ECONOMIA
Desde ropa barata de Shein hasta autos eléctricos: devaluación no frenó fiebre importadora y habrá récord

La volatilidad del dólar «que flota» hizo ruido a nivel político, pero no parece haber hecho mella en el «festival de importaciones», que incluye la fiebre por la ropa barata china de Shein, hasta autos eléctricos y compras de tecnología vía Amazon.
Al menos, eso es lo que se desprende de la última encuesta REM, en la que bancos y consultoras, que respondieron justo en plena corrida cambiaria, mantuvieron sus proyecciones sobre un flaco saldo comercial para el año.
Los expertos previeron, en promedio, que las compras desde el exterior terminarán el año en u$s75.115 millones, lo que implica una pequeña baja de 0,3% respecto de la cifra que se había previsto el mes anterior. Esto implicaría que, hasta fin de año, habrá un promedio mensual de importaciones por u$s6.360 millones. Es una cifra que supera en 25% el promedio mensual del año pasado.
Del otro lado del mostrador, se espera que las exportaciones apenas mejoren un 2,4% respecto de 2024.
El hecho de que la variación en las proyecciones de los economistas haya sido tan pequeña en el último REM llama la atención, dado que se realizó con un dólar mayorista de $1.307, mientras a fines de junio las proyecciones se habían hecho con un tipo de cambio de $1.205.
Es decir, una corrección devaluatoria de 8,4% en un mes no logró alterar la perspectiva sobre la competitividad de la economía argentina.
Y es un dato que no sólo contradice los intentos de Toto Caputo por llevar tranquilidad al mercado -con el argumento de que se mejoró en términos relativos porque los países vecinos revaluaron sus monedas mientras el peso se devaluó- sino que, además, mantiene la preocupación sobre el déficit de cuenta corriente que será necesario financiar.
Un superávit que adelgaza
Puesto en números, el deterioro de las expectativas es elocuente: a inicios de año, la expectativa del mercado era que la balanza comercial dejara un saldo positivo de u$s12.144 millones. Pero, mes a mes, los expertos fueron retocando a la baja su previsión de exportación, y al alza la de importación, en el marco de una política de revaluación del peso.
En definitiva, en un semestre la previsión de saldo comercial se redujo a la mitad: u$s6.507 millones, producto de ventas por u$s81.662 millones e importaciones por u$s75.115 millones.
Y, si bien ya no es sorpresa la velocidad que están tomando las importaciones -que, además del tipo de cambio, tienen el incentivo de bajas arancelarias y desregulaciones-, lo que sí llama la atención es el pobre desempeño exportador. Si no fuera por el rubro petrolero, que crece a una impactante tasa de 74% interanual, las exportaciones habrían caído respecto del año pasado.
Para peor, la situación se complica todavía más si se considera que la gran esperanza del gobierno para el segundo semestre era que el rubro petrolero viviera un boom de ventas que compensara por el bajón estacional de exportaciones del campo. Sin embargo, las últimas noticias que llegaron desde Vaca Muerta han traído preocupación: la caída de los precios del mercado global ha impactado sobre el principal yacimiento argentino, de manera que se están desinflando las expectativas originales.
Hablando en plata, se esperaba que la balanza neta del rubro energético dejara un saldo de u$s8.000 millones en todo el año. Pero la merma en la producción de las últimas semanas, admitida por los principales ejecutivos del sector, ha hecho que se tema por un recorte de hasta u$s2.000 millones en esas ventas.
¿Se puede pagar la cuenta?
¿Está mal que, mientras las exportaciones se estancan, las importaciones argentinas vayan en este segundo semestre a un nivel promedio de u$s6.360 millones por mes? Es una pregunta que genera respuestas dispares en el mercado, porque lo que se discute no es sólo si el monto es pagable, sino en qué se gastan las divisas escasas.
Los economistas coinciden en la regla del «tres a uno», según la cual, por cada punto del PBI que crece la economía, las importaciones deben subir tres puntos. Ante una expectativa de que la variación del PBI este año sea de 5,5%, entonces se consideraría normal una suba de hasta 17% en las importaciones, para asegurarle a la industria los insumos necesarios para incrementar su producción.
Pero la realidad es que la relación pasó a ser de «cinco a uno» y, sin embargo, no hay industriales que se muestren contentos. Más bien al contrario, se quejan de que los rubros que están liderando las importaciones no son los que hacen crecer a la producción nacional, sino que se concentra en productos finales para consumo.
Es así que la Unión Industrial Argentina denunció que ese sector pierde empleos a un ritmo de más de 1.500 puestos por mes.
Hubo casos puntuales de alto impacto, como la suspensión del 80% de la producción en la planta de Villa Constitución de Acindar, por la caída de las ventas en el mercado interno. Pero el sindicato denunció que, además, había otro factor preocupante: la producción local está siendo desplazada por la importación desde China, que es realizada incluso por la propia Acindar.
Y en la industria textil, uno de los más impactados por la apertura arancelaria, se denunciaron casos de «dumping» que llevaron la participación de productos importados a 67% del mercado, cuando el promedio de la última década fue de 55%.
Manija importadora
No es fácil la disyuntiva para Toto Caputo. Por un lado, es consciente de que con el escenario actual se promueve la importación mientras se ralentiza la producción local. Y, además, cuenta con la presión del propio Fondo Monetario Internacional, que está insinuando la conveniencia de un tipo de cambio más alto.
En uno de sus últimos reportes, contrariando el discurso del gobierno -que afirmaba que el déficit de la cuenta corriente era un síntoma positivo porque implicaba que la economía en crecimiento requería muchas importaciones- había sugerido que, considerando su débil cobertura de reservas y sus dificultades de acceso al mercado financiero internacional, Argentina debería contar con un superávit de cuenta corriente de 1,4% del PBI, como forma de evitar eventuales turbulencias.
Hablando en plata, el superávit de cuenta corriente que sugiere el FMI se ubicaría en torno de u$s10.000 millones, mientras que las proyecciones de los economistas hablan de un déficit en torno de u$s14.000 millones.
Sin embargo, las perspectivas de que la situación cambie son bajas: por un lado, el gobierno no sólo no reniega de la apertura comercial sino que la defiende, tanto por motivos ideológicos como prácticos: el ingreso masivo de productos importados a bajo precio ayuda a mantener a raya la inflación.
Por otra parte, las señales del mercado en los últimos días, con subas de tasas de interés y con intervención oficial en el mercado de futuros del dólar refuerza la visión de que el gobierno, por más que predique la libre flotación de la moneda, no quiere que antes de las elecciones se repitan episodios como el de fin de julio.
Es decir, no habrá una suba del dólar que desincentive las importaciones. Más bien al contrario, es probable que se replique el escenario de los momentos de atraso cambiario, cuando muchos importadores adelantan compras para acumular stock, ante la previsión de que dentro de unos meses los precios podrían encarecerse.
Otra apuesta a la soja
Con estos datos a la vista, no resulta extraño que el gobierno haya ratificado la baja de retenciones a la exportación agrícola. En el balance, se trata de un sacrificio fiscal de 0,1% del PBI, pero que se vería compensado por una aceleración en las ventas del campo para el segundo semestre.
Después de todo, los expertos calculan que todavía queda más del 40% de la cosecha sin vender. Y, aunque los precios del mercado global son poco estimulantes, los productores han recibido una mejora en el precio doméstico, en parte por el «efecto retenciones» y en parte también por la propia devaluación.
Es así que la soja, que hasta junio promediaba los $325.000 por tonelada, llegó en los últimos días a tocar un pico de $395.000. En el caso de que esta situación fuera lo suficientemente estimulantes como para que los silobolsas se vaciaran, esto implicaría un aporte, sólo por la soja, de unos u$s8.200 millones, correspondientes a 23 millones de toneladas todavía sin vender.
Pero claro, se trata de un cálculo hipotético, que dependerá de la expectativa de los productores: si creen que luego de las elecciones habrá otro ajuste cambiario -como están insinuando los economistas más críticos-, entonces es posible que el ritmo exportador se ralentice.
Y el comportamiento del mercado cambiario de la última semana -el dólar retrocedió un 3,5%, perdiendo casi la mitad del recorrido que había hecho en junio- podría abonar esa postura tradicionalmente conservadora de los productores agrícolas.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,importaciones,exportaciones,balanza comercial,saldo,industria,soja,petróleo,dólar,devaluación,toto caputo
ECONOMIA
INDEC reveló cuál es la ciudad más pobre del país

El organismo estadístico registró un 31,6% de pobreza en el primer semestre de 2025, el nivel más bajo desde 2018. La lista de localidades más afectadas
25/09/2025 – 20:51hs
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este jueves que el índice de pobreza en la Argentina fue del 31,6% en el primer semestre de 2025. Se trata del registro más bajo desde 2018 y un dato que el Gobierno celebró como signo de mejora, aunque revela fuertes contrastes entre las distintas regiones del país.
Concordia, la ciudad más pobre del país: el informe de INDEC
El relevamiento se realizó sobre 31 aglomerados urbanos y confirmó que Concordia, en Entre Ríos, mantiene el índice más alto del país: allí el 49,2% de sus habitantes vive bajo la línea de pobreza. La ciudad gobernada por Francisco Azcué, referente del PRO, prácticamente duplica el promedio nacional y también se ubica entre las localidades con mayor indigencia, con un 12,3% de su población sin ingresos suficientes para cubrir la canasta básica alimentaria.
El segundo lugar lo ocupa el área del Gran Resistencia, Chaco, que incluye Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas. En esa zona, con unos 386.000 habitantes, el 48,2% de la población es pobre y un 15,1% se encuentra en situación de indigencia. En Posadas, Misiones, el índice de pobreza alcanzó al 38,1% y en Corrientes al 37,4%. El quinto puesto lo ocupa el Gran San Juan —que agrupa la capital provincial y los departamentos Rawson, Rivadavia, Chimbas y Santa Lucía— con un 36,6% de pobreza.
El informe del INDEC aclara que la incidencia de la pobreza y la indigencia surge de comparar los ingresos monetarios de los hogares con los valores de la canasta básica alimentaria (CBA) y la canasta básica total (CBT). Mientras que la pobreza implica la imposibilidad de cubrir necesidades básicas más allá de los alimentos, la indigencia refleja ingresos tan bajos que ni siquiera alcanzan para cubrir la canasta alimentaria mínima.
En términos de indigencia, además de Concordia y Gran Resistencia, se destaca Santa Rosa (La Pampa), donde el 9,7% de los habitantes no logra acceder a los alimentos necesarios. En el Gran Buenos Aires, que concentra más de 16 millones de personas, la indigencia es del 8,8%, mientras que en el Gran La Plata alcanza al 8%.
Pese a que el índice nacional marca una mejora general, el mapa de la pobreza muestra fuertes disparidades regionales y revela que en varias provincias del Litoral y el Norte argentino persisten los mayores desafíos socioeconómicos del país.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,pobreza,indec,canasta basica
ECONOMIA
La geografía del empleo argentino: de qué se trabaja en cada provincia

Argentina posee la octava superficie del mundo, se destaca por su diversidad de climas y ecosistemas. La geografía del empleo tiene tanta diversidad como la territorial, pero cuenta con mixturas y, con el paso del tiempo, ese paisaje se ha modificado y el perfil del país también. En 1970, casi 1 de cada 3 pesos del PBI en Argentina provenía de la industria; hoy apenas 1 de cada 6. El peso de la industria en el PBI en la década de 1970 era de (31,54%) y los servicios menos de la mitad (48,08%). Hoy la industria pesa apenas un 15% y los servicios superan el 53%.

Este proceso de transformación no es exclusivo de la Argentina: la tercerización de la economía es un fenómeno global desde China hasta Estados Unidos, según los indicadores del Banco Mundial. En las últimas décadas, los países redujeron el peso de la industria y vieron crecer a los servicios, aunque con trayectorias y resultados diferentes. Algunos lograron sostener industrias sólidas al mismo tiempo que desarrollaron servicios sofisticados, mientras que otros, como Argentina, vieron cómo el comercio y las actividades básicas se convertían en las principales fuentes de empleo. Comparar este recorrido con otras experiencias nacionales permite dimensionar mejor dónde estamos parados y hacia dónde podemos proyectarnos.
Si trasladamos la comparación con otras trayectorias nacionales como las de Australia y Estonia, observamos que Argentina tiene los mayores desafíos de ambos mundos: una gran dependencia de commodities como el caso australiano pero a pesar de tener un sistema muy tecnificado y de punta, aún no logra la misma productividad, y la expectativa digital de Estonia pero limitada a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y algunos centros urbanos, lo que marca una dualidad que condiciona el futuro de todos los jóvenes que estén en la búsqueda laboral.
En el caso australiano tiene muchas semejanzas con Argentina, fuerte base de recursos primarios (minería y agricultura) pero la diferencia radica en servicios de mayor sofisticación y particularmente de gran inserción internacional. Por otra parte, Estonia es un claro ejemplo de tercerización pero con un direccionamiento muy fuerte hacía los servicios digitales y tecnológicos con un alto nivel de productividad.
Los datos relevados del Banco Mundial permiten identificar cómo Argentina se consolida como país de servicios a partir de la década del 70 principalmente al inicio de la dictadura militar de 1976. Posteriormente, con el regreso de la democracia esta tendencia no se revirtió y su punto de inflexión sucedió durante los ‘90. Actualmente el crecimiento en servicios es sostenido y la industria anhela su pico. Este devenir histórico nos permite llegar a entender la foto de un país con altos grados de tercerización y tendencia a la caída del sector industrial.
El perfil de Argentina como generador de empleo sufre una transformación estructural donde la participación del trabajo en la industria viene en caída década tras década hacía la economía de servicios, como se menciona en el informe del Banco Mundial de mayo de 2025 “Panorama Laboral Regional: Un análisis basado en encuestas de la fuerza laboral América Latina y el Caribe” donde refleja que el Estado argentino es uno de los países de América Latina que experimentó un aumento en la proporción del empleo en varios sectores de baja productividad y una disminución en la de los sectores de alta productividad. En la mayoría de las provincias el principal empleador ya no es la industria ni el agro, sino el comercio minorista, junto con la construcción y algunos servicios básicos.

Sebastián Etchemendy es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California, Berkeley, Profesor de Economía Política en el Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, e investigador del CONICET y menciona que esta situación no es una particularidad de Argentina. “En todo el mundo el sector industrial está en retirada. En algunos países desarrollados, como el caso de Alemania o Corea del Sur mantienen una base fuerte”.
Asimismo, explica que los servicios tienen distintas aristas, que pueden ir desde un modelo de servicios básicos, con baja productividad y sin valor agregado a un modelo de servicios de alta complejidad con alto nivel de valor agregado como es el caso de Estonia, que es un hub tecnológico en Europa. Para finalizar agrega: “En el caso de Argentina diría que se identifica una dualidad, ya que tiene servicios muy básicos y al mismo tiempo muy complejos”. Esta dualidad enfrenta un escenario muy complejo para el país.
Los índices encontrados en data.worldbank.org revelan que Argentina todavía no logra consolidar empleo industrial fuerte ni servicios de alta productividad homogéneos en su territorio. Este cambio presenta desafíos para la integración productiva y para garantizar oportunidades laborales de calidad en todas las provincias. Donde se evidencian las asimetrías entre los centros urbanos donde se encuentran lagunas de rubros con alta competitividad y desarrollo y el interior de las provincias.
Como menciona Etchemendy, Argentina está muy lejos de Corea del Sur y Alemania. Pero, ¿cómo está Argentina en comparación con países de América Latina?
La comparación con los países de la región es ilustrativa. Tanto Brasil como México, a pesar de tener una mayor desigualdad que Argentina, muestran un sistema industrial más fuerte con sectores competitivos a escala global como la industria automotriz mexicana o el caso del complejo metalúrgico brasilero y su desarrollo en la industria bélica que amortiguan la heterogeneidad productiva. Distinto es el caso de Chile, que muestra una dependencia mayor de los servicios, similares a los de Argentina pero con un mayor nivel de formalidad laboral y menor brecha territorial, además en Chile el Estado orientó el crecimiento hacia la minería como columna vertebral y en el caso argentino todavía no queda claro cuál es ese anclaje sectorial que le permita planificar el país. ¿Será la minería y el petróleo? ¿Los servicios de alta productividad con las grandes empresas tecnológicas nacionales que se insertan en el mercado global?¿El agro ampliará su encadenamiento productivo? Una de las discusiones más importantes que se dieron en la última década fue repensar el país cuando fueron exitosas las perforaciones de Vaca Muerta. La historia económica indica que la energía barata posibilita una industria competitiva. A eso se puede sumarle otros minerales como el litio y ¿el cobre? para (re)pensar cadenas productivas en el país.
Si a estos indicadores del Banco Mundial, que nos permiten observar un diagnóstico general de la situación en Argentina, le agregamos los datos que se relevan a partir de las estadísticas e indicadores regionales de OEDE de la subsecretaría de empleo del ministerio de Capital Humano, podemos obtener un mapa de los principales trabajos de cada una de las provincias y en él podemos identificar la brecha entre la estructura productiva nacional y la realidad laboral en las provincias.
Pero para entender de verdad el mapa del trabajo en la Argentina no alcanza con mirar los números nacionales. La distribución del empleo es profundamente federal: mientras en la mayoría de las provincias predomina el comercio minorista como empleador principal, en otras regiones el peso lo tienen sectores específicos como la construcción en el NOA, el petróleo y el gas en la Patagonia o la agricultura en el Noroeste. La heterogeneidad productiva del territorio argentino condiciona tanto las oportunidades de inserción laboral de los jóvenes como las políticas públicas necesarias para equilibrar el desarrollo.
La idea planteada por Etchemendy toma fuerza ya que los servicios son dominantes en el PBI, pero con el empleo anclado en sectores tradicionales y poco sofisticados. En 12 provincias la principal rama de empleo es el comercio minorista, 3 provincias tienen a la construcción como sector dominante (Salta, San Juan y Catamarca). Sólo 2 provincias dependen de la extracción de petróleo y gas (Neuquén y Santa Cruz) y Tierra del Fuego tiene como principal actividad la producción de electrónicos (radio y TV).
En provincias agrícolas, como Tucumán, La Rioja y Río Negro, el empleo principal sigue siendo la agricultura y ganadería.

El mapa muestra el desafío por delante que hay para el empleo en Argentina:
1. ¿De qué manera se puede generar un puente hacia sectores más dinámicos, vinculados a la tecnología, la industria o los servicios profesionales cuando hay un mercado laboral polarizado?
2. ¿Cómo desarrollar mayores oportunidades iniciales hacia empleos de mayor valor agregado cuando esas oportunidades son limitadas y se centran en los grandes centros urbanos?
El comercio minorista es la principal fuente de trabajo con casi uno de cada cuatro empleos (24,9%), seguido por los servicios profesionales y empresariales (23,9%) y la enseñanza (19,8%). Sectores como la industria (15,1% del PBI) y la agricultura (6%), que históricamente fueron motores de desarrollo, hoy tienen menor peso en la generación de riqueza y, al mismo tiempo, menos capacidad de absorber trabajadores.

¿Este camino sinuoso será una oportunidad que se pueda aprovechar o se profundizará este proceso? La respuesta dependerá de las políticas públicas, las inversiones y la capacidad de transformar la matriz productiva. Revertir esta situación exige un gran esfuerzo mancomunado de todos los sectores políticos, sindicales, empresariales y religiosos, ya que las potencialidades de Argentina están a la vista.
Australia, Estonia, Corea del Sur, Alemania, México, Brasil y Chile han decidido con sus soles y bemoles su norte, Argentina tiene el desafío de encontrar una brújula que se pueda usar más allá de quien gobierne en el país, ya que marcará no solo el futuro del mercado laboral, sino también el perfil productivo del país en las próximas décadas.
10 mayo 2023,calor,category_code_new,construcción,economía,eduardo parra,golpe de calor,obra,ola de calor,sol,trabajo
ECONOMIA
Las reservas del BCRA crecieron u$s300 millones y en la City creen que el Tesoro compró dólares

Después del respaldo político y financiero que Estados Unidos expresó al Gobierno, el mercado detectó nuevos movimientos oficiales en el frente cambiario. Según estimaciones privadas, el Tesoro habría vuelto a intervenir con compras de divisas, lo que se reflejó en un incremento de u$s317 millones en las reservas internacionales del Banco Central.
La variación se registró este jueves en el balance del BCRA. Como no hubo ingresos de organismos internacionales ni cambios relevantes en las cotizaciones, operadores descuentan que la suba se debió a una adquisición directa del Tesoro. Desde el Ministerio de Economía, sin embargo, prefirieron no confirmar ni desmentir la operación al ser consultados.
El economista Gabriel Caamaño escribió en su cuenta de X: «Esto es consistente con una compra significativa del Tesoro. Suba de las reservas brutas por más de u$s300 millones». Y agregó: «u$s1050 millones informa CIARA que liquidó hoy, eso es más que la suma de rueda mayorista en Divisa y MEP. Otra vez es indicativo de compra en bloque significativa».
Por su parte, Amílcar Collante señaló que «los depósitos del Gobierno en dólares subieron u$s85 millones el 23 de septiembre«, lo que da más pistas sobre estas operaciones.
Dólares del agro y apoyo de EE.UU.: el escenario ideal para el Gobierno
El refuerzo de reservas llega luego de los anuncios de Washington, que incluyeron asistencia a través de swap de monedas, compra de bonos argentinos y un préstamo directo del Tesoro norteamericano. Se trata de un respaldo clave en un momento de tensión financiera y de expectativas crecientes en el mercado cambiario.
En el último informe de Jefatura de Gabinete se detalló que durante junio y julio el Tesoro había realizado compras por u$s1464 millones a un tipo de cambio promedio de $1260,13. Posteriormente, tras la volatilidad que siguió a las elecciones bonaerenses, buena parte de esos dólares se usaron para intervenir y contener al mercado.
El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, confirmó en las últimas horas que negocia con la Argentina un swap por u$s20.000 millones para apuntalar al BCRA. También aseguró en redes sociales que está «listo» para comprar bonos de la deuda argentina en dólares, y anticipó que podrían otorgar un crédito directo para reducir la presión financiera en plena campaña electoral.
Incluso fue más allá: «Inmediatamente después de las elecciones, comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en el pago de su principal deuda«, adelantó Bessent.
El apoyo de Estados Unidos llega en un contexto en el que los organismos multilaterales siguen advirtiendo que el talón de Aquiles de la economía argentina es la escasez de reservas. Gita Gopinath, ex número dos del FMI, lo planteó con claridad: «El apoyo estadounidense sin duda ayuda a prevenir fluctuaciones cambiarias especulativas. Sin embargo, un progreso duradero requerirá que Argentina adopte un régimen cambiario más flexible, acumule reservas y genere apoyo para sus reformas internamente».
Comprar o que baje el precio del dólar: dos opciones para Javier Milei
Tal como sucedió durante la liquidación de la cosecha gruesa, el Gobierno tiene la chance de «dejar pasar» la oportunidad —no comprar los dólares— y usar esa oferta para que baje la cotización del dólar.
La alternativa es hacer algo bien diferente: es decir, aprovechar la llegada de dólares para que el Tesoro o el BCRA compren esas divisas.
De acuerdo a fuentes de la City, el Tesoro ya habría adquirido una parte de las liquidaciones, tanto el martes como ayer miércoles. Entre operadores sospecharon que el Tesoro compró unos u$s1.500 millones en esos dos días.
Y se vienen más compras, dada la fuerte oferta ya programada para las próximas jornadas.
Por otra parte, el BCRA tuvo una postura que hace prever una actitud más realista respecto del escenario económico.
Ante la tormenta de dólares, el Banco Central sorprendió con una baja de las tasas de interés —en total de 10 puntos en las repo— que es uno de sus principales instrumentos de política monetaria. La tasa repo a un día pasó de 35% a 25% anual.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,dolar,banco central,reservas
- SOCIEDAD1 día ago
Quiénes son los cuatro detenidos por el triple femicidio de Florencio Varela
- ECONOMIA3 días ago
Bessent dio detalles de la asistencia de EE.UU. a Argentina: dijo que será «grande y contundente»
- POLITICA2 días ago
Alberto Fernández le respondió a Trump, luego de que lo comparara con Joe Biden: “¡Despertate, Donald!»