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ECONOMIA

Expertos prevén que el riesgo país puede bajar más, pero dudan si se volverá este año al mercado internacional

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El riesgo país, que tres días antes del anuncio de la salida del cepo para personas físicas y flexibilización para las empresas había superado 1.000 puntos, bajó hasta la zona de 725 puntos en la primera semana que debutó el nuevo esquema cambiario y el levantamiento de restricciones cambiarias.Y el lunes cayó a 720 puntos. Para algunos analistas, el riesgo país tiene margen para seguir bajando hasta los 500 puntos hacia mediados de año

De esa manera, volvería a la zona en la que estuvo el 9 de enero de este año, cuando se ubicó en 560 puntos y alcanzó el nivel mínimo hasta ahora en la gestión de Javier Milei. Es que luego empezó a subir en medio de la incertidumbre local por el futuro esquema cambiario y un clima externo más adverso por la guerra comercial internacional.

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De todos modos, los especialistas afirman que la continuidad del sendero bajista dependerá de algunos factores claves, entre ellos, la acumulación de reservas, el resultado electoral y la evolución del escenario internacional.

En ese sentido, en PPI advirtieron que «el frente internacional se volvió adverso para los activos de riesgos, y las presiones de Donald Trump por expulsar al presidente de la Fed puede volver a incrementar la volatilidad en los mercados», lo que quedó reflejado en un nuevo lunes negro en el cual el Merval y las acciones argentinas en Wall Street se desplomaron más de 6% y los bonos soberanos en dólares cerraron con tendencia mixta a lo largo de la curva, con subas de hasta 1%, lideradas por el Global 46, y bajas de hasta 1,1% encabezada por el Global 35. 

Riesgo país y dólar: variable clave para el éxito del programa del Gobierno

Los expertos concuerdan que bajar el riesgo país es crucial para poder regresar al mercado financiero internacional luego de 8 años de estar afuera de esa plaza para poder colocar deuda y evitar la sangría de reservas.

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Tras el primer desembolso del acuerdo por el FMI por u$s12.000 millones, y la llegada de un giro Banco Mundial por u$s1.500 millones, las reservas brutas se ubicaron el lunes en u$s38.795 millones, y las netas son positivas en u$s5.527 millones, según los cálculos de PPI, sin contemplar como pasivo de corto plazo los depósitos del Tesoro en el BCRA ni los pagos de BOPREAL a 12 meses.

Los analistas de Facimex Valores aseguran que «el verdadero termómetro del éxito del programa será el riesgo país ya que el esfuerzo solo servirá si Argentina vuelve al mercado. El programa está diseñado para ir levantando los controles cambiarios, permitiendo dar el último gran paso para recuperar el acceso al mercado».

En sintonía, la consultora EconViews sostuvo que con el nuevo esquema cambiario y la salida y/o flexibilización del cepo, «la apuesta es clara: dar un golpe de confianza, fortalecer la posición externa para volver a comprar divisas y bajar el riesgo país a niveles más razonables que permitan refinanciar la deuda».

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«Este último punto no es menor. Desde la llegada de Milei ya se pagaron más de u$s15.000 millones a bonistas y organismos multilaterales. Sin acceso al financiamiento externo, las cuentan no cierran, especialmente con los vencimientos pesados que se vienen en los próximos años», destacó.

La consultora Eco Go también aseveró que «para que este esquema cierre, se requiere una baja del riesgo país que habilite el roll over de la deuda en dólares, y esto depende de la compra de dólares del BCRA».

En ese sentido, el presidente Javier Milei dijo que el BCRA va a comprar divisas cuando el tipo de cambio oficial toque el piso de $1.000 de la banda de flotación, algo que podría ocurrir en los próximos días, ya que este lunes el dólar mayorista cerró en $1.085 para la compra y $1.094 para la venta

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Riesgo país: ¿tiene margen para seguir bajando?

Despejada la incertidumbre sobre el nuevo esquema cambiario en el marco del acuerdo con el FMI, el riesgo país descomprimió desde la zona de 1.000 puntos a 720 puntos.

Roberto Geretto, head Portfolio Manager de Adcap Grupo Financieros, comentó a iProfesional que en el corto plazo «el riesgo país puede seguir bajando y tener un piso entre 560 y 570 puntos básicos, tal como estuvo en enero». Y remarcó que «de seguir la confianza y ayudar el contexto externo, podría bajar algo más, aunque para ellos el BCRA debería empezar a comprar reservas».

De igual visión, el analista financiero Gustavo Ber pronosticó que «el riesgo país continuaría su compresión hacia los 500 puntos básicos hacia mediados de año».

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Para el economista Federico Glustein «el riesgo país es probable que baje de la zona 700 y haga un nuevo piso cerca de 650 puntos en el corto plazo, pero no veo que se retorne a los mercados ahora. No hay vencimientos en el corto plazo que justifiquen la salida a los mercados; si lo veo probable en el 2026″.

Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, también cree que «el riesgo país puede continuar descomprimiendo hasta niveles de entre 500 y 600 puntos, una zona que ya vimos meses atrás y que hoy vuelve a estar en el radar si se consolidan ciertas condiciones macro».

Por su parte, Joaquín Marque, director de UG Valores, señaló que «el próximo paso será intentar lograr volver a ser reclasificados como país emergente en el índice MSCI (Morgan Stanley Capital Internacional) y en ese escenario, los fondos del exterior estarán obligados a comprar activos argentinos, lo que presionará aún más a la baja el riesgo país».

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Al respecto, un informe de Invertir en Bolsa planteó que «el levantamiento de las restricciones cambiaria deja ya abierta la puerta a una potencial recategorización de Argentina como mercado emergente».

«Una potencial recategorización de la Argentina como mercado emergente implicaría un ingreso de flujos que se estima entre u$s2 billones a u$s3 billones. Para un mercado con poca profundidad como el del equity argentino, esa cifra representa un monto que impactará de lleno en la cotización de las acciones argentinas», calculó.

«¿Es probable que en la próxima reunión del MSCI en junio ya el país sea categorizado como mercado emergente? Tal vez sería un poco pronto. Este proceso suele demorarse; pero en nuestra opinión, si en dicha reunión la Argentina ya logra un status de under revision o, incluso pasar a mercado de frontera, ya será un avance importante y será solo cuestión de tiempo para pasar a ser mercado emergente», alegó.

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De todas maneras, remarcó que «no descartamos de plano que pueda ocurrir una re categorización: El impecable trabajo que viene llevando adelante la actual administración en lo que refiere a la estabilización de la macro, impactante mejora en las cuentas fiscales, baja de la inflación y el fin de las restricciones cambiarias (aunque las mismas no sean aún totales) nos hacen pensar que pueda ocurrir un efecto similar al que se dio en el acuerdo con el FMI. La Argentina ya ha hecho el grueso de los deberes y la salida del cepo cambiario era la última condición para poder ser emergente», esgrimió.

¿Cúando podrá volver Argentina al mercado internacional?: los factores claves

Lazzati prevé que «Argentina estará volviendo al mercado internacional en 2026, ya que el riesgo país debería estar en torno a los 400 puntos básicos». Y evaluó que para que el riesgo siga bajando «el driver más relevante hoy es la calificación de Argentina por parte de Morgan Stanley, que ya empezó a reflejar una visión más constructiva, especialmente tras una salida parcial del cepo cambiario tanto para inversores locales como internacionales».

Para Ber «podría evaluarse regresar a los mercados internacionales recién hacia fines de año si está en torno a los 400 puntos básicos, en busca de que la tasa se ubique cerca del ~8% anual, a fin de poder impulsar roll-over» de los vencimientos dado que resultaría muy importante dentro de la estrategia de acumular reservas, y activaría seguramente una positiva ronda de «upgrades» crediticios de las calificadoras».}

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De igual diagnóstico, Ian Colombo, Financial Advisor de Cocos Capital, afirmó que con el nuevo esquema cambiario «lo que estamos viendo es que los pesos se fueron ya desde la semana pasada a hacer carry trade», y auguró que «probablemente acompañado de eso venga una fuerte demanda de activos, de bonos en dólares de Argentina, y eso haría bajar el riesgo país para estar llegando más o menos a zona de 400 puntos para fin de año».

«Es parte del programa económico bajar el riesgo país para poder llegar al año que viene a emitir deuda en zona de 300-400 puntos básicos de riesgo país. Creemos que se están haciendo las cosas bien», evaluó.

Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, juzgó que «todavía falta para salir al mercado de capitales» porque para que «tengas posibilidades de entrar en una cartera de inversión tendría que estar en torno a los 300 puntos».

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«Este año va a costar volver al mercado, porque en el segundo semestre del año es la parte difícil en cuanto a la recolección de dólares por parte del BCRA, no tenes grandes liquidaciones, no tenes los desembolsos, sumado a la dinámica política de las elecciones de medio término, donde tiene que ganar caudal de votos y generar poder y consenso. Me parece que hasta después de las elecciones la posibilidad de llegar a los 300 puntos básicos no la va estar; al mercado internacional se podría regresar recién a fin de año«, vaticinó.

Por su parte, Geretto opinó que «es poco probable que Argentina regrese al mercado internacional (este año), dado que con los desembolsos del FMI y otros organismos internacionales el programa financiero se acomodó, pero ahora queda el desafío de cumplir las metas del acuerdo del FMI, en especial la meta de acumulación de reservas».

De igual mirada, el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, dijo que «puede que el riesgo país siga comprimiendo algo más pero quizás no lo suficiente como para que Argentina vuelva a los mercados voluntarios de crédito; esto se daría si BCRA comienza a comprar divisas y las encuestas de cara a las elecciones de medio término arrojan ventaja para el oficialismo».

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En EconViews esperan que «el riesgo país siga bajando, dado el fuerte respaldo del FMI y de los organismos multilaterales y la acumulación de reservas» por lo que afirmaron que «si el Gobierno obtiene buenos resultados en las elecciones de medio término, creemos que Argentina podría volver a los mercados internacionales en el último trimestre del año o principios de 2026».

Por su parte, Aldo Abram destacó que el factor internacional también es clave para que descomprima el riesgo país: «Las últimas subas del riesgo país tuvieron que ver con todas las medidas que tomó Trump y que generaron una enorme incertidumbre, y a Argentina -como a cualquier economía emergente- cuando sube el riesgo mundial, nos pega duro».

«Y el otro factor que pesa, más allá de mostrar que se sigue avanzando en las reformas estructurales, es con qué poder político va a contar después de las elecciones para profundizar el cambio de rumbo. Hay una expectativa de que con una buena elección eso permita que en el Congreso pasen las leyes para terminar de cambiar de rumbo», subrayó

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Por su parte, el equipo de Research de PUENTE sostuvo que «no vemos a Argentina regresando en el corto plazo al mercado, pero quizás sí en unos meses; será clave la evolución del rating crediticio, que luego del acuerdo con el FMI esperamos que mejore una o dos notas».

Asimismo, Martín Kalos, director de Epyca, planteó que un riesgo país «en torno a los 700 puntos todavía es un precio demasiado alto para salir a endeudarse. Estamos hablando de tasas en torno al 12% anual en dólares; se necesita que siga bajando para volver al mercado internacional de deuda, y agregó que «para eso Argentina tiene que continuar afianzando un equilibrio macroeconómico que todavía es muy volátil. El plano fiscal y el cambiario, no son sustentables todavía en el largo plazo, genera incertidumbre», aseveró

Y fundamentó que «son insustentables, porque en lo fiscal no se puede sostener un país sin obra pública de ningún tipo, con jubilaciones mínimas que no cubren la canasta básica de pobreza, con un desfinanciamiento continuo a la salud y educación pública, es un país que no se desarrolla a largo plazo si no recupera algo de ese gasto público».

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«Y en el tema cambiario si bien hoy hay dólares para despejar las dudas respecto de que el Gobierno se vea obligado a devaluar en el corto plazo, la pregunta sobre el atraso cambiario todavía existe porque el tipo de cambio sigue barato, y el Gobierno está tomando medidas que conducen a ese abaratamiento, pero eso es insustentable a mediano plazo. El cuestionamiento entonces es si después de las elecciones hace falta un nuevo reacomodamiento del esquema cambiario. Y esa pregunta está en cualquier inversor financiero o productivo», argumentó.

De todos modos, enfatizó que «a Argentina deberían ingresar capitales en un plazo no muy largo. Cuando la salida del cepo se refleje en una recategorización de Argentina como mercado emergente en el MSCI, los fondos que siguen esos índices estarán obligados a poner la cuota correspondiente, y eso va a hacer que algunas acciones y bonos suban, y que caiga el riesgo país, pero si eso alcanza para que Argentina vuelva a emitir deuda en el mercado voluntario es muy pronto para decirlo». 

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ECONOMIA

Tasas muy volátiles y un nuevo «súper rulo» ya afectan a bancos: las consecuencias del plan torniquete de Caputo

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Argentina sigue empeñada en batir récords: la tasa de la caución -la operación financiera más común para conseguir liquidez de cortísimo plazo- volvió a mostrar una volatilidad casi imposible de igualar. Al mediodía, un costo de 47% anualizado y después de las 16 horas un desplome que llegó a un insólito nivel de 0,45% anualizado y que cerró en 1%. Sí, de 47% a 1% en el transcurso de una sola jornada.

Esta situación, que hace imposible tener una respuesta cierta a la pregunta de «¿a cuánto está la tasa?», ocurrió dos días consecutivos, como consecuencia de la nueva regulación de encajes del Banco Central.

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El Gobierno no se muestra preocupado, porque todo lo que ocurre forma parte del nuevo mantra de que «no sobre ni un peso en la calle». Desde ese punto de vista, la nueva estrategia está dando resultados, algo de lo que pueden dar cuenta la nueva caída del tipo de cambio y el desinfle de la expectativa inflacionaria para agosto.

Pero del otro lado del mostrador, la visión es muy diferente, y en las mesas de los bancos se vive un clima de enojo con Luis Caputo, Santiago Bausili y los ideólogos del plan del torniquete monetario.

Todo radica en la nueva regulación de encajes del Banco Central, que no solamente subió a 50% el volumen que los bancos deben dejar inmovilizado en el BCRA, sino que, además, ya no se permite contar ese encaje en un mes, sino que se lo hace por día. Significa que, antes, si un banco se quedaba corto de liquidez, podía compensar al día siguiente. Ahora, en cambio, tiene que cumplir a diario con el mínimo de encajes requerido, si no quiere exponerse a costosas multas.

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Bausili justificó este cambio con el argumento de que es la manera de que el sistema bancario se vea incentivado a manejarse con mayor eficiencia, y que se saque la mala costumbre de quedarse con liquidez que recibía el premio de una tasa overnight del BCRA, algo que el funcionario considera un subsidio estatal a los bancos.

Pero los bancos argumentan que lo que está ocurriendo es exactamente lo opuesto: es decir, que la nueva regulación lleva a un manejo ineficiente, porque resulta extremadamente difícil y engorroso saber la cantidad de pesos que tienen que dejar encajado -un volumen que varía todos los días- y que eso lleva a captar liquidez de más «por las dudas».

Inversión: un «rulo» que hará historia

El costo de esa operatoria es una volatilidad extrema y una menor liquidez que afecta a los plazos fijos bancarios, a los fondos comunes de inversión y a las empresas necesitadas de liquidez.

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Mientras la tasa de caución vive esa especie de «electrocardiograma» diario, los bancos llevaron la tasa de descubierto -la que piden las empresas con necesidades urgentes de caja- a niveles cercanos al 100%, cuando hace poco más de un mes, esa misma tasa rondaba el 32%.

¿Cómo funciona ahora la caótica jornada de las mesas de dinero y los traders que tratan de hacer diferencias en semejante turbulencia? Los bancos funcionan con relativa normalidad hasta las 16 horas, aproximadamente, que es cuando ya tienen una idea de cuánto será la cantidad de pesos se deban encajar en el BCRA. Pero, a partir de esa hora, todo cambia drásticamente, porque la liquidez sobrante no puede colocarse en un título que rinda una tasa diaria -como sí ocurría antes con las fenecidas LEFIs-.

Como sabe todo pasante bancario, el peor pecado que un banco puede cometer es tener dinero que no se mueva: siempre debe estar colocado en alguna posición que rinda, aún mientras «duerme» y recibe una renta overnight.

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Entonces, lo que ocurre post 16 horas es que los bancos no tienen incentivo para tomar dinero, porque no tendrán opciones rentables donde colocarlos. Peor aún, la liquidez que les haya quedado en su caja les «quema» de tal forma, que están dispuestos a aceptar cualquier tasa que alguien esté dispuesto a pagarles hasta la mañana siguiente. Aunque sea 1%, siempre será mejor que nada.

Y pasó lo obvio: hubo quienes se tentaron a hacer uno de los «rulos» más rentables que se recuerden. Es decir, tomar caución sobre las 17 horas a tasas ínfimas, y luego a la mañana siguiente hacer la operación inversa, obteniendo una tasa superior al 30% en la apertura del mercado.

¿El mercado se acomoda solo o deberá tomar una medida Luis Caputo?

Los analistas aseguran que esta situación no puede durar mucho tiempo, pero nadie se anima a afirmar que el arbitraje del mercado sea inmediato. Lo que presumen en las mesas es que, al ver al mercado sobreofertado con tasas cerca de cero, habrá muchas manos que quieran tomar la caución para comprar dinero barato y luego venderlo caro. Y, como siempre ocurre, esto hará que en algún momento las tasas de las 17 horas empiecen a subir y las de la mañana siguiente empiecen a bajar, hasta quedar equilibradas.

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Pero el problema es el mientras tanto, porque estos movimientos bruscos provocan distorsiones que afectan al mercado. Hay ejecutivos de bancos que arriesgan que, cuando todos quieran hacer el «rulo», existe el riesgo de que la tasa de caución no se equilibre, sino que sufra una disparada hacia el otro extremo.

Hay, además, una presunción de que esta situación llevará a que los bancos bajen la tasa que pagan a los ahorristas por los plazos fijos. Esa tasa tuvo un incremento motivado por la iliquidez que el propio gobierno fomentó.

Sin embargo, no está tan claro que ese sea el panorama de ahora en adelante. De hecho, la propia disparada de tasas hizo que el crédito tuviera un freno.

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Y, por otra parte, aunque el Tesoro obligó a que los bancos compraran sus bonos «por las malas», igualmente quedó una liquidez de casi $2 billones tras la última licitación de emergencia. A esto se agrega que la semana próxima habrá otro test para Caputo, cuando intente renovar vencimientos de deuda por $8 billones.

Repercusión en el sector de fondos comunes de inversión

Mientras tanto, lo que ya se está viendo es una repercusión en el sector de fondos comunes de inversión, que maneja $36 billones en el segmento «money market» -es decir, las colocaciones de tipo más líquido, en general depósitos bancarios-. De hecho, ya en la primera jornada del nuevo esquema hubo rescates masivos de ahorristas en fondos comunes -se habla de hasta $5 billones de caída- por la caída relativa de la tasa de estos fondos en comparación con las otras opciones más volátiles.

Muchos fondos empezaron a rechazar su horario de aceptación de suscripciones, con un corte a las 15:30 horas. El motivo es que, después de esa hora, los bancos no les aceptan los pesos en colocaciones remuneradas, porque el propio banco ya está excedido de liquidez y pocas opciones de inversión.

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«Por lo tanto, toda la liquidez queda huérfana de instrumentos durante el final de la rueda, a excepción de la caución y eso hace que se desplome al 1%», explicó Nicolás Capella, ejecutivo del grupo financiero IEB. Su pronóstico es que habrá un arbitraje del mercado que, en algún momento, dará vuelta la curva, hará que la tasa de caución esté más baja al inicio que al final del día.

Si todo sale bien, arriesga que podría haber un «efecto derrame» sobre toda la curva de pesos, lo que llevaría a una caída en la tasa de los títulos de corto plazo.

Pero no todos creen que la normalización sea rápida ni, sobre todo, que sea indolora. Los bancos recién están familiarizando sus sistemas a la nueva regulación del BCRA. Por lo pronto, ya se están viendo las consecuencias en los mayores costos de gestión de los bancos, en la pérdida de rentabilidad y patrimonio de los fondos de inversión y, lo más grave de todo, en un peligroso enfriamiento del crédito a empresas y consumidores.

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El dólar borra toda la suba de fin de julio y ahora enfrenta el desafío del ajuste en las tasas

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La tensión cambiaria sigue aflojando. El precio del dólar encadenó doce jornadas consecutivas en baja, una racha que no se veía en muchos años. La cotización oficial mayorista se consolidó así por debajo de $1.300 y volvió a los niveles de finales de julio, previo a la suba abrupta que registró a fin de mes. Por delante, el Gobierno tiene el desafío de mantener el equilibrio, en medio de una moderación de las tasas de interés en pesos.

En lo que va de agosto, el tipo de cambio oficial mayorista acumula una baja de casi 6%. De esta manera, borra casi toda la suba que registró a finales del mes pasado, cuando en solo dos jornadas trepó 6,4% hasta tocar un máximo de $1.374, lo que en su momento desató preocupaciones en el mercado por la manera tan rápida en que lo hizo, a pesar de mantenerse dentro de la banda de flotación.

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Los operadores destacan, entre otros factores, los buenos flujos de ingresos que sigue registrando el agro, lo que en parte ayuda a sostener la merma de la tensión cambiaria. Pero, sobre todo, la suba de las tasas de interés de los instrumentos en pesos a corto plazo juegan un rol fundamental en la calma cambiaria, aunque ahora empiezan a mostrar una dinámica de «normalización«, lo que podría quitarle presión bajista al precio de la divisa.

Una moderación en los rendimientos en pesos empezó a observarse en las últimas jornadas, luego de que el Gobierno liberara alrededor de $2 billones en el mercado financiero tras las licitaciones de deuda. Las tasas de las letras del Tesoro aflojaron a la zona del 50% nominal anual, aunque las cauciones entraron en una dinámica de volatilidad extrema, pero con máximos de 45% anual, lejos del 82% que tocó la semana pasada.

¿La baja de tasas hará rebotar al dólar?

Si bien las tasas de interés exhiben una moderación en comparación con los niveles que alcanzó en las jornadas anteriores, rendimientos como los actuales (en torno al 50% nominal anual en el caso de las Lecap) siguen siendo muy altos en términos reales (más de 4% mensual, muy por encima de la inflación), lo que incentiva las posiciones en pesos y le quita atractivo al dólar.

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En diálogo con iProfesional, los analistas de Clave Bursátil afirman que el Gobierno demostró que su idea es «dólar calmo a cualquier costo», por lo que buscará la manera para que así sea. Estiman que las tasas de interés de las letras y bonos del Tesoro se mantendrán en torno al 50% anual en promedio, lo que haría que por ahora el tipo de cambio siga relativamente estable.

«La crisis de la tasa de interés, desatada por el plan de política monetaria de emergencia del Gobierno, genera cierta certidumbre: es poco probable que el dólar suba en este contexto. La severa falta de liquidez afecta a los bancos, el Tesoro convalida aumentos violentos de tasas de interés y el costo de financiamiento para las empresas alcanza niveles inviables para la actividad económica», afirman.

Este escenario, sostienen, «fuerza a los agentes económicos a vender activos en pesos para obtener liquidez, mientras el costo del apalancamiento se vuelve prohibitivo». Por lo tanto, estiman que lo más probable es que hasta las elecciones de octubre la cotización del dólar se mantenga en torno a los $1.300 (o, incluso, ligeramente por debajo).

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«Creemos que el tipo de cambio seguirá bajando, tal como lo venimos diciendo desde hace varias semanas. El oficial mayorista ya rompió la barrera de los $1.300 y tenderá a hacia un rango cercano de $1.250. Las cauciones se nivelaron en torno al 40% y las Lecap lo hicieron en 50%, mientras que la tasa de los préstamos en los bancos se mantienen por encima del 60%», agrega Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, en diálogo con iProfesional.

Lazzati sostiene que, en caso de mantenerse estos niveles de tasas de interés en pesos, el tipo de cambio seguirá operando con relativa estabilidad (sin sobresaltos) hasta las elecciones legislativas de octubre. Sin embargo, advierte, la actividad económica se vería afectada por la menor demanda de crédito en pesos por parte del sector privado.

Las tasas de interés marcarán la tendencia del dólar

«Un nivel de tasas ‘relativamente’ bajo podría presionar al dólar al alza, mientras que un nivel ‘relativamente’ elevado podría hacer que prolongue su caída. Tras las declaraciones del ministro Luis Caputo sobre el rol de la política monetaria, pareciera que la sintonía fina de la tasa la hará el BCRA, con un ojo puesto en el tipo de cambio, al menos hasta las elecciones de octubre», afirma PPI.

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Por su parte, Oulier destaca «dos cosas interesantes» de la jornada del lunes, las cuales parecieran indicar que el Gobierno pretende que la cotización se mantenga por debajo de $1.300. Por un lado, el hecho de que el tipo de cambio oficial mayorista caiga por debajo de ese nivel, mientras los dólares financieros siguen operando levemente por encima.

«Por otro lado, en el mercado de futuros, el volumen también cayó, pero lo interesante pasó por el comportamiento de la tasa implícita: a la mañana, mientras se registró el mayor volumen de venta con tasas implícitas más bajas, y luego de las bajas por debajo de $1.300 del tipo de cambio oficial, las tasas volvieron a subir y aún así las tasas cortas terminaron por debajo de lo operado el jueves», agrega la consultora.

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¿El carry trade es negocio en agosto?: la advertencia de la City sobre la maniobra con el dólar

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Los plazos fijos están en el radar de los ahorristas, y un dato que no pasa desapercibido en la City es que las altas tasas de interés que ofrecen se mantuvieron sin cambios, tras las últimas medidas del Gobierno, como fueron la suba de encajes a los bancos y la licitación «urgente» realizada el lunes pasado, para absorber los casi 6 billones de pesos que habían quedado sin ubicar de las colocaciones previas. Por ende, la pregunta que ronda es si sigue siendo una buena inversión hacer carry trade.

Esta operatoria se trata de deshacer posiciones en moneda estadounidense, aprovechar el momento en que el tipo de cambio se encuentra estable, para pasarse a pesos y hacer tasa para obtener una diferencia mayor, y luego poder adquirir más cantidad de dólares.

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En concreto, para constituir un plazo fijo tradicional minorista, los bancos de todo tipo y tamaño hoy están pagando entre 39% hasta 55% de tasa nominal anual (TNA). 

Un nivel considerado muy seductor para los ahorristas, debido a que representa una renta cada 30 días, que es el tiempo mínimo de encaje para los fondos requerido por el sistema financiero, que oscila entre 3,2% a 4,5% mensual.

En tanto, el precio del dólar minorista desciende en todo agosto alrededor de 5%, por lo que la renta de un plazo fijo tradicional se transforma en un claro ganador.

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Desde la City, varios analistas indican a iProfesional que la actualidad indica que es un buen momento para aprovechar estas altas tasas y hacer carry trade, aunque llaman a estar alerta ante el clima político que puede generarse en torno al 7 de septiembre, cuando se desarrollen las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Aunque los datos más concluyentes recién llegarán en las generales de octubre.

Es que en caso de generarse cierta volatilidad o un resultado no tan favorable para el Gobierno, puede haber presión al alza en el precio del dólar por cobertura cambiaria de los ahorristas.

«Esta situación con tasas altas y dólar planchado, o con tendencia a la baja, va a mantenerse así hasta las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Luego de eso, todo dependerá del resultado, el Gobierno dejaría que el mercado se autorregule«, afirma un ejecutivo de un banco privado a iProfesional.

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¿Es negocio ahora hacer carry trade?: qué tener en cuenta, según el mercado

Un dato que resaltan en el mercado es la precaución electoral que deben tener presentes los ahorristas, a la hora de hacer carry trade, en relación con los resultados que arrojará septiembre. Los analistas consultados por iProfesional indican que todavía sigue habiendo oportunidades para aprovechar las altas tasas en pesos.

«Creo que fijar tasa en pesos, ya sea a través de un plazo fijo o Lecaps, puede ser una buena oportunidad para inversores más agresivos. Las tasas están altas, y hay oportunidades a 90 días o más, que si el esquema cambiario se mantiene aseguran no perder en dólares», indica Nahuel Bernues, CFA, asesor financiero y fundador de la consultora Quaestus, a iProfesional.

Sin embargo, advierte que si se tiene en cuenta el «riesgo electoral» que siempre existe en Argentina, el carry trade es una «estrategia riesgosa». 

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«El argentino piensa sus ahorros en dólares, entonces asumir como riesgo al tipo de cambio no es para cualquiera», concluye Bernues.

Para la economista Natalia Motyl, «por supuesto que sí es momento para hacer carry trade, con un dólar que presiona a la baja por cuestiones electorales por los encajes más elevados a los bancos y las tasas altas. Es decir, hoy podés tener una ganancia en dólares del 20% anual, entre un 1,5% y 3% real por mes. Aunque a medida que nos acerquemos a las elecciones se va a volver menos atractivo, por la volatilidad que genera la política. Por lo que hasta octubre uno podría decir que el carry trade es negocio».

En la misma línea, Esteban Castro, economista y CEO de Inv.est, también opina que el carry trade «sigue siendo una oportunidad interesante, aunque con un matiz realista. Es que se posiciona como una alternativa razonable para aprovechar en el corto plazo, si el dólar se mantiene relativamente estable».

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Sin embargo, alerta que este escenario de rentabilidad «ya fue bastante aprovechado en el último año, por lo que el upside adicional es más limitado. Además, con el contexto político en juego, y el escenario electoral aproximándose, conviene operar de forma escalonada y monitorear la evolución del tipo de cambio y las decisiones de política monetaria, ya que pueden impactar rápidamente en este tipo de estrategia».

Aspecto clave para analizar si conviene el carry trade

Una variable que se debe tener en cuenta para determinar cuán rentable es el carry trade, más allá del movimiento del dólar, es la inflación prevista para los próximos meses.

«El razonamiento que hay que hacer, en primera instancia, es que la inflación pasada sirve como para tenerla en cuenta, pero la que realmente importa para tomar decisiones es la suba de precios al consumidor esperada en el futuro», indica Mauro Cognetta, analista financiero en la consultora Big River.

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Al respecto, cita que los economistas pronostican una inflación de alrededor de 21% de acá a 12 meses. Y, por lo pronto, en los últimos meses se ha ubicado por debajo del 2% mensual.

«Entonces, cualquier tasa anual por encima de esa cifra conviene. Ahora, si esa tasa está en el orden del 40%, a través de un plazo fijo, Lecap, Boncap o una caución, se puede duplicar la inflación esperada. O sea, es una tasa fuertemente real, por lo tanto, sí conviene hacer carry trade. En cambio, los fondos comunes de inversión (FCI) todavía no están reflejando las subas de tasas de los últimos días», concluye Cognetta a iProfesional.-

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