ECONOMIA
Este es el precio final que tendrás que pagar si querés importar un auto 0km

Traer un auto del exterior siempre fue una idea atractiva para los argentinos. Modelos que no llegan al país, precios que aparentan ser más competitivos y la ilusión de evitar intermediarios despiertan el interés de muchos consumidores que empiezan a mirar sitios web de concesionarias estadounidenses, europeas o asiáticas.
Con el anuncio oficial de que ahora será posible importar un auto 0km de forma particular, sin necesidad de pasar por una concesionaria, la discusión vuelve a instalarse: ¿conviene realmente importar un vehículo? ¿Cuánto cuesta hacerlo en términos reales? ¿Qué trabas existen? ¿Y qué marcas o modelos ofrecen más ventajas en ese escenario?
La nueva normativa, impulsada por el Ministerio de Desregulación y Reforma del Estado, busca facilitar este proceso eliminando requisitos como la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) y reemplazándolos por el Certificado de Seguridad Vehicular (CSV), que presumirá la validez de un modelo si ya está aprobado en países como Estados Unidos o miembros de la Unión Europea. Sin embargo, más allá del anuncio, el proceso no está exento de desafíos técnicos, económicos y logísticos que los particulares deben tener en cuenta antes de tomar una decisión.
Importar un auto: la larga lista de impuestos y costos fijos
Desde el punto de vista económico, importar un auto implica sumar una larga lista de impuestos y costos fijos. Al valor FOB del vehículo (es decir, el precio sin transporte ni seguros) se le aplican los siguientes cargos: un arancel de importación del 35%, el IVA del 21%, Ganancias, Ingresos Brutos y otros tributos provinciales y nacionales por alrededor del 10%, y una tasa estadística del 3%. A eso deben sumarse el flete internacional (estimado en u$s2.500) y los costos logísticos locales (1.000 dólares).
importar un auto implica sumar una larga lista de impuestos y costos fijos
En total, el costo de importar un auto nuevo puede incrementarse más de un 85% respecto al valor original, sin contar otros posibles ajustes por tipo de cambio, certificaciones o demoras operativas.
Para ello, presentamos un análisis de varios modelos seleccionados que permite dimensionar mejor el impacto. Por ejemplo, importar un Toyota Corolla desde Estados Unidos, cuyo valor de base ronda los u$s22.500, implica sumar cerca de u$s19.000 en impuestos y costos logísticos. El costo final supera los u$s41.000, lo que representa un 50% más que comprar el mismo modelo directamente en una concesionaria argentina, donde se comercializa por unos 27.600 dólares.

La única excepción es un vehículo del segmento premium, como el BMW X3
En otros casos, como el Ford Bronco Sport o el Jeep Compass, la diferencia también es significativa: importar cuesta entre un 19% y un 25% más que comprar localmente. La única excepción en este análisis fue un vehículo del segmento premium, como el BMW X3, que terminó siendo un 7% más barato si se lo importa, siempre y cuando se complete exitosamente todo el proceso.
A estos números se le suma una variable no menor: el tiempo. El proceso completo puede demorar entre 4 y 6 meses, e incluye trámites en aduanas, certificaciones técnicas, traslado desde el puerto y eventualmente una adaptación mecánica si el modelo no cumple con las normas ambientales, de seguridad o emisiones vigentes en la Argentina. Incluso si el Certificado de Seguridad Vehicular agiliza algunos pasos, aún es necesario realizar la Verificación Técnica Vehicular (VTV) y asegurar que el modelo incluya todos los sistemas obligatorios en el país, como control de estabilidad (ESP) o anclajes ISOFIX.
Definir desde qué mercado importar, clave
Otro punto clave al tomar la decisión de importar es definir desde qué mercado conviene hacerlo. No es lo mismo adquirir un vehículo en Estados Unidos que en China, Japón o Corea del Sur. En general, los autos fabricados en Asia tienden a tener un valor FOB más bajo, lo que no solo reduce el precio de base, sino también el monto total de impuestos y aranceles que se calculan sobre ese valor. Esta diferencia estructural en el origen puede traducirse en una brecha de miles de dólares en el costo final del mismo tipo de vehículo.
Un sedán compacto como el Chevrolet Cruze, por ejemplo, cuesta alrededor de u$s19.600 en Estados Unidos, y al sumarle impuestos alcanza un costo final importado de más de u$s36.000. En contraste, un Toyota Corolla producido en Asia puede conseguirse por u$s13.500 de base y terminar costando poco más de u$s26.000 tras los impuestos. La brecha entre ambos modelos asciende a más de u$s10.000, para autos del mismo segmento.

Al tomar la decisión de importar un auto es clave definir desde qué mercado conviene hacerlo
La diferencia se repite en todos los segmentos analizados. En SUV chicas, la Ford Escape importada alcanza un costo total de más de u$s53.000, mientras que una Kia Seltos asiática puede ingresar al país por apenas 22.000 dólares.
En pick-ups chicas, la Ford Maverick supera los u$s51.000, mientras que una GWM Poer –modelo chino equivalente– cuesta menos de u$s39.000. Y en vehículos eléctricos, un Tesla Model 3 se importa por más de u$s75.000, mientras que un BYD Dolphin chino ronda los u$s34.000 con todos los impuestos incluidos.

Los modelos provenientes de Asia son más económicos y tributan menos por su valor FOB
Los autos asiáticos, más competitivos
La conclusión es clara: los modelos asiáticos, además de ser más económicos de base, tributan menos por su menor valor FOB, lo que los hace mucho más competitivos al momento de importarlos.
Sin embargo, no todo es cuestión de números. Muchos de estos modelos no tienen representación oficial en Argentina, lo que implica desafíos adicionales para la homologación, el acceso a repuestos, la garantía y el servicio técnico. Si bien la normativa propone abrir el acceso a las especificaciones técnicas de cada modelo, el usuario deberá gestionar parte de esa información por su cuenta si el modelo no está registrado localmente. Además, si el vehículo no está adaptado al tipo de combustible local, a las normas de emisiones vigentes o al estado de las rutas argentinas, podría sufrir daños mecánicos o rendir por debajo de lo esperado.
Entonces, ¿conviene importar un auto de forma particular en Argentina hoy? La respuesta depende del perfil del consumidor. Si se trata de un usuario que busca acceder a un modelo premium, no disponible en el mercado local, y está dispuesto a afrontar una espera de varios meses y asumir los costos de gestión, la operación puede ser viable y hasta conveniente en términos de precio. Pero para quienes buscan un vehículo del segmento generalista (sedanes, SUV o pick-up medianas), la compra local sigue siendo más competitiva, tanto en precio como en facilidad.
En cualquier caso, lo más recomendable es hacer un cálculo detallado antes de tomar la decisión: comparar precios en origen y en el país, sumar todos los impuestos, investigar si el modelo ya cuenta con homologación en Argentina y evaluar si existe servicio postventa disponible. En un contexto económico como el argentino, donde las reglas pueden cambiar de un mes a otro, el margen de error es bajo. El costo no es solo monetario: también se paga en tiempo, energía y riesgo operativo.
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ECONOMIA
¿Más que la inflación o menos?: cuánto aumentaron los autos nuevos

Con la publicación del índice de inflación del mes de octubre en 2,3% y un acumulado del 24,8% en los diez primeros meses del año, la comparación con el precio de los autos 0km del mercado es inevitable.
“Tenemos dos grandes contras en la industria automotriz. La primera es que entre un 30 y un 60% de los componentes de los autos que se fabrican en las plantas argentinas son importados, y por lo tanto se ven afectados no sólo por la inflación sino también por la suba del dólar. La segunda es que nuestros precios se hacen públicos como los de pocos productos, incluso de primera necesidad, y eso nos convierte en un foco de atención para todos”, contestó un alto ejecutivo de una terminal automotriz a Infobae.
El promedio de aumentos de precios de las marcas que fabrican autos en Argentina entre octubre y noviembre fue del 3,7 por ciento. Este relevamiento no considera a los modelos que se venden en dólares porque no aumentan su valor, pero sí toma el precio de los autos que se publican en pesos de aquellas marcas que venden vehículos en ambas monedas según el origen de los vehículos.

El detalle de cuánto aumentó cada marca se cerró este martes, cuando Nissan dio a conocer sus listas de precios de noviembre, una semana después que lo hicieron sus competidores, con un incremento promedio del 3,5 por ciento.
En noviembre la política comercial de todas las terminales fue diferente, en algunos cosos con incrementos mayores que compensaron meses sin aumentos, en otros con subas menores pero similares a los períodos anteriores y con tres marcas que decidieron no aumentar algunos precios como Honda, Mercedes-Benz para su modelo nacional Sprinter, y Toyota para la línea de pick-up Hilux completa.
El resto de los autos de Toyota aumentaron entre y 1% y un 4%, dejando el promedio de la marca como el más bajo de todos en un 2,5%. Las otras marcas aumentaron un 3% en el caso de Chevrolet, un 4,5% en Ford, un 4,9% en Volkswagen, un 5% para Stellantis en sus marcas Fiat, Peugeot y Citroën, y un 7% de Renault.
Todos estos incrementos estuvieron marcados, al igual que los de octubre, por el alza del dólar oficial que se mantuvo durante casi dos meses completos cerca del techo de las bandas de flotación, en torno a los 1.500 pesos.

La inflación acumulada entre enero y octubre fue del 24,8%, pero el promedio de aumento de la versión de acceso de los 10 autos más vendidos en el mismo período fue levemente superior, alcanzando el 25,3 por ciento. Hubo modelos que quedaron por debajo varios puntos, pero otros que compensaron para cerrar por arriba de las cifras del Indec.
El auto que menos aumento en los 10 meses fue el Toyota Yaris, casualmente el más vendido del año, con un incremento del 17,9%. El siguiente modelo en la lista es el Volkswagen Polo con un 18,7 por ciento.
Por debajo del 24,8% de inflación del período sólo quedan dos modelos y son dos pick-ups: la Toyota Hilux un 20,7% y la Ford Ranger un 23,1 por ciento. Empatando con la cifra del Indec quedó el quinto modelo, el Toyota Corolla Cross, con el mismo 24,8 por ciento.

Finalmente, los restantes 5 modelos superaron el índice de inflación. Estos fueron la pick-up Volkswagen Amarok con un 26,4%; el Chevrolet Tracker con un 26,5%; el Volkswagen Taos un 31,2%; el Peugeot 208 un 31,3%; y el Fiat Cronos un 32,5 por ciento.
Con la baja que se dio en la cotización oficial del dólar en los últimos días, y con una inflación que subió 0,2% respecto a septiembre, no se espera que los precios bajen, pero si las condiciones macroeconómicas se sostienen a lo largo del mes, podría suceder que las listas de precios de diciembre no tengan aumentos en la mayoría de los modelos y marcas.
ECONOMIA
En qué invertir para ganarle a la inflación: las alternativas preferidas de la City

El nuevo dato de inflación oficial, donde el INDEC registró un 2,3% en octubre, un nivel esperado por el mercado, comenzó a encender recomendaciones de la City respecto a cuáles son las inversiones sugeridas para este momento, en que las tasas de interés descienden, mientras que el precio del dólar también tiene una tendencia a la baja, debido a que retrocede 2,7% en todo el mes.
El nuevo índice de precios al consumidor (IPC) muestra que las tasas siguen siendo positivas para los instrumentos en pesos. Con esta información, los inversores se inclinan para armar sus carteras a los bonos que ajustan por índice CER (inflación) y aquellos que ofrecen una renta fija interesante, a mediano y largo plazo.
La inflación de octubre estuvo en línea con lo que esperaba el mercado
Por lo pronto, según el último relevamiento de expectativas de mercado (REM), publicado por el Banco Central días atrás, en base a una encuesta realizada entre unos 40 economistas, se proyectó que en octubre la inflación había sido de 2,2%. Apenas por debajo de lo que se terminó midiendo.
«Esta cifra de inflación mensual fue marcada por la tendencia alcista en el rubro de alimentos y bebidas, que ocupan un peso relativo alto en la conformación de la canasta. Se sigue presentando el bajo pass through (pasaje) del tipo de cambio a precios, algo positivo en medio de la volatilidad observada en octubre por las elecciones», resume Ignacio Morales, jefe de Inversiones de Wise Capital.
Con este resultado, la inflación acumulada de los primeros 10 meses del año es de 24,8% y en todo el 2025 alcanzaría alrededor de 29,6%, según las previsiones del sector privado.
En tanto, para el corriente noviembre, el consenso de los analistas del REM espera un incremento en torno al 1,9%.
«Nuestra estimación de IPC para octubre fue también de 2,3%, un dato bastante en línea con meses previos, a pesar del avance que tuvo el tipo de cambio post elecciones de Provincia de Buenos Aires», afirma Melina Di Napoli, analista de Productos Wealth Management en Balanz.
Por lo pronto, Alan Versalli, research analyst de Cocos, concluye que, ya con el dato de inflación, el bono del Tesoro nacional que ajusta por CER y vence el 15 de diciembre de este año (TZXD5) «comienza a cotizar como tasa fija y, con los precios de cierre de la rueda del miércoles, brinda un rendimiento a finish de 29% de TNA, por encima de su comparable, el bono capitalizable (Boncap) a tasa fija a la misma fecha (T15D5), que cotiza a una yield (rendimiento) del 27%«.
En qué recomiendan invertir tras el dato de inflación de octubre 2025
Con el dato de inflación de 2,3% mensual, el más alto desde abril pasado, los analistas consultados por iProfesional recomiendan invertir, en su gran mayoría, en bonos CER a mediano y largo plazo.
«En cuanto a la estrategia de posicionamiento, no cambia demasiado a pesar del dato. Las tasas en pesos bajaron al rango 24% nominal anual en la parte corta y 34% TNA para plazos mayores a un año, lo cual, para plazos cortos, las tasas efectivas mensuales no alcanzan para compensar la inflación, que es de 1,9% a 2% de tasa efectiva mensual (TEM)», detalla Di Napoli.
Por eso, para colocaciones en pesos, desde Balanz sostienen que prefieren posicionarse en activos que ajustan por CER, puntualmente el Boncer que vence el 30 de junio de 2026 (TZX26), debido a que rinde CER más un adicional de 8% de TNA.
Por su parte, Milo Farro, analista de Rava, considera que, en este contexto, más aún después de la fuerte compresión de las tasas en pesos por el optimismo derivado de las elecciones, «es un buen momento para repensar las carteras en pesos».
Su argumento a ello es que la deuda CER se encuentra rindiendo a un dígito, más allá que antes de los comicios llegó a negociarse con 30 puntos de prima sobre CER, y las Lecaps más cortas se encuentran en la zona de 25% anual.
«En este escenario, un inversor de perfil agresivo con un horizonte de mediano plazo, podría optar por el Boncap con vencimiento al 30 de abril de 2027 (T30A7), que rinde 32% de TNA y debería comprimir más si se produce una caída en la inflación durante 2026″, recomienda Farro a iProfesional.
En cambio, desde un perfil conservador a moderado, la cobertura de inflación a través de CER o de movimientos en la tasa a través de los bonos duales TAMAR, «continúan siendo posibilidades», agrega este experto.
En este sentido, se sugiere el bono CER al 9 de noviembre de 2026 (TX26) y el bono dual con vencimiento el 15 de diciembre de 2026 (TTD26), ya que son las alternativas que «consideramos más atractivas», concluye Farro.
«El dato de inflación sugiere que el mercado ya descuenta un sendero de desinflación gradual de cara a los próximos meses. El reacomodamiento post-electoral, una menor volatilidad del tipo de cambio y la normalización de la cadena de pagos están aportando mayor estabilidad nominal en el margen», resume Auxtin Maquieyra gerente comercial de Sailing Inversiones.
Al respecto, indica que «la curva CER continúa siendo atractiva, aunque es cierto que gran parte del tramo corto ya comprimió rendimientos y dejó de ofrecer tasas reales de dos dígitos. La oportunidad hoy se encuentra en la parte media-larga, donde aún observamos yields (rendimientos) reales positivos y espacio para compresión adicional si se confirma el proceso de desinflación».
Por lo tanto, sus mayores recomendaciones son los títulos emitidos al 30 de junio de 2028 (TZX28), que ofrece una tasa efectiva anual (TEA) de 8,3% y una duration de 2,4.
Finalmente, Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, proyecta que la inflación continuará en un rango de 2% mensual hasta final del primer trimestre de 2026,
«Con este panorama, vemos la curva CER rindiendo una tasa real de entre 8% en los plazos más largos y 10% en los bonos más cortos; y estimamos que el mercado vaya comprimiendo la curva a medida que avance la baja de inflación», enfatiza este analista.
De esta manera, recomienda los títulos en pesos ajustados por CER (Boncer) emitidos al 9 de noviembre de 2026 (TX26) con tasa fija de 2% anual y los que vencen el 9 de noviembre de 2028 (TX28), con un plus de tasa fija del 2,25% anual.-
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ECONOMIA
Empleadas domésticas: cuánto cobran en noviembre de 2025 tras el nuevo aumento

Las trabajadoras de casas particulares tendrán un incremento salarial de 2,7%, pautado en dos cuotas y sumado a un pago adicional extraordinario, según lo dispuesto por la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP).
La CNTCP, integrada por sindicatos, empleadores y funcionarios del Ministerio de Economía y la Secretaría de Trabajo, fijó actualizaciones de 1,4% para noviembre y 1,3% en diciembre. Además, estableció el pago de $14.000 extras por mes, monto que no será remunerativo y que se hará efectivo durante tres meses, hasta enero, para quienes acumulen más de 16 horas de labor semanal.
Esta ajuste salarial alcanza a más de 1,3 millones de empleadas domésticas en todo el país. Los sueldos del sector permanecían sin cambios desde septiembre, fecha en que concluyó el ciclo anterior de subas pactadas. Ese período previo supuso una mejora total de 6,5% repartida en los meses de julio, agosto y septiembre, aunque los registros muestran que los montos reales superan a los valores oficiales en al menos $2.000 por cada hora trabajada.

Supervisor/a
- Con retiro: $3.734,78 por hora / $465.904,33 mensual
- Sin retiro: $4.090,52 por hora / $518.965,42 mensual
Personal para tareas específicas (cocina, tareas especializadas)
- Con retiro: $3.535,82 por hora / $432.851,44 mensual
- Sin retiro: $3.876,43 por hora / $481.837,15 mensual
Caseros
- $3.340,11 por hora / $422.316,42 mensual
Asistencia y cuidado de personas (adultos mayores, niños, personas con discapacidad o enfermas)
- Con retiro: $3.340,11 por hora / $422.316,42 mensual
- Sin retiro: $3.734,78 por hora / $470.627,41 mensual
Personal para tareas generales (limpieza, cocina, tareas del hogar y mantenimiento)
- Con retiro: $3.095,73 por hora / $379.784,94 mensual
- Sin retiro: $3.340,11 por hora / $422.316,42 mensual
Cuando una persona lleva adelante funciones pertenecientes a distintas categorías, debe recibir la remuneración correspondiente al puesto con mayor salario. Al mismo tiempo, existe un complemento salarial por antigüedad, que representa un 1% adicional sobre el sueldo mensual por cada año trabajado en la relación laboral. Este plus se abona de manera mensual desde el 1° de septiembre de 2021 y se empieza a contabilizar el tiempo servido desde el 1° de septiembre de 2020, sin retroactividad.
Además, se reconoce un suplemento por zona desfavorable equivalente al 30% sobre los salarios mínimos establecidos para cada categoría, aplicable al personal que trabaje en las provincias de La Pampa, Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur o en el Partido de Patagones, Provincia de Buenos Aires.

La reglamentación vigente exige a los empleadores realizar la registración del personal en la plataforma de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que funciona de manera virtual y obligatoria en la mayoría de las situaciones. No hay excepciones a este requerimiento, independientemente de la extensión de la jornada de trabajo o el tipo de contratación acordado.
El procedimiento de alta se realiza íntegramente en modalidad digital. Para ello, el empleador debe acceder a la web de ARCA con su clave fiscal; si aún no dispone de esa clave, primero debe tramitarla. Luego, se solicita la carga de los datos del trabajador. Al ingresar el CUIL, el sistema vincula automáticamente la información disponible.
En etapas sucesivas, se completan los campos requeridos sobre las condiciones de empleo, como la naturaleza de la tarea, cantidad de horas semanales, método de liquidación, fecha de inicio de la relación laboral y modalidad (temporal o permanente). Se debe sumar el domicilio del trabajador, seleccionándolo de la base si ya está registrado o ingresando uno nuevo si es necesario.
También se solicita la dirección donde se prestarán los servicios, la cual debe coincidir con el lugar de las tareas. El sistema permite elegir entre ubicaciones ya registradas por el empleador o dar de alta una nueva. Para finalizar, la aplicación muestra todos los datos ingresados para su revisión antes de completar el registro.
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