo financiero de EEUU si la Argentina sigue aplicando una política cambiaria que comparó con las “tablitas” que a fines de los 70s y principios de los 80s aplicaron las dictaduras argentina y chilena y llevaron a severas crisis económicas. El PBI de Chile cayó en 1982 el 14%, recordó Krugman. El Nobel de Economía 2008 reconoció “no tener una gran alternativa que proponer”, pero tampoco ve “ninguna razón legítima para arriesgar miles de millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos en un casi seguro fatídico esfuerzo para rescatar a Milei”.
También desde el exterior, The Economist dijo que si bien los dólares de EEUU ayudan al peso, “las perspectivas políticas de Milei están lejos de haber sido aseguradas; sus oponentes huelen sangre”.
Según la influyente revista británica, “el apoyo de Trump no cambió el hecho de que la capacidad de Milei para gobernar está ahora en cuestión”. Un mal resultado en octubre es la preocupación más inmediata, señaló, pero a los mercados también les preocupa que no pueda seguir luego de 2027. “Un espectro amenazante es Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, que salió fortalecido y tiene aspiraciones presidenciales; sus puntos de vista sobre la economía son heterodoxos y su récord, alarmante”.

También Financial Times, otro medio de referencia en los círculos del poder global, consideró en un editorial que el apoyo de EEUU es solo un parche “temporal” a los problemas de la gestión económica de Milei. Citó que, según Barclays, la Argentina debe afrontar USD 44.000 millones en pagos de deuda hasta fines de 2027, pero cuenta con reservas netas de solo USD 6.000 millones. El auxilio de EEUU rompió la espiral negativa previa, “pero una devaluación del peso luce crecientemente inevitable”. La moneda argentina, subrayó el FT citando datos de Capital Economics, “necesita depreciarse cerca de 30% para restaurar la competividad de la Argentina y reconstruir sus reservas”. Y concluyó: “Milei necesita un buen resultado en las elecciones de octubre para guiar el peso a un debilitamiento gradual; la alternativa es una caída desordenada”.
En sintonía con Krugman, Robin Brooks, execonomista jefe del Instituto Internacional de Finanzas, el lobby de los grandes bancos, y ahora en la Brookings Institution, un think tank de Washington, posteó en X: “Argentina, la misma película una y otra vez: devalúa, pega la moneda al dólar, luego ve el peso sobrevaluarse insosteniblemente hasta que la paridad se desploma. Estamos en la fase de sobrevaluación de esta película. Es una mala película. ¡Deja de verla, Argentina!”.

Photographer: Dimas Ardian/Bloomberg
Demian Reidel, presidente de Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA), amigo y asesor de Milei, le respondió a Brooks que, a diferencia de otras veces, esta es la primera en que el gobierno “está poniendo la situación fiscal en orden; no es la misma película”.
Parecido a Reidel piensa Castiglioni, de C&T Asesores Económicos: “la economía se ordenó fiscalmente y se está desregulando”, pero desde el segundo trimestre “la actividad económica se frenó”. Influyeron, recordó, el aumento de la inflación en marzo y abril, que afectó el salario real, las altas tasas de interés en la previa del acuerdo con el FMI y el fallido rescate de LeFis, que llevó a un violento subibaja de tasas. Pese a todo, observó, “el empleo se mantiene estable y la pobreza bajó”.
Lo que llevó a la situación de crisis previa al apoyo de EEUU, reseñó, “fue que se frenó la expectativa de recuperación: las peleas políticas con los aliados influyeron y se terminó minando la credibilidad”.
“El mensaje de Bessent fue muy fuerte: no habrá default, ni ahora ni hasta el final del mandato. Es un puente hasta recuperar credibilidad como deudor”, observó la economista. La clave, siguió, es que el gobierno se acerque a sectores antes “dialoguistas” y firmantes del Pacto de Mayo para evitar “populismo presupuestario” en el debate del Presupuesto 2026.

La reducción de la meta de superávit fiscal, del 2,2% fijado en el acuerdo con el FMI al 1,5% del proyecto de presupuesto oficial es un paso creíble: “2,2% era demasiado”. Según Castiglioni, los traspiés de los últimos meses fueron de naturaleza política, “por eso es clave recuperar el diálogo y acercar a las provincias”.
En cuanto al nivel de actividad, “agosto pueda dar positivo (de hecho, así marca el índice de actividad de la consultora de Orlando Ferreres), septiembre veremos, y si la cosa se ordena, en el cuarto se puede retomar una recuperación sostenida; dependerá de la pata financiera, que se está ordenando”, dijo Castiglioni. El apoyo de EEUU -enfatizó- proveyó a la Argentina de “prestamista de última instancia” como tuvieron México en 1994/95 y países como Grecia y Portugal cuando fueron socorridos por el Banco Central Europeo.
En cualquier caso, concluyó la analista, no debe olvidarse que Argentina viene de gestiones kirchneristas que, con cepo, registraron una caída de USD 23.000 millones en las reservas, dejaron una deuda comercial impaga de más de USD 40.000 millones y llenaron de “letras intransferibles” el BCRA, como detalló en un informe C&T (ver arriba).
Diplomacy / Foreign Policy,North America,NEW YORK CITY
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