ECONOMIA
Nafta para el dólar: desde la City advierten que empezarán a sobrar pesos en el mercado

El mercado financiero está nervioso: se nota en el alza del dólar, en la volatilidad de acciones y bonos, pero, sobre todo, en el volumen del debate: los críticos del gobierno denuncian que se está emitiendo dinero, en contra de lo que proclama el plan de «las tres anclas» y que en breve se notará el impacto de una economía con menos dólares y más pesos.
Los temores surgieron ante la publicación de indicadores que muestran aumentos en la cantidad de dinero de la economía. Y, además, está la previsión de que esto pueda agravarse por la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez -LEFIs-, que algunos ven como una potencial inyección de pesos.
Y, mientras Toto Caputo desafía a los escépticos a que compren dólares si creen que va a seguir subiendo la cotización, sus críticos cuestionan que se esté aplicando una contracción monetaria.
Más bien, al contrario, la discusión se generó en torno al dato del agregado M3 –que incluye dinero circulante, cuentas corrientes, cajas de ahorro y depósitos a plazo fijo-. Ese indicador está en $142 billones, lo que implica un crecimiento de 4,7% en un mes y de 21,7% acumulada en el año. Y quienes miran este dato cuestionan el argumento oficial de que lo que importa es la «base monetaria amplia», que se mantiene relativamente estable porque el Tesoro absorbe el exceso de dinero circulante -el «ancla monetaria» del plan económico-.
Es algo que algunos analistas interpretaron como señales de agotamiento de una política de expansión monetaria que luego se compensaba con la emisión de títulos del Tesoro, en el marco tasas atractivas y un dólar quieto.
La polémica incluyó cruces entre funcionarios y economistas. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, fue el más activo en responder las críticas, sobre todo después de la licitación del Tesoro realizada el lunes.
Ese día, el gobierno obtuvo $8,5 billones, ante un vencimiento de bonos por $2,9 billones. El excedente ofrecido por los inversores se explica porque el Banco Central retirará del mercado las LEFI, que llegaron a un stock de $15,8 billones.
Salen letras, entran pesos
Esto llevó a la discusión sobre si el resultado de la licitación era una contracción de la base monetaria o si, por el contrario, ahora quedará un remanente de unos $9,5 billones que podrían presionar la inflación o ir directamente a la demanda de dólares.
El Gobierno argumenta que, como las LEFI eran usadas por los bancos para integrar encajes en el BCRA, una parte de esa liquidez quedará fuera de circulación. Desde el punto de vista oficial, lo que se está haciendo es continuar con la estrategia de estirar la «duration» de la deuda pública y cancelar esas obligaciones en la medida en que el mercado demande más dinero.
En otras palabras, que el efecto monetario es neutro y no hay motivos para la alarma.
Así lo plantea Federico Furiase, el ideólogo del plan financiero: «En términos monetarios, el desarme de LEFIs implica un cambio de composición de la base monetaria amplia, sin alterar el nivel: se eliminan las LEFIs y suben reservas en pesos del Tesoro en el BCRA y sube también la base monetaria por el componente de encajes».
Furiase viene realizando un raid de entrevistas, en las que suele insistir con dos puntos: uno es que el gobierno no emite pesos que no sean demandados genuinamente por la población. Por eso, cuando en una licitación se produce un «rolleo» menor al 100% de los vencimientos de deuda, es porque los bancos quieren dar más crédito a familias y empresas. El famoso «punto Anker», que el gobierno atribuye a la baja de la inflación y a la reactivación de la actividad comercial.
La preocupación principal de Furiase es dejar en claro que, ante un desinterés de los bancos por comprar títulos públicos, los pesos que el Tesoro les entrega no proceden de «la maquinita» del BCRA, sino del ahorro que se había hecho por el superávit fiscal.
Por qué no compró dólares el BCRA en vez del Tesoro
Pero, además, defiende la estrategia de que sea el Tesoro el que compre dólares, ante las preguntas de quienes plantean por qué no compró dólares directamente el BCRA -después de todo, lo que argumenta el Gobierno es que el mercado quiere pesos y que el sector público quiere acumular reservas-.
La diferencia radica en que si el que compra es el Tesoro -como ha ocurrido en los últimos días-, no se desvirtúa la libre flotación del dólar. Y, sobre todo, que no hay una emisión de pesos nuevos, porque se utilizan pesos ya emitidos, que el gobierno tenía depositados.
Según Furiase, si se hiciera el clásico cálculo de convertibilidad entre cantidad de pesos en la economía y reservas brutas del BCRA, entonces daría un tipo de cambio inferior a $1.000.
Claro que es una afirmación polémica, porque la cifra puede variar dependiendo de qué agregado monetario se considere. Y, sobre todo, causa críticas que esta afirmación se haya hecho justo en un contexto de suba del dólar y de regreso masivo de la demanda de los pequeños ahorristas, que están comprando más de u$s100 millones diarios.
Entre los comentarios críticos, figura este de la consultora LCG: «La hipótesis de la ‘escasez de pesos’ para anticipar un dólar a $1.000 no tenía asidero en parte porque ese ‘enfoque monetario de la balanza de pagos’ hace tiempo (desde la década del 70) pasó a ser inadecuado para explicar movimientos de divisas y porque la noción de que la mayor productividad por las reformas efectuadas justifica un atraso cambiario también tiene problemas serios de consistencia y secuencialidad».
El regreso del dólar linked
Lo cierto es que las dudas sobre la estabilidad cambiaria retornaron, y eso llevó a que, en la última licitación, el gobierno volverá a testear el humor del mercado con la oferta de los bonos «dólar linked», que funcionan como un seguro contra devaluaciones.
Ha sido una estrategia repetida a lo largo del año: cada vez que se produjo un ruido político y se intensificaron los rumores sobre una suba del dólar, el ministro ofrecía estos títulos, -, como una forma de demostrar su confianza en la estabilidad cambiaria.
Si, como ocurrió dos veces a comienzos de año, la licitación quedaba desierta por falta de interesados, el gobierno lo festejaba como una victoria de final de campeonato: le daba el argumento para decir que, en realidad, nadie temía una devaluación, y que todos los que hablaban de atraso cambiario estaban equivocados.
Pero en esta última licitación el gobierno se encontró con la nueva realidad: hubo una demanda de $1 billón por parte de inversores que quieren cubrirse del riesgo devaluatorio. El bono que vence a fines de octubre -es decir, ya pasadas las elecciones legislativas- fue el que tuvo mayor demanda, a pesar de que tiene una tasa cero de interés.
Los analistas no se ponen de acuerdo sobre qué tan alto es el riesgo de que haya una corrida hacia el dólar. El economista Federico Domínguez argumenta que, incluso si se produjera una desmonetización, como consecuencia del nerviosismo pre-electoral, el gobierno tiene margen -gracias al superávit fiscal- como para absorber los pesos excedentes y evitar que vayan a refugiarse al dólar.
Pero el argumento está lejos de concitar unanimidad: otros economistas con experiencia en situaciones de crisis, como Miguel Kiguel, vienen advirtiendo que el Gobierno subestima el potencial desestabilizador de los depósitos bancarios en pesos.
Otro tema clave del Gobierno: ¿qué pasará con las tasas?
El otro gran tema en discusión es si la política monetaria del gobierno llevará a una suba o a una caída de las tasas de interés.
Por lo pronto, en la licitación no se cumplió la expectativa que se había creado sobre una baja de las tasas, por el pasaje masivo de fondos de LEFI a letras de vencimiento corto. Más bien, el Tesoro convalidó tasas del mercado secundario.
Hay quienes argumentan que, pasado ya el momento estacional de mayor demanda de pesos -en junio, con el efecto aguinaldo-, y además con mayor liquidez en manos de los bancos, hay margen para un recorte de tasas en las próximas semanas. Al menos, de las que se paga a los ahorristas de plazo fijo -no está tan claro, en cambio, que las tasas activas que se cobran por el crédito bajen a la misma velocidad-.
Aunque el crédito se sigue expandiendo, también es cierto que causa preocupación la incipiente suba en la morosidad bancaria en el sector de familias. La cartera irregular llega a 4,6% para los préstamos personales y a un 3,2% para la financiación con tarjetas de crédito. Este último dato llama particularmente la atención, porque está más vinculado al consumo masivo, y porque es la mayor morosidad en más de tres años.
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ECONOMIA
Las acciones argentinas saltan hasta 6,5% en Wall Street: el ranking con los ADR que más suben

El S&P Merval avanza 2,3% este miércoles, mientras los ADR cotizan también con fuerte suba en Wall Street, con subas que alcanzan el 6,5%. Los bonos también operan en positivo, con crecimientos de hasta un 1%.
Las subas de las acciones argentinas en Nueva York son encabezadas por energéticas, mientras que solo tres operaban en terreno negativo.
A continuación, el ranking de las que más suben este miércoles:
- Pampa Energía sube 6,5%
- Edenor: 5,5%
- Banco Supervielle: 5,3%
- Telecom: 4,4%
- Irsa: 4%
- BBVA: 4%
- Grupo Financiero Galicia: 3,9%
- Central Puerto: 3,7%
- YPF: 3,3%
Por el contrario, solo las acciones de tres empresas operan negativo: Tenaris, Globant y Mercado Libre, que se hunde 3,2%.
«Pese a la reciente volatilidad en el mercado de pesos, destacamos que los soberanos en dólares mostraron una notable resiliencia al mantenerse relativamente inmunes. En nuestra visión, la trayectoria del crédito seguirá dependiendo, en gran medida, de los próximos resultados electorales», plantearon desde Portfolio Personal Inversores (PPI).
El dólar se calma por efecto del carry trade
Por qué baja el dólar, según analistas del mercado
El dólar oficial vuelve a bajar este miércoles, al caer 0,4% a $1.345 en el Banco Nación. También ceden el MEP, a $1.336, y el CCL, a $1.339. En tanto, el blue cae hasta los $1.320.
«No es un hecho aislado. El lunes, el complejo agroexportador liquidó más de u$s100 millones, el BCRA siguió activo en dólar futuro y la demanda por cobertura se fue diluyendo. La suba del precio del dólar también alienta ventas y seguramente hay compromisos de venta que deben cumplirse», afirma el operador de cambios Gustavo Quintana.
En diálogo con iProfesional, Martín Genero, analista de Clave Bursátil, agrega que el retroceso en la cotización del dólar se explica por mayor oferta de divisas del sector agroexportador, incentivada por un tipo de cambio más alto y la baja de retenciones. Además, sostiene, el mercado se va animando más al carry trade, en parte motivado por la calma cambiaria.
«En estos días hay más oferta de dólares en el mercado cambiario. Parece que este incremento en la oferta en parte se explica por apuestas de los inversores para estrategias de carry trade, luego de varias jornadas de mayor calma en los precios del dólar y en las tasas de interés en pesos», coincide el analista Gustavo Ber.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, agrega ante iProfesional que esta semana se observan menos pesos circulando en la economía, producto de la absorción monetaria que llevó adelante el Banco Central y el aumento de los encajes bancarios. El menor sobrante de pesos en el mercado financiero, afirma, también contribuye a contener las presiones sobre el tipo de cambio.
Cuáles son las inversiones ganadoras en lo que va del 2025
La escalada que tuvo el precio del dólar en los últimos días de julio no fue suficiente para que se transforme en la inversión más ganadora de julio, debido a que fue superado con un margen interesante por el Bitcoin y las acciones argentinas. En todo el año, el dólar tampoco se posiciona como ganador, ya que lideran el oro y la criptomoneda como las opciones más rentables.
Para determinar las alternativas de inversión más ganadoras, se tomó como ejemplo un monto inicial de $1 millón destinado a las diversas propuestas más utilizadas, como el dólar en las distintas versiones (oficial, MEP y blue), plazo fijo tradicional y UVA, acciones de empresas líderes (Merval), oro y Bitcoin, donde se analizó su rendimiento en todo este año y desde comienzos de 2024 hasta el presente.
Así, se determina que la inversión más rentable de todo julio fue el Bitcoin, que avanzó alrededor de 22% en pesos en todo el mes, debido a que llegó a un precio máximo en torno a los u$s120.000.
En segundo lugar, el instrumento más ganador del mes pasado fue el índice de acciones de empresas líderes, el Merval, que avanzó 16,4% en dicho período. Incluso, algunos papeles, como Transener, llegaron a trepar hasta cerca de 30% en todo julio.
Y en tercer lugar se ubicaron el dólar oficial y los financieros (MEP y contado con liquidación), que avanzaron un promedio cercano al 13% en todo el mes pasado.
Es decir, superaron con creces a la inflación registrada, que se ubicó por debajo del 2% mensual, según proyecciones de algunos economistas privados.
Y también, los instrumentos de ahorro mencionados le ganaron de forma notoria a la renta en pesos, donde un plazo fijo tradicional se ubica en la actualidad entre 2,5% a 2,7% cada 30 días, ya que ofrece una tasa nominal anual (TNA) en torno al 30% al 33%.
«Las expectativas de descenso del ciclo de liquidaciones de divisas del agro, la demanda estacional por turismo y el atractivo de los viajes al exterior por el ´dólar barato´, generó más demanda de billetes estadounidenses y una fuerte suba en su precio. Sin embargo, la valorización del Bitcoin y del Merval quitaron el liderazgo a la recuperación de la divisa estadounidense», detalla Andrés Méndez, director de AMF Economía, a iProfesional.
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ECONOMIA
Polémica: el FMI pone en la mira la contabilidad de Caputo y advierte por la bola de Lecaps

Es, desde hace más de un año, uno de los temas que más controversia genera entre los economistas: ¿se está generando una «bomba fiscal» por los intereses de deuda que mes a mes se acumulan pero no aparecen reflejados en el resultado financiero oficial? Todos opinaron del tema, pero no se conocía la opinión de uno de los jugadores más relevantes: el Fondo Monetario Internacional. Hasta ahora.
Porque ocurre que, en su último reporte -el que perdona a Toto Caputo por no haber acumulado reservas y le aprueba el nuevo desembolso por u$s2.000 millones- el organismo dio su opinión al respecto, y hasta le puso cifras al problema.
Es una discusión que, aunque no figure en el primer plano del debate por su aridez técnica, es de suma relevancia política, porque pone en duda el logro que más celebra el gobierno: la consecución del superávit fiscal. Tanto es así que, para los más críticos, si se hiciera correctamente la contabilidad, el resultado ya no sería superavitario, sino que ya se estaría en déficit.
Tomando el caso del resultado fiscal de junio, el dato oficial marca un superávit de $551.000 millones, pero cuando se calcula la acumulación de intereses capitalizados -y no pagados- de Lecaps, entonces queda un «rojo» de $5,8 billones. Desde el gobierno y consultoras afines, han fustigado ese argumento, al que ridiculizan por caer, presuntamente, en confusiones conceptuales.
Sin embargo, el FMI sí considera que esos intereses deben ser contabilizados -aunque ajustados por inflación. De manera que, mientras para Toto Caputo esos intereses son igual a cero, para los economistas del Fondo que escribieron el reporte, ya son 2% del PBI.
Como el superávit primario -el de ingresos y gastos corrientes, sin contar pagos de intereses- fue de 0,8% del PBI entre enero y mayo, entonces la conclusión es que el resultado fiscal total es negativo en 1,2% del PBI.
Y deja planteada la duda sobre si en las próximas publicaciones del resultado fiscal el gobierno mantendrá su tesitura o si adoptará el mismo criterio del FMI. No es una disyuntiva inocua: si no cambia, entonces quedará oficializada la contradicción con el argumento del Fondo. Y si cambia, entonces admitirá que no hay un superávit fiscal.
¿Una bomba de Lecaps?
La pelea empezó cuando el gobierno desarmó los pasivos remunerados del Banco Central -los recordados Lebacs, Leliqs y pases a un día-, a los que consideraba una verdadera «bomba» inflacionaria que llegó a representar 10% del PBI. Y, además, argumentaba que esos pasivos ejercían incentivos perversos porque a los bancos les resultaba más convenientes alojar sus pesos sin riesgo y obteniendo una alta tasa, antes que prestarle el dinero a la empresas para que aumentaran su producción.
Fue por eso que desarmó la deuda del Banco Central y la pasó al Tesoro, que cada 15 días sale a absorber pesos y paga una tasa que, en la previsión de Toto Caputo, debería ir en caída, más allá de las turbulencias de las últimas semanas.
Pero la controversia consistía en que las Lecaps, a diferencia de otros títulos de deuda, no paga intereses periódicamente, sino que los capitaliza para pagarlos todos juntos al momento del vencimiento del bono. Entonces, los más críticos empezaron a afirmar que Caputo subestimaba el costo financiero y que el superávit fiscal no era tal. La clave del debate pasa por la diferenciación entre lo «devengado» -gastado pero no pagado- con lo efectivamente ya pagado.
Los argumentos del «costo cero»
Al presentar el informe fiscal cada mes, el gobierno contabiliza en cero esos intereses devengados. Pero los críticos advierten un efecto de bola de nieve. Hablando en plata, afirman que ese interés acumulado pasó desde un nivel de $2 billones en agosto 2024 hasta u$s6,3 billones en junio último.
Y uno de sus principales argumentos era la metodología contable de la Oficina de Presupuesto del Congreso, que cuenta la acumulación nominal de los intereses y afirma que esa deuda, entre enero y mayo, equivale a 2,9% del PBI. En otras palabras, ni siquiera con un superávit primario récord por el «efecto motosierra» se lograría compensar ese costo financiero.
Desde la vereda de enfrente se ha rechazado ese argumento por afirmar que es un error mezclan el flujo devengado con los pagos reales. La analogía que hacen estos economistas es la de una persona que considere que sus finanzas del mes fueron negativas, porque tiene cuotas con la tarjeta hasta diciembre.
Es por eso que quienes defienden la contabilidad oficial dicen que, si se cuentan los intereses acumulados de las Lecaps, entonces también tienen que considerarse los ingresos futuros a la caja de ARCA y el efecto de la reactivación de la economía.
La postura del FMI implica una situación intermedia entre el gobierno y sus críticos: les da la razón a quienes dicen que sí hay que contabilizar el interés acumulado, pero advierte que esa deuda no puede ser tomada de manera nominal sino que debe ser corregida por la inflación.
Un golpe al discurso oficial
Lo cierto es quee, en un año electoral, la opinión del FMI deja en una posición incómoda al gobierno: con su forma de contabilizar los intereses, les da pie a los opositores que afirman que, en realidad, no hay un superávit fiscal. Es una acusación grave para un gobierno que ha hecho del «ancla fiscal» el pilar de su programa económico.
Un costo financiero de dos puntos del PBI representa hoy una cifra aproximada a u$s1.400 millones. Un número muy grande si se considera que, en medio de la última turbulencia cambiaria, el ministro Caputo se defendió con el argumento de que el Tesoro había comprado u$s1.500 millones para reforzar las reservas.
En definitiva, este informe del FMI implica un test desafiante para el gobierno, ya que necesitaría un superávit primario mayor al 1,6% que se proyectó para fin de año, de manera de no quedar «en rojo» cuando se reste el costo financiero por los intereses de las Lecaps.
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ECONOMIA
Carrefour vende sus activos: por qué los súper chinos quieren el negocio y cuál es su plan

La venta de activos en el país que inició Carrefour sigue alentando la aparición de nombres de potenciales interesados en la estructura comercial del gigante francés. Desde Coto hasta Manuel Antelo, pasando por Mercado Libre, La Anónima y Dia, el caudal de interesados parece incrementarse sólo con el correr de los días. Pero lo cierto es que, conocida la decisión de la firma europea de retirarse de la Argentina, la posibilidad de que los supermercados chinos tomen control de 122 locales de proximidad de Carrefour rápidamente multiplicó la sorpresa en el ámbito del consumo masivo.
Lo cierto es que el interés de los autoservicios asiáticos responde a una contraofensiva comercial que, diseñada con la calma que caracteriza al empresariado oriental, busca enderezar los malos resultados económicos obtenidos por los súper chinos en los últimos años. Y que redundaron en el abandono de barrios clave de Capital Federal.
Los súper chinos buscan hacerse fuertes en Capital Federal
Nucleados en CEDEAPSA, la entidad que integra a los autoservicios de ese origen, los empresarios minoristas asiáticos apuntan a recuperar posiciones sobre todo en áreas de la Ciudad donde, por efecto de la baja en el consumo, debieron bajar las persianas mayormente en los últimos cuatro años.
Una muestra de esta tendencia negativa: en 2021, golpeados por la falta de demanda producto del cierre de oficinas públicas y privadas, y afectados por una inflación que complicaba el abastecimiento, los supermercados chinos prácticamente dejaron de tener presencia en el centro porteño y mermaron su número de locales en Palermo, Recoleta, Colegiales, Villa Crespo y Caballito, entre otras zonas.
Según reconocieron en su momento portavoces de CEDEAPSA entrevistados por iProfesional, en los años de pandemia y hasta 2024, ese nicho llegó a perder hasta 6.000 comercios a nivel nacional. En la actualidad, la entidad nuclea alrededor de 13.000 supermercados asiáticos.
«Nosotros hacemos un esfuerzo enorme para seguir permaneciendo. Hemos estado pintando, arreglando los supermercados, para seguir mejorando el servicio. Además del conurbano, nos fuimos moviendo también hacia el norte del país», dijo a este medio Yolanda Durán, titular de la organización, en una conversación ocurrida hace escasos meses.
«Un tema que nos fue dejando afuera de Buenos Aires ha sido la presión fiscal y tributaria. Cada vez es más intensa y nos sorprende por todo lo que el Presidente dijo en la campaña y lo mismo el jefe de Gobierno Macri», agregó.
Carrefour, la llave para que los súper chinos recuperen Capital Federal
La potencial adquisición de los Express de Carrefour les permitiría retomar con fuerza el posicionamiento en la misma Ciudad de Buenos Aires. Precisamente, ese formato se transformó en un auténtico dolor de cabeza para los supermercados chinos desde su introducción en 2008.
«Los chinos analizaron la ubicación de los locales de Carrefour Express en el AMBA y ven que hay una muy buena oportunidad de volver a hacer pie en Capital Federal. Lo que no queda claro todavía es si quieren operarlos con su modelo familiar tradicional ni qué podría pasar con los empleados», declararon esta semana expertos del supermercadismo.
Las tiendas de proximidad de la cadena francesa lograron achicarle el negocio a los autoservicios asiáticos a partir de un amplio surtido de alimentos secos y la comercialización de productos frescos, frutas y verduras, en buena parte de las principales ciudades del país.
En Capital Federal, Carrefour Express se multiplicó en los barrios de mayor consumo y eso también originó que muchos supermercados orientales directamente cierren sus puertas en zonas comerciales clave de la Ciudad, sobre todo desde 2020 a esta parte.
En ese sentido, la intención de CEDEAPSA es asumir el control de los locales de la firma europea pero sin modificar la oferta de alimentos y productos en general que consolidó el grupo francés. Otro punto que es seguro radica en que, de quedarse con los locales de proximidad de Carrefour, los puntos comerciales pasarán a operar bajo la marca Chin Express.
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