ECONOMIA
¿Está caro o sigue barato?: así quedó el precio del dólar tras la presión cambiaria de julio

El precio del dólar oficial escaló 14% en julio, para reacomodarse en los últimos días en torno a los $1.340 en el segmento minorista. Tras alcanzar su récord nominal, resulta interesante establecer si el dólar está caro o barato en términos reales.
Para analizar esto, se tomó como referencia el precio actualizado que tuvo el dólar blue en los últimos 10 años, debido a que es una referencia que no estuvo «intervenida» durante los distintos períodos históricos, en los que hubo cepo cambiario.
Un dato que se debe considerar es que desde mediados de abril pasado, el Gobierno levantó el cepo para individuos, y el dólar oficial mayorista comenzó a flotar en una banda establecida de no intervención por parte del Banco Central, que en la actualidad ronda entre $1.040 y $1.450, que se actualiza a razón de 1% mensual. Apenas a un ritmo inferior que la inflación.
En resumidas cuentas, en todo el año, el dólar oficial avanza alrededor de 28%, mientras que el blue, que estaba más «sincerado» a la libre oferta y demanda, asciende 7% en el acumulado de 2025.
Incluso, hoy el billete informal se ubica a un valor en torno a los $1.325, una cifra más baja de lo que se consigue en bancos y casas de cambio.
Para tener una referencia, cuando asumió Javier Milei como presidente de la Nación, el blue se ubicaba en $1.070 en su primer día de gestión, y a las pocas semanas, en enero de 2024, llegó a un máximo de $1.255.
Por lo tanto, si se traslada la inflación acumulada en la «era Milei» al valor que tenía el dólar informal al inicio de la misma, hoy el precio del billete debería ubicarse en torno a los $2.313. Alrededor de un 75% más que el precio actual.
Otro comparativo a considerar, es que el dólar blue alcanzó su precio nominal máximo histórico el 12 julio del año pasado, cuando llegó a los $1.500. Por ende, esa cifra, ajustada por la inflación acumulada desde esa fecha al presente, equivale a un precio cercano a los $1.960 actuales.
Por otro lado, si se comparan los valores más altos a los que tocó el blue en los últimos 10 años, el máximo registrado data de octubre de 2020, en plena crisis desatada por la pandemia, cuando tuvo un número actualizado de $4.190.
Un monto que es 217% más elevado que el precio actual del billete informal.
Y en otro de los momentos de crisis cambiaria de los últimos años, que fue en octubre de 2023, en pleno momento de incertidumbre política y económica de las últimas elecciones presidenciales, el blue llegó a un valor máximo, a cifras actuales, de $3.290.
Ahora bien, se puede decir que el precio actual del billete informal es, incluso, el más bajo de la última década, debido a que es inferior al mínimo que alcanzó entre marzo de 2016 y marzo de 2018, en el gobierno de Mauricio Macri, cuando estuvo a $1.370, a valores actuales. Período en el que tampoco había cepo cambiario.
Por el momento, las proyecciones de los economistas indican que en los próximos meses la tendencia del precio del dólar será al alza, por la tensión política previa a las elecciones legislativas y por el menor ingreso de divisas del campo, debido a que ya se encuentra la temporada baja de la cosecha.
«Naturalmente, en los próximos meses el ´ruido´ político derivado de las elecciones de medio término puede agitar las aguas, y dependerá todo de los resultados electorales», reflexiona Andrés Méndez, director de AMF Economía.
El precio actual del dólar, en torno a $1.325, es el más bajo de los últimos 10 años.
El dólar blue se encuentra en los niveles más bajos en una década
Si bien, a precios actuales, el dólar se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 10 años, los analistas ponen sobre la mesa el factor de «competitividad» que debería tener el tipo de cambio para favorecer a varios sectores de la economía y a las exportaciones.
«El dólar en torno a $1.350 implica una aumento del tipo de cambio nominal de 25% respecto al 11 de abril, que fue cuando se terminó el cepo para las personas humanas. En el mismo período la inflación fue de 16%. Esto quiere decir que el dólar real subió un 16%, un porcentaje similar al avance del tipo de cambio multilateral, que considera, además del dólar, a la evolución de las monedas con que comercia Argentina«, resume Jorge Colina, economista e IDESA, a iProfesional.
Por lo tanto, considera que «hubo una mejora» de la competitividad cambiaria con la suba reciente del precio del dólar, al acercarse a la parte más alta de la banda de flotación.
Aunque el propio Gobierno, y varios analistas, sostienen que la competitividad del país no solo se logra con «tocar» el precio del tipo de cambio, sino con optimizar otros factores claves de la cadena productiva y burocrática de cada país.
«Este nivel de precio de dólar es un oxígeno para la producción, pero, dadas las grandes distorsiones del sistema productivo, como el impuesto al cheque, ingresos brutos, tasas municipales, entre otras, y la falta de infraestructura logística, esta mejora de la competitividad cambiaria no compensa la baja competitividad estructural de la economía«, concluye Colina.
Al respecto, viene a la memoria la polémica frase que dijo el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, hace unos dos meses atrás, cuando el dólar oficial había llegado en torno a $1.160, y al cuestionarle un sector el atraso cambiario y que el dólar estaba barato, el funcionario respondió: «Comprá, no te la pierdas, campeón».
Incluso, paso seguido aclaró en ese entonces que, si no fuese por la demanda de importadores y turismo, la cotización del billete estadounidense debería estar en torno a los $900. Hoy la realidad marca otro escenario.
«El salto del dólar mejora la competitividad cambiaria pero persisten riesgos. La fuerte corrección del dólar oficial durante julio generó un ajuste en el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), indicador clave que mide la competitividad de la economía argentina frente a sus principales socios comerciales. Este movimiento contribuyó a corregir los desequilibrios que se habían acumulado durante el verano, cuando la apreciación del peso favoreció la salida de divisas por turismo y deterioró la cuenta corriente», sostiene Ignacio Morales, jefe de inversiones de Wise Capital.
Pese a esta recuperación, este analista sostiene que «todavía hay factores de vulnerabilidad, porque la demanda de cobertura persiste en un contexto de incertidumbre electoral, y la sostenibilidad del nuevo equilibrio dependerá de la evolución macroeconómica en los próximos meses».
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ECONOMIA
Cuánto sale cada multa de tránsito en la Ciudad y en provincia de Buenos Aires en octubre 2025

El exceso de velocidad puede pasar los $3.000.000 y cruzar con el semáforo en rojo, el millon de pesos. Los distintos valores vigentes
21/10/2025 – 11:29hs
Las multas de tránsito en CABA aumentaron un 9% en septiembre, con un valor inicial que parte de $39.925 por no portar licencia y llega a superar los $3.000.000 en casos de exceso de velocidad grave. En octubre, se mantendrán los mismos valores. Asimismo, la provincia de Buenos Aires también recientemente aplicó un nuevo incremento en las multas.
En esta línea, aplicó un nuevo incremento en las multas de tránsito, actualizando la unidad fija que se usa para calcular y establecer los valores de las multas. En este caso, el costo de las infracciones se calcula a partir de la unidad fija (UF), que es un monto establecido con relación al valor de medio litro de nafta Premium en la estación del Automóvil Club Argentino (ACA).
Cuáles son los montos actualizados por infracciones en CABA
Los valores actualizados por las infracciones en CABA son los siguientes
- Superar la máxima en hasta 20 km/h en calles o 40 km/h en vías rápidas: $55.895,70
- Exceso grave (más de 140 km/h): $3.194.040
- Mal estacionamiento: $79.851
- No tener la VTV al día: $79.851
- Estacionar en carriles exclusivos o del Metrobús: $119.776,50
- Obstruir rampa para discapacitados: $239.553
- Pasar un semáforo en rojo: de $239.553 a $1.097.430
- Tapar la patente: $798.510
- Pasar una barrera baja: de $319.404 a $1.597.020
- Conducir usando el celular: $159.702
- No cumplir con grabado de autopartes: $119.776,50
- Intentar colarse en peajes de AUSA: $119.776,50
- No usar cinturón de seguridad: $79.851
- Conducir con auriculares: $79.851
- No portar licencia: $39.925,50
- Vidrios polarizados: $39.925,50
Resolución de multas por videollamada
Hay que tener en cuenta que, desde octubre de 2025, los conductores de la Ciudad de Buenos Aires pueden resolver sus multas de tránsito mediante videollamadas, evitando la necesidad de acudir a una oficina presencial. Las audiencias virtuales se realizan de lunes a viernes, de 8 a 20 horas, con una duración máxima de 20 minutos. Durante la videollamada, el vecino debe presentar un documento válido, y todo el proceso queda grabado en video para garantizar la transparencia y el derecho a la defensa.
Para acceder al servicio, los usuarios deben solicitar un turno a través de BOTI, el WhatsApp oficial de la Ciudad (11-5050-0147). Una vez iniciado el diálogo con las palabras «multa» o «infracciones», el sistema guía al solicitante para agendar una audiencia virtual, donde podrán presentar pruebas y exponer su descargo.
Es importante destacar que, al igual que en la modalidad presencial, quienes opten por esta vía pierden el beneficio del 50% de descuento por pago voluntario. La resolución final se incorpora al expediente electrónico del caso, optimizando la gestión y reduciendo costos operativos para el Estado.
Cuáles son los montos por infracciones en provincia de Buenos Aires
En el caso de la Provincia de Buenos Aires, los nuevos montos de las multas e infracciones actualizados, según la Unidad Fija (UF) son los siguientes:
- Exceso de velocidad (de 150 a 1000 UF): entre $240.900 y $1.606.000.
- Conducir con exceso de alcohol en sangre o por consumir estupefacientes (de 200 a 1000 UF): entre $481.800 y $1.606.000.
- Conducir sin seguro (de 50 a 100 UF): de $71.750 hasta $143.500.
- Circular sin VTV (de 300 a 1000 UF): entre $481.800 y $1.606.000.
- Circular en contramano o por banquina (de 200 a 1000 UF): de $481.800 hasta $1.606.000.
- Utilizar el celular al volante (de 100 a 200 UF): entre $143.500 y $287.000
- Pasar un semáforo en rojo (de 100 a 500 UF): entre $143.500 y $717.500.
- Mal estacionamiento (de 50 a 100 UF): de $80.300 hasta $160.600.
- No utilizar el cinturón de seguridad o el casco (de 100 a 500 UF): entre $143.500 y $717.500.
- Conducir sin patente (de 50 a 100 UF): de $71.750 a $143.500.
- Negarse a mostrar la documentación exigida (de 100 a 500 UF): entre $143.500 y $717.500.
Cabe recordar que, en la Provincia de Buenos Aires, la UF se ajusta cada dos meses, lo que implica que las multas crecen bimestralmente al ritmo del aumento de la nafta. En cambio, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el ajuste que se aplica es semestral.
Plazos de prescripción de multas de tránsito, provincia por provincia
Los plazos de prescripción para multas de tránsito varían significativamente entre provincias. A continuación, un breve resumen:
- Buenos Aires: 2 años (leves), 5 años (graves)
- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: 5 años (todas las faltas)
- Mendoza: 2 años (leves), 3 años (graves), 4 años (gravísimas)
- Chaco: 2 años (leves), 5 años (graves)
- Chubut: 6 meses (sin iniciar procedimiento), 1 año (con procedimiento iniciado), 2 años (sentencia firme)
- Formosa: 1 año (leves), 2 años (graves)
- Corrientes, San Juan y Tierra del Fuego: 2 años
- Neuquén y Córdoba: 3 años (todas las faltas)
- Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Misiones, Río Negro, Salta y San Luis: 5 años
- Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán: siguen el criterio nacional.
Es crucial recordar que las multas pueden extinguirse si el acreedor no reclama su pago dentro del plazo establecido.
¿En qué casos no prescriben las multas de tránsito?
- Si una multa de tránsito ya prescribió, la persona interesada debe reunir la documentación necesaria, como el comprobante de la infracción, su DNI y cualquier otro respaldo relacionado.
- Luego, debe comunicarse con el juzgado de faltas correspondiente a su jurisdicción, ya sea de forma presencial o a través del sitio web oficial.
- Una vez iniciado el trámite, puede solicitar formalmente la baja de la multa por prescripción, acreditando que se cumplió el plazo legal sin que se haya iniciado un proceso de cobro o judicialización. Igualmente, y aunque pase un período de tiempo, hay situaciones en las que las multas no caducan:
- Cuando se comete una nueva infracción grave, el contador se reinicia. Un ejemplo: si un conductor tiene una infracción que fue considerada leve de 2020 y luego comete una falta grave en 2023, la multa de 2020 no prescribe.
- Si la multa se judicializa o inicia un proceso de cobro, la prescripción se interrumpe.
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ECONOMIA
El dólar volvió a $1.500: ¿hora de comprar o de vender?

El dólar minorista supera una vez más los $1.500 en la pizarra de Banco Nación, mientras el mercado cambiario transita jornadas de alta volatilidad y expectativa. A menos de una semana de las elecciones legislativas, los precios de referencia del dólar volvieron al centro de la escena. Indicadores oficiales marcan que el tipo de cambio minorista se vende a $1.505, el mayor valor desde septiembre. Las cotizaciones financieras suman presión: el MEP opera en torno a $1.555 y el contado con liquidación orilla los $1.575.
El comportamiento de la demanda refleja la fuerte incertidumbre que atraviesa el mercado. La intervención del Banco Central a través de la banda de flotación limita momentáneamente la escalada, aunque los valores continúan próximos al techo fijado por la autoridad monetaria. El contexto político marca la dinámica: la cercanía de los comicios define el pulso, con operadores atentos a las señales sobre el rumbo de la gestión económica una vez que se conozcan los resultados.
En este escenario, tanto ahorristas como inversores y analistas discuten si es oportuno comprar o vender dólares frente a las inminentes definiciones políticas y económicas. Las posturas de los especialistas muestran diferencias notables y matices que evidencian la complejidad del momento.
Federico Domínguez, economista, considera que el dólar no tiene fundamentos para disparar un cambio inmediato de esquema, por lo que elegiría vender. “Volvería a vender, porque confío en que se mantendrá el esquema de bandas. No veo motivos para modificarlo, dado que el monto de la intervención fue bajo en relación a las compras acumuladas en lo que va de la gestión, y en relación a otros periodos electorales”, asegura. Su perspectiva descarta movimientos bruscos oficiales que alteren el equilibrio actual.
Desde otra óptica, Juan Pazos, de One618, señala que la dirección del tipo de cambio no está clara sin la variable de la elección definida. Advierte que la decisión de comprar o vender dólares se vincula más a los resultados políticos que a cuestiones puramente económicas. “No le veo una dirección clara a ese trade hasta no saber el resultado de la elección. Comprar o vender dólares hoy es una pregunta para un encuestador o un politólogo, no para un economista. Con lo cual, el FX no depende de si ‘está bien o mal’ fundamentalmente, sino de una elección que luce muy apretada”, describe.
Otros especialistas coinciden en que la incertidumbre electoral domina el escenario. Fernando Baer, de Quantum Finanzas, no cree que el dólar necesariamente vaya a subir en el corto plazo, pero sostiene que tiene sentido que los inversores busquen cobertura en la divisa hasta que se despejen las dudas tras los comicios: “Creo que estar long en USD está bien hasta que se disipe un poco la incertidumbre respecto del nuevo régimen cambiario, que implica nivel, restricciones, forma de abrir el cepo, etc. Es un FX alto para un escenario de estabilidad, pero la demanda hoy es principalmente por cobertura”.
Ariel Sbdar, de Cocos Capital, suma un matiz al considerar que las expectativas de suba no son inevitables. “Muchos dicen que el único camino del dólar es para arriba y no estoy de acuerdo. Si el resultado electoral no es adverso para el gobierno, ojo porque el dólar no necesariamente tiene que subir desde estos niveles. El nivel de cobertura del mercado es muy importante y eso puede generar un flujo vendedor de dólares pasadas las elecciones con un mercado más tranquilo”, apunta.
La indefinición y las expectativas cruzadas predominan en las estrategias de posicionamiento. Pablo Repetto, de Aurum Valores, señala que la complejidad reside principalmente en el desenlace electoral y su impacto inmediato sobre el mercado: “Bastante difícil definir si es momento de comprar o vender pensando en lo incierto del escenario electoral. En caso de que el resultado esté en torno a lo que parecería ser el consenso (34/38% para LLA) sería un dólar bastante lógico pensando en que debería haber un reseteo de la política monetaria/cambiaria en las próximas semanas o meses. Es un dólar apenas por debajo de lo que creo que podría servir para ayudar a no perder divisas y que el BCRA compre. Quizá el nivel con compras del BCRA sea un poco más alto en noviembre. Cuando sea el momento de la liquidación del agro podría ser un tipo de cambio equivalente más bajo”.
Por su parte, Juan Manuel Truffa, de Outlier, opta por sostener su posición compradora hasta que las señales de un nuevo equilibrio sean nítidas. “Elijo comprar todavía. La demanda sigue mostrando que está firme, que hay demanda a este precio. Obviamente que hay una parte que es un shock electoral, no obstante no necesariamente es lo único que hay. Por lo tanto, todavía estoy long dollar o short peso, como más te guste. Seguramente si hay un reajuste del régimen se provoque un nuevo equilibrio, el tipo de cambio, y ahí cambiaré mi postura. Pero por el momento, desde hace varios meses, vengo en long dollar y viene saliendo”.

No todos los que intervienen en el circuito cambiario muestran la misma tendencia hacia la cobertura. Francisco Díaz Mayer, jefe de operaciones de ABC Mercado de Cambios, se define como vendedor en la coyuntura actual: “Yo soy vendedor. Yo creo que en estos valores, y esperando un resultado favorable para el gobierno, el lunes debería empezar a descomprimir”.
El comportamiento del mercado en las jornadas previas se ve influido por movimientos internacionales, intervenciones oficiales y el clima de cautela. El flujo comprador se mantiene firme pese a los anuncios orientados a sumar estabilidad —como la confirmación de líneas de financiamiento externo y reestructuraciones de deuda— mientras aumentan las dudas sobre la persistencia del control cambiario una vez pasado el evento electoral.
La avidez por dólares adquiere particular fuerza entre aquellos que privilegian la tranquilidad emocional antes que las consideraciones puramente financieras. Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, lo resume al decir: “Es obvio que ante la incertidumbre electoral, el ahorrista tiende a dolarizarse. Pero, precisamente por esa incertidumbre y ante un escenario algo imprevisto en cuanto a resultados el próximo domingo, no sé si es momento de comprar. Pero, siempre aconsejo lo mismo: ¿cómo estás más tranquilo? ¿con dólares en el bolsillo? entonces comprá. Por el contrario, el valor actual parecería alto, pero, ‘in dubio, pro dólar’”.
Salvador Di Stéfano, asesor financiero, atribuye su postura vendedora a los resultados positivos de los principales indicadores económicos. “Hora de vender, hay superávit fiscal y comercial, con superávit gemelos, ¿por qué habría que devaluar?”, afirma. Destaca también la presencia de herramientas externas para afrontar compromisos financieros: “Tenemos un swap para pagar vencimientos de deuda en el año 2026. Podrían llegar más dólares para financiar los pagos de deuda 2027”. Además, subraya la llegada de fondos vinculados a nuevas inversiones: “Llegan muchos dólares de los RIGI, más proyectos de inversión de empresas nacionales e internacionales”. Según Di Stéfano, “las empresas argentinas consiguen financiamiento en el exterior, en los últimos 12 meses más de U$S 15.000 millones”. Para el año próximo, proyecta exportaciones altas: “Las exportaciones en el año 2026 superarían los U$S 90.000 millones, cambió la matriz energética, y este año exportaremos más de U$S 10.000 millones en energía”. Concluye que estos elementos sostienen su perspectiva de venta: “Con estos argumentos sobran para que el dólar baje”.
De fondo, la evolución del mercado revela que la plaza cambiaria se mueve al ritmo de las expectativas políticas, con la oferta y la demanda determinando los precios de referencia ante cada novedad. La cercanía de las elecciones acentúa la tensión y acota los márgenes de acción, mientras la política monetaria sostiene una lógica de intervención discreta, sin grandes cambios estructurales en la estrategia defensiva del Banco Central.
El lunes posterior a las elecciones se perfila como un día clave para medir el grado de confianza de los inversores y el éxito de las medidas de contención aplicadas en las últimas semanas. Tanto operadores como analistas aguardan definiciones, con estrategias diversificadas entre la cobertura por dolarización y la expectativa de que los precios actuales, aunque elevados, no sean necesariamente el piso futuro.
La variación de las cotizaciones oficiales y alternativas, combinada con el menú de expectativas e incertidumbres políticas, determina la búsqueda de refugio entre los actores del mercado. La posibilidad de movimientos adicionales en los valores cambiarios no puede descartarse mientras persista la volatilidad derivada del factor electoral.
Las miradas se mantienen sobre los datos de la jornada y el desarrollo de las últimas ruedas cambiarias antes de la elección, con la atención puesta en los límites de intervención y en los mecanismos disponibles para absorber o contener la demanda. La tensión financiera y la proximidad de la votación suman interrogantes sobre el camino futuro y las decisiones que pueden adoptar inversores, ahorristas y funcionarios.
ECONOMIA
Dueña del negocio de los pollos demora pagos y se conoce qué empresa de EE.UU. podría comprarla

Crece la tensión dentro de las plantas de Granja Tres Arroyos, la principal avícola de la Argentina. Los empleados de la firma vienen de llevar a cabo una medida de fuerza por 24 horas en reclamo por un nuevo retraso en el pago de las quincenas y, en paralelo, también hay demoras en el abono de las cuotas alimentarias. Esto último comprende un monto que se le descuenta a cada trabajador y se redirecciona a su núcleo familiar para cubrir gastos de educación y salud, entre otros ítems. El escenario de conflicto que atraviesa Granja Tres Arroyos también tiene al Sindicato de Trabajadores de Industrias de Alimentación (STIA) como uno de los protagonistas de la situación. En torno a la avícola se señala que la empresa avanzaría con la fusión de algunos de sus frigoríficos, acentuaría el recorte de personal y hasta que sus propietarios negocian la venta de la avícola a capitales estadounidenses.
Según expuso en estos últimos días Miguel Klenner, secretario general del STIA, la compañía incumplió con el pago de las quincenas más recientes y la acumulación de incumplimientos salariales podría derivar en una medida de fuerza sindical a gran escala.
Si bien Granja Tres Arroyos hasta el momento no parece dar muestras de estar desacelerando su ritmo de producción, lo cierto es que el gremio sostiene que en los últimos años se recortaron al menos 400 puestos de trabajo.
Capitales estadounidenses, interesados en Granja Tres Arroyos
Hacia adelante, señalan voces ligadas al gremio de la Federación de la Carne, la firma proyecta reducir de 250 a 200 su dotación de operarios activos en su frigorífico Beccar, mientras que La China continuaría achicando personal: de los 1.200 trabajadores de los últimos años se pasaría a un número cercano a los 500 antes de que concluya 2025.
En paralelo, aumentan las versiones de que la avícola podría pasar a manos de capitales estadounidenses. Fuentes cercanas a la compañía señalan que la posibilidad de avanzar con un traspaso implicaría «una actualización de las instalaciones y la implementación de nuevas maquinarias, lo que formaría parte de un plan de modernización industrial» aunque, claro, una operación de esas características implicaría una ola de despidos.
«La venta de Granja Tres Arroyos a una empresa extranjera representaría una solución a los problemas financieros que aquejan al grupo desde hace meses. Fuentes dentro de la compañía indicaron que la inversión extranjera podría ser clave para solventar los compromisos financieros pendientes y poner en marcha el proceso de modernización», sostienen medios entrerrianos.
En ese distrito incluso se afirma que «los retrasos en el pago de los salarios podrían ser parte de una estrategia de la empresa para incentivar los retiros voluntarios y facilitar el ajuste de personal, en lugar de enfrentar una protesta masiva en un contexto de crisis económica y política en el país».
Con relación a la identidad de la compañía que podría quedarse con Granja Tres Arroyos, en el sector de la carne mencionan a Tyson Foods como la principal candidata. Se trata de una firma norteamericana que desde noviembre de 2022 ya controla el 34% de las acciones de la avícola argentina.
Tyson Foods es dueña desde hace décadas de la proveedora de genética avícola Cobb, clave para la generación de los pollos «parrilleros». Por ende, mantiene una relación histórica con Granja Tres Arroyos.
La avícola atraviesa una crisis que se acentúa
Sólo en lo que va del año la empresa lleva suprimidos más de 80 puestos de trabajo, con despidos que se concentraron mayormente en las instalaciones que la avícola posee en la entrerriana La China, en Concepción del Uruguay.
En diciembre del año pasado, Granja Tres Arroyos solicitó un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) ante la Secretaría de Trabajo. Y en ese mismo marco, anticipó que avanzaría con hasta 700 despidos y aplicaría, además, una reducción de salarios mediante la eliminación de adicionales.
En julio de este año, la compañía en cuestión, considerada la principal firma avícola de Argentina con una operación basada en ocho plantas que faenan hasta 700.000 pollos al día, informó a sus empleados que afrontaba complicaciones para abonar el medio aguinaldo.
Fuentes ligadas al sector avícola señalan que la empresa atraviesa dificultades a partir de la situación de crisis que evidencia el consumo y las complicaciones que el segmento exportador atravesó sobre todo en la primera parte del año.
La relevancia de la firma en el nicho de la producción de carne de pollo es clave: prácticamente el 20% del producto que se genera en la Argentina surge de las plantas de la empresa y hasta inicios de 2025 la avícola exportaba el 35% de todo lo que generaba.
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