ECONOMIA
El Gobierno le pagará a las industrias que restrinjan el uso de electricidad en los horarios pico del verano

El Gobierno nacional avanzó con la creación de un programa especial para aliviar la demanda de electricidad en los momentos de mayor tensión del sistema, en especial durante las olas de calor del verano. La iniciativa apunta a que los grandes usuarios reduzcan voluntariamente su demanda en horas críticas, a cambio de remuneración económica, para balancear el consumo y evitar cortes de suministro.
La decisión se inscribe dentro del Plan de Contingencia Energética que la Secretaría de Energía viene diseñando desde el año pasado, cuando se aprobó la resolución 294. Ahora, a través de la resolución 379, se da un paso más con la puesta en marcha de un Programa de Gestión de Demanda de Energía. Se trata de un esquema programado y voluntario mediante el cual industrias y grandes comercios podrán ofrecer reducciones de carga eléctrica al Operador del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), para que estas funcionen como una reserva adicional del sistema cuando la red esté al límite.
El texto de la resolución es explícito en cuanto a la experiencia de otros países que ya utilizan mecanismos similares. “Los antecedentes internacionales de programas de gestión de demanda diseñados para trasladar la carga de mayor potencia de la red demuestra que la eficiencia energética y otras medidas de reducción de la demanda, mediante incentivos de rendimiento vinculados al logro de objetivos que generen ahorro, ha tenido muy buenos resultados, como los reportados por la Administración de Información Energética de Estados Unidos en el Estado de California, los Programas de Eficiencia Energética de Energy del Reino Unido y el Programa de Gestión de la Demanda de Brooklyn-Queens (BQDM), entre otros”, señala uno de los considerandos.
La norma también precisa que los costos de estas medidas se asignarán a los costos de reserva del MEM, lo que implica que serán absorbidos dentro del esquema general del sistema eléctrico.

El nuevo programa busca evitar que se repitan situaciones como las registradas en veranos anteriores, cuando los picos de consumo forzaron cortes preventivos en distintas zonas del país. La Secretaría de Energía identificó que el punto más delicado de la red en verano ocurre a las tres de la tarde, momento en que la temperatura ambiental y la actividad industrial coinciden en empujar la demanda hacia niveles máximos. A esa hora, los acondicionadores de aire explican alrededor de un tercio de todo el consumo residencial y convierten a este artefacto en un factor determinante de la estabilidad del sistema.
Por eso, aunque la medida esté dirigida a grandes usuarios industriales y comerciales, la información oficial destaca la necesidad de sumar campañas de concientización para el uso racional de estos equipos.
El esquema establece que podrán participar como “Usuarios Adherentes” aquellos que tengan una potencia máxima registrada superior a 300 kW y cuenten con sistemas de medición que permitan registrar consumos horarios. Los interesados deberán presentar ante el OED una propuesta estacional con la potencia que se comprometen a reducir y, si son aceptados, estarán obligados a responder en los momentos en que la Secretaría de Energía declare una situación crítica. Esa reducción funcionará como una reserva de emergencia, similar a la que se obtiene de una central eléctrica en stand-by, pero en este caso a partir de la menor utilización de equipos y procesos industriales.
La resolución 294 había establecido en 2024 un plan de contingencia para el período 2024-2026, con el fin de mitigar riesgos de cortes y asegurar el abastecimiento en los meses de mayor demanda. Esa norma contemplaba acciones en generación, transporte y distribución, así como la creación de un comité de seguimiento. La resolución 379 se presenta como un complemento de ese marco regulatorio, orientado específicamente a la reducción de la demanda.

De acuerdo con lo previsto, el programa será de carácter voluntario, por lo que su éxito dependerá del grado de adhesión que logre entre las industrias. Al mismo tiempo, el esquema de remuneración se considera clave para estimular la participación: quienes acepten disminuir su consumo recibirán un pago proporcional a la energía dejada de utilizar en los momentos más críticos.
La apuesta oficial es que, con esta herramienta, se logre aplanar las curvas de consumo y reducir la probabilidad de colapsos en la red, especialmente en la región metropolitana, donde la concentración de demanda es más elevada. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la capacidad real de implementación. La verificación del cumplimiento, la disponibilidad de equipos de medición adecuados y la voluntad de las empresas de resignar producción, aunque sea por unas horas, serán factores determinantes para el éxito o el fracaso de la iniciativa.
Desde el Gobierno señalan que este tipo de programas es más económico y eficiente que invertir en nuevas centrales de generación solo para cubrir los picos estacionales. Además, insisten en que se trata de una práctica extendida en mercados eléctricos desarrollados. Pero al mismo tiempo reconocen que requiere un cambio cultural en la relación entre el Estado, las empresas y los consumidores de energía.

En paralelo, las autoridades admiten que el consumo residencial seguirá siendo un desafío central. El masivo uso de equipos de refrigeración durante las olas de calor constituye el principal factor de tensión en la red, y si bien el programa actual apunta a grandes usuarios, el debate sobre cómo moderar el uso de acondicionadores de aire en los hogares está sobre la mesa. Campañas de concientización y posibles medidas de incentivo al uso eficiente podrían sumarse más adelante.
Con la resolución 379 ya oficializada, el programa quedó en condiciones de comenzar a funcionar en la próxima temporada de verano. Será entonces cuando se pondrá a prueba la efectividad de un mecanismo que combina la reducción voluntaria de consumo con incentivos económicos y que busca evitar que las altas temperaturas se traduzcan en apagones masivos. El Gobierno apuesta a que esta experiencia marque un punto de inflexión en la forma en que se administra la demanda eléctrica en la Argentina, siguiendo los ejemplos de otros países, pero con el desafío de adaptarlo a las características propias del sistema local.
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ECONOMIA
La inflación mayorista se aceleró al 3,7% en septiembre y los productos importados aumentaron 9%

El nivel general del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un aumento de 3,7% en septiembre de 2025 respecto del mes anterior, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El organismo precisó que la variación fue consecuencia de una suba de 3,3% en los productos nacionales y de 9,0% en los productos importados, lo que reflejó un incremento más marcado que en agosto, cuando el alza había sido del 2,8%.
De acuerdo con el reporte oficial, el IPIM acumula en lo que va del año una variación de 20,0%, mientras que en la comparación interanual se ubica 24,2% por encima del nivel registrado en septiembre de 2024.

El resultado de septiembre (3,7%) implica una nueva aceleración del ritmo de aumento de precios. De hecho, para encontrar un número más alto hay que remontarse a marzo de 2024, cuando el IPIM avanzó 5,4%. No es un dato menor, teniendo en cuenta que el propio ministro de Economía, Luis Caputo, define a los precios mayoristas como “un adelanto de lo que ocurrirá con el Índice de Precios al Consumidor (IPC)”.
El Indec señaló que dentro del conjunto de productos nacionales, las divisiones con mayor incidencia en la suba mensual fueron “Productos agropecuarios” (0,42 puntos porcentuales), “Productos refinados del petróleo” (0,37), “Vehículos automotores, carrocerías y repuestos” (0,35), “Petróleo crudo y gas” (0,34) y “Alimentos y bebidas” (0,24).
En tanto, los productos manufacturados y la energía eléctrica tuvieron una suba promedio de 3,1%, mientras que los productos primarios se incrementaron 4,0% y la energía eléctrica avanzó apenas 0,4%. En el segmento de bienes importados, la variación fue sustancialmente mayor: 9,0%, impulsada por la evolución del tipo de cambio y de los costos internacionales de insumos y bienes terminados.
Entre los sectores específicos que mostraron subas por encima del promedio general se destacan productos metálicos básicos (8,2%), máquinas y aparatos eléctricos (8,1%) y vehículos automotores, carrocerías y repuestos (5,0%). En cambio, rubros como tabaco (0,1%), prendas de materiales textiles (1,1%) y energía eléctrica (0,4%) mostraron incrementos marginales.
En paralelo, el Indec informó que el Índice del Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires registró en septiembre una suba de 3,2% respecto del mes anterior. El aumento fue impulsado por alzas de 2,9% en materiales, 3,7% en mano de obra y 3,0% en gastos generales.

El incremento del capítulo “Mano de obra” se debe al nuevo acuerdo salarial de la Uocra, firmado el 29 de septiembre y homologado por el Ministerio de Capital Humano el 3 de octubre de 2025, aplicable a las categorías laborales del Convenio Colectivo de Trabajo 76/75. El impacto de esa mejora también alcanzó al capítulo “Gastos generales”, que incluye el ítem “sereno”, contemplado dentro de la resolución oficial.
El aumento de los gastos generales también responde a los nuevos valores tarifarios dispuestos por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) para Edenor y Edesur desde el 1 de septiembre, así como a la actualización de tarifas de agua, cloacas y gas autorizadas por la Secretaría de Obras Públicas y el Enargas.
Entre los materiales que más subieron en septiembre se destacaron los artefactos de iluminación y porteros eléctricos (8,1%), ascensores (8,0%), cables eléctricos (6,7%) y electrobombas (6,6%). En cambio, se registraron bajas en vidrios (-0,5%) y muebles de madera para cocina (-0,3%).
El capítulo de servicios de alquiler —que incluye equipos y maquinarias utilizadas en la obra— también mostró incrementos, con subas de 5,2% en camionetas, 4,9% en camiones volcadores y 4,1% en contenedores tipo volquete.
A nivel de ítems de obra, las mayores variaciones correspondieron a ascensores (8,0%), movimiento de tierra (4,5%), carpintería metálica y herrería (3,9%), albañilería (3,5%) y estructura (3,4%). Por el contrario, las menores subas se observaron en pintura (2,4%), instalaciones de gas y sanitarias (2,4%) y yesería (2,2%), mientras que los vidrios mostraron una leve caída de 0,5%.
ECONOMIA
Donald Trump dijo que Estados Unidos comprará más carne argentina para bajar los precios en EEUU

En una primera indicación del tipo de beneficios o mejora comercial Estados Unidos puede hacerle a la Argentina el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy, en un viaje en el Air Force One de Florida hacia Washington, que el país del norte podría comprar más carne de la Argentina.
“Compraríamos carne de res de la Argentina”, dijo a los periodistas que lo acompañaban el jefe de la Casa Blanca. “Si lo hacemos -agregó- bajaremos los precios de la carne”.
Se trata de la primera pieza de información de fuentes norteamericanas, y nada menos que del presidente Trump, del tipo de mejora comercial que el país del norte puede brindar a la Argentina, además del swap de USD 20.000 millones, la posibilidad de créditos adicionales por otros USD 20.000 millones por parte de bancos privados, y la intervención ya iniciada por el Tesoro vendiendo dólares y comprando bonos argentinos en el mercado argentino para ayudar al gobierno de Javier Milei a evitar una disparada del precio del dólar y del riesgo país en el período pre-electoral.
Actualmente, la cuota de carne bovina con destino a EEUU que tiene la Argentina es un cupo tarifario anual de carne deshuesada, fresca, enfriada o congelada de un total de 20.000 toneladas, según información oficial del Ministerio de Economía. Se trata de una cuota muy baja.
Ahora, sin embargo, EEUU estaría dispuesta a mejorar el acceso a la carne argentina, en principio aumentando la cuota, no solo para bajar el precio sino para sustituir parcialmente la reducción del ingreso de carne brasileña, en virtud del conflicto político y comercial que EEUU tiene con Brasil.
Por otra parte, el precio de la carne es uno de los ítems que más aumentó en el último año en Estados Unidos y una de las preocupaciones del gobierno de Trump es morigerar las presiones inflacionarias manteniendo bajos los precios del petróleo y los combustibles y también contener el precio de la carne.
La posibilidad de aumentar las exportaciones de carne argentina a los EEUU sería así una ganancia para ambas partes: a Washington le serviría para atenuar la disminución de la provisión brasileña y ayudar a morigerar las presiones alcistas del precio en el mercado interno, y a la Argentina como fuente de dólares en un sector reconocido por la calidad y buen precio de su producción.
El propio presidente Milei dijo durante la semana que en el rubro comercial lo que se está negociando con EEUU no es un Tratado de Libre Comercio o un acuerdo arancelario de tipo amplio, sino acuerdo en tono de “posiciones comerciales”.
De hecho, durante la semana, en una visita a Rosario, el titular de ARCA, Juan Pazo, el secretario de Coordinación Productiva, Pablo Lavigne, y Federico Furiase, un miembro del equipo económico que encabeza el ministro Luis Caputo fueron consultados acerca de qué tipo de negociaciones comerciales había con Washington, dijeron que no podían adelantar nada, porque se trataba de negociaciones confidenciales, pero adelantaron a representantes del sector agropecuario, y en particular a directivos de la Federación Agraria Argentina (FAA) que pronto habría “muy buenas noticias” para el sector.
Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) había analizado los efectos potenciales de un incremento del 50% en los aranceles que EEUU impondría al ingreso de carne brasileña.
Durante el primer semestre de 2025, Brasil exportó a EEUU jasta 156.000 toneladas de carne vacuna, por USD 791 millones, lo que representó el 12% de sus exportaciones totales de carne vacuna y casi duplicó el volumen enviado en la primera mitad de 2024.
El aumento de aranceles impuesto a Brasil podría reducir fuertemente esos volúmenes. Según el informe de la BCR, la situación tendría un doble impacto en el comercio cárnico mundial. Por un lado, EEUU es el segundo mayor importador global y Brasil el principal exportador, con lo cual cualquier interrupción en este vínculo tiene repercusiones globales.
Por otro lado, la salida forzada de Brasil del mercado norteamericano podría redirigir grandes volúmenes de carne hacia otros destinos, aumentando la competencia para países como la Argentina.
Se trata, decía el informe, de una oportunidad para que la Argentina gane terreno en el mercado norteamericano. EEUU había proyectado originalmente importar 2,2 millones de toneladas de carne vacuna en 2025, pero debido a una demanda interna más fuerte de lo previsto, esa estimación fue corregida al alza y ahora se espera que alcance los 2,35 millones de toneladas, un 11,9% más que en 2024.
NOTICIA EN DESARROLLO
ECONOMIA
Cuántos dólares vendió el Tesoro de EEUU en la Argentina en la última semana según estimaciones del mercado

Ni la ayuda del Tesoro de los Estados Unidos pudo calmar los ánimos de los inversores locales. La falta de confianza en el resultado electoral de las elecciones de medio término, que se realizarán dentro de 9 días o 5 ruedas, los lleva a cubrirse en dólares.
El resultado es clave porque el soporte de Estados Unidos puede dejar de ser importante si el resultado es adverso. La falta de gobernabilidad por no tener los legisladores suficientes para impedir los ataques del Congreso a las medidas económicas, y la sombra de un candidato peronista para 2027, son fantasmas con los que conviven los inversores. Cuando se da un escenario así, no hay dólares que alcancen. Todo el apoyo norteamericano se hizo bajo la hipótesis de un triunfo gubernamental en octubre.
Pero de la misma manera que hay quienes se cubren, están los que apuestan a mejoras reales. Por caso, en una rueda que no fue del todo favorable en la Bolsa —donde el S&P Merval de las acciones líderes subió 0,9% en pesos pero cayó 1,1% en dólares—, lo más destacado fueron las acciones de Aluar y Ternium, que subieron 4,7%. Ambas están relacionadas con los aranceles del 25% que impuso Estados Unidos al aluminio y al acero, y que pueden ser parte de los anuncios prometidos sobre acuerdos comerciales.
Donde no sucede lo mismo es en los bonos soberanos, que tienen paridades cercanas al 50%, es decir, la mitad de su valor de emisión, con rendimientos que superan el 20% a pesar del apoyo de Estados Unidos que asegura los pagos de 2026 y 2027. Ayer volvieron a caer y elevaron el riesgo país por encima de los 1.000 puntos básicos. Las bajas fueron de hasta 2% y afectaron también a los BOPREALES, los bonos en dólares con los que se pagó la deuda de USD 57.300 millones a los importadores que durante la gestión anterior debieron afrontar sus compras al exterior con recursos propios por falta de divisas en el Banco Central.
Por caso, Inversiones Pergamino hizo un cálculo sobre estos bonos y señaló que “si el Gobierno logra sostener el programa económico con apoyo de Estados Unidos hasta 2027, los BOPREAL pueden ser una de las jugadas más racionales del mercado. Por caso, tenemos al BOPREAL 2027 que vence el 31 de octubre de ese año, con tasa fija de 5% anual. Si hoy se compraran USD 10 mil, al vencimiento se cobran 12.292 (+22,92%). Además de ofrecer renta en dólares, genera cobertura frente al tipo de cambio, protegiendo el valor real de la inversión”.
Pero si razonamientos de este nivel no encuentran oídos, se debe a que el temor a las elecciones es de mayor magnitud a la esperada. Acá las encuestas no funcionan: los inversores dan su opinión con sus movimientos en el mercado.
El informe de hoy de la consultora 1816 estimó que el Tesoro de Estados Unidos vendió en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) USD 199 millones el jueves de la semana pasada y USD 339 millones el miércoles. La consultora señala que los pesos que compró el Tesoro norteamericano quedaron en el Banco Central sin ser parte de la Base Monetaria, “lo que contribuyó a la falta de liquidez de esta semana que llevó la tasa a un día al 157% anual”. El informe concluye con una frase: “Veremos cuántos pesos está dispuesto a comprar antes de las elecciones”.
El Tesoro intervino ayer a través del Citi. La intervención apareció cuando el dólar mayorista operaba a $1.420 y la venta estimada entre USD 120 y USD 200 millones por parte del Citi lo hizo bajar a $1.402, que equivale a un aumento de $22 (+1,6%). El límite superior de la banda cambiaria se fijó en $1.488,52.
El informe de la consultora F2, que dirige Andrés Reschini, pone el foco en que “en el plano internacional el principal factor sobre el cual el mercado se focaliza es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Mientras este frente se tensa, las declaraciones de los gobernadores de la Reserva Federal apuntan a más recortes en la tasa, y todo esto genera debilidad en el dólar frente a las principales monedas del mundo. Este escenario sigue siendo capitalizado por la deuda de emergentes y el oro, que no se cansa de romper récords”.
En esta parte del informe está la clave de por qué la Argentina recibe la ayuda y, en poco tiempo, una fuerte preferencia comercial. La demora en este anuncio es responsable de parte de las dudas que tienen los inversores.
F2 señaló que “el volumen operado en dólar futuro menguó desde los 2,1 millones de contratos previos a 1,28 millones, mientras que el volumen operado en bonos dollar linked (DL) en BYMA (t+1) creció. Las cotizaciones ajustaron con alzas de hasta 1,37% (abril), impulsadas por el incremento en el dólar mayorista, ya que las tasas implícitas terminaron corridas hacia abajo, acompañando el movimiento de las curvas en pesos”.
Los dólares financieros abrieron la rueda con leves aumentos, pero se fueron consolidando y cerraron en su nivel más alto. El MEP aumentó $32 (+2,2%) hasta $1.473,56 y el contado con liquidación (CCL) subió $29 (+2%) hasta $1.491. El blue sumó $15 (+1%) y terminó la rueda en $1.465.
Las tasas en pesos, que son las que fijan las LEBAC, cedieron levemente y se ubican entre 4,11% y 4,18% efectivo mensual desde ahora hasta fin de diciembre. A partir de enero se empiezan a ver tasas inferiores al 4%.
Hoy comienza una de las seis ruedas finales. La cuenta regresiva parece lenta y el 26 de octubre se asemeja a un plazo demasiado largo para un mercado tan intenso, que esperaba tranquilidad cambiaria después del auxilio norteamericano. En algo se asemeja la Argentina al resto del mundo: todos buscan cobertura ante el conflicto comercial entre China y Estados Unidos.
Todos coinciden en que el oro es la estrella del mercado y el único activo con recomendaciones de compra. El metal cotizaba anoche a USD 4.371,70 (+1,6%) y parece listo para quebrar el techo de USD 4.400. Hace una semana, un importante banco auguró que en 2026 podría superar la barrera de USD 4.200. El comportamiento del metal humilló todos los pronósticos.
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