ECONOMIA
Con esta economía se encuentran los participantes de Gran Hermano al salir de la casa

En la Argentina se han realizado 12 ediciones de «Gran Hermano» que comenzó en un año muy complejo como fue el 2001. Desde ahí en más salir de la casa más famosa del país era como despertar de un coma inducido y descubrir que el peso había perdido poder adquisitivo, triplicado el alquiler y cambiado el nombre del ministro de Economía (una y otra vez). Hoy los jugadores de Gran Hermano 2025 encuentran una situación económica fuera de la casa con grandes cambios pero de reordenamiento de las variables macroeconómica que se ha producido desde su ingreso.
En principio, han quedado atrás los días de inflación mensual de dos dígitos, dólar libre con correcciones permanentes y conferencias de prensa para anunciar medidas que duraban menos que una gala de nominación. Ahora, quienes cruzan la puerta de salida se enfrentan con otra rareza nacional: la previsibilidad. Sin embargo, Argentina no es una panacea. La góndola sigue apretando, los subsidios son una especie en extinción, el salario todavía le falta mucho para recuperar su poder adquisitivo en términos reales y las jubilaciones históricamente bajas.
La evolución de la inflación y el dólar
Los participantes de Gran Hermano que cruzaron la puerta de la casa el 2 de diciembre de 2024 lo hicieron con una inflación mensual del 2,7%. En una Argentina que ha visto inflaciones de dos dígitos mensuales y espirales más agresivas que cualquier gala de eliminación, el hecho de mantenerla en torno al 3% es una extrañeza en relación a lo que venía sucediendo en los últimos 2 años. ¿Baja? No. ¿Ordenada? Por ahora, sí, pero con necesidad de bajar al 1 % en los próximos meses.
Así evolucionó la inflación desde el ingreso a la casa
Respecto al tipo de cambio, cuando entraron, el dólar oficial estaba atado a un régimen con cepo, intervención diaria del BCRA y una lista de restricciones más larga que el reglamento de la casa. Desde abril, el Gobierno implementó una banda de flotación entre $1.000 y $1.400, con el Banco Central mirando desde la tribuna.
¿Y el déficit fiscal? Si bien en diciembre, cuando los participantes entraron a la casa, el Sector Público Nacional registró un déficit financiero de $1,5 billones, se trató de un mes históricamente marcado por un mayor nivel de gasto. No fue señal de descontrol: el Gobierno cerró el 2024 con un superávit financiero de $1,76 billones y uno primario de más de $10 billones. Además, el gasto público se recortó en casi $2,5 billones: en términos GH, como pasar de 20 participantes a 5 en una semana, sin repechaje ni despedidas.
Ulises, el asesor político con diploma en Ciencias Políticas y militancia en la vereda de enfrente, probablemente sea quien más se sorprenda. Entró con un Gobierno recién asumido, sin acuerdo con el Fondo Monetario Internaciomal (FMI), y parte de la opinión pública apuntando a un derrumbe. A pesar de eso se avanzó con acuerdo con el Fondo y el riesgo país bajó de 749 puntos a 678.
Cuando Luz Tito cruzó la puerta de la casa como empleada de comercio, su salario era de $951.775. Si saliera hoy, se encontraría con que su nuevo sueldo es de $1.123.000. Una mejora, sí, pero aún con mucho por ajustar hacia adelante. ¿Alcanza? Si miramos con un solo ojo, podríamos decir que el salario acompaña… con muletas. Pero con ambos ojos abiertos, sigue siendo un sueldo ajustado, sobre todo si 1 empleado tiene que alquilar, pagar servicios y llenar la heladera.
¿Entonces, por qué no suben más los salarios? La respuesta es simple: no hay pesos para repartir. El Gobierno eliminó la emisión monetaria para financiar el déficit, y con eso no sólo busca frenar la inflación, sino también mantener el tipo de cambio estable. Menos pesos circulando significa menos presión sobre el dólar. Claro, también significa menos plata para mejorar sueldos. Y aunque todos quisiéramos cobrar más, la apuesta del modelo actual es la estabilidad macroeconómica antes que la evolución salarial. Para el gobierno la economía debe crecer y demandar genuinamente dinero que mejore salarios.
Los precios en el supermercado
Mientras tanto, Luz otra participante podría comprobar que ir al súper también subió. Cuando entró, una compra básica costaba unos $80.339. Hoy, la misma ronda los $92.373. No explotó, pero el changuito sigue chirriando. Y si se subiera al colectivo para volver a casa (sin remises de GH), se enteraría de que el pasaje más caro pasó de $508,63 a 617,48 pesos.

Aumentos de los precios en el supermercado
En materia de servicios públicos al entrar, se encontró con un aumento mínimo en gas y luz, del 3% y 2% respectivamente. Ahora, se toparía con que en mayo hubo una suba del 2,5% promedio. Es decir, siguen subiendo, pero por debajo de la inflación. Lo mismo con la nafta: una baja inicial del 4%, seguida de un aumento muy leve (apenas 2 o 3 pesos por litro), tras un ajuste en el precio del biodiesel.
Entre gala y gala, la jubilación mínima pasó de $329.599 a $366.481, con un bono de $70.000. Pero el dato más frío de todos es que, aún con esos aumentos, el poder adquisitivo de los jubilados sigue perdiendo terreno: la caída real acumulada desde diciembre de 2023 ronda el 13,7%, y solo en febrero y marzo de 2025 perdieron un 1,9% en términos reales. Es una mejora respecto a meses anteriores, sí, pero todavía lejos de una jubilación digna.
Juan Pablo De Vigili, más conocido como «Devi», arquitecto y administrador de un local gastronómico, podría sorprenderse al ver que, después de casi dos años de caída sostenida, la actividad de la construcción empezó a levantar cabeza desde febrero en términos interanuales. El costo de construcción en pozo es de u$s2.500 y el precio del m2 de vivienda es de u$s2.378. Estas variaciones vienen acompañadas por buenas expectativas en el sector, que ve en la estabilidad de precios y en el reordenamiento macroeconómico una posibilidad real de acceso al crédito. Por ahora, con cautela, pero el ladrillo vuelve a oler a refugio, no a desesperación.
Actualización del régimen de Monotributo
También hay cambios que impactan a todos los que buscan emprender, facturar o simplemente mantenerse a flote: el régimen de monotributo fue actualizado. Las categorías más bajas pasaron de un límite de facturación de $6.450.000 a $7.813.063, con una cuota mensual que subió de $26.600 a $32.221. Quienes están en la categoría más alta ahora pueden facturar hasta $82.370.281 (antes $68.000.000), aunque deberán pagar una cuota de $1.050.324 mensuales (antes $867.085). Es decir, facturás más, sí, pero también pagás más. El margen crece, pero el fisco no duerme.

Así se actualizó el Monotributo
Luz, Ulises y Juan Pablo siguen firmes dentro de la casa y en carrera por el premio mayor de $100 millones, un monto que, si bien no asegura una vida sin preocupaciones, puede ser la llave para encarar un proyecto personal o simplemente ganar un poco de tranquilidad económica. Para evitar que la inflación les coma el premio mientras esperan el veredicto final, la producción lo tiene resguardado en un FCI de bajo riesgo vía Mercado Pago.

En dólares, el ganador de Gran Hermano de esta edición se llevará unos u$s86.000
Aunque el premio mayor se mantuvo en pesos a lo largo de sus ediciones, su valor en dólares oficiales varió drásticamente según el contexto económico de cada temporada. Desde el mayor valor en u$s200.000 en los primeros años hasta caídas por debajo de los u$s35.000 en algunos ciclos. La duodécima edición muestra una recuperación relativa, con un premio equivalente a unos u$s86.000. Una cifra que, sin ser millonaria, permite pensar en algunas decisiones financieras importantes.
Ahora bien, si ganaran hoy, ¿qué podrían hacer con esa plata?
Una opción conservadora sería mantenerlo en una billetera virtual, con una Tasa Nominal Anual que oscila entre el 27% y el 33%. Anualizado como TEA (Tasa Efectiva Anual), rinde entre el 30,5% y el 38,5%, dependiendo de la plataforma y la frecuencia de reinversión. Considerando que la inflación esperada para 2025 es de 31,8%, la opción no es mala para quienes no quieren asumir riesgos, aunque más que una ganancia, garantiza no perder demasiado.
Otra alternativa sería colocar el premio en un plazo fijo a 30 días, con una TEA del 37,14%. La rentabilidad sería levemente superior a la inflación esperada, pero aún dentro de los márgenes ajustados que permite la actual política monetaria contractiva.
Para los más arriesgados, el mundo cripto puede parecer tentador. Con posibilidades de altos rendimientos (y también de fuertes caídas), es una jugada de todo o nada. No es un camino recomendado para cardíacos, pero en un país donde muchos aprendieron a surfear la volatilidad, nunca se sabe.
Otra opción más tangible sería apostar al ladrillo: si bien no alcanza para un departamento de un dormitorio en CABA, sí se podría adquirir un monoambiente, ya sea para habitar, alquilar o usar como resguardo de valor. La estabilidad del precio del metro cuadrado y la reactivación de la construcción podrían hacer de esta una inversión inteligente para el mediano plazo.
Por último, también está la posibilidad de comprar un vehículo, ya sea para uso personal o como herramienta de trabajo. Desde autos hasta motos o utilitarios, el capital permitiría una inversión que podría monetizarse rápidamente en plataformas de delivery o transporte.
En definitiva, quien gane no sale de la casa con la vida resuelta, pero sí con un capital que, bien administrado, puede ser el punto de partida de una nueva etapa más tranquila. En esta edición de Gran Hermano, el afuera ya no es la selva caótica de otros años. Hoy, salir de la casa es encontrarse con una economía menos convulsionada y con números que, por fin, no gritan. Una rareza, sí. Pero en Argentina, cualquier respiro ya es motivo de festejo.
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ECONOMIA
Aumento de sueldo confirmado para empleados de comercio: de cuánto es la suba

Las partes acordaron un incremento salarial a abonarse en forma escalonada y una suma fija no remunerativa mensual. Además, se otorgó la homologación
06/08/2025 – 19:32hs
En el marco de las paritarias de la actividad mercantil, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Unión de Entidades Comerciales Argentinas (UDECA) y la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) suscribieron un nuevo acuerdo, el que además fue homologado por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
A partir de este acuerdo, se llegó a un incremento de sueldo de 6%, el que se abonará en forma escalonada entre julio y diciembre. Además, se otorgará una suma fija no remunerativa mensual.
La suba salarial se hará sobre las escalas de las remuneraciones básicas del CCT N° 130/75, para lo que se tomará como base de cálculo los valores expresados para junio de 2025, con más los porcentuales no remunerativos vigentes.
Suba del 6% para empleados de comercio: cómo se abonará el aumento
La suba del 6% se abonará en seis meses, distribuida de la siguiente manera:
- 1% a partir del mes de julio;
- 1% a partir del mes de agosto;
- 1% a partir del mes de septiembre;
- 1% a partir del mes de octubre;
- 1% a partir del mes de noviembre y
- 1% a partir del mes de diciembre.
Bono para empleados de comercio desde julio hasta diciembre
Por otra parte, se pactó el otorgamiento de una suma fija no remunerativa que, durante el segundo semestre, se abonará conforme al siguiente esquema:
- $ 40.000 durante el mes de julio,
- $40.000 durante el mes de agosto,
- $40.000 durante el mes de septiembre,
- $40.000 durante el mes de octubre,
- $40.000 durante el mes de noviembre y
- $ 40.000 durante el mes de diciembre.
Todas estas sumas se extinguen con el pago mensual de cada una de ellas, con excepción de los últimos $40.000 -correspondientes al mes de diciembre de 2025- los cuales se incorporarán a los básicos en su valor nominal en el mes de enero de 2026.
Lo pactado tiene vigencia desde el 1° de julio de 2025 y hasta el 30 de abril de 2026, sin perjuicio de lo cual las partes se comprometieron a reunirse en el mes de noviembre de 2025 para analizar las variaciones económicas que pudieran haber ocurrido.
Se aclara que los incrementos del acuerdo en cuestión no son vinculantes para los acuerdos salariales que pudieran suscribirse en el ámbito de la ciudad de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, sin perjuicio de que las sumas resultantes de los incrementos pactados constituyan el mínimo convencional vigente a partir de la homologación.
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ECONOMIA
Estos son los sueldos que cobrarán empleados de comercio por categoría en agosto tras confirmarse paritaria

El Gobierno autorizó el aumento del 6% de julio a diciembre, con revisión en noviembre. Incluye porcentajes y sumas no remunerativas
06/08/2025 – 19:52hs
Parece que soplan nuevos vientos en la secretaría de Trabajo. Después de la demorada homologación de la paritaria de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) ahora aprobó el acuerdo salarial firmado entre la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) y las cámaras empresariales del sector, con una mejora del 6 por ciento más suma fijas.
De esta forma, queda atrás la polémica que se desató hace un par de meses, donde el líder del gremio mercantil, Armando Cavalieri, cuestionó duramente al gobierno por poner un techo a los incrementos salariales y meterse en las negociaciones entre privados.
La homologación es fundamental para que las empresas estén obligadas a liquidar las subas salariales pactadas con los empresarios. De hecho, las quejas del sindicato se centraron en que centros de distribución mayorista no pagaron los aumentos, lo que derivó en protestas en Mar del Plata, por citar un solo ejemplo.
Incremento de sueldo más suma fija no remunerativa
El gremio informó que la oficialización del acuerdo se realizó con autoridades de la secretaría de Trabajo y representantes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Unión de Entidades Comerciales (UDECA), y va de julio a diciembre, en el marco de la paritaria anual 2024/2025.
El acuerdo contempla una asignación remunerativa y no acumulativa del 6 por ciento, distribuida de la siguiente forma:
- Julio: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
- Agosto: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
- Septiembre: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
- Octubre: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
- Noviembre: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
- Diciembre: 1% más suma fija no remunerativa de $40.000
Este bono alcanza a todos los trabajadores y trabajadoras incluidos en el convenio colectivo 130/75. Para aquellos que tengan jornada reducida, se calculará de manera proporcional.
Las partes establecieron que se reunirán en noviembre para realizar un análisis de la marcha de la inflación y su incidencia en el poder de compra. Fuentes gremiales indicaron que «en caso de tener un desfase, se discutirá cómo se aplica una compensación».
Apuesta al diálogo entre el gremio y las empresas
Al término del encuentro con los empresarios y funcionarios, Cavalieri explicó que «este acuerdo representa una señal de continuidad y compromiso en el diálogo entre gremio y empresas. Apostamos a la estabilidad del ingreso, pero también al monitoreo permanente del contexto para actuar con responsabilidad».
Remarcó que «la homologación da certeza jurídica y previsibilidad a las partes, sin dejar de atender la dinámica inflacionaria«.
La escala salarial de julio, que se comenzó a liquidar en los primeros días de agosto, quedó de la siguiente forma:
Administrativos
- Categoría A: $1.046.856
- Categoría B: $1.051.189
- Categoría C: $1.055.517
- Categoría D: $1.068.507
- Categoría E: $1.079.330
- Categoría F: $1.095.207
Maestranza
- Categoría A: $1.036.033
- Categoría B: $1.038.917
- Categoría C: $1.049.019
Cajeros
- Categoría A: $1.050.463
- Categoría B: $1.055.517
- Categoría C: $1.062.012
Vendedores
- Categoría A: $1.050.463
- Categoría B: $1.072.117
- Categoría C: $1.079.330
- Categoría D: $1.095.207
Auxiliares Generales
- Categoría A: $1.050.463
- Categoría B: $1.057.679
- Categoría C: $1.081.495
Auxiliares Especiales
- Categoría A: $1.059.126
- Categoría B: $1.072.114
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ECONOMIA
Este es el precio final que tendrás que pagar si querés importar un auto 0km

Traer un auto del exterior siempre fue una idea atractiva para los argentinos. Modelos que no llegan al país, precios que aparentan ser más competitivos y la ilusión de evitar intermediarios despiertan el interés de muchos consumidores que empiezan a mirar sitios web de concesionarias estadounidenses, europeas o asiáticas.
Con el anuncio oficial de que ahora será posible importar un auto 0km de forma particular, sin necesidad de pasar por una concesionaria, la discusión vuelve a instalarse: ¿conviene realmente importar un vehículo? ¿Cuánto cuesta hacerlo en términos reales? ¿Qué trabas existen? ¿Y qué marcas o modelos ofrecen más ventajas en ese escenario?
La nueva normativa, impulsada por el Ministerio de Desregulación y Reforma del Estado, busca facilitar este proceso eliminando requisitos como la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) y reemplazándolos por el Certificado de Seguridad Vehicular (CSV), que presumirá la validez de un modelo si ya está aprobado en países como Estados Unidos o miembros de la Unión Europea. Sin embargo, más allá del anuncio, el proceso no está exento de desafíos técnicos, económicos y logísticos que los particulares deben tener en cuenta antes de tomar una decisión.
Importar un auto: la larga lista de impuestos y costos fijos
Desde el punto de vista económico, importar un auto implica sumar una larga lista de impuestos y costos fijos. Al valor FOB del vehículo (es decir, el precio sin transporte ni seguros) se le aplican los siguientes cargos: un arancel de importación del 35%, el IVA del 21%, Ganancias, Ingresos Brutos y otros tributos provinciales y nacionales por alrededor del 10%, y una tasa estadística del 3%. A eso deben sumarse el flete internacional (estimado en u$s2.500) y los costos logísticos locales (1.000 dólares).
importar un auto implica sumar una larga lista de impuestos y costos fijos
En total, el costo de importar un auto nuevo puede incrementarse más de un 85% respecto al valor original, sin contar otros posibles ajustes por tipo de cambio, certificaciones o demoras operativas.
Para ello, presentamos un análisis de varios modelos seleccionados que permite dimensionar mejor el impacto. Por ejemplo, importar un Toyota Corolla desde Estados Unidos, cuyo valor de base ronda los u$s22.500, implica sumar cerca de u$s19.000 en impuestos y costos logísticos. El costo final supera los u$s41.000, lo que representa un 50% más que comprar el mismo modelo directamente en una concesionaria argentina, donde se comercializa por unos 27.600 dólares.

La única excepción es un vehículo del segmento premium, como el BMW X3
En otros casos, como el Ford Bronco Sport o el Jeep Compass, la diferencia también es significativa: importar cuesta entre un 19% y un 25% más que comprar localmente. La única excepción en este análisis fue un vehículo del segmento premium, como el BMW X3, que terminó siendo un 7% más barato si se lo importa, siempre y cuando se complete exitosamente todo el proceso.
A estos números se le suma una variable no menor: el tiempo. El proceso completo puede demorar entre 4 y 6 meses, e incluye trámites en aduanas, certificaciones técnicas, traslado desde el puerto y eventualmente una adaptación mecánica si el modelo no cumple con las normas ambientales, de seguridad o emisiones vigentes en la Argentina. Incluso si el Certificado de Seguridad Vehicular agiliza algunos pasos, aún es necesario realizar la Verificación Técnica Vehicular (VTV) y asegurar que el modelo incluya todos los sistemas obligatorios en el país, como control de estabilidad (ESP) o anclajes ISOFIX.
Definir desde qué mercado importar, clave
Otro punto clave al tomar la decisión de importar es definir desde qué mercado conviene hacerlo. No es lo mismo adquirir un vehículo en Estados Unidos que en China, Japón o Corea del Sur. En general, los autos fabricados en Asia tienden a tener un valor FOB más bajo, lo que no solo reduce el precio de base, sino también el monto total de impuestos y aranceles que se calculan sobre ese valor. Esta diferencia estructural en el origen puede traducirse en una brecha de miles de dólares en el costo final del mismo tipo de vehículo.
Un sedán compacto como el Chevrolet Cruze, por ejemplo, cuesta alrededor de u$s19.600 en Estados Unidos, y al sumarle impuestos alcanza un costo final importado de más de u$s36.000. En contraste, un Toyota Corolla producido en Asia puede conseguirse por u$s13.500 de base y terminar costando poco más de u$s26.000 tras los impuestos. La brecha entre ambos modelos asciende a más de u$s10.000, para autos del mismo segmento.

Al tomar la decisión de importar un auto es clave definir desde qué mercado conviene hacerlo
La diferencia se repite en todos los segmentos analizados. En SUV chicas, la Ford Escape importada alcanza un costo total de más de u$s53.000, mientras que una Kia Seltos asiática puede ingresar al país por apenas 22.000 dólares.
En pick-ups chicas, la Ford Maverick supera los u$s51.000, mientras que una GWM Poer –modelo chino equivalente– cuesta menos de u$s39.000. Y en vehículos eléctricos, un Tesla Model 3 se importa por más de u$s75.000, mientras que un BYD Dolphin chino ronda los u$s34.000 con todos los impuestos incluidos.

Los modelos provenientes de Asia son más económicos y tributan menos por su valor FOB
Los autos asiáticos, más competitivos
La conclusión es clara: los modelos asiáticos, además de ser más económicos de base, tributan menos por su menor valor FOB, lo que los hace mucho más competitivos al momento de importarlos.
Sin embargo, no todo es cuestión de números. Muchos de estos modelos no tienen representación oficial en Argentina, lo que implica desafíos adicionales para la homologación, el acceso a repuestos, la garantía y el servicio técnico. Si bien la normativa propone abrir el acceso a las especificaciones técnicas de cada modelo, el usuario deberá gestionar parte de esa información por su cuenta si el modelo no está registrado localmente. Además, si el vehículo no está adaptado al tipo de combustible local, a las normas de emisiones vigentes o al estado de las rutas argentinas, podría sufrir daños mecánicos o rendir por debajo de lo esperado.
Entonces, ¿conviene importar un auto de forma particular en Argentina hoy? La respuesta depende del perfil del consumidor. Si se trata de un usuario que busca acceder a un modelo premium, no disponible en el mercado local, y está dispuesto a afrontar una espera de varios meses y asumir los costos de gestión, la operación puede ser viable y hasta conveniente en términos de precio. Pero para quienes buscan un vehículo del segmento generalista (sedanes, SUV o pick-up medianas), la compra local sigue siendo más competitiva, tanto en precio como en facilidad.
En cualquier caso, lo más recomendable es hacer un cálculo detallado antes de tomar la decisión: comparar precios en origen y en el país, sumar todos los impuestos, investigar si el modelo ya cuenta con homologación en Argentina y evaluar si existe servicio postventa disponible. En un contexto económico como el argentino, donde las reglas pueden cambiar de un mes a otro, el margen de error es bajo. El costo no es solo monetario: también se paga en tiempo, energía y riesgo operativo.
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