ECONOMIA
Milei va por la mística rebelde de 2023, pero en clima de crisis: ¿jugada maestra o efecto búmeran?

Javier Milei tiene clara cuál es su mejor estrategia electoral: volver a dar la pelea en el terreno en el que se siente más cómodo: la «batalla cultural». Estética rockera, discurso «anti woke», reivindicación de valores tradicionales, conexión directa con la generación joven y una pizca de picardía futbolera al dedicarle cantitos de tribuna al rival.
En la noche del lunes, se notó la influencia de Santiago Caputo, las «Fuerzas del Cielo» comandadas por el Gordo Dan y otros estrategas que construyeron el fenómeno Milei de 2023: con la excusa de la presentación de un nuevo libro del presidente, recuperar la mística que lo llevó a la Casa Rosada.
Y, por eso, la apuesta fue recuperar la esencia del Milei candidato: un completo «outsider» de la política, que no tiene pudor en recurrir a ningún método con tal de transmitir su pensamiento liberal. Volvió el Milei showman, lo cual para algunos analistas es un acierto y para otros un riesgo electoral mayúsculo. Pero, en todo caso, tiene una consecuencia innegable: le devuelve a Milei la centralidad de la escena política y el control de la agenda.
Hasta el lunes a la tarde, los temas que acaparaban la atención eran la forzada renuncia de José Luis Espert a su candidatura -abrumado por las acusaciones de vínculo con el narcotráfico- y la emergencia financiera, que llevó a un pedido de salvataje urgente al Tesoro de Estados Unidos.
Tras una seguidilla de reveses en el Congreso, errores económicos, turbulencia, peleas con políticos y periodistas, acusaciones de corrupción, una dura derrota electoral en Buenos Aires, el futuro político de Milei parecía condenado a un deterioro inexorable. Las encuestas demostraban cifras contundentes de su mala imagen -un 63% de menciones negativas tras el escándalo Espert-, pero Milei decidió dar la pelea volviendo a sus raíces.
El activo político de la celebrity
Dijo alguna vez el analista Jorge «Turco» Asis que el mayor capital político que tenía Mauricio Macri era su condición de celebrity. Y que, por eso, quienes lo criticaban por la «estética tinelliana» de sus actos, por imitar a Freddy Mercury o por haber aceptado un cargo en la Fundación Fifa, no entendían que en ese tipo de acciones, precisamente, radicaba su fortaleza política.
No se trataba de una originalidad, por cierto. De hecho, hasta podría decirse que esa estrategia está en el ADN del propio peronismo, que con Evita simplificó y acercó a las masas los conceptos políticos de la doctrina justicialista.
En los años ’90, Carlos Menem forjó su popularidad al acercarse al deporte y al espectáculo. Se transformó él mismo en un personaje de la farándula, y profundizó esa condición ya estando en el poder. Menem podía dormirse en una reunión donde se hablara del presupuesto, pero nunca se perdería la oportunidad de invitar a Olivos a los Rolling Stones,a Madonna ni a Charly García para compartir la célebre pizza con champán.
Incluso la propia Cristina Kirchner bailó en fechas patrias junto al grupo de percusión Choque Urbano, y Alberto Fernández cantó, acompañado de su guitarra folk, los temas de Lito Nebbia.
Con una pizca de folclore peronista
Pero claro, Milei se propuso superar todos los límites de lo ya conocido. Y los asesores del presidente hicieron un diagnóstico claro: mientras siga siendo un «rupturista», mantendrá una base de apoyo popular por parte de una ciudadanía desencantada de la política tradicional. Si, por el contrario, se transforma en uno más de «la casta», será desplazado por otros dirigentes que ostentan mayor profesionalismo en ese campo.
Por eso, volvió el mileísmo fundacional: desafíos sarcásticos al rival con cánticos como «kuka tirapiedra» o «Cristina tobillera», apropiación sin pudor de los símbolos patrios y reivindicación de la alegría frente a la cultura de la cancelación y la solemnidad del progresismo.
Todo eso, mezclado con un show de nivel artístico bastante aceptable donde las consignas libertarias se mezclaron con las letras de La Renga, Charly García, Sandro, Nino Bravo, Gilda y Los Ratones Paranoicos. Con muchos momentos que rozaron lo bizarro, y otros que directamente entraron en la categoría de lo risible. Candidatos a diputados tocando la batería o haciendo coros mientras Milei entonaba el «Hava Naguila» en solidaridad con los rehenes de Israel ante una multitud de veinteañeros que grababan con sus celulares es una situación que ya merece el estudio de los teóricos de la ciencia política.
En definitiva, Milei no hizo nada que un veterano estratega peronista no aprobara en su fuero íntimo. Buscar una conexión directa con la gente, reivindicar la cultura popular, humanizar la figura del presidente, resaltar su condición de héroe solitario enfrentado a una casta villana -algo representado en la graciosa recreación libertaria de la Guerra de las Galaxias- y prometer todo el tiempo la recuperación de una gloria pasada: el manual del populismo más clásico.
Más batalla cultural que economía
Esta vez, Milei habló mucho menos de economía y mucho más de la necesidad de dar la batalla cultural y de «meter los pies en el barro». Se cuidó de no insultar y envió guiños a los aliados del macrismo y fuerzas provinciales a quienes quiere invitar a la agenda de reformas estructurales para la segunda mitad de su gestión.
Repasó, claro, la baja de la inflación -su «job description», como le gusta decir, apelando a la jerga corporativa- y también a la mejora en las cifras de la pobreza. Y también reivindicó la rebaja de impuestos por el equivalente a dos puntos del PBI. Pero reconoció que lo logrado todavía no es suficiente como para garantizar el bienestar de la población.
Pero, sobre todo, el mensaje que se preocupó de enviarles a los jóvenes que llenaron el Movistar Arena es que la victoria dependía de que ellos tomaran a su cargo la tarea de persuasión de votantes, exacerbando su influencia en redes sociales y círculos de pertenencia.
Y, tan importante como los temas que mencionó están los que omitió: ni una mención al dólar ni a la suba del riesgo país, ni a la necesidad de un segundo salvataje financiero en seis meses. Hubo elogios para Toto Caputo pero ningún adelanto sobre lo que el ministro está negociando con su colega estadounidense Scott Bessent.
Y, desde ya, ni una mención a la estafa de la cripto moneda Libra, ni a las acusaciones por soborno contra Karina Milei ni al reciente escándalo del diputado Espert. Milei, al igual que el «ideólogo» de la nueva derecha, Agustín Laje, siguen manteniendo la tesitura de la superioridad moral del movimiento libertario respecto del progresismo, la izquierda y el peronismo tradicional.
¿Jugada ganadora o efecto boomerang?
En los próximos días, el deporte de los analistas políticos será debatir sobre si este tipo de acto, en el actual contexto de incertidumbre, implica una jugada política astuta o si se puede volver un efecto boomerang.
Hay politólogos que creen que Milei cometió un error garrafal, por no comprender la diferencia de contexto entre 2023, cuando él era el retador del poder, que el actual, cuando es presidente de un país en crisis.
«La gracia que lo hacía ver distinto en 2023 y le daba capacidad de representar un cambio, hoy es la desgracia que lo hacer ver distinto a lo que todos imaginaban, provocando frustración más que esperanza. Lo gracioso de Milei en 2023 hoy se está volviendo patético», fue el duro diagnóstico de Lucas Romero, director de Synopsis Consultores.
Es un punto de vista que, en general, se expresó en varios medios que vienen siguiendo el proceso de deterioro financiero y el enfriamiento de la economía. En situaciones así, un show político como el de Milei corre el riesgo de ser percibido como un desacople de la realidad y hasta provocar rechazo.
Sin embargo, del lado de enfrente hay quienes se cuidan de no subestimar la estrategia de Milei, a la que ven como un refuerzo del vínculo con su núcleo duro de votantes jóvenes, que le garantizarían el piso de 30% de votos que obtuvo en las PASO 2023.
En tres semanas, las urnas dirán quién tuvo la razón. Por lo pronto, logró levantar la moral de una militancia que venía desanimada, y que en la entrada al Movistar Arena había sido recibida por militantes opositores que les gritaban: «son todos narcos, la p… que los parió».
Y, acaso, Milei hay logrado también levantar su propio ánimo, en un momento en que, con todos los números en contra, necesita recuperar la mística ganadora.
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,javier milei,elecciones,congreso,acto,campaña,movistar arena,encuestas,kirchnerismo,gobierno,crisis
ECONOMIA
Jornada financiera: bonos y acciones de bancos se movieron a la baja mientras el equipo económico negocia en Washington

La proximidad de las elecciones legislativas acentúa la búsqueda de cobertura inversora, con una firme demanda de dólares en una plaza regulada por la oferta del Tesoro. El sentimiento del mercado sigue muy cauteloso y solo una concreta ayuda financiera de los EEUU para fortalecer finanzas de la administración de Javier Milei podría darle un giro distinto a la tendencia negativa que retomó la operatoria.
Los bonos soberanos en dólares sintieron el impacto de la falta de novedades sobre las negociaciones del equipo económico en Washington, encabezado por el ministro Luis Caputo. A la vez, los precios de los ADR de bancos argentinos fueron los que más cayeron en Wall Street. La presión dolarizadora se trasladó a las cotizaciones financieras y se reflejó en una mayor brecha respecto del intervenido dólar oficial.
Al cierre, el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires restó un 0,5% en pesos, en los 1.793.952 puntos, mientras que los ADR y acciones argentinos operados en Wall Street anotaron mayoría de números rojos, encabezados por Banco Francés (-4,9%) y Banco Supervielle (-4,4%).
En tanto, los bonos soberanos en dólares -Globales y Bonares- promediaron una importante baja de 1,8 por ciento.

El analista financiero Salvador Di Stefano afirmó que “el país no necesita devaluar el signo monetario, lo que necesita es crédito para renovar los vencimientos de capital futuro, y bajar el riesgo país. Hay que recordar que el Gobierno sistemáticamente muestra superávit fiscal. Por ende, los ingresos fiscales financian la suma de todos los gastos más los intereses de la deuda y, por ende, no hay incremento de deuda pública. Por otro lado, como carece de financiamiento para pagar el stock de deuda de capital, lo hace con recursos propios, y esto genera estrés en las reservas”.
“En escenarios de alta volatilidad, los inversores priorizan eliminar el riesgo de mercado y canalizar los flujos hacia activos a devengamiento. El nivel de tasas de interés ya de por si genera un rango de cobertura atractivo“, indicó un informe de MegaQM.
Para los analistas de Rava Bursátil, “si bien la tendencia de largo plazo es bajista, existe la posibilidad de un rebote técnico acotado para inversores con perfil de riesgo”.
El economista Gustavo Ber consideró que el“escenario electoral se combina con el clima de la ansiedad que despiertan las negociaciones del equipo económico en Washington, toda vez que viene en ascenso la expectativa por precisiones sobre el respaldo financiero, y cada mensaje protocolar es recibido por algunos operadores rápidamente con cierta decepción y así es que se frenan las apuestas”.
En otra rueda con nutrido volumen de negocios por USD 600,7 millones en el segmento de contado, el dólar mayorista bajó 50 centavos, a $1.429,50 para la venta, en una plaza cuya oferta volvió a ser apuntalada por posturas vendedoras del Tesoro, que los operadores estimaron en más de USD 250 millones en el día.
Dado el ritmo de ventas oficiales de contado -prácticamente la mitad de la oferta-, los analistas prevén que esta semana podrían consumirse las divisas obtenidas por las compras en bloque con la eliminación temporal de retenciones a los agroexportadores, que le permitieron al Tesoro agregar a su cuenta cerca de 2.000 millones de dólares. El Gobierno acumuló ventas en torno a los USD 1.800 millones tras seis ruedas consecutivas de intervención directa en el mercado de contado.
Este martes el techo de las bandas de flotación dispuestas por el Banco Central se ubicó en $1.484,16, unos 54,66 pesos o 3,8% por encima del precio mayorista.
El dólar al público terminó sin cambios en el Banco Nación, a $1.455 para la venta. El Banco Central informó que en las entidades financieras el dólar minorista promedió $1.460,63 para la venta (alza de 43 centavos) y $1.407,64 para la compra.
Las cotizaciones del dólar implícitas en activos bursátiles argentinos que se negocian en el exterior avanzaron 2%, entre 29 y 30 pesos. El “contado con liquidación” mediante bonos se negoció a $1.541,29, mientras que el dólar MEP se ubicó en los $1.527,25. La brecha entre el “liqui” y el mayorista se amplió a 111,79 pesos o 7,8 por ciento.
Todos los contratos de dólar futuro marcaron precio al alza, en un rango de 0,1% a 1,6%, según la plataforma A3 Mercados, con negocios dentro del rango habitual, por el equivalente en pesos a 935 millones de dólares. Las posturas para fin de octubre -pasadas las elecciones- quedaron a $1.469,50, con ganancia de 1,50 peso o 0,1%, debajo de la banda superior de flotación dispuesta por el Banco Central, en 1.501 pesos.
El dólar blue ganó diez pesos o un 0,7%, a $1.460 para la venta. Se trata de su nivel más alto desde el 22 de septiembre, ahora “empatado” con el dólar minorista.
Las reservas internacionales brutas del Banco Central restaron USD 426 millones o 1%, a USD 42.202 millones, sin que se hayan efectuado pagos de obligaciones con el exterior en la jornada.
Por la mañana el oro anotó un récord histórico al superar los USD 4.000 la onza. En 2025 el precio del metal se incrementó 53 por ciento. En términos de las reservas del Banco Central argentino, implicó este año una ganancia contable de unos USD 2.277 millones, dada la tenencia de unos 2.000 millones de onzas en las reservas.
“El movimiento refleja una dinámica consistente de reasignación de carteras hacia activos de refugio, en un contexto de elevada incertidumbre macroeconómica y tensiones geopolíticas. En este escenario, el metal precioso reafirma su condición de principal reserva de valor ante el debilitamiento de las perspectivas de crecimiento global”, comentó Antonio Montiel, director de Análisis de ATFX Education.
Corporate Events,North America,NEW YORK
ECONOMIA
Lado B de la venta de dólares del Tesoro: salen pesos de circulación y bancos sufren la iliquidez

La contracara de la corrida cambiaria de estos días es, naturalmente, la salida de pesos de la economía. Dicho en otras palabras, un agravamiento en la falta de liquidez, lo cual prolonga el enfriamiento del crédito bancario.
Sólo por las ventas que realizó el Tesoro, se absorbieron unos $2 billones, aunque no fue la única vía por la cual se sacaron pesos de circulación: también hubo ventas de bonos «dólar linked» que estaban en la cartera del Banco Central, lo cual implica que los inversores que tomaron esa cobertura se desprendieron de unos $2,4 billones.
¿Es bueno o malo que, en un momento de corrida al dólar -o sea, de caída en la demanda de pesos- el gobierno esté absorbiendo liquidez? Desde el punto de vista oficial, es algo positivo, porque, al decir de Federico Furiase al justificar la venta de reservas por parte del BCRA, «es algo que te saca todos los pesos de la cancha»-.
En el programa económico del gobierno, se considera que esa «ancla monetaria» es lo que garantiza que no haya presión inflacionaria y que, además, se estabilice también el tipo de cambio. La explicación es que los pesos que «compra» el BCRA se eliminan, mientras que los que «compra» el Tesoro van a reforzar el colchón de pesos que se formó por el superávit fiscal.
Sin embargo, en el sistema financiero no hay consenso con esa visión. Por el contrario, lo que se percibe es que no sólo no se detendrá la corrida cambiaria, sino que, además, se volverá a distorsionar el mercado de tasas de interés.
Ya este martes, se confirmó lo que se venía insinuando: una abrupta suba de las tasas para las operaciones donde se transa liquidez de cortísimo plazo. La «caución» llegó al 38% después de haber cerrado la semana pasada en 21%. Y la operatoria «repo» entre bancos tuvo un costo más alto aun, de 55%.
Problemas de liquidez
En las mesas de dinero de los bancos se sigue un dato que muestra con elocuencia la falta de liquidez: el stock de dinero que mantiene el BCRA para tomar liquidez excedente del sistema se desplomó un 70% en dos semanas.
Hablando en plata, había $5,6 billones a fines de septiembre, que lubricaban el manejo de caja desde que se desarmó el sistema de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI). En las operaciones conocidas en la jerga financiera como «tasas simultáneas», el Central está pagando 25% por el dinero de los bancos. Esa tasa había caído 10 puntos, en lo que se interpretó como un intento de Santiago Bausili por normalizar al mercado tras los picos de tasa que se produjeron a partir de agosto.
Lo que refleja la falta de liquidez es el hecho de que, de aquella masa de $5,6 billones, ahora hay $1,7 billón: una caída del 70% que refleja la dificultad creciente de los bancos para manejar su operatoria cotidiana.
Mientras tanto, el BCRA continúa con su «torniquete», que se expresa en un nivel de encajes obligatorios equivalente al 53% de los depósitos, y el conteo de esa suma sigue contabilizándose a diario. Los ejecutivos bancarios siguen irritados con esa regulación, a la que ven como principal responsable de la restricción de créditos para la producción y el consumo.
«Solo alguien que desconozca mucho cómo funciona el sistema puede permanecer con eso. Solo garantiza que no se darán préstamos», se queja un ejecutivo de uno de los bancos más grandes de capital privado.
Lo cierto es que, con ese marco de crédito caro y aumento en la demanda de dólares por parte del público, los bancos han preferido no buscar liquidez por la vía de la captación de depósitos. Es por eso que se produjo un recorte en las tasas para las colocaciones a plazo fijo.
De momento, no ha habido señales de una «fuga» de los ahorristas, ni en las cuentas de pesos ni en las de dólares- pero los banqueros hablan de un incremento muy fuerte en la demanda minorista de divisas.
Para ponerlo en números, hubo jornadas en las que el sistema bancario tuvo que vender u$s400 millones. Para tener una dimensión de lo que significa esa demanda, es más del doble de lo que se registró en julio, el pico de dolarización de este año, cuando por el «efecto aguinaldo» y las vacaciones de invierno se llegó a una demanda de u$s5.432 millones.
Es también, una cifra alta si se la compara contra el peor momento del gobierno peronista, que durante la corrida de octubre 2020 soportó una salida de u$s500 millones semanales, lo que llevó a Alberto Fernández a cerrar la ventanilla que permitía a los ahorristas comprar a la cotización oficial u$s200 mensuales por persona.
El miedo al «overshooting»
Esa situación aparentemente contradictoria, en la que el gobierno celebra la absorción de una gran cantidad de pesos, pero el tipo de cambio no deja de subir, los ahorristas no dejan de comprar dólares y los bancos se quejan de la falta de liquidez, obedece a una razón simple: hay una expectativa generalizada por una devaluación.
Y la velocidad a la que está vendiendo dólares Toto Caputo hace pensar que ni siquiera se tratará de una corrección posterior al domingo 26, día de las elecciones legislativas, sino que ocurrirá en el cortísimo plazo.
El Tesoro ya vendió más de tres cuartas partes de los dólares que había comprado durante el «tax holiday» de los productores sojeros, lo cual exacerba la ansiedad de un mercado que calcula que en cuestión de días se terminará la capacidad de intervención oficial.
De hecho, la estimación de los analistas es que el poder de fuego del Tesoro está en el entorno de u$s700, lo cual implica la inminencia de que se vuelva a la situación de fines de septiembre, cuando el tipo de cambio llegó a tocar el techo de la banda, lo cual obligó al Banco Central a cumplir su compromiso de vender todos los dólares que demandara el mercado -y así se desprendió de u$s1.100 millones en tres días-.
Mientras en el mercado esta situación genera la expectativa de anuncios oficiales, los economistas siguen debatiendo si existe un riesgo de «overshooting» en el que el dólar se dispare en medio de un clima de pánico, o si está cerca de su precio de equilibrio.
¿Con qué pesos?
Hay cierto consenso respecto de que el atraso cambiario no es tan grave: después de todo, la cotización de la cobertura de noviembre en el mercado del dólar futuro es de $1.549, lo que implica un 8% por encima del actual tipo de cambio «topeado».
Pero claro, también influye la incertidumbre política, y eso es lo que lleva a la mayoría de los bancos a promover un sistema de «flotación sucia» en la que el Central se reserve el derecho de intervenir ante situaciones de demanda anormal.
Los economistas más críticos del gobierno suelen marcar que un error del equipo de Toto Caputo es haber tomado una referencia incorrecta a la hora de calcular cuántos pesos podrían correr a buscar refugio en el dólar. La metodología del gobierno no toma en cuenta los depósitos a plazo fijo, que suman $51 billones.
Es una cifra que hace empalidecer al efecto de absorción monetaria de las últimas semanas: basta con que un 10% de esos depósitos vaya a la demanda de dólares para que se vuelva al punto «pre efecto Scott Bessent».
iprofesional, diario, noticias, periodismo, argentina, buenos aires, economía, finanzas,
impuestos, legales, negocios, tecnología, comex, management, marketing, empleos, autos, vinos, life and style,
campus, real estate, newspaper, news, breaking, argentine, politics, economy, finance, taxation, legal, business,
technology, ads, media,tasas,interés,bonos,banco central,dólar,pesos,bancos,devaluación,inflación,luis caputo
ECONOMIA
El crédito al sector privado cayó en septiembre y cortó una racha de 17 meses de crecimiento

Los efectos de la volatilidad financiera interrumpieron en septiembre el crecimiento del crédito en pesos que venía en una racha de 17 meses de crecimiento. El financiamiento al sector privado cayó con respecto a agosto un 1,8%, descontado el efecto de la inflación, según datos del Informe Monetario Mensual del Banco Central.
«Los préstamos en pesos al sector privado registraron en septiembre una contracción promedio mensual en términos reales y sin estacionalidad, luego de 17 meses consecutivos de crecimiento. La disminución fue de 1,8% a precios constantes, con caídas en casi todas las líneas de crédito, a excepción de los préstamos con garantía real», apuntó el BCRA. En términos interanuales, el crédito exhibió un aumento de 52,5% en términos reales.

La suba de las tasas de interés, que comenzó en julio con el desarme de las LEFI y se intensificó en agosto, puso un freno a la actividad crediticia, que había sido uno de los motores centrales de la recuperación económica de fines del año pasado y comienzos de 2025.
Si bien las tasas de interés cedieron en la segunda parte de septiembre y así revirtieron algo de la suba de agosto, el informe destacó que “los préstamos comerciales presentaron, por segundo mes consecutivo, una contracción mensual”.

El desempeño de los préstamos en septiembre marcó una división clara entre los que tienen garantía real, que sobrellevaron mejor el escenario de volatilidad e incertidumbre, y las líneas comerciales y de consumo, que tuvieron claras caídas.
Los datos del BCRA de septiembre con relación a agosto, que tienen descontado el efecto de la inflación y la estacionalidad, señalaron que los adelantos en cuenta corriente tuvieron una disminución del 5,7% en el mes y los documentos, del 3,9%. Ambas líneas, las vías más habituales de financiamiento para la actividad comercial, mantienen un crecimiento interanual del 32,7% y el 14,8% respectivamente. En el segundo caso, se incluye tanto los documentos a sola firma como el crédito a través del descuento de los mismos.

Los préstamos comerciales ya habían anotado una contracción en los números de agosto. La novedad de septiembre es que las líneas destinadas al consumo se sumaron a los números en rojo, con una caída del 2,2%.
El principal factor de retracción fue “la caída de las financiaciones en tarjetas de crédito, que cayeron 3,9% real en septiembre, que, sin embargo, acumulan un aumento interanual de 39,8% en términos reales. A su vez, los créditos personales se redujeron levemente en términos reales (0,1% mensual), aunque en los últimos 12 meses acumularon un aumento de 102,7% real”, señaló el Central.
Por el contrario, los créditos con garantía real continuaron en la senda del crecimiento y aumentaron un 5,6% en el mes. Los préstamos hipotecarios se incrementaron en 8,7% real y acumulan 15 meses consecutivos de avance. “El grueso del crecimiento de esta línea fue explicado por los créditos hipotecarios ajustables por UVA”, señaló el informe.
Los préstamos prendarios, por su parte, registraron un incremento mensual de 2,9% s.e. a precios constantes y y una suba interanual del 81,6%: “En conjunto, los préstamos con garantía real se encuentran en torno a 150% por encima del nivel de septiembre de 2024, medidos a precios constantes”.
Noticia en desarrollo
- SOCIEDAD2 días ago
Atacada por ser judía: el aterrador relato de una mujer en Buenos Aires
- POLITICA2 días ago
Tras la renuncia de Espert a su candidatura, el PJ busca capitalizar la crisis libertaria y fortalecerse en las urnas
- CHIMENTOS1 día ago
Mica Viciconte confesó por qué no fue a conocer a su primer sobrino: “Me cuesta, no me hallo”