ECONOMIA
Fausto Spotorno: “La economía argentina salió de terapia intensiva, pero no del hospital”

La economía volvió a mostrar señales de vulnerabilidad desde abril, principalmente por las consecuencias de las decisiones políticas y la ausencia de consensos, más que por insuficiencias en la gestión para revertir el prolongado ciclo de alta inflación, aumento del déficit fiscal y pérdida de competitividad externa.
Los principales indicadores macroeconómicos exhibieron avances durante los primeros 21 meses de la presidencia de Javier Milei, con una reducción de la pobreza del 41,7% al cierre del gobierno anterior al 31,6% en el primer semestre de 2025, tras un pico de 52,9% doce meses atrás. Sin embargo, empresarios y dirigentes opositores perciben que estas mejoras aún no impactan en la microeconomía -es decir, en pymes y trabajadores-.
Además, a la escasa acumulación de reservas en el Banco Central, consecuencia de la prioridad oficial por atender pagos a importadores y bonistas en un mercado internacional todavía cerrado, se suma el impulso legislativo de iniciativas que elevan el gasto público sin financiamiento genuino, así como un resultado adverso para el oficialismo en las elecciones legislativas locales de la provincia de Buenos Aires. Estos factores provocaron inestabilidad en los mercados cambiarios, de bonos y acciones, y pusieron en riesgo la estabilidad del plan económico.
El firme respaldo que Milei y su equipo económico recibieron por parte del gobierno de Estados Unidos, con gestiones del presidente Donald Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, permitió en los últimos días un cambio de tendencia y preparó el terreno para un clima político y financiero más favorable, tanto de cara a las próximas elecciones legislativas de medio término como para profundizar el programa de ordenamiento macroeconómico y reformas estructurales en la segunda mitad del mandato.
“Las preguntas sobre la sostenibilidad del programa no vinieron tanto por el lado de cómo se financiarían los desbalances, sino por el riesgo de que, si el apoyo político se debilitaba, se volviera a déficits difíciles de financiar”
En este contexto, Infobae entrevistó a Fausto Spotorno, economista y director del Centro de Estudios Económicos de OJ Ferreres y del Instituto de Economía de la UADE, además de profesor en UADE y Ucema y miembro de la Fundación Norte y Sur, para analizar la coyuntura y sus expectativas para los próximos meses.
— Desde mediados de julio, la confianza en los mercados se deterioró, acentuándose en agosto y empeorando tras el resultado electoral en Buenos Aires. ¿A qué factores atribuye este cambio en el clima de los mercados?
— Lo que se generó en los mercados es lo que se llama una crisis de confianza. Las crisis de confianza ocurren cuando el mercado asume que el rumbo económico que antes consideraba sostenible ya no podrá mantenerse. Generalmente, esto sucede ante desbalances macroeconómicos que requieren financiamiento y, por determinadas razones, (cambios en los mercados, crisis financieras, etc.) se asume que ese financiamiento dejará de estar disponible.
Esto puede provocar salida de capitales, caída de activos y devaluación de la moneda. En este caso, la particularidad reside en que las dudas surgieron desde el aspecto político. Las preguntas sobre la sostenibilidad del programa no vinieron tanto por el lado de cómo se financiarían los desbalances, sino por el riesgo de que, si el apoyo político se debilitaba, se volviera a déficits difíciles de financiar, o incluso a una eventual reestructuración de la deuda.

— Muchos analistas atribuyen la reciente inestabilidad a factores políticos, pero al mismo tiempo destacan “errores” de política económica. ¿Por qué cree que ponen el foco en las decisiones económicas incluso cuando el trasfondo parece político?
—Hay un vínculo. Está claro que algunos efectos del programa tuvieron impacto negativo sobre una parte de la sociedad y sectores económicos. Eso no es sorprendente: los planes de estabilización suelen tener efectos negativos o costos en términos de actividad económica en algún momento.
Adicionalmente, se puede argumentar que algunos efectos recesivos se intensificaron por determinadas decisiones de política económica, como la forma de eliminar las LEFI o el intento de forzar hacia abajo el tipo de cambio al momento de unificar el mercado cambiario. No existe un plan de estabilización perfecto y, de ninguna manera, esas medidas explican la volatilidad total de los mercados.
“Algunos efectos recesivos se intensificaron por determinadas decisiones de política económica, como la forma de eliminar las LEFI o el intento de forzar hacia abajo el tipo de cambio”
Pero sí es cierto que los impactos negativos de un plan de estabilización, como el enfriamiento de la economía o la apreciación cambiaria en un contexto complicado para muchas personas y empresas, pueden derivar en efectos políticos.
Por eso, es fundamental contar con solidez política para respaldar el programa cuando se sienten sus costos de corto plazo, especialmente si la oposición política no es constructiva o, peor aún, es destructiva y tiene un historial de manejo irresponsable de la economía.
— En casi dos años de gestión, algunos indicadores macroeconómicos muestran mejoras: aumento del superávit comercial, reducción de la deuda pública, descenso de la inflación, baja en la pobreza y crecimiento del PBI. ¿No son estos logros suficientes para inspirar confianza en los mercados?
—Al parecer, no. A pesar de todo ello, es necesario completar el programa; aún restan desafíos. La inflación bajó pero no se eliminó, la economía se estabilizó aunque no crece, la inversión sigue baja, el problema de las Leliqs persiste, los dividendos de las empresas siguen “encepados”, el salario real recuperó niveles de finales de 2023 pero continúa debajo de los valores de 2017. Queda mucho por avanzar y los desafíos para Argentina aún son grandes. La economía salió de terapia intensiva, pero no del hospital.

Lo que está en juego ahora es la continuidad y sostenibilidad de estos logros, así como el avance en la resolución de los problemas que todavía persisten. Dado un gobierno políticamente frágil y una oposición que no presenta propuestas claras, más allá de oponerse, resulta razonable que existan dudas sobre la continuidad de todo el programa.
Los inversores en industrias y servicios analizan el futuro y, en este contexto, es esencial que el Gobierno, ganando elecciones o vía acuerdos, pueda al menos dar garantías de que se intentará avanzar hacia ese futuro.
— Han surgido críticas por la falta de acumulación de reservas internacionales. Sin embargo, el Gobierno privilegió el pago atrasado de deudas, la eliminación de restricciones como las SIRA y la capitalización del BCRA. ¿Considera que esa estrategia fue errónea o hay otros factores más relevantes?
—La situación en ese aspecto no es sencilla de resolver. Las alternativas eran pocas. El pedido de acumular reservas responde a que estas son una garantía para el pago de la deuda externa y ayudan a reducir la volatilidad del mercado de cambios. Sin embargo, la forma más genuina y tradicional de acumularlas es a través de un aumento en la demanda de dinero, provocado por ingreso de capitales, algo que se vio muy poco.
La otra opción es a través de superávit fiscal para evitar emisión monetaria, aunque lograr un mayor superávit es muy difícil, aunque se avanzó algo en esa dirección.
“La forma más genuina y tradicional de acumular reservas es a través de un aumento en la demanda de dinero, provocado por ingreso de capitales, algo que se vio muy poco”
La única alternativa posible para el Gobierno es comprar reservas con emisión monetaria, lo que traería más inflación de la esperada, menos crecimiento, porque se restringen dólares para importaciones, y un tipo de cambio más alto.
La cuestión actual es si esto puede hacerse de forma moderada, de manera que la inflación se desacelere más despacio y que el impacto negativo sobre la actividad por menos importaciones pueda compensarse con mejora en las actividades exportadoras o no transables, de modo que el efecto sea imperceptible.
Algunos consideran que es posible con una política muy cauta, como la subasta diaria. Otros piensan que es muy riesgoso, especialmente porque puede comprometer el proceso de desinflación debido a los rezagos de la emisión sobre la inflación.

Hay que tener en cuenta que quienes poseen títulos argentinos preferirían ver más reservas, que “garanticen” el pago de la deuda, mientras que probablemente el Gobierno prefiere un proceso de desinflación lo más rápido posible.
— ¿Ve factible una recuperación de reservas en un contexto de tipo de cambio real alto, pero con la aprobación de leyes que incrementan el gasto, debilitan el flanco fiscal y pueden llegar a acelerar tanto la inflación como la pobreza?
— Sí, es posible. Si resulta necesario acumular más reservas y se tiene un tipo de cambio real más alto, lo más probable es que la actividad económica se vea perjudicada, porque los insumos importados se encarecerán y, como sabemos, hay una fuerte correlación entre la expansión de la actividad y las importaciones.
Aunque si suponemos que la operación es tan delicada que la sola expansión de las exportaciones compense este efecto, lo que pondría en riesgo la ecuación sería que se inestabilice la situación fiscal. Para financiarlo, se requeriría aumentar tasas de interés o emitir más moneda: es decir, recesión o inflación, ambos escenarios negativos, sobre todo para los sectores más pobres.
— ¿El aval del Tesoro de Estados Unidos para ayudar al país a cumplir con los vencimientos de deuda en 2026 sería suficiente para estabilizar los mercados?
— De aquí a las elecciones, seguro ayudará. Pero en el fondo, Argentina necesita consolidar credibilidad en los mercados. Estos programas de asistencia son solo un puente hasta que los mercados internacionales vuelvan a confiar en el país como destino seguro para invertir, donde no se asumen riesgos innecesarios y se cumplen las reglas.
“Los programas de asistencia son solo un puente hasta que los mercados internacionales vuelvan a confiar en el país como destino seguro para invertir”
— ¿Qué impacto cabe esperar de la sorpresiva decisión de eliminar las retenciones para los cereales y oleaginosos hasta el 31 de octubre, en términos de reservas y recaudación?
— En números, la baja temporal de retenciones le costará al Gobierno unos USD 1.000 millones, considerando después el Impuesto a las Ganancias sobre las cerealeras. En cuanto a reservas, debería impulsar una acumulación inmediata de unos USD 7.000 millones, dada la velocidad de la liquidación reciente. Pero, esta liquidación ahora representará faltantes a futuro.
Pienso que ante la necesidad de estabilizar el mercado de cambios, se tomaron decisiones rápidas y se generó mucho ruido. Ese es uno de los riesgos de las medidas transitorias. Sin embargo, resulta clave entender que es necesario avanzar en la eliminación de retenciones a las exportaciones.
— Con la actual incertidumbre, que se mantendría al menos hasta las elecciones de medio término, ¿tiene sentido analizar los supuestos macroeconómicos presentados en el Presupuesto 2026?
— Algunos sí. Nosotros somos algo menos optimistas en general. Pero al final, si no es optimista el Gobierno, ¿quién lo será? El problema es que a veces un exceso de optimismo puede llevar a suponer que habrá recursos que finalmente no estarán.
— Desde su perspectiva, ¿la economía argentina ya entró en un nuevo ciclo recesivo y le costará salir?
— La economía llegó a un techo que no logra superar desde hace más de una década. Con la suba de tasas y los cambios en la estructura, hay sectores muy golpeados. Probablemente veamos un estancamiento de algunos trimestres, en vez de una recesión profunda.

Puede haber dos trimestres de caída, lo cual técnicamente es una recesión, pero pensamos que en la práctica será estancamiento con leves fluctuaciones, hasta que se termine de ordenar la macroeconomía y clarificar el horizonte.
— El Gobierno implementó baja de impuestos y retenciones, redujo aranceles de importación, promovió mayor apertura y mejoró el tipo de cambio real. ¿Por qué estas medidas no alcanzaron para mejorar el clima de negocios, en particular en el sector industrial?
— El principal inconveniente es que sectores que funcionan con márgenes altos, bajos volúmenes y fuerte protección necesitan transformaciones profundas para adaptarse a una economía con menor inflación y mayor apertura. Así como los mercados financieros no perciben con claridad que el proceso tendrá éxito, por desorden político y dudas sobre el consenso social, lo mismo se observa a nivel productivo.
“Transformar un negocio requiere inversión y decisiones de largo plazo, pero si existe incertidumbre sobre el futuro, las empresas retrasan esas transformaciones”
Transformar un negocio requiere inversión y decisiones de largo plazo, pero si existe incertidumbre sobre el futuro, las empresas retrasan esas transformaciones.
— Los indicadores sociales y de calidad de vida, como la pobreza y la creciente informalidad laboral, siguen mostrando cifras muy preocupantes. ¿Qué efecto cree que tendrá la coyuntura sobre estos indicadores y sobre la vida cotidiana de la población?
— Si la inflación continúa descendiendo, veremos mejoras en algunos indicadores, como la pobreza, sobre todo para quienes perciben ingresos más bajos. Sin embargo, los sectores medios podrían verse perjudicados por la baja del empleo industrial y cierto estancamiento del salario real formal.

Es crucial avanzar con una reforma laboral, ya que una economía con baja inflación exige otras reglas y nuevas demandas laborales. Algunas industrias cambiarán drásticamente y, por lo tanto, su requerimiento de trabajadores también. Eso puede causar tensión en el mercado laboral y una reforma es fundamental para suavizar esa transición.
— Mirando hacia la segunda parte del mandato de Milei, ¿cuáles son, desde su perspectiva, los escenarios más probables para la economía argentina y qué debería hacer el Gobierno?
— Creo que el Gobierno tiene que avanzar en cuatro ejes:
- Reformas laboral y tributaria, para permitir una mayor competitividad y facilitar transformaciones productivas.
- Fortalecimiento político, logrando consensos claros para avanzar.
- Mejorar la gestión en aspectos que no son prioritarios hoy pero lo serán, como infraestructura y procesos estatales ligados al sector productivo, lo que implica mejorar de forma definitiva la institucionalidad (Presupuesto, autonomía del Banco Central, etc.).
- Acceder a los mercados financieros internacionales es clave, además de eliminar lo que resta del cepo cambiario.
— Para cerrar, ¿podría compartirnos una reflexión final sobre el panorama económico y político argentino?
— Argentina está ante un proceso de estabilización y transformación. Lograr la estabilización no significa mantener la misma economía de siempre, pero sin inflación. Significa que muchas cosas van a cambiar: este país fue adicto al déficit fiscal, la emisión monetaria y el proteccionismo, prácticas que no benefician el desarrollo ni el crecimiento de la sociedad.
“Este país fue adicto al déficit fiscal, la emisión monetaria y el proteccionismo, prácticas que no benefician el desarrollo ni el crecimiento de la sociedad”
Pero no resulta fácil abandonar esos hábitos, ya que forman parte de características profundas del sistema político y económico local. Eso requiere transformaciones y cambios que pueden tener costos económicos iniciales para algunos sectores, pero que son indispensables si queremos alcanzar una economía más ordenada y pujante.
La cuestión de fondo es si, finalmente, habrá un consenso político y social suficiente para llevar adelante estas transformaciones.
ECONOMIA
Un economista de Wells Fargo habló del apoyo financiero de EEUU: “Aportará estabilidad de corto plazo”

Luego del anuncio de un apoyo financiero a la Argentina por parte del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, y la reunión entre el presidente Javier Milei y su par Donald Trump; en Wells Fargo, uno de los principales bancos de EEUU, consideró que el respaldo es relevante y ayudará a frenar la volatilidad, pero creen que el factor político resultará crucial para determinar el rumbo económico y la continuidad del acompañamiento estadounidense.
Puntualmente, Bessent planteó un swap por USD 20.000 millones, un crédito stand-by a través del Fondo de Estabilización de Cambios y la compra de bonos argentinos en dólares. De esta manera, Argentina aseguraría el pago de los abultados vencimientos de deuda previstos para enero.
Brendan McKenna, director ejecutivo y economista internacional de Wells Fargo, dijo a Infobae: “Vemos el anuncio de Bessent como un hecho notable y con capacidad de aportar estabilidad de corto plazo a los mercados financieros del país. Sin embargo, a más largo plazo creemos que la orientación de la política doméstica será, en última instancia, más influyente para los mercados locales y la economía argentina”.
“Las elecciones legislativas de octubre serán críticas para determinar cómo puede evolucionar la combinación de políticas internas, con los mercados también enfocados en las presidenciales de 2027. Si Milei/LLA decepcionan en las legislativas y en las presidenciales y los partidos peronistas ganan impulso, tenemos dudas de que el apoyo del Tesoro de EEUU persista, pero también de que sea suficiente para evitar la fuga de capitales desde Argentina”, añadió.

Vale recordar que el secretario del Tesoro estadounidense afirmó que el país “dispone de las herramientas para enfrentar a los especuladores, incluyendo a quienes buscan desestabilizar sus mercados por motivos políticos. Asimismo, he estado en contacto con numerosas empresas estadounidenses que planean realizar importantes inversiones directas en múltiples sectores en caso de un resultado electoral favorable”.
“La Administración Trump mantiene una postura firme en su apoyo a los aliados de Estados Unidos, y el presidente Trump le otorgó al presidente Milei un respaldo poco común hacia un dirigente extranjero, lo que muestra su confianza en los planes económicos de su gobierno y en la importancia estratégica, en términos geopolíticos, de la relación entre Estados Unidos y la Argentina. Inmediatamente después de las elecciones, comenzaremos a trabajar con el gobierno argentino en el pago de sus compromisos principales”, manifestó el funcionario.
En su último reporte, previo al anuncio del gobierno estadounidense, Wells Fargo había resaltado el movimiento “violento” del peso y la “montaña rusa” de precios que atravesaron los activos, desde los bonos soberanos hasta las acciones locales. A criterio de Wells Fargo nada nuevo: “Los acontecimientos políticos son el catalizador de la volatilidad”. El hecho que aparece en primer plano es el amplio margen de votos por el que el oficialismo perdió las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.
Un giro en la reacción adversa de los mercados llegó a comienzos de esta semana, cuando el secretario del Tesoro de EEUU señaló que “todas las opciones para la estabilización del país están sobre la mesa”.

“Los comentarios de Bessent impulsaron nuevamente los precios de los activos, pero, en nuestra opinión, el daño en la Argentina ya está hecho”, remarcó Wells Fargo.
“Es probable que los participantes del mercado hayan perdido cierta confianza en la capacidad de Milei para sostener la agenda de reformas en adelante, y una intervención cambiaria tan agresiva (USD 1.110 millones en tres días) deja al país con menos munición propia para estabilizar los mercados locales y afrontar próximos vencimientos de deuda e intereses”, indicó.
A su vez, el informe de la entidad aseguró que se sienten “menos confiados” en la capacidad de Milei y LLA de obtener una cantidad suficiente de bancas en las elecciones de medio término.
“Si esas preocupaciones se concretan, la Argentina podría estar al borde de otro colapso cambiario y una crisis de deuda soberana. A partir de aquí, creemos que es probable que haya un deterioro adicional para el peso argentino, con la creciente posibilidad de una fuerte devaluación”, auguraron los analistas de Wells Fargo, que preveían una depreciación del peso del 20,3% para el tercer trimestre de 2026.
“Las elecciones legislativas de octubre serán críticas para la Argentina y, si Milei/LLA decepcionan a los mercados, el país podría entrar en otro ciclo de default y recesión”, afirmaron.
“Quienes tengan exposición al país deberían prepararse para más volatilidad hacia adelante, posiblemente sin importar cómo resulten esas elecciones”, habían recomendado a sus clientes.

Como parte del análisis internacional sobre el panorama político argentino, Wells Fargo presentó una visión crítica respecto al peronismo y su influencia en los inversores.
“El elevado gasto fiscal, el financiamiento del déficit por parte del banco central, los subsidios a los hogares y un amplio sector público son todas formas de intervención estatal bajo la filosofía peronista”, detalló el banco.
En perspectiva histórica, “cuando la Argentina se ha alejado del peronismo, eso ha resultado en optimismo para la economía y los precios de los activos, mientras que cuando los políticos que representan a ese espacio ganan impulso, los participantes del mercado suelen preocuparse y se genera salida de capitales del país”.
“La pérdida de dos dígitos de LLA lleva a los participantes del mercado a pensar que el favorable al mercado Milei tendrá un desempeño por debajo de lo esperado en las próximas elecciones de medio término y que la filosofía peronista tendrá un rol más activo en la formulación de políticas de lo que se preveía. Posiblemente, en las elecciones presidenciales de 2027, un candidato peronista podría tener más impulso y, en última instancia, llegar a la presidencia en unos años”, consideró Wells Fargo.
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ECONOMIA
Scott Bessent volvió a elogiar a Milei y dijo que “los mercados no están perdiendo la confianza en él”

September 24, 2025. (Photo by Kena Betancur / AFP)
Luego de avanzar con un acuerdo de apoyo financiero a la Argentina y tras entregarle, este miércoles, el premio “Ciudadano Global 2025”, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, volvió a elogiar públicamente al presidente Javier Milei y a garantizar que apoyará todo su plan de reformas.
Mediante un mensaje en su cuenta de X, el funcionario norteamericano afirmó: “El presidente Milei está restaurando la estabilidad económica después de décadas de mala gestión argentina. Los mercados no están perdiendo la confianza en él: están mirando por el espejo retrovisor. El Tesoro de los EEUU está decidido a apoyar sus reformas”, escribió.
La publicación sumó un nuevo capítulo al vínculo entre la administración norteamericana y el gobierno argentino. Bessent reforzó con esas palabras la posición que ya había manifestado un día antes en Nueva York, cuando elogió al mandatario durante la gala anual del Atlantic Council. En esa oportunidad señaló que “gracias a su liderazgo visionario, el mundo comienza a ver a Argentina con nuevos ojos”.
El tweet se conoció tras jornadas de volatilidad cambiaria, que dominaron la agenda política y económica días atrás. En las últimas semanas se registraron tensiones cambiarias y dudas en los mercados sobre la capacidad de sostener el ajuste fiscal. Al intervenir públicamente, Bessent buscó transmitir una señal clara sobre el compromiso de Washington con las reformas económicas que impulsa Milei.

El funcionario recordó que Argentina arrastraba un largo período de inestabilidad. Describió que durante “décadas de mala gestión” los gobiernos respondieron a los desequilibrios con decisiones que incrementaron la desconfianza. Frente a ese panorama, planteó que la actual administración adoptó un plan distinto, con foco en el orden fiscal y la transformación del Estado.
En su discurso de la gala del Atlantic Council, Bessent explicó que Milei presentó un esquema para alcanzar superávit fiscal por tercer año consecutivo. Señaló que el país no alcanzaba ese resultado en más de un siglo. Subrayó que el Gobierno buscaba reemplazar a una burocracia “corrupta y derrochadora” por una gestión “austera y eficiente”.
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El secretario del Tesoro también destacó la dimensión política de las medidas. Afirmó que Milei empoderó a la sociedad y comparó esa situación con la experiencia de Donald Trump en Estados Unidos. De acuerdo con sus palabras, la presidencia argentina generó un efecto cultural que se expandió hacia otros países de América Latina.
El aval del Tesoro de los EEUU quedó muy claro este lunes, cuando el gobierno de Donald Trump anunció que negocia con el Banco Central de la Argentina un swap de USD 20.000 millones. Esta línea busca reforzar las reservas del organismo y dar respaldo al manejo cambiario.
En paralelo, el Tesoro estadounidense está dispuesto, según anticipó Bessent, a comprar deuda argentina tanto en el mercado primario como en el secundario. Los gobiernos también analizaron la posibilidad de negociar un crédito stand-by significativo mediante el Fondo de Estabilización de Cambios, como complemento del mecanismo de swap.
“Ayer, el Presidente de los EEUU y yo conversamos extensamente con el presidente Javier Milei y su equipo en Nueva York. Como ha dicho el presidente Trump, estamos preparados para hacer lo que sea necesario para apoyar a la Argentina y al pueblo argentino”, dijo Bessent mediante la red social X el martes.
Agregó: “Bajo la gestión del presidente Milei, Argentina ha dado pasos importantes hacia la estabilización. Ha logrado una consolidación fiscal significativa y una amplia liberalización de precios y regulaciones restrictivas, sentando las bases para el histórico retorno de la Argentina a la prosperidad. El Departamento del Tesoro está listo para comprar bonos en dólares de Argentina y lo hará cuando las condiciones lo justifiquen. También estamos preparados para otorgar un importante crédito stand-by a través del Fondo de Estabilización de Cambios y mantenemos conversaciones activas con el equipo del presidente Milei para avanzar en ese sentido”.
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ECONOMIA
La primera Ferrari 100% eléctrica se prueba en Italia debajo de una falsa carrocería que esconde sus curvas

La fecha de presentación del primer modelo 100% eléctrico de Ferrari ya se sabe que no será en 2025 sino en la primera mitad de 2026. La promesa hecha por Benedetto Vigna, CEO de Ferrari, en 2022, de mostrar el vehículo este año, no quedará incumplida.
Tal como lo anunciaron desde Maranello, la develación del automóvil se hará por etapas y comenzará con una primera muestra este próximo mes de octubre, cuando sea presentado oficialmente el “corazón tecnológico” del modelo, tal como llamaron en la fábrica de Módena al grupo propulsor eléctrico que comprende los motores y el sistema de baterías.
Mientras tanto, el departamento de ingeniería junto con el de investigación y desarrollo (I+D) de la marca más famosa de autos deportivos de todos los tiempos, trabajó primero en un “auto mula”, que no era otra cosa que una carrocería de Maserati Levante con mecánica y suspensiones Ferrari, y ahora se encuentra en una instancia más avanzada, probando el propio modelo, aunque completamente camuflado.

Así lo muestran una serie de fotografías obtenidas por Derek.photography, y publicadas en su cuenta de Instagram esta semana. En las tomas se puede adivinar parte del concepto con el que se está elaborando la Ferrari eléctrica, como su altura, aparentemente menor a la del SUV Purosangue al que se le atribuye la inspiración del nuevo vehículo.
Para proteger el secreto, las marcas de automóviles han adoptado hace ya más de diez años, un camuflaje de vinilo que recubre una falsa carrocería que va montada por encima del auto original, con la finalidad de evitar que se aprecien las curvas reales de los autos. Esa “falsa piel” suele tener protuberancias en zonas en las que no son necesarias, que al combinarse con el diseño de patrones de líneas rectas y curvas terminan por confundir al ojo del observador o la lenta del fotógrafo ocasional.
Cuando Vigna habló del concepto con el que se construiría el auto, en todo momento hizo hincapié en que las sensaciones de viajar en una Ferrari no se perderían, y que será “muy divertido” para la conducción. También ya se sabe que el modelo, a pesar de ser eléctrico 100%, tendrá un sonido simulado sobre el que se trabaja desde hace casi dos años, intentando que sea lo suficientemente realista como para emocionar a quienes van en el auto, pero también a quienes lo ven pasar desde afuera.

Algunas referencias que se pueden obtener de las fotografías que se acaban de publicar, están en el tipo de carrocería, que no parece ser un SUV sino una berlina deportiva, que tiene cuatro puertas y no dos como casi todos los modelos de Maranello, y que más allá de la distancia entre ejes de este prototipo, es probable que el modelo real sea considerablemente más pequeño de lo que parece en esta vista inicial y extraoficial.
También se aprecia que al no tener un motor de combustión interna, el modelo prescinde de las salidas de escape. Sin embargo, en la parte baja del remate de la carrocería se puede constatar un voluminoso difusor que proviene del piso del auto, y que luego de pasar entre las ruedas traseras, tiene una salida generosa para que pueda evacuar a mayor velocidad el aire que circula por debajo del vehículo.
Debajo de la caja postiza que se colocó sobre el vidrio trasero, también se puede observar una caída del techo muy suave, que parece condradecir las formas más acentuadas que se buscó con el Ferrari Purosangue.

Aunque ya se especula con un precio de venta cercano a los USD 500.000 que podría tener esta primera Ferrari eléctrica, la marca tiene previsto anunciarlo cuando se devele completamente el automóvil.
Luego de mostrar el sistema de Powertrain eléctrico, a comienzos de 2026 habrá una segunda instancia para presentar el interior del vehículo, y más adelante, presumiblemente para el final del primer trimestre, se develará el auto completo. Además, se supo que las primeras entregas recién se realicen para fines de 2026.
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